jueves, 5 de abril de 2018

CRONICA DE LA SSS II. Desde el MIERCOLES A UNA TENSA MADRUGADA


Cada Cofradía es una hermosa tesela que forma parte del magnífico mosaico de la Semana Santa de Sevilla. La tarde primorosa del Miércoles, se va tiñendo de tonalidades carmesí, mezclada de raso blancos, escapularios carmelitas, azules de cielo maestrante y sargas frailunas que oscurecen la tarde con el negro ruán y el granate morado de las populares cofradías de los panaderos y San Bernardo. LO complicado, se torna en esta jornada meridiana en habitual. El grueso de los cortejos discurre entre calle Cuna y Orfila, donde con más vigilancia policial, que en otros años, la expectación que suscita, el esperado galeón del Prendimiento, se vió a mi juicio con la mar de la bulla, más en calma. Desde el viejo Nervión, venía la Sed, resolviendo felizmente los problemas de lejanía, como el cajillo de la Cruz del impresionante Cristo, que caía, minutos después de su salida, sin perder la verticalidad en el monte de claveles. Buen trabajo, humilde y callado en el desarrollo de su oficio, el de los capataces de esta cofradía, que se luce muchísimo a los sones de la gaditana banda, ya consagrada en Sevilla. La Virgen de Consolación, reflejaba en sus hermosos ojos el azul del cielo y lo recogía en el raso celeste de su manto. Las largas filas de nazarenos de San Bernardo, anunciaba la grandeza de la cofradía del arrabal, elegantísima, llena de clasicismo, esmerada en el exorno floral del personalisimo paso del Cristo de la Salud y perfecta en la presentación, un Miercoles Santo más, del prodigio de palio, que cobija a la venerada Virgen del Refugio. Con decisión y valentía, avanzaba el barco de Ntro Padre Jesus del Amor, arrastrando, cada año más juventud, alrededor de la Agrupación Musical, Virgen de los Reyes. Dicen que la cofradía carmelita, comienza a crecer en el número de hermanos, circunstancia esta muy meritoria, habida cuenta el barrio imposible de mejores cofradías, donde radica. Gustan los capataces comprometidos con las causas más loables, acercando al llamador de sus pasos a los menores que sufren la terrible enfermedad de nuestros tiempos. El Buen Fin, procesionaba de nuevo, una copia de la Síndone, realizada por el profesor Miñarro, sobre una parihuela elevada en su cabezal. Los hnos del baratillo traían en los bajos de sus túnicas, ribetes del albero maestrante y se poblaban, con sus cirios al cuadril, para abrir paso a la encantadora Piedad, que porta en su divino regazo, la Misericordia de Cristo entregado. El Arenal de Sevilla, llegaba hasta San Pablo, para deleitarse con su Virgen de la Caridad, bajo el cielo reluciente de su Palio Elena Caro en ese paseillo sembrado de arte, que supone sus desfile procesional, sin salir del propio barrio. Por el oriente de Sevilla, venia el Cristo de Burgos, en cofradía perfecta, posando sin querer pero sabiendo que es uno de los más fotogénicos y dejando al preciosismo de su Madre de Dios de la Palma, lo mejor del repertorio de Tejera. La señera cofradía de las Siete Palabras, también sufrió la incertidumbre de verse obligada a cambiar su recorrido por el barrio de San Vicente, merced a un escape de Gas, que afortunadamente fue subsanado por los operarios de la compañía. La esencia de su paso de misterio, cumbre del romanticismo, cubierta por las cornetas y tambores que sonaban lo más clásico. El Señor de la Divina Misericordia bajo el peso de la Cruz, reclamando cada año, más atención en su paso imperial.