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lunes, 8 de junio de 2020

Mi hermano mayor

A mi hermano mayor, se le iluminaba el rostro cuando se encontraba conmigo. Y como la cara, dicen que es el espejo del alma, al mirarlo a los ojos, me sentía querido. Muchos son los llamados a administrar los bienes y el destino de una Hermandad, pero pocos son los elegidos a ser el Hermano mayor de la gran familia que debe ser una Hermandad. Convertir la Hermandad en una familia, es cosa de sabios humildes. Sabios porque han crecido,  empapandose en el día a día de una Hermandad convertida en su casa y humildes, porque han madurado en el día a día de su casa, convertida en Hermandad. Mi hermano mayor, creció y vivió  en San Esteban, casa, Hermandad y barrio; haciendo de su familia, una continuación de su casa, Hermandad y barrio o lo que es lo mismo, su propia vida. Estos son los principios incalculables de mi hermano mayor,  siempre disponible, desde el callejón sin salida, donde tenía su imprenta, hasta aquella casa Hermandad destartalada que a cada peldaño subido, ascendía  los sueños de un mayordomo empeñado en juntarnos a todos los hermanos. A golpes de simpatía, mi hermano mayor, nos convocaba a ser hermanos costaleros, nos atendía, nos mimaba y defendía a uñas y dientes,  nos daba "caña", pero su caña, era la de Cristo, su Cristo de la ventana, el Señor de la Salud y Buen Viaje. Con el devenir de los años, parece ser que la vida empezó a dar los frutos que con tanto ahínco, cosechaba mi hermano mayor, después de tanta entrega y dedicación, la vida le sonreía a mi hermano, simplemente porque el, le sonreía a la vida. En el esplendor de su sencillez, de la mano de mi hermano mayor, la Hermandad, vivió las más brillantes efemérides de su reciente historia. La nueva casa Hermandad, que era la prolongación de su casa,  abrió sus puertas como local accesible y cómodo, para acoger a todos sus hermanos, el Señor de la Salud y Buen Viaje, presidió el Via+Crucis de las HHCC, cosa que para mi hermano Mayor y familia de San Esteban, era como si nos hubiese caído el "gordo" de la lotería. María Stma Madre de los Desamparados, volvió al lugar desde donde salió su hechura, para pasearse bajo Palio, desde la Puerta Macarena hasta la Puerta de Carmona, con motivo de sus bodas de diamante. Pero lo suyo, no era la pompa y el boato, mi hermano mayor, era la misma persona, cariñosa y acogedora, tanto esgrimiendo la vara dorada, como dando la "caña" del mismo Cristo. Aquel, hombre que se paraba con todo el mundo y te reconocía, tanto en privado, como en público, porque se sabía de memoria el apellido de todos sus hermanos. Después de un largo exilio,  por diversas circunstancias que no viene a cuento relatar, volví a mi Hermandad, la misma casa de siempre y allí estaba mi hermano mayor, para recibirme como hijo pródigo, con los brazos abiertos, como nos espera a todos los hermanos de San Esteban, revestido de esa túnica celeste y crema, que refleja el color de la vainilla y el cielo del Martes Santo -como el decía siempre- más bonito del mundo. Con su sonrisa abierta y el lema que reza en el glorioso escudo de la capa celeste: "Que más puedo hacer por vosotros". Allí esta, Julian López, delante de su paso de Cristo de la Salud y Buen Viaje, para recibirte amablemente con su abrazo,  en ese eterno Martes Santo, cuando los últimos de tramo, nos encontramos, cada vez más cerca, para ser los primeros, en presentarnos ante la morada delPadre. Así, lo recordaré siempre, si el Señor me da Salud hasta que emprenda el Buen Viaje, cada Martes Santo, en la tarde más bonita del mundo, delante del paso, estará mi hermano mayor, el bueno de Julián López, para alegrarse de vernos y celebrar juntos, que la vida es bella, a pesar de las lágrimas, que ruedan por las mejillas divinas de nuestro Cristo,  que como bien reza la advocación de su Bendita Madre, nunca, pero nunca nunca, nos dejará Desamparados. Hasta siempre, mi hermano mayor. Julián López.

lunes, 10 de febrero de 2020

SAN ESTEBAN, LA PRIMERA

CUARENTA AÑOS 
PREGONANDO AL
COSTALERO
1981-2020

El recuerdo, es una estampa de Tu Cristo que encuentras perdida en el cajón del alma. El mismo Cristo, paciente y humilde, colmado de unción, que parece derramar, esa furtiva lágrima, por aquellos hermanos que te enseñaron a amar, tu Hermandad de San Esteban. Al mirar esa estampa felizmente olvidada en el cajón del alma, la memoria, como dijo el poeta, encuentra el camino más corto para herirme.
¿Recuerdas?, era una noche fría de invierno, hace ya cuatro lustros; una noche, tan larga e intensa, como aquellas jornadas de ensayos costaleros, cuando la ilusión de un grupo de jóvenes, apenas mayores de edad, -que algunos no lo eran todavía-; se convertia en verdadera Pasión, por llevar sobre sus hombros un paso de la Semana Santa de Sevilla, alcanzando la cima incontestable de erigirse  costalero.
 Ebrio de emoción, radiante de autoestima, quisiste, pregonar al mundo cofrade, lo que se siente, lo que se palpa, lo que se goza y lo que se sufre... Bajo las trabajadoras. Pensaste, -que Sevilla, le debía, al costalero -desde los muelles de la memoria, hasta los niños reclutados por el penitente, para el Dulce Cristo de la exacta Buena Muerte- un pregón que exaltara, la verdad y toda la verdad que exige, ser Costalero de Sevilla... Y Sevilla, por tanto, tenía una deuda lírica, con el Costalero, que había que saldar. 
¿Recuerdas? Fue una osadía, que partió de una noche serenada por el sudor de las trabajadoras, metiste los riñones y no lo pensaste para nada. Fue en la sacristía de San Esteban, nublada por el humo del incienso y el sabor añejo de la cera escarchada; presentes, Paco Montes, Paco Ruiz (que estarán  asintiendo desde la verdadera sacristia de la Gloria) D. E. P. José María "el lobo" y un espléndido diputado de costaleros, llamado Julián López... Y estas fueron mis aventuradas palabras: ¨´Deseo dar el Pregón del Costalero y que sea mi Hdad. De San Esteban, la que organice, esta su primera edición... Después, cayó sobre tu enaltecido espíritu, la loza de la responsabilidad adquirida.´
 Pobre de mi, asumir voluntariamente una empresa de tal calibre, sin experiencia en grandes auditorios. Aquel joven desconocido, que se apuntaba en la Hermandad, para experimentar lo que se siente al ser costalero, ahora tendría que anunciarlo, describirlo y pronunciarlo ante el público. Valiente compromiso, solamente comparable con el exceso de confianza que en mi depositaron mis oficiales eternos. Y me puse manos a la obra, no sin capear el miedo al fracaso, que desde esa histórica noche, me rondaba inmisericorde.
 Los mimbres se fueron trenzado desde la soledad de  las idas y vueltas al trabajo, desde el asiento del bus o en la salita de casa, mientras veía una serie o escuchaba una canción, la inspiración me sorprendía pensando siempre en los hermanos de San Esteban; eran tiempos convulsos, había que fomentar la Unión fraterna, promover la Hermandad desde los hombres que se ponen el mono del trabajo, hasta los que nisiquiera se lo quitaban cuando pisaban San Esteban; desde aquella casa hermandad más alta que ancha, hasta el entrañable Cancel de priostia. 
El primer Pregón del Costalero, fue cobrando forma, auxiliado por la Palabra de Dios, que enaltece a los humildes y humilla a los que se enaltecen. Precisamente esa cita evangélica, era su comienzo. Después, el ánimo iba creciendo al Amparo de la fuente de donde bebí; la lengua castellana, encontrando inspiración, parafraseando a Cervantes, quien escribía: "Que en ánimos encogido nunca tuvo lugar la dicha y... Lo que se sabe, sentir, se sabe decir". Estas fueron las premisas, para ir tejiendo un Pregón, cuya única intención era que " El costalero" se viera reflejado en cada una de sus sílabas... Que el Costalero, se sintiera protagonista en todas y cada una de mis intenciones, que el costalero, sintiera en cada una de mis temblorosas frases, lo que de verdad siente en sus carnes, en lo más profundo de su corazón y el llamador de mi tímida voz, le tocara el alma. 

