miércoles, 25 de febrero de 2009

PAGA LO QUE DEBES








Dueño y Señor de la SALUD...




Hablan de una Hermandad antigua y señera; la humilde Hermandad que ellos conocieron en los años difíciles de la miseria. La Hermandad que traía a su Cristo a hombros desde Santa Catalina, hasta su querida Iglesia de San Román resurgida como ave fénix de las cenizas de la sinrazón. Se les llena la boca de gloria musitando su nombre: Salud, que es lo más grande del mundo, lo más importante -qué más podemos pedirle a la vida teniendo Salud, teniéndolo a El-. Hablan de lo que era la Hermandad entonces y el apagado mate de sus ojos reluce con el fulgor de una huidiza lágrima, al contemplar su actual patrimonio y el esplendor que vive en estos momentos. ¡Qué sabrán estos jóvenes de ahora tan altivos como emprendedores , qué sabrán de fatiguitas prestadas, de túnicas de remiendos, de estirar los despoblados tramos hasta juntar el “senatus” con los ciriales de latón!. Pero teniendo Salud, pero teniéndolo a El: -mira en qué nos hemos convertido-. No hay cosa más gratificante que saber escuchar a los que hablan con conocimiento; y saben rezar con la experiencia de los años en su haber: “Tu eres Señor, la honra de nuestra raza...el fruto bendito de su vientre... Nuestro Padre Jesus de la Salud”, ahora y en la hora -como siempre has sido y serás- el que abrazó la Cruz de nuestras Angustias - tanto en los tiempos color sepia del hambre-, como en la bonanza; Ell elegido -sin duda por el Todopoderoso- para presidir el Vía crucis de esta crisis actual que nos ha contagiado a todos y en todos los sentidos. No saldrás a una calle cualquiera, ni a una ciudad de las que tantas necesidades padecen en el mundo. Saldrás al encuentro de Sevilla, cuna de todas las razas, la que hizo de tu bendita etnia, una hermandad orgullosa, devota y universal. No es por casualidad que tu Sagrada Imagen acuda este año a nuestro auxilio. Nuestro auxilio ha recurrido a tu Nombre, nuestro auxilio es el nombre del Señor de la Salud, no podía ser otro. Podría decirte muchas cosas –pura retórica en malos tiempos para la lírica- te lo dirán mis ojos cuando te vean de nuevo con la mirada de aquel niño de San Román que nunca te rezó otra oración que no fuera el saludo de un hijo a un Padre. Entraba a verte, yo te presentaba mi respeto y Tú correspondías con el recogimiento en aquella recoleta capilla Sacramental donde despachabas la Salud en calidad de Amor de los Amores.
Te lo dirán los leales del Jueves Santo, criados en las casas de vecinos, cuyos patios se impregnaban del aroma de incienso de tus solemnes quinarios; las caras conocidas que lloran de alegría cuando nos volvemos a encontrar en el mismo sitio para verte. Lo dirán tus cabales Gitanos de caravana y candela, los mismos que hacian palmas al compás de bulerías donde cantó “Caracol” y el maestre Mairena con sus llaves del cante en la mano. La Esquina de la cadencia escrita en el papel de las cales de Dueñas con letra de los Ortega. El corazón no envejece, tiene salud de hierro forjado en yunque y fragua. Tu exquisito rostro de bronce, tu extrema elegancia, le va a poner nombre de Salud a todas las Angustias que atenazan el alma. Este piadoso Lunes de cuaresma, cuando camines por “tientos” a hombros de todos los cofrades de Sevilla, nuestra sentida oración -te lo dirá- hecha clamoroso silencio en busca de tu auxilio. Nuestro auxilio es tu nombre, Padre y Señor de la SALUD, porque Tú eres la honra y el orgullo de todas las razas.




a Jerónimo_madrid



horario e itinerario: http://www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=46608 ..

lunes, 23 de febrero de 2009

NAZARENO DE LUZ


Erase un “nazareno de luz” que se echaba a la calle, que pasaba mañanas y tardes retratando un milagro a voces que todos contaban y muy pocos podían ver. El nazareno de luz, era capaz de acrisolar el aire en su cámara y transformarlo en soplo de brisa que hacía brotar la flor primera del naranjo. En medio del ruido, caminando entre la rutina, el nazareno de luz, se abría paso por el desierto de la vida para mostrarnos que “no solo de pan vive el hombre”. Sus pasos cruzaban en silencio, los dinteles de los Templos, su cuerpo estremecido por la emoción, se sumergía en la penumbra de las naves, para mostrarnos el alma de lo que no se vé y captar el espíritu de las cosas que por cotidianas, no nos parecían tan bellas hasta que las contemplábamos reveladas en sus fotos. Fotos de luz y colores apagados por las neblinas del sueño a escala del gris intemporal que hace que la realidad del momento nos parezca escapada de otros tiempos. Donde había muerte crucificada, nos mostraba la fuente de perfección del Amor hecho arte por amor al Arte; donde las manos se apretaban con cordeles y el hombro se quebraba por el peso de la pasión, nos señalaba un magnífico altar sembrado de cirios que en perfecta geometría rendía culto solemne ante sus dulces plantas. Nazareno de luz que allanaba un camino perfumado de blancos claveles, camino de altura, donde el dolor, la pena y el llano se convertían en belleza de mujer bendita entre todas. Y asi iba marcando los cuarenta días con su cirio de luz –gota a gota- atrapando en imágenes la creación del sueño. Pocos sabían como él visualizar las maravillas que nos brindaban esos momentos: el rayo que se filtra por las vidrieras del ábside y la salva de incienso lo descompone en iris; el beso furtivo del sol bañando las espinas en plena protestación de fe; el ángulo oscuro donde duerme el esqueleto de una parihuela; el encuentro fantasmagórico con la primera “mudá”; el piadoso recogimiento en la esquina de una noche que refleja la silueta de un Cristo en las paredes del Vía Crucis; estampas cotidianas que renacen en la ilusión del más grande de los niños cuando pasa bajo la meta volante de los “capirotes” que anuncia la Puerta de Carmona. Este nazareno de Luz, retrató la Cuaresma mejor que ningún miércoles de ceniza, nos la brindó con sencillez de mira y hondura de calle, nos enseñó que el río más grande puede ser el agua estancada en el suelo, cuando sirve de espejo a la Giralda. Ërase un “nazareno de Luz” que el viernes de Dolores enterraba su cámara tras recorrer el camino más corto de la memoria para dejarnos la huella en blanco y negro de los gozos vividos. Porque entendía –con buen criterio- que ahora había que vivir en todos los sentidos la realidad de una nueva Semana Santa.

Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04