- La Campana, puesta en pié, recibía al portentoso misterio de la Lanzada, relicario neogótico, que no cabe por donde pasa y firma momentos para enmarcar a los sones de la Banda del Santisimo Cristo de las Tres Caidas. La Virgen del Buen Fin, bajo su personalisimo palio haciendo juego, es de esos instantes que dejan huellas sin pretenderlo. Este paso de palio mencionado, sufrió también un pequeño parón en calle Sierpes, al rompersele el llamador, propiciando el retraso en la jornada. Mas adelante, el misterio de la Lanzada, fue objeto de nueva incidencia, al partírsele uno de sus candelabros. Nada comparable a lo que le sucedió al paso de misterio del Soberano Poder en su Prendimento, imagen viral de la Semana Santa en el carrusel de las RRSS, que como comenté en su momento, nadie percibió, si no fuera, por lo hermoso y despejado que lucía el Señor, en medio de tan conseguido misterio. Desde primeras horas de la tarde, se respiraba en el ambiente del Duque, Javier Lasso de la Vega y Orfila, la ansiedad devota que suscita en la calle, el andar sincronizado del paso de misterio de los Panaderos, corroborada por la ingente multitud que abarrotaba las citadas arterias hasta su espléndida entrada en Campana a los sones de la filarmónica Banda de las Cigarreras. A pesar de todo, la Virgen de Regla, en la hermosura de su primoroso palio, no deja indiferente, más que a los que tienen la desgracia de perdérsela. Por último, elogiar el esfuerzo de las Hdes de este apuntalado dia y el comportamiento del público en general, no obstante las insolubles bullas y concentraciones en conocidos puntos de la jornada.


JUEVES SANTO, lo mejor y lo más grande. ¡Que pocas mujeres de mantilla se vieron!, tanto por la mañana, como por la tarde. Algunos lo desmentirán, arguyendo que estaban concentradas entre el Arco y San Lorenzo, pero la sensación generalizada en la calle, apunta a un considerable descenso. Sin problemas ninguno y gozando de la magia de la luz, se pueden contemplar, la augustas cofradías de Los Negritos y Los Caballos, por el Salvador y Laraña, respectivamente -bulla aliviada-, así mismo, recomendaré mientras viva, aunque no deseo que se corra mucho la voz, el discurrir de la Cofradía cigarrera por Temprado y Dos de Mayo, que nos remite a tiempos pretéritos inmejorables. Se puede ver de cerca, el indecible rostro de la Virgen de la Victoria, que te atrapará ya de por vida cofrade, si es que lograr descubrirlo, en toda su serenidad, hermosura y grandeza. Tiempo sobra, sin apreturas, para cruzar a ver, el misterio -siempre encantador- de la Oración en el Huerto, encendido por las luces de la Alameda, en sus espectaculares chicotás y esperar el prodigio luminoso de la Virgen del Rosario, portento de refulgente blancura -como diría aquel sacerdote cofrade- Al caer de la tarde, cuando el alma se serena y el sol se descompone en sus furtivos rayos, buscando el Aljarafe, podemos deleitarnos con la Cofradía del Valle -ahí es nada- lujo de detalles y derroche para los sentidos, espejitos donde nos miramos para conmovernos al paso de la Coronación de Espinas; calle de la Amargura, que se funde con los pardos reflejos de Laraña, para consuelo de nuestras penas y las de las Santas Mujeres de Jerusalen...y la Virgen del Valle, musa de los pregoneros: "Venía la Virgen llorando y todo lloraba al verla", a pesar de que más de uno, llorase también por el descuido de su cera fundida y el sobresalto que produjo, uno de los cirios al caerse sobre su peana, cuando llenaba con su Dolor la calle central de la Campana. Pero ya, todo el mundo pensaba,  en un solo Dios verdadero, aquel que descendía como péndulo volátil entre las sábanas que le tendían los Santos Varones, por los vericuetos del Compás de la Laguna y el pisar etéreo del Señor que ofrece el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la divinidad de su dolorosa Pasión, como propiciación por nuestros pecados y los pecados del mundo entero. Ni la portentosa túnica de cardos, ni doscientos kilos de plata, pueden apartar la atención sobre Aquel Cordero de Dios, según la perfección de Martinez Montañes, que conforma y auna todas las ideas en un mismo sentimiento al contemplar su adorable Imagen. No preguntarme si los horarios se cumplieron, cuando la Noche del Jueves Santo, día del Amor fraterno, se iba transformando en Madrugada y el frío de la emoción se fundía con las bajas temperaturas, para hacer que mucha gente se retirase a casa, presa del repeluco y tocada por el recuerdo de una nueva Madrugada de incertidumbre y temor.