Difícil empresa que trataba de encubrir, con los ripios de mi taller de aprendiz de poeta y la mira puesta en la altura de Cristo, mi Cristo de la Salud y Buen Viaje, abrigado por la dulce advocación de su Madre Bendita de los Desamparados, mis amantisimos titulares en quienes ponía, todo lo que me faltaba para ser digno de pronunciar un Pregón. Ahora, cuando la viva estampa del Señor de la caña, olvidada en aquel cajón, me recuerda los cuatro lustros que cumple el Pregón del Costalero, desde el vértigo de tantos años asomado al atril, que han ocupado tan ilustres e insignes personalidades como me han sucedido, siento el rubor de aquella osadía de un joven de 24 años, que llegó a la Hermandad para experimentar lo que siente un costalero y se quedó viendo pasar el tiempo, camino de las bodas de oro como Hermano de San Esteban.
 ¿Recuerdas? Como si fuera este año la primera vez y ya van cuarenta, en la dicha de  contemplar como germinó la semilla y los Buenos frutos del Pregón del Costalero, porque la voz designada para la próxima edición, recae en un hermano, que creció con nosotros y conoce el honor de haber pregonado las Glorias de Sevilla forjado en la cátedra de San Esteban; nuestro querido y admirado...Miguel Andreu. En la seguridad de que sabrá deleitarnos con un profundo y sentido Pregón, pongo mis mejores deseos de éxito, hacia su persona y me quedo con la mejor de las críticas que aquella lejana noche de Febrero de 1981...recibí. Fue la de un costalero, que terminó siendo capataz, se llama Julio y sus palabras, las tengo grabadas en el alma con hierro de fragua: "Pasaba por la Iglesia, camino de cambiarme de ropa, para el ensayo... te escuché, me emocioné y me quedé hasta el final, Bendita sea la hora".
Antonio SIERRA ESCOBAR
I Pregón del Costalero 1981
Hdad. De San Esteban.



lunes, 30 de septiembre de 2019

TENGO SED (a Jesús Rodriguez Castro)

a Jesús Rodriguez Castro E.P.D.

        Tengo Sed, como la hoja del álamo; Sed de tu altura que señala el cielo, el sepia de una tarde del otoño, que lloraba a un "niño imaginero". Tengo Sed de esta vida indolente, en la ausencia de aquella a quien hecho, tanto en falta, mirando hacia el árbol de Tu cruz sin su consentimiento. Sed de Amor y Justicia que es fruto de la Paz frente al trato violento, a saber cuando la canastilla, cada arista rozaba en un rezo. Tengo Sed, de avenida anegada, en la tarde -palomas al vuelo- buscando el dolor que adolece, la Salud que suplica en el lecho. Y al mirarte, la Sed me saciabas -bien es verdad, Santo Cristo en consuelo- cuando en tí recordaba al amigo, que oficiaba con brío y con celo, bajo el viejo cancel de priostía, sacando brillo donde no hay más precio. Sed de Nervión Palabra encarcelada que mi ansiedad trocaba en leño seco y en tu boca entreabierta se agrietaba como un responso que se eleva al viento. Te veía Señor y no acertaba, creer que hace cincuenta años, hubo un tiempo, en que tu augusta Sed se recortaba en la ojiva soleada de los sueños. Sed para la Salud, Desamparada, de aquel otro Jesús que marchó presto, sin apurar sesenta madrugadas, esperando en la Puerta aquel encuentro. Señor de la Salud y el Buen Viaje, Madre del Desamparo y el Consuelo, que brille sobre el la Paz ecuánime y encuentre en esa Sed, descanso eterno. 

martes, 12 de marzo de 2019

PERDONA A TU PUEBLO


El delincuente se quedó pasmado al escuchar los gritos del pueblo. Inmediatamente, Barrabás se encontró rodeado de cámaras, flashes y alcachofas. Todos querían entrevistarlo; los aviesos reporteros pugnaban por contratar una exclusiva. Sin duda, el liberado, optó por la alcachofa de los tres colores, la de los rancios; al fin y al cabo solo había dos televisiones locales y un apuntador le susurró al oído, que además regalaban un cuadro precioso. Pero fue el Gobernador, quien le concedió la primera recepción oficial. Barrabás no salía de su asombro al contemplar la lujosa decoración del Despacho del Regidor. Desentonaba el aspecto andrajoso del delincuente- que aún conservaba sus harapos de preso- con la exquisitez romántica de la casa consistorial. El gobernador -risueño y flemático- le entregó las llaves de la ciudad en presencia de sus pretorianos, mientras se deshacía en elogios hacia el ladrón: “¡Gloria y vida al héroe, que ha hecho posible -un año más- que celebremos la Semana Santa más grande del mundo.”! La corte aplaudía con cerrada ovación, mientras guiaban a Barrabás hacia el balcón principal del consistorio, donde una multitud enfervorizada, lo esperaba para aclamarlo. El ladino, no salía de su asombro, embargado por el delirio y entusiasmo que le rendía la chusma coreando su nombre. Rindiéndose ante la evidencia, no tuvo por menos que saludar instintivamente al soberano. De repente, como obedeciendo a una sacudida o repeluco, se volvió hacia el gobernador y le preguntó automáticamente: “Pero...¿no era Jesús, el Nazareno, aquel que se proclamaba vuestro mesías, el salvador...el Señor?...¿Acaso no lo vitoreábais, entre palmas y olivos, cuando entró en vuestra ciudad?”.... “Y así es mi querido amigo, no tenga vd., la menor duda” -Exclamaba exultante de gozo el regidor- y añadía con aspavientos: “Lo que ocurre es que nosotros estuvimos a punto de perderlo a causa de la traición de Judas (ya sabe, el que lo vendió a los sacerdotes..el iscariote), pero Judas se suicidó y Vd., nos lo ha devuelto, para que celebremos -como está mandado- su Pasión, muerte y Resurrección”. Barrabás seguía sin entender nada y ante la duda acertó a contestar con otra pregunta al gobernador: “Pero -oiga- ¿estos que me aclaman, no serán los seguidores de Jesús, porque me consta, que el pueblo se resistía ante la ocupación política y militar de los romanos...yo mismo encabezaba la resistencia junto a los...
En esto interrumpió al villano, el jefe del Consejo y echándole el brazo por el hombro, lo alejaba del balcón con el siguiente argumento: “Mi querido Barrabás, no sabe Vd., lo que este pueblo adora a los romanos, de hecho, en esta tierra, todos aprendimos a amar la Semana Santa, de la mano de los soldados romanos, con esas celadas airosas de plumas de avestruz...¡ya...ya disfrutará Vd., contemplándolos en los portentosos pasos de misterios al compás de la música y el izquierdo por delante, cuando nos haga el honor de presidir el palquillo!...Barrabás, sonreía atónito y desconcertado, sin capacidad de reacción, totalmente abrumado por la intensidad del momento, apenas podía poner un pié en el suelo, llevado en volandas por la innumerables muestras de apoyo y estímulo que le consagraban los aduladores impávidos. Era miércoles de ceniza, cuando el ladrón, convertido en héroe, se vió deslumbrado por los focos y luces rojas de las cámaras de la televisión de los tres colores. Un locutor rancio, impoluto de etiqueta y aparentemente agradecido, le hacía entrega de un cuadro, que todos los miembros que pertenecían al círculo vicioso, recogían cada vez que se cambiaba de lámina. Barrabás, seguía sin comprender nada. Habían pasado más de dos mil años y el pueblo continuaba aclamando a los ladrones.


