miércoles, 14 de enero de 2015

Podemos respetarnos más



No son cofrades, ni mucho menos hermanos practicantes de una cofradía, ni devotos, ni admiradores, ni amantes del arte religioso ni las Bellas Artes. Por descontado, no son cristianos. Encajan perfectamente en las siglas radicales y ultras. A estos no les importa ni el presente de esplendor, ni el futuro perfecto que viven y siembran nuestras cofradías; la suerte o incertidumbre que corren sus Sagrados titulares. Y si les importa, es sólo para hacer apología de unas creencias a ultranza, que tienen más de fanatismo que de devoción. Están anclados en la sinrazón de un pasado, que ni siquiera conocen por la edad, pero viven empozoñados por el odio que le inculcaron sus ancestros, sin pararse siquiera a repasar las cuentas de una historia saldada por la reconciliación, pero que sin embargo, ellos quieren volver a repetir sin otro fundamento que no sea la ¿venganza?. A esta especie de “-kofrades”, les trae sin cuidado que una bendita Imagen, sea pacto de las llamas -de manera fortuita o intencionada-, ellos lo primero que buscan, -sin que les importe un bledo el estado en el que halla quedado la malograda imagen-, es alarmar, vociferar, lanzar consignas contra el enemigo, llamar a esa especie de "cruzada" que aboga por enviar a todos los “rojos” al paredón. Amparados en las viejas glorias de sus líderes y caudillos, fantasmas del pasado, buscan a las puertas de una iglesia prudente y liberada, los rescoldos de un nacional-catolicismo cautivo y desarmado. Ellos no contrastan la información, no analizan, no recaban, ni atenúan, ni siquiera leen. Impulsados por su odio y fanatismo, se dejan llevar; juzgan sumarísimo y se lanzan a la calle por el camino más corto de las redes sociales, para expandir y proclamar su doctrina radical. Tienen siempre a mano la propaganda, en profusión de carteles alusivos al levantamiento; galerías interminables de fotos, llamando a la movilización. Instantáneas sometidas a la cirugía estética del “fotoshop”, donde los titulares. en sus cortejos procesionales manipulados, aparecen en olor de multitud, confundiendo la devoción y las raíces de un pueblo, con una absurda e inverosímil patraña clientelar a modo de manifestación masiva de desagravio. Son esa especie de “tontos de capirote” que se han salido del libro de maese Paco Robles, para “entrar a trapo”, arrastrando tras de sí a la masa de “predecibles” e incondicionales, que se dejan llevar por los grandes titulares de la noticia claramente intencionada por los sagaces periodistas que pretenden  hacernos creer lo que todos sabemos: “el perro mata al hombre”, continúa vendiendo mucho más que el “hombre mata al perro”. Gracias a estos “tontos”, pero también radicales, la Semana Santa de Sevilla, se ha convertido en noticia de alcance nacional; y no precisamente por su belleza estética y ejemplo de espiritualidad. Las declaraciones de una señora -hasta ayer desconocida- Begoña Gutierrez, candidata del círculo “Podemos” a la Alcaldía de Sevilla, han provocado la predecible reacción en cadena del mundo kofrade, que se la coge con papel de fumar. Y todo ello, por responder a la última pregunta, en tono de “guasa sevillana”, que le formulaba un conocido articulista, para más señas cofrade, de un conocido periódico. La respuesta por parte de la -hoy mundialmente conocida Begoña- no fue otra que “en el supuesto de que...” para avivar el cisma... ¡¡Sufiente!! ¡¡Basta!! ¡¡Ya está bien!! ¡¡No podemos consentir que, etc., etc., etc!! y la Cruzada corrió como la pólvora por las redes sociales, foros, saraos y mentideros kofrades, casi todos entraron al trapo. Ilustrada por una multitudinaria explosión de fotos de desagravio, donde las Imágenes encabezaban todo tipo de manifestaciones y por supuesto, las bandas que no falten, ni los costaleros tuneados, ni mucho menos el nazareno con la túnica de “Podemos”. Dios mío, aunque solo fuera por cuestiones de buen gusto y maneras, ¡que falta de respeto hay que tener, para escoger la túnica de una de las hermandades más admirables y ejemplares de Sevilla como hábito penitencial de "Podemos", consecuencia deleznable, que por sí sola deja en evidencia, la falta de sensibilidad que demuestran estos individuos. No, ciertamente no me preocupan las declaraciones de la candidata a alcaldesa de Sevilla, porque están sacadas de quicio y fuera de todo contexto; incluso se ha tomado la generosidad o molestia por su parte, de dar una explicación, arropada por el desmentido de su partido a nivel nacional. Lo que me preocupa, queridos cofrades, capillitas y sevillanos, es la tormenta que  desatan estas cuestiones, cuando se las manipula o tergiversan, con fines populistas, sirviendo como caldo de cultivo para quienes han olvidado que esto es una democracia y el respeto a lo que forma parte de nuestra cultura, historia y tradición, está más que garantizado en Sevilla, porque en Sevilla, la Semana Santa -y nunca mejor dicho- emana del Pueblo. Y -esta misma mañana- sí que he llegado a asustarme, al visualizar el vídeo colgado en las redes sociales, donde aparece un nutrido grupo de personas con el brazo derecho alzado, entonando el “cara al sol” a las puertas de una Iglesia en la vecina Córdoba. Esto sí que me parece ciertamente preocupante y provocador, Mucho respeto y más cuidado con los vientos que sembremos, porque las tempestades las recogeremos tanto los justos como los pecadores. 

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