Distinguida Presidenta: Yo creí que iba usted en
serio; que el dolor y la preocupación que clamaba en aquellos
mítines aforados que le había preparado la cúpula de su partido,
de cara a la galería, salían del corazón de una mujer andaluza
indignada por la situación insostenible de su pueblo. Yo esperaba el
efecto de género que iba a propiciar el cambio de presidente en
Andalucía, que corriera el aire fresco de su aliento de mujer joven,
madre, esposa, profundamente identificada con los graves problemas
que asolan a nuestra juventud aplastada por el paro; a nuestras
mujeres laceradas por la desigualdad, a las cientos de miles familias
andaluzas que viven el drama del desempleo más feroz de todo el pais
y se ven amenazadas por el desahucio y la pobreza. Con la fe de la
que hacemos gala los andaluces, creía posible, que una Sra. como
usted, traería consigo la Esperanza del verde de nuestra bandera,
que no se harían esperar -a su llegada- las medidas de choque, los
decretos urgentes para frenar la caída libre y el riesgo de
exclusión social que padecemos uno de cada tres andaluces...Pero,
¡que va!, distinguida Presidenta, que pronto se durmió en los
laureles del poder de este régimen andaluz -que por años en el
gobierno- supera al histórico dictador de cuyo nombre no quiero
acordarme. ¡Ay el Poder!, distinguida Presidenta, que pronto se
olvida de su principal misión, de la responsabilidad contraída para
con su pueblo, en beneficio de los intereses partidistas. Cuando la
ví pasear su palmito político, dominando el lenguaje demagogo del
que hacen gala todos los políticos en los platós de televisión,
segura de sus palabras, con el discurso bien aprendido de sus
maestros socialistas, hoy consagrados burgueses, hasta llegué a
creer, que usted era la panacea que nos podría sacar de la
miseria...¡pobre incauto!, mi indignación es tal, que en ocasiones
oigo la verdad en las bocas de los que son brillantes profesionales
de la mentira. Pero permítame que le recuerde, cuales han sido las
urgentes medidas de “choque” que su distinguido gabinete ha
adoptado desde la toma de posesión, porque así mi irrefrenable
indignación, desahoga en cierta medida sus ansias febriles de
echarse a la calle a falta de movilización general de mis paisanos.
El primer ejemplo que dió usted -quizás para paliar el riesgo de
exclusión social que padecemos los andaluces- fue llenar la
pintoresca Plaza de San Francisco de coches oficiales (alta gama)
presumiendo de séquito, el día que fue recibida por nuestro ínclito
Alcalde. Menos mal que un número de la Policía Local, en
cumplimiento de su deber, procedió a imponer la correspondiente
sanción a los vehículos indebidamente aparcados en tan reservada
zona, provocando una situación tan “rockambolesca” como propia
de Berlanga.
Ni
siquiera ha tenido usted la deferencia de reactivar aquel “Programa
sospechoso” de Ayuda a la contratación de personas en riesgo de
Exclusión Social(Decreto-Ley 7/2013 de 30 de Abril), que contemplaba
una serie de medidas extraordinarias y urgentes, para luchar con el
referido riesgo de exclusión social en andalucía (BOJA nº 85 de 3
de mayo 2013). Y no le quiero decir con esto, distinguida Presidenta,
que no le faltan ganas de proceder, se lo digo -sinceramente- porque
usted ya se ha dado cuenta, al saborear el poder, que Andalucía es
un coto sin vallar. Que la situación económico-social de nuestra
comunidad es un pozo sin fondo, donde la corrupción -desde el más
triste Jefe de Servicios, hasta el Consejero más avispado, han
“mangoneado” a diestro y siniestro, hasta el punto de arrastrar
al fango a los jerifaltes de las organizaciones sindicales. Y todo se
arregla con llevar a estos sinverguenzas a los tribunales...¡que va
Sra. Presidenta! Y usted lo sabe mejor que nadie...no hay cárcel ni
pan, para tantos chorizos, se lo hemos recordado muchas veces los
indignados que exigimos el dinero ROBADO tan vilmente; Dinero ROBADO
a los Desempleados a cuenta de ponerse ciego de “cocaina”; Dinero
ROBADO a los trabajadores explotados y presos de contratos basura, a
cuenta de ERES falsos y fortunas derivadas a paraísos fiscales;
Dinero ROBADO, por organizaciones empresariales y repartido entre los
Sindicatos, a cuenta de cursos de formación para desempleados, que
incluye una partida DEMOLEDORA, de más de 400 millones de€
-ROBADOS SIN CONTROL- según los informes del Tribunal de Cuentas. Y
usted cree -distinguida Presidenta- que todo este despilfarro, se
arregla con llevar a estos indecentes ante los Tribunales o escurrir
el bulto ordenando una auditoría...¡está claro que no, Ilma. Sra!,
que las consecuencias se pagan, como la estamos pagando los andaluces
al ver como nuestros hospitales muestran el caos de salas de esperas
repletas de camillas; compruebe por sí misma, el espectáculo
dantesco de un local de negocio sí y el otro también, con el cartel
de “se vende o alquila”; cítese en el S.A.E. -aun con cita
previa- aguarde las imponentes colas y pregunte a las “orientador@s”
por algún curso de formación para los desempleados; Visite los
comedores públicos; los centros habilitados por cáritas; reúnase
con los Servicios sociales y sus correspondientes trabajadores que se
han hecho peritos en el arte de sortear a la gente pacífica en
riesgo de exclusión social, facilitando los excasos recursos que
pueden ofrecer a los que, habiéndolo perdido todo, se basan en la
desesperación y el escándalo público. Esta es la cruda realidad
-distinguida Presidenta- hay otra, disfrazada por el sol de nuestra
tierra, la cervecita fresquita en el Salvador, los ensayos costaleros
de la juventud con ganas de vivir, la botellona masiva de Viapol de
miles de estudiantes rumiando, mientras beben para olvidar la falta
de perspectiva y de futuro. La vida sigue y en andalucía es tan
bella como su insoportable situación económica. Me intentará
convencer de nuevo con la verborrea de su política -el arte de
incumplir promesas- algunos dirán que todo esto es pura y dura
demagogia, lo cierto es que, una inmensa marea humana, silenciosa y
profundamente INDIGNADA, se está agitando desde el golfo de Cádiz
hasta Despeñaperros, una marea -sin prisas, pero sin pausas- que
amenaza romper en tsunami, si esto no se remedia pronto. Pero usted,
no se preocupe -distinguida Presidenta- tal vez la respuesta la
encuentre en las urnas.