miércoles, 23 de marzo de 2016

Me gusta, San Esteban

ME GUSTA, SAN ESTEBAN

Padre nuestro que estás en el cielo
Santificado sea tu nombre,
venga a nosotros Tu Reino...
Porque el Reino de Dios es muy parecido a un Martes Santo de la mano de un Niño y estoy seguro que debe tener el mismo color de San Esteban, cuando extiende el cielo de su Capa por la judería y explende de crema las paredes estrechas del vuelo de Aguilas. Decía su Hermano Mayor, cargando con toda la responsabilidad de sacar una cofradía a la calle: que su Junta de Gobierno había decidido hacer Estación de Penitencia...
Hagase Tu voluntad
en la Tierra como en el cielo...
Y al unísono se abrazaban acólitos y costaleros, nazarenos destocados de todas las edades, en un revoltijo de Fe, que se extendía como mar de lágrimas. Mi niño, confuso y entusiasmado, abría de par en par sus ojos de asombro y satisfacción y se aferraba a las manos de su abuelo. Por una mirada un mundo que lo despeja todo sin necesidad de palabras.
El pan nuestro de cada día
dánosle hoy...
pan hecho migajas de estampitas y caramelos, para los párvulos que anuncian la palabra de Dios sin saber el significado de tanta grandeza: “Pedid y se os dará...dad y recibireis”. Mi niño se cubría de gloria, bajo el capirote, pagando con el dulce amor de sus caramelos, todo el Amor que su tierna generosidad recibía. Sin perderme de vista, para que yo no me perdiera el orgullo de llevarlo a mi lado. El Reino de Dios ha de gustarse mucho del recorrido idílico que San Esteban había trazado con motivo de su 90 aniversario. Rodriguez Martín; San Ildefonso; Zamudio, San Leandro y Alhóndiga se perfilaban con puntadas de surtidores y conventos, para blanquear estrecheces paradisíacas, hasta alcanzar las anchuras de Imagen. El cielo no quiso esperar tanta dicha y se encapotaba con los peores auguríos.
El Dios de Abraham y Jacob, fiel a la Alianza del Antiguo Testamento, manifestaba todo el Poder y la Gloria de su nube, para abrirles las puertas de la Anunciación a su Divino Hijo, nuestro Señor de la Salud y Buen Viaje, Aclamado NO Burlado, bajo la inclemente lluvia.
Segundos antes de que ese nazarenito de mis entretelas, era retirado de las filas por Madre y las Santas mujeres que velaban por el, para tomar un refrigerio, antes de entrar en Carrera Oficial, se escribió la historia del inédito refugio del paso de Cristo en la sede de la hospitalaria Hermandad del Valle... y vinos entrar en su trono de fuego dorado, al Señor de la ventana entre un clamoroso aplauso... y sin solución de continuidad, su Madre bendita, María Santísima de los Desamparados, avanzaba precipitadamente por el pasillo de Amor filial que le habían improvisado sus hermanos buscando en todo momento a su Divino hijo, entre emociones y lágrimas unánimes que se confundía en el esplendor de su candelería en ascuas...¡que lástima!...pero ¡que incomparable consuelo, presenciar que el Señor hace NUEVAS, todas las cosas!.
Perdona nuestras ofensas
así como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden...
Tiempo muerto, impás para relajar nuestras ansias y necesidades, bajo los arcos que circundan los patios de la Facultad de Bellas Artes. Tiempo para la oración íntima y encargada por nuestros hermanos. Tiempo de concertar el desconcierto de una cofradía descompuesta en su orden. “Por su dolorosa Pasión, Misericordia Señor para nosotros y las víctimas del salvaje atentado por el que ofrecimos nuestra Estación de Penitencia”. Misericordia, Señor por tantas intenciones depositada bajo la túnica de este nazareno, que no tenía ni la mano de su Niño en esos momentos para aferrarse...No tardó el cielo en despejarse, aspirando todo el Azul de nuestras humedecidas capas. La cofradía color Sevilla, comenzaba de nuevo a formarse. “El Señor es compasivo y Misericordioso, lento a la ira, dispuesto al perdón” y escuchó mis plegarias. El Reino de Dios, parecido al Martes Santo, me devolvía esa mano menuda, imprescindible, cómplice de esta divina simbiosis que la providencia teje entre abuelos y nietos unidos en la Fe.
Y fuimos los dos, ese uno e indivisible que funde la diferencia de edad en un solo sentimiento. Y contemplamos, juntos, el prodigio de la Palabra; la buena nueva según Sevilla, que hizo posible el encuentro de dos pasajes: CORONACION y BURLAS en el mismo Evangelio. ¡Comprendes, Madre mía, como EL, hace nuevas todas las cosas!...
No nos dejes caer
en la tentación...Señor, perdóname, porque yo vi en los ojos de mi Niño, tu gracia santificante y fue entonces, cuando rompí la norma y corrí hacia el carro del hombre de la cera y cogí un cirio pequeño,- abandonado por otro Niño, que no quiso volver o no se lo permitieron sus mayores-, para hacer realidad el sueño que ardía en la mirada de mi nieto, radiante de satisfacción y lo coloqué en mi sitio de privilegio -el último tramo- tan cerca del Señor, para alumbrarlo de vuelta, cuando la tarde caía en su ocaso más indescriptible de azules San Esteban. Sí hermanos, todo fue tan hermoso, desde entonces, que el Reino de Dios, se parecía a un Martes Santo insólito de contrastes y estética... hasta la Luz destemplada de las “setas”, semejaba una cúpula fantástica, un “arca de la alianza”, entre la ingente multitud que presenciaba el misterio de la “Burla” al compás de “chicotás” valientes, poderosas, admirables y dignas del más puro clacisismo, en profusión de marchas escogidas para la gloria.

