Imagínate la calle Alemanes convertida en “carrera oficiosa” delimitada por las “sillitas de bastoncillo”, los grupos de gente, pertrechadas de ropa de abrigos, latas, bebidas isotéricas, bolsas de pipas gigantes y todo topo de “snacks”, para pasar tres horas -como mínimo- para ver al Silencio, El Gran Poder y la Macarena de corrido...Imagínate, Placentines, aforada, Chapineros de la misma guisa, junto a Argote de Molina y Francos y a una policía (CECOP), invitando al público a levantarse de sus “siilitas bastón”, para dejar fluir el tránsito y así sucesivamente, sin solución de continuidad, ¿Cuantos números de policía se necesitarían para mantener esa maniobra, tan absurda como interminable de “invitar” a los ocupas de la vía pública, a dejar paso a los que trasiegan de un lado a otro, por el laberinto de las cuestas hasta el Salvador...Imagínense, que las vías alternativas de evacuación, además de estrechas e inviables, dan a parar a una Carrera Oficial -acotada- con la única posibilidad de cruzar por Alemanes; Hernando Colón-Banco de España; Entrecárceles -Granada. Imagínense, que a menos de 24 horas del Cabildo de Toma y según las declaraciones contradictorias del Sr. Presidente del Consejo; el Excmo. Sr. Alcalde y el CECOP, las cofradías de la “Madrugá”, permanecen sin tener garantizada la Seguridad, para este plan Bienal (de flamenco), que ni siquiera -a estas alturas de la película- han firmado todas las Hermandades implicadas. ¿No les entra por el cuerpo un escalofrío, semejante a aquel de cuyas “carreritas” no quiero ni acordarme?. Pues bien, en esa estamos, pendientes de un Cabildo de Toma de Horas, que tiene más peligro que un gato en una matanza. Algunos dirán: “a mi plín, yo tengo mis abonos en C.O.”...y aunque, como dice nuestro edil de Fiestas Mayores, sea el sitio más aburrido para ver Semana Santa, los primeros que terminan en las “sillas”, son los grupos y pandillas de jóvenes, apuntando botellonas y seguidos de todas las personas mayores y menos mayores, a quien se les hace un mundo, esperar más de dos horas, para ver pasar una cofradía de pié, antes de la misión imposible que supone, callejear por Sevilla, en una jornada de “alto riesgo” como su noche más hermosa, “La Madrugá”...Imagínense, porque ya lo estoy viendo.