LA MADRUGADA.- El susto que duró 15 segundos, sin onda expansiva.
      Todo el mundo sabía, que el sitio más seguro, para vivir "la noche más hermosa", era la Carrera Oficial. A pesar de las fuertes medidas de seguridad y la presencia ostensible de Policía en la calle, no obstante el dispositivo "fantasma" de luces de distintos tonos y cámaras persecutorias de última generación, las calles del centro, fuera de las salidas mediáticas de la Macarena, el Gran Poder y el Silencio, este último, por cercanía a la citada Carrera Oficial, presentaban un aspecto desolador. El miedo de las víctimas que sufrieron daños físicos o materiales la Madrugada del 2017, junto con la excusa del frío, había apartado mucha gente de las calles. Personas que aún convalecen del susto y tardarán su tiempo en recuperarse, como unas hermanas nazarenas de la Macarena y la Esperanza de Triana, que así me lo comunicaban en ciertos comentarios vertidos en las RRSS. Es cierto, a Dios gracias, que este año, había también muchísimos sevillanos y foráneos, dispuestos literalmente a no consentir que unos gamberros ilusos, hicieran el menor ruido extraño o provocaran cualquier conato de "carreritas", arropados por la garantía de la presencia policial, antes citada. Las bullas, que rompía la salida del Señor del Gran Poder, se desvanecían tranquilamente por Gavidia, o buscaban, con cierto orden y mucha compostura la Magdalena, tras el preste del Silencio. En Campana, donde el que suscribe tenía sillas cedidas por un familiar, las pantallas táctiles de los smartfone pululaban y los auriculares del llamador, lucían sus pinganillos bajo los cuellos de abrigos y bufanda. Todo estaba bajo sospecha, al paso de la Primitiva Cofradía del Silencio, nos preguntamos, el motivo de la parada del paso del Señor, casi 15 minutos, antes de llegar al Palquillo...por cierto, nadie ha sabido, hasta el momento explicar la causa de dicho parón y el distanciamiento extraño del último tramo del Nazareno, haciendo el acordeón en Campana. Pronto, me llegaron imágenes por el móvil del lamentable aspecto, que presentaban las calles, fuera de la Carrera Oficial, al discurrir de las Cofradías: El Silencio, sólo por Cuna, Orfila y Daoiz; Los nazarenos del Señor de Sevilla, sólos por el acordonado entorno del Postigo, la calle Castelar y Zaragoza. La Cruz de guía de la Esperanza de Triana posando ante las paredes del Santo Angel, incluso un buen amigo, me comentaba que venía con la Macarena disfrutando cómodamente desde Trajano. Todo de dulce, para los que protestan por tanta morralla, pero incluso las propias Hermandades, han afirmado también, que para recorrer calles vacías no están diseñadas. No es por señalar a una de las Hermandades más veneradas y queridas por el que suscribe, pero la Esperanza de Triana, tiene un gran problema. Acumula bullas por tres frentes: el andar del paso del Stmo Cristo de las Tres Caidas, la música que interpreta su banda y la atracción popular que suscita el potente palio de la Esperanza. Tres focos que imanan tanta emoción como presión ambiental, que no llega a disolverse hasta que la Cofradía alcanza la frontera inaccesible de Carrera Oficial y se va filtrando por las calles abyacentes, provocando encuentros que rompen los decibelios y enaltecen el recogimiento que requiere  la noche. La Macarena, también conlleva estos focos de devotos, pero da la sensación que se reparten más discretamente a lo largo de su recorrido. Desde luego, no es lo mismo, el ambiente desde el Puente de Isabel II a la Magdalena,(foco