Y líbranos del mal...
Señor si acertamos o erramos, todo sea por dar testimonio de Fe... y a mí no hay quien me quite, que San Esteban, cumplió su misión con creces. Porque este nazareno abuelo, que no deja de alabarte y darte gracias, por haberle concedido la inmensa dicha en el Amor de acompañarte de la mano de mi Miño, -un años más-, escuchando lo que vi y viendo lo que escuché de su boca -aún sino creyéseis- Mirad y ved, que Bueno es el Señor, : “Abuelo estás rezando...sí, mi vida”... “Abuelo yo también voy rezando, para que tu me dures muchos años”. Como decía el poeta: ¡Tanto Amor, quien me lo quita!...¡Tanta dicha, quien me roba!

AMEN.

lunes, 18 de agosto de 2014

IN MEMORIAM

 A N/HNO. MAYOR DON JOSE LUIS GOMEZ DE SOTO

 Profundamente emocionado por los últimos acontecimientos que se van sucediendo de manera inexorable. Cuando, toda una familia reza para que el Padre acoja en su seno a uno de nuestros seres más queridos, en la fase terminal de tan terrible enfermedad; cuando el manto verde esperanza de la Virgen de los Reyes, aún retiene en nuestras pupilas las peticiones de oro de ley que su pueblo le confía en la mañana del eterno regreso, recibo la triste nueva del fallecimiento de uno de los hermanos más significativos de mi Hermandad de San Esteban.

Si a la vida le pusieran fechas, yo destacaría 1976; año en el que nació mi primer hijo varón y se hicieron realidad otros sueños, como el debutar como Hermano Costalero en la cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje. Por entonces, era Hermano Mayor de la Hermandad de San Esteban, D. José Luis Gómez de Soto, un hombre de mirada clara, como la de sus chispeantes ojos; pequeño, cual mesita de noche, pero grande como un “Stradivarius”. De su mano, conocí -aunque nunca me parase a agradecérselo- lo que es una Hermandad para andar como por tu propia casa; supe lo que es realmente vestir el “mono” de priostía y cambiarse en la sacristía, sin apenas tiempo de ajustarse la corbata, para asistir a los cultos de regla. Descubrí los milagros que era capaz de obrar una escuálida mayordomía y el esfuerzo ímprobo de un Diputado mayor de gobierno, por no dejar a la improvisación, el cumplimiento de unos horarios e itinerarios que parecían improvisados. 

Lo bueno y grande de las personas comprometidas, es no saber -en su momento- el bien que hacen ni la ilusión que cosechan, en el campo anónimo de sus hermanos. José Luis Gómez de Soto, me dió -en mano- la primera invitación, para que mi mujer, asistiera al milagro de contemplar la salida procesional de la cofradía, desde dentro del templo. Cosa impensable en nuestros días, pero que jamás olvidaremos los enamorados de una hermandad para siempre. También de sus manos, recibí el recuerdo imborrable del pergamino que me acredita como “Hermano Costalero” en el año del Cincuentenario y esa medalla -primigenia- (que cariñosamente bautizamos como “el cencerro” en el argot costaleril) que recortaba el arco ojival de San Esteban, firmada con la leyenda de “hermano costalero”. Pero todo esto que escribo, no es más que una ínfima muestra de la categoría que atesoró un hombre sencillo y entrañable que lo dio todo por la Hermandad de San Esteban, pasando por cada uno de los cargos de junta, que siempre desempeñó con igual celo e infatigable responsabilidad, porque como el mismo señalaba -transido de emoción- el día que recibió el merecido homenaje de la insignia de oro de la Hermandad: “San Esteban lo es todo para mí”. 

Al final, como reza la canción: “las obras quedan las gentes se van” -pero siempre nos alcanza el recuerdo de esos hombres -en el buen sentido de la palabra, buenos- la memoria escogerá el camino más corto para llegar de casa a la Iglesia; de la iglesia a casa, como lo hacía José Luis Gómez de Soto, de la mano de su fiel escudero -Mari Carmen- co-fundadores de la “comisión de hermanas de San Esteban, del mismo modo que el lo hizo -sin afán de protagonismo- siempre juntos, cortando las telas crema y celestes de las túnicas que vestirán las nuevas generaciones, cuando el tiempo sin tiempo de nuestros nietos, nos releguen a ver pasar -desde una silla de sierpes- la cofradía de nuestra vida. Embargado por la emoción de tan irreparable pérdida, me quedo con una frase de NH MAYOR, Don José Luis Gómez de Soto: “Para algunos, hasta luego, para otros, hasta el año que viene”. D.E.P.  

martes, 23 de julio de 2013

La Marcha AMARGURA tiene letra desde 1983

En 1981 se produjo la reorganización del grupo joven que desde hacía algún tiempo atravesaba un periodo de inactividad relativa, toda vez que continuaban sus tareas en dos ámbitos, el del campamento y el de la banda. Adoptarán la nueva denominación ya mencionada de «Grupo Joven» en vez de Organización Juvenil y sustituirán los cargos de su dirección, nombrados como presidente y vicepresidente por los de dos vocales que actuarían ejerciendo conjuntamente las funciones de dirección y coordinación del grupo. Esta renovada juventud se propone comenzar sus actividades con unos cursos de cultura cofrade, para el cual invitarán a conocidos cofrades de Sevilla, y con la organización de un coro que debía intervenir en todos los cultos solemnes de la Hermandad, ello se conseguiría a partir de la Navidad cuando hizo su presentación en la Misa del Gallo estrenando composiciones propias.
Ambos grupos juveniles, coro y banda, a partir del día 6 de enero de 1982, en la misma fecha y durante los años sucesivos irían al Hospital Infantil de la Ciudad Sanitaria Virgen del Rocío a llevar un poco de alegría y entretenimiento a los pequeños allí internados en la mariana de todos los días de Reyes.
Sería en los cultos cuaresmales de 1983 (Función Principal de Instituto, 20 de febrero de 1983) cuando el coro estrenó una adaptación de la marcha Amarguras con letra compuesta por NHD Antonio Sierra Escobar.
Dicha adaptación se repitió con bastante complacencia, en las respectivas funciones de la Hermandad de Jesús Cautivo de Santa Genoveva y la cofradía Servita.

Los nombres de los integrantes que en ella aparecen son (de izquierda a derecha y de arriba abajo)
Manuel Alfonso Espinosa de los Monteros Benítez
Ángel Solís Guisado
José Luis Ángel Rosa
Luis Tovaruela Díaz
José Antonio Morilla Fernández
Juan Carlos Romero Seco
Luis Alfonso Sánchez Ibargüen Esquivias
Luis Manuel Ruiz Copete
Rafael Hidalgo Bautista
Miguel Andreu Fernández
Antonio Burgos Díaz
Antonio Sierra Escobar
José Pérez Rodríguez
Manolo Puente Jiménez
Antonio Rivera Costales
José Antonio Márquez
Ana Mª Ruiz Copete
Inmaculada Parente Rioja
Marta Parente Rioja
Salud López Solís
Mariola Sánchez
Mª Desamparados Gómez Mármol
Macarena Gómez Recolta
Pilar Ángel Rosa
Yolanda Abascal Romero (entonces directora del Coro)
Toñi Gago Lozano
Mª Regla montes Rodríguez
Mercedes Lovillo Hidalgo
Mª Victoria Ruiz Copete
Francisco Javier Morilla Fernández
Inmaculada Ruiz Lasida
Macarena Gómez Mármol
Mª Carmen Barragán Viejo
Felipe Trigueros Reinero
Ángel Casado García.
                  He aquí la letra:

Señora; cual dulce es tu Amargura
cuando la tarde llora
su malva palidez...que es
la sombra del apostol amado
compartiendo a tu lado
todo el amargo sabor a hiel.
-Notas celestiales se aunan
para componer
canto dolorido
como un himno
a tu desdén.
Poema de luces 
Amargura de la miel
crepitar continuo
en la luz de nuestra fe.
La noche en los varales
no ha sabido comprender
el llanto de Amargura
que se mece en su "vaivén".

-Silencio ya
que los muros de cal van a sentir
la dulce voz
hecha flor de santidad
-Salve-
Reina del dolor sin par.
-o-o-o-o-o--o-o-o-o-o-o-o-o-o-

   Información extraída de los archivos de la Hermandad de San Esteban, gracias a la gentileza de Ana María Ruiz Copete.

sábado, 3 de noviembre de 2012

El "MONA-guillo" de San Esteban


EL MONA-guillo de San Esteban

En memoria de Antonio López Vera



Con el alba arremangada hasta las pantorrillas, te imagino jugando a la pelota sobre el mármol frío en la soledad de San Esteban. No es nada irreverente, picardías de niño, travesuras de los que prueban el vino de consagrar y las obleas, antes de convertirse en cuerpo y sangre de Cristo. Ese Cristo de la ventana que te miraba y seguro que se reía, porque veía reflejado en sus lágrimas la cara de un futuro hermano costalero. Si tantas cosas sabe de nosotros aquel que teniendo las manos atadas nos mira con infinita misericordia, que no sabrá el Señor de los que como tu, Antonio, fueron sus Mona-guillos antes de vestir el hábito nazareno, para después cambiarlo por la faja y el costal, aperos de labranza de una fe que nunca se cuelga, porque forman parte de la manera de ser y sentir que dura todos los días de la vida. Pero la vida como bordó el poeta: es una semana y no siempre sale el sol en Martes Santo para que no roce un varal por la ojiva de esa puerta. Hubo años; meses de marzo y abril, días tristes en tu vida, Antonio, Martes Santos grises, nublados y lluviosos en los que te encontraste solo ante tus sagrados titulares. Viajes falsos al paraíso, que quebraron tus fuerzas y te hicieron doblar las rodillas - más a tierra, los costeros- cuando el mundo se disfraza de amigos con el traje negro de capataz adulterado. Pero ahí está el secreto que guarda nuestro paso de misterio -ante la burla y el escarnio- la humildad y la paciencia del ungido, El que con la piedad de su dulce mirada nos dá la “caña” y la convierte en cetro que abre todas las puertas de misericordia y para un “Mona-guillo” como tu, siempre estuvo la puerta abierta para colarte por la sacristía aunque la ojiva pareciera cerrada y por si fuera poco, los hermanos de San Esteban sabemos desde la noche de los tiempos, que existe una ventana siempre abierta, donde aferrarse para recuperar la Salud y continuar el Buen Viaje por la vida. Y además de todo esto -por si fuera poco, gozamos del consuelo de una Madre que no nos deja nunca Desamparados y menos a los que fueron “corrientes” bajo sus trabajaderas; “fijadores” al dolor de su infinito quebranto y “costeros” para ajustar los vaivenes que da la vida y salvar con el sudor de la frente, la imposible y más que justa ojiva. Era el día de todos los Santos, cuando el Director Espiritual soberano y perpetuo de nuestra hermandad, te llamó para que le ayudases a bendecir el pan y el vino de los que viven eternamente -se acordó de aquel Mona-guillo de San Esteban- que quizás...¿quien sabe? ...le preguntó al Altísimo: ¿Señor, te importa que cambie el alba por mi túnica azul-crema?... “En verdad te digo, Antonio, que esta misma tarde, te servirá de mortaja para entrar conmigo en el paraiso.”



Antonio Sierra Escobar



domingo, 16 de septiembre de 2012

LUZ de San Esteban

EL HOMBRE BUENO DE SAN ESTEBAN

El hombre bueno de San Esteban es ligero, se desliza como si en sus pies portase las alas traviesas de un angel; habla con los ojos iluminados por la luz de la fe, sus palabras son ligeras –un tanto atropelladas- porque brotan de los arroyos cristalinos donde se bebe a borbotones la Buena Nueva del Evangelio. El hombre bueno de San Esteban es alto como torre de sabiduría y frágil como el junco que dá buenos mimbres, tiene las sienes plateadas por las huellas del tiempo, aunque por más años que pasen, conserva esa eterna juventud que solo distingue a los limpios de corazón. El hombre bueno de San Esteban es un fortín sustentado en los cuatro puntos cardinales de la virtud: hecho toda prudencia en claro espejo de justicia, dechado de fortaleza y ejemplo de templanza. Desde que conocí al hombre bueno de San Esteban, aquel lejano Martes Santo en una misa de hermandad, delante de los pasos, aún sin ser hermano, supe que esta hermandad tenía un privilegio, un don añadido por la varita mágica del Amor de Dios y aún así, no somos concientes de la magnitud que supone para una hermandad, el hecho de gozar espiritualmente de una dirección como la del hombre Bueno de San Esteban.
 
