miércoles, 11 de abril de 2007

AMARGURA EN LA RESURRECCION

Es verdad que Jesucristo resucitó pero en Sevilla lo sabíamos mucho antes de que el sol del Domingo más triste del mundo lo anunciara en su Aurora. No era vana nuestra fe, porque lo vimos resucitar con el rostro rejuvenecido que conocieron nuestros ancestros, cargando en la noche más hermosa la cruz de las debilidades humanas. Si lo hemos visto resucitar con el doble primor de la Esperanza pasando por el arco del triunfo y cruzando el postigo de la gloria, por eso no hay medicina que cure la melancolía que nos deja la Pascua florida cuando la ciudad amanece perdida y desamparada sin saber donde encontrar el bálsamo que la libere del olor a incienso impregnado en sus carnes. Habrá algo más triste que resucitar un domingo, sabiendo que se ha perdido la pista de la fe que vimos con nuestros propios ojos y ahora es un rastro de cera amontonada que se adhiere a las suelas para recordarnos que todo se ha consumado. La vida es una semana que tarda un año en volver y esta del 2007 nos dejó tan solo la ausencia total de primavera, la inclemencia de un tiempo que día sí dia no mantuvo en vilo las razones que el corazón no entiende. Pero tambien es cierto que la Semana Santa de Sevilla, sabe extraer del pozo de la desolación momentos irrepetibles y emociones inéditas que quedan impresas con letras de oro en el libro interminable del recuerdo. Ay de ti resurrección que cabe en un suspiro de priostes con manos aun perfumadas al despojar de flores los calvarios. Cruel aldabonazo que se clava en las entrañas como hoja de acero al crepitar los mocos de los cirios desarmados. Qué extraño es el sonido de la nostalgia, qué diferente el paso desnudo, arrinconado en su gloria. Jesucristo ha resucitado, pero que duro verlo nuevamente presidiendo la rutina de su camarín; ni aún la florida pascua puede mitigar el llanto doloroso que siente la Virgen al volver a su altar, es el reflejo de la tristeza que siente Sevilla cuando pone los pies en el suelo de esta fría sala de espera.

5 comentarios:

  1. Que sensación de tristeza y soledad te deja la Resurrección,
    aparte de millones de sensaciones agolpándose en tus recuerdos constantemente.

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  2. Siempre que veo a la Hermandad de la Resurrección vienen a mi mente las palabras que Don Santiago Montoto dedicó a su Hermandad de la Soledad, "...siempre va sola por Sevilla...".
    Sin entrar a valorar sí deben o no cambiar de día, si he de reconocer, que admiro a los nazarenos de dicha Hermandad por el testimonio público que dan a esas horas de la madrugada.
    Un abrazo, amigo ojival.

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  3. Yo he de confesar que sólo la he visto tres veces en mis 26 años de existencia (ellos como hermandad de penitencia tienen algunos menos). Soy de los que me gusta rematar la Semana Santa en San Lorenzo, o como mucho en la Trinidad.

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  4. No seria mucho mas digno que la Hermandad de la Resurreccion renunciara a ser hermandad de penitencia y fuera catalogada de gloria y que saliera el Domingo de Pasacua.Pero seguramente tendria que renunciar ala subvencion del Consejo.¿Podria ser esa una de las causas?Encantado de haberos encontrado y poder participar con vosotros

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  5. Aunque no era exactamente el sentido que he querido darle a mi escrito, pienso personalmente que la Hdad. de la Resurrección está en el transfondo injustamente tratada, tanto por el Consejo como por los medios de comunicación. Quería hacer hincapié en el espíritu de meancolía y tristiza en que se sume nuestro ánimo cuando llega el Domingo de Resurrección. Como siempre os agrdezco profundamente vuestra colaboración e inestimables comentarios.

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