caliente de riesgo, según el CECOP) que el de Feria hasta Trajano y no me refiero a la calidad humana del personal, sino a la cantidad de publico concentrado y acompañando a los respectivos pasos de misterio, bandas de música y Palio. Precisamente fue a la salida del Calvario, por la puerta del Coro, excepción en este año de ciertos cambios de Itinerario en la Madrugada, cuando se produjo el conato de "carrerita" que duró apenas 15 segundos, pero que provocó el mismo pánico y estruendo tan temido, esta vez, cercenado de cuajo, merced a la fuerte presencia policial comentada y la colaboración ciudadana, que no estaba dispuesta, un año más a consentir otra sonada. A Dios gracias y la compostura de público y nazarenos del Calvario, no se produjo onda expansiva, ni tuvo consecuencias ni efecto dominó, sin embargo el susto dejó su lamentable huella, desde el interior de la Parroquia donde estaba formada toda la Cofradía del Calvario, hasta el Puente de Triana, según declaraciones de testigos al programa el Llamador. Todo esto, unido al cierre de bares en el Centro a partir de la 1 y la retirada de veladores (que en realidad no había), contribuyó, en su medida, a que no surtiera efecto el alcohol y la ruptura de vidrios, aunque a discreción y según comentarios sumamente contradictorios, propició que no hubiera un local "decente" -desde la Campana hasta la Lonja- donde pudiera hacer sus necesidades fisiologicas el respetable, originándose por defecto, verdaderos meandros (nunca mejor dicho) de orines, que desembocaban hasta el delta de Gavidia y los vericuetos del Duque. Habrá que ir ajustando las medidas adecuadas y los daños colaterales que surten, con la ayuda y colaboración de todos y volver a pertrecharse de los añejos termos de mano, para servirnos ese café reconfortante que tanto se echó de menos, en las horas sin tiempo de la augusta Madrugada. A pesar que todas las Hermandades cumplieron casi con puntualidad británica los horarios e itinerarios fijados para la noche más hermosa, ningún responsable de Junta de Gobierno, a nivel de hno Mayor o DMG, ha reconocido, que dichos cambios en la Madrugá, fueron positivos, en materia de subsanar los cruces históricos del Gran Poder con la Esperanza de Triana en Reyes Católicos o la Macarena con los Gitanos en Cuna, este último, totalmente resanado, gracias a la caridad fraterna de la Hdad de San Gil. Dichos responsables, emplazan sus respectivos informes a la reunión que tienen pendiente, para analizar, conjuntamente el desarrollo de tan relevante jornada. No obstante hay que felicitar a todas y cada una de las ilustres cofradías de la Madrugada, por la sobresaliente compostura y ejemplaridad en el discurrir de sus poblados cortejos, a los sufridos cuerpos de nazarenos de capa, que desfilaron de tres en tres a lo largo de la kilometrica CO,  así como al sacrificio que supuso, para las cofradías del Calvario y del Silencio, los rodeos que se vieron obligados a dar, en beneficio y fraternidad de sus homólogas. Capítulo aparte, merecen los pronósticos del tiempo, que todos barajábamos aleatoriamente, merced a la inmediatez de las RRSS, que tanto perjuicio ocasionó especialmente a la Hdad. de los Gitanos, con la ya famosa consigna que recibieron en la medular de Campana, por parte de la AMET, cual si de una película de terror se tratara: "LLUVIA INMINENTE"...¿quien sería el iluminati"?, se preguntaban algunos hermanos de los Gitanos, refugiada en el hospitalario templo de la Anunciación. .../...

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