 Aunque me pierde la tentación, no quisiera que mi mano izquierda se enterase de las miles de cosas que ha obrado la diestra del hombre Bueno sobre todos los que hemos acudido a implorar sus favores. No hay más placer que verlo todos los días allí, en su casa de San Esteban –entre nosotros- solícito, entregado desinteresadamente, cada vez más perfecto en la caridad, partiendo el pan y bendiciendo el vino, mirando hacia ese rincón del cancel donde parece que va a salir a su encuentro desde el paraíso, la figura menuda de su madre. El hombre bueno de San Esteban, sí…Don José Robles.
 

martes, 9 de agosto de 2011

"El Lirio"


Mucho tiene que ver el Martes Santo con la Buena Muerte, entendiendo el tránsito como un Buen Viaje ha cia la morada donde se produce el eterno descanso. La vida es un calvario que puede convertirse en monte de la calavera cubierto de cardos y espinos, cuando las circunstancias nos vuelven la espalda y el infortunio nos condena a partir a una edad que no nos corresponde por ley de vida. El cristo de la Buena Muerte, dormido ante el asombro del mundo en el árbol donde el Amor grabó el corazón partido en dos mitades, descansa sobre el calvario alfombrado de lirios, pero uno de estos lirios azules, como el profundo color del cielo en la avenida, cayó al suelo del paso de la “burla”, para mandar eternamente en la estación de la gloria a su Cristo de la Salud y Buen Viaje. Menuda cuadrilla de hermanos costaleros, se está formando allí arriba, cuando el Señor ha mandado igualar en un mismo año, tanta gente buena. ¡Oído, que va a llamar!, si te digo su nombre: Manuel Pérez Ayala, quizás no te creas, que a la edad de 54 años, cuando se alcanza la plenitud de la madurez,halla fallecido en manos de los enemigos de la carne, en cambio si escribo: “El Lirio”, todos meteremos los riñones aplastándo el costal fuertemente contra las trabajadoras y rechinando los dientes, porque su voz produce ese escalofrío imponente que hace que los hombres nos sientamos hermanos y costaleros para siempre bajo su mando. Ese lirio tronchado por la vida, continuará siendo la flor del calvariio de la Buena Muerte, imposible de marchitar su recuerdo como capataz joven, curtido en mil batallas por los maestros del martillo e imagen viva del saber estar y la apostura –sabia nueva de los viejos capataces que hacían con su voz rota, posible los milagros de cada nuevo martes Santo. Nadie supo mandar como “El Lirio” –“los dos costeros a tierra en el más a tierra de los costeros”; nadie supo crear tanta pasión, orgullo y disciplina en los hermanos costaleros de San Esteban; nadie vió más pena de dolorosa en el rostro sereno de su enlutada madre –la hermosa madre del “Lirio”- que acompañaba sus sueños de juventud con el rostro descompuesto de la misma Virgen de los Desamparados –las madres saben mejor que nadie de lo efímero de la vida, cuando está escrita una profecía-. Apenas intercambié un saluda con Manuel Pérez Ayala, pero no hacía falta conocer  otra cosa de la personalidad de “El Liiro”, más que prestar atención y oído a lo que el mandaba y sabía mandar, hasta que una tarde por la estrechez de la alcaicería de la loza, me salí de la cuarta del palio –exhausto y sin fuerzas- para transmitirle que no podía más. El se interesó por mi salud y me dio un fuerte abrazo que aún retiembla en mi olvidada hernia discal, de esto hace la friolera de 30 años. Hoy quisiera trasladar el repeluco de ese mismo abrazo de pésame a todo su familia, cuadrilla y hermandad completa de San Esteban conservando la imagen garbosa e imponente de este capataz que está igualando a tanta buena gente allá arriba.

Descanse en Paz. MANUEL PEREZ AYALA -"El Lirio"



lunes, 14 de febrero de 2011

Hombre de San Esteban


A MANUEL PÉREZ SUAREZ, hermano.


Lo ví por última vez en San Lorenzo, cuando la Sevilla cofrade, daba gracias al Señor por el acto de aquel desgraciado que le alzó la mano –por defecto de amor más que por exceso de maldad- llevaba en sus fosas nasales las gomas de la respiración asistida y su aliento exhalaba el hierro mohoso que apuntalaba la desvencijada estancia de su vida. Siempre con la frase de cariño y admiración en su boca, delatada por el recuerdo de los viejos tiempos –las glorias de San Esteban- la Hermandad donde nos conocimos bajo las mismas trabajadoras que nos hicieron hermanos: “Sierra, todavía me acuerdo del bocadillo que le robé a tu mujer –haciendome pasar por ti- debajo del paso”. El –ay- del repeluco, recorre todo mi ser al conjuro de aquella anécdota que siempre repetía, Manuel Pérez Suarez. El ¡ay! de una “soleá” que busca su mano, recia, incansable, amiga y maestra en el arte de la priostía. Aquel ¡ay¡ que pedía los “costeros a tierra” -¡más a tierra!- hasta alcanzar el milagro que cada Martes Santo se produce en la Puerta de Carmona. Manuel, era hombre de San Esteban, de los que se calzan el “mono” de trabajo y le incomodaba la chaqueta del protagonismo; de los que se apuntaron a la delirante aventura de fundar la cuadrilla de hermanos, cuando los ensayos buscaban las claritas de la mañana. De los que se pudieron contar con la mano –esa mano- que él tendía  dispuesta a echar por su Hermandad con la sonrisa particular del “perragorda”. En fín, Manuel, me quedaré con la anécdota, de esos gloriosos días que llevan en la memoria grabado el mejor azul cielo de San Esteban, con tu mano varada –como un ¡ay! Perpetuo- en el fulgor de plata que abre paso a la Madre de los Desamparados por el proceloso mar de la fe. Allí estarás para todos los que queramos abrazarte cada nuevo Martes Santo. Descanse en Paz; Manuel Pérez Suarez.

viernes, 19 de febrero de 2010

SALUD y BUEN VIAJE


La penumbra es un olvido de la luz cuando se dirige a alumbrar una escena del arte. Este olvido no pierde su encanto, más bien envuelve el ángulo en la vaga nebulosa que oculta ante los ojos un detalle sagrado. En penumbra las sombras se alargan dibujando el perfil inaudito que hace cobrar una nueva dimensión a la sagrada Imagen. La exacta geometría de los cirios, retienen espasmos de luz en sus pabilos, para que el lacerado rostro del Nazareno recobre humanidad en cada oscilación del aire preso. En la penumbra yace el Dios reflexivo, las mañanas de su íntimo Quinario; llora y hace dignas nuestras lágrimas, justas nuestras penas, ligera la cruz que cada uno portamos. Lo arroparon con una clámide púrpura, terciopelo de desagravio, para tapar las burlas al Rey de los judíos. La penumbra descubre sus manos atadas, advirtiéndonos la realidad de habernos hecho libres, la cruda realidad de que en nosotros mismos está la solución de los problemas que acucian al hombre. No cabe más que un rezo en la penumbra, la oración que El nos indicó siguiendo su divina enseñanza: Padre Nuestro.

La romántica leyenda que prestó su advocación a nuestro Venerado Titular, merced a la cantidad de viajeros que salían o entraban en la ciudad por la Puerta de Carmona, encomendándose al Cristo de la “ventana”e invocando SALUD Y BUEN VIAJE, cobra en la actualidad un marcado relieve social por la delicada situación que atravesamos. En plena celebración del año nuevo, cuando la mayoría de las familias se sientan alrededor de una “buena” mesa para despedir un año especialmente duro y dar la bienvenida a un 2012, cargado de expectación y dificultades, reparé en un llamamiento que hacía alguien de nuestra Hermandad, através de la página de facebook, elevando una oración a nuestro CRISTO, por ser el titular de la advocación que mejor refleja, la voluntad e intenciones que la mayoría de los cristianos sentimos al desear de corazón a todos nuestros seres queridos, amigos y familiares. Me pregunto, si independientemente a nuestras debilidades humanas, ¿hay algo más importante que el don de la SALUD? Y me atrevo a añadir si ¿existe mejor suerte en la vida, que disfrutar del BUEN VIAJE que proporciona el esfuerzo, la entrega, el sacrificio de compartir con los tuyos, nada más y nada menos que “seguir adelante”?. Tan solo con esas dos preguntas y mirando a nuestro CRISTO, encontramos la respuesta: Cuando se nos cierran todas las puertas EL, nos abre la ventana y mirando su perfil entre los hierros con que nos enreja la vida, encontramos la Humildad que nos unge de gracia santificante y la Paciencia que enjuga todas nuestras lágrimas condensándolas en las cinco perlas que resbalan por sus mejillas. Precisamente, por esas dos rotundas palabras que conforman su bendito Nombre, Nuestro Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje, merece ser el Patrón del Nuevo Año. Cristo Rey, Emmanuel -Dios con nosotros- que nace y renace en el portal dentado de San Esteban, regalándonos el don de la SALUD preciada y nos echa el capote de su purpura clámide para que abriguemos la esperanza de gozar de un Buen Viaje por la vida. Su advocación bendita, se hace digna y merecedora de esta reflexión, por eso al principio de cada año, especialmente un año tan crítico e inquietante, como el que se nos presenta, su Imagen debe ser el referente y principio de todos los esfuerzos y compromisos que vamos a encontrar como obstáculos; de todos los sacrificios y ejercicios de caridad y solidaridad que hemos de emplear en favor de nuestros hermanos más desfavorecidos. Aferradas a la reja de su ventana, veremos este año, las manos del Paro, el desahucio y la precariedad, la soledad que no entra en las iglesias ni en la Casa de Hermandad, porque siente pobreza vergonzante, pero que en el fondo sabe que lo tiene a EL, porque la fe no lo dejará nunca Desamparado. Con la felicitación y el precioso deseo que formula la bendita advocación de nuestro Divino Cristo: SALUD y BUEN VIAJE, os exhorto a todos mis Hermanos de San Esteban, para que seamos capaces de separar lo superfluo de lo fundamental, unidos en este año nuevo tan decisivo y trascendental, por la Caridad, seña de identidad que debe distinguirnos como cristianos o simplemente hombres de buena voluntad. Precisamente fue nuestra Madre, la primera que alargó su mano en el día gozoso de la Esperanza, para que selláramos con un beso de Amor, nuestro compromiso con el prójimo de cara al nuevo año.

Antonio Sierra Escobar
para el Boletín de la Hermandad de San Esteban.

miércoles, 31 de enero de 2007

DE SAN ESTEBAN...

Banner del Calendario de Cultos de la Hermandad para el Curso 2009-2010




una dedicatoria que agradecemos infinitamente -Cincuentenario de la Hermandad- 1.976, el año que ingresamos como hermano de San Esteban. (el foro cofrade)
Procedente del arch. Barcaiztegui. Bellísima aportación (años 60 s.xx)
Martes Santo 2009 Primer viernes de Marzo, 2009 Piadoso Besapiés


Solemne Quinario 2009.- "nazareno de luz"
Rafael Franco, sacando el Palio de San Esteban (con los míticos "ratones")
HASTA SIEMPRE, querido CARLOS... DESCANSA EN PAZ a la luz de la Misericordia de nuestros Sagrados Titulares http://www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=44735 18 de Diciembre de 2008
...Nos situamos en la alfalfa, finales de los cincuenta-principios de los sesenta (siglo pasado), el primer paso de la hdad. de San Esteban, se luce en un radiante Martes Santo a pesar del glorioso blanco y negro de la foto de la época. (Gracias, DAvid) Este señor es D. MANUEL GALIANO DELGADO; autor de las dos Dolorosas "hermanas" del Martes Santo. Vaya nuestro respeto y admiración.
Estación de Penitencia,Martes Santo 2008 (el palio recupera la antigua gloria de la Virgen del Rocío tallada porSebastián Santos)


Estación de Penitencia Martes Santo 2007
AHORA MAS QUE NUNCA DE SAN ESTEBAN Ahora más que nunca pienso en aquella Hermandad que conocí hace más de treinta años. Una Hermandad apasionada, inmersa en la ilusión y enorme responsabilidad que asumía al poner sus dos pasos a la calle con cuadrilla de HERMANOS Costaleros. Una Hermandad, donde los lúgubres y fríos días de Enero, se convertían en calurosas veladas de sábado de ensayos familiares; donde la voz quebrada de los capataces HERMANOS, sonaba en el silencio de la noche cerrada a repeluco de auténtico Martes Santo, tras burlar los dientes de la ojiva las últimas macollas de los varales forrados con tela. Más que nunca recuerdo esos momentos imborrables, cuando el paso de misterio cargado de sacos de arena, paraba en la Alfalfa y un costalero HERMANO -de la primera- alto y espigado se subía al sitio que hoy ocupa-más o menos- el “perragorda” a repartir suculentos bocatas, mientras otro hacía lo mismo con las cajas de botellines, entre la algaravía de la cuadrilla; la guasa del aparcamiento de los pasos por la calle Amador de los Ríos, donde quiero recordar que un bar de algún conocido de la HERMANDAD nos esperaba y las hermosas claritas del día por la estrechez de Fabiola, donde incluso llegó a engancharse entre dos balcones, el palio. Ahora más que nunca, recuerdo aquella HERMANDAD, simple y llana de barrio del centro y al bueno de su HERMANO Mayor, enjuto de nariz aguileña y sonrisa instantánea, tan macareno en su cita ineludible con las sabatinas, tan de SAN ESTEBAN, que su Teniente decía: “mira si es bueno que no lo puso nadie en el cargo, sino que estaba aquí por la gracia de Dios”. Y bien que lo estaba -todos los días- en la primera casa HERMANDAD, esa que tenía tres pisos de escalera, frente a la vieja ferretería de la Puerta Carmona. Allí se hacía presente Paco con el mono azul de trabajo o su chaqueta beig de cuadros; como también lo estaban la mayoría de sus oficiales y muchas mujeres empeñadas en aprender el noble oficio del corte y la confección de túnicas. Y recuerdo ahora más que nunca a un gran HERMANO que se mantuvo siempre en el anonimato, cuando su labor era realmente encomiable, a un excelente amigo que todas las semanas, hacía junto a sus Diputados de tramos, el recorrido de la HERMANDAD paso a paso y minuto a minuto para ensayar exhativamente el horario e itinerario de la cofradía en la calle. Como también recuerdo y quiero recordar ahora más que nunca, el trabajo y la dedicación de una priostía que solo le faltaba dormir en el cancel de la Iglesia para consagrarse en cuerpo y alma a la preparación de un campamento que llevaba a disfrutar a los niños y jóvenes marginados a la sierra de Cádiz y a un grupo joven siempre dispuesto y al servicio de su HERMANDAD, empeñado en desarrollar la cultura cofrade, fundador de un Coro que empezó cantando la Salve Rociera y terminó poniéndole estrofas al himno de Amargura. Tantos buenos recuerdos se agolpan de momento, que es imposible destacar los sinsabores que sin duda hubo, ha habido y habrá. Pero esa HERMANDAD en la que yo siempre pienso, aquella que recuerdo ahora, la de los seiscientos HERMANOS y poco más de trescientos nazarenos; la que creció por entonces y siguió creciendo desde el hospitalario exilio de San Idelfonso, en la que ingresaron los hijos de ilustres alcaldes y destacados ediles hasta triplicar casi, su número de HERMANOS, viéndose obligada a improvisar juegos de insignias para no hacer interminables las filas de nazarenos que engrosaban la cofradía; la HERMANDAD de SAN ESTEBAN, por todos tan querida, la que goza de tanta simpatía en la Sevilla cofrade, la que en estos momentos TAN DELICADOS necesita de todos, porque hay HERMANOS que están sufriendo mucho mal que les sepa imposible a algunos y se estén frotando las manos otros. En esa HERMANDAD es en la que yo estoy pensando –ahora más que nunca- en la que siempre ha sido y tiene todo el futuro por delante para cuando queramos hacer HERMANDAD. ...el amigo lacava nos dispensa estas dos instantáneas con sabor añejo, procedente del extraordinario archivo de Barcaiztegui.


PASAR EL QUINARIO

La Hermandad de San Esteban, está pasando un auténtico quinario y no precisamente el que anualmente se le consagra a su Amantisimo titular –salvaguardado por sus fieles que saben honrarlo como todos los años- sino otro particular Quinario, mucho más amargo e indeseable del cual se está haciendo eco todo la Sevilla cofrade. Este “quinario” está protagonizado por unos abrazazancos capitaneados por sus cabecillas –no hay motín sin cabecillas- los llamados capataces hermanos a los que después de multitud de críticas y años de tolerancia dando avisos de su forma tan poco ortodoxa de mandar los pasos –el pueblo es soberano- y nuestro Hermano Mayor respaldado por su Junta de Gobierno, destituyeron implacablemente, buscando en todo momento la seriedad y garantía que le ofrecían la reconocida dinastía de los Ariza. Las primeras reacciones no tardaron en provocar escándalo, porque claro, a la valentía y el tremendo arrojo que supone, destituir a gente que llevaba ejerciendo su particular dictadura de abrazazancos, lo intentaron confundir con un golpe de estado que cercenaba 30 años de historia en la hermandad de San Esteban. Comenzaba así el “quinario” de insultos y descalificaciones, de asalto a la casa de hermandad, de pedir por la fuerza y violentamente, la cabeza del que había tenido la VALENTÍA de cortar por lo sano con décadas de figurones que aferrados al palo, habían hecho las trabajadoras suyas, como leños grabados con su nombre propio en detrimento de los que aspiraban en justicia a ocupar el sitio que le correspondía y que no estaban dispuesto a soltar –por más que pasaran los años- sopena que anduviesen los pasos mal igualados, sin estilo propio, improvisando unos cambios que buscaban tan solo el aplauso fácil por la cuesta del Bacalao amén de los chavacanos inventos de cuyo nombre no quiero acordarme. Continuando con los tristes dias de “quinario” la impotencia de estos mal llamados hermanos, se fue convirtiendo en miedo…y el miedo como todos sabemos es una perturbación angustiosa capaz de faltarle el respeto a lo más sagrado, como son nuestros Amantísimos Titulares, como es nuestro templo, como lo son sus propios hermanos representados en el apellido ilustre de los Ariza, boicoteando los ensayos, incordiando a los chavales que llenos de ilusión acuden a las trabajadoras, grabando el logotipo de su propia cizaña en una camiseta de protesta impresentable. Pero lo que no saben estos señores de la faja y el costal que quisieron mantener su coto privado en San Esteban, es que a lo largo del “quinario” que estamos pasando, la luz de la verdad, nos está liberando…y ya no es tan león ni fiero como lo pintaban nuestro hermano Mayor, es más se ha hecho todo un dechado de paciencia y humildad, dejando en evidencia a los que se escondían bajo la falsa clámide de su protagonismo. Y como no hay Quinario sin Función Principal, espero que en estos delicados momentos, hagamos todos nuestra protestación de fé el próximo domingo, a las plantas de un Cristo que llora en estos momentos de vergüenza. SALUD Y BUEN VIAJE.

Interesantisima postal de época que nos llega de la mano del estimado forero Ciriales_arriba, significativa de la década de los 50 del pasado siglo. La virgen luce bajo el palio granate de carrasquilla. Foto el Corre. VOLVER DE REGRESO.... No es un volver con la frente marchita ni las huellas del tiempo marcada en la sién, es un regreso a la silla de nea de los corrales aquellos, donde te sentabas al fresquito de la ventana de siempre para llenar de SALUD y BUEN VIAJE a todos los vecinos que pasaban. Tampoco eres el paciente ilustre que vuelve del hospital tras ser operado, ya que la gravedad de tus heridas no tienen curación en esta vida, pues tu reino no es de este mundo. Regresarás como aquel día del siglo XVII, en que un autor anónimo, sacó a la luz de Sevilla el esplendor de tu Bendita imagen a semejanza del mismo hombre modelado por el barro fruto de la tierra y la impronta del arte y lo harás por el camino que recorrieron los padres fundadores de San Esteban, un camino que solo tus ojos tornados hacia el suelo conoce porque es el único que está regado con Tus lágrimas...Ya sabes, Señor que nunca estuvistes sólo, ya que tu tiempo en la Cartuja, siempre estuvo marcado por el reloj de nuestros corazones, que impacientes y lleno de anhelos, rehabilitaban el arruinado refectorio de una de las mayores devociones de Sevilla, que como la tuya necesitaba recuperar su memoria histórica. Mañana miércoles, muchos serán los llamados para asistir a tan esperado regreso...pero a la hora de recobrar tus adorables andas, sólo serán cuatro los escogidos para llevarte de nuevo a San Esteban. Cuatro hombros para el recuerdo, cuatro claveles que han tenido la suerte de contemplar desde la ojiva del cielo, la luz de tu rostro, cuatro faroles que seguirán alumbrandote aunque nosotros no lo advirtamos...ellos estarán ahí como siempre estuvieron con la presencia de sus nombres: Paco Montes; Paco Hernaez; El Mundi y el bueno de Montero, entre tantos muchos relevos que ya no se encuentran con nosotros. 2006.-AÑO HISTORICO DE LAS RESTAURACIONES.- En el mes de Marzo fué devuelta al Culto la Imagen de Ntro. Padre JESUS DE LA SALUD Y BUEN VIAJE con apenas tiempo suficiente para consagrarle su Anual Quinario, después de varios meses sometido a un proceso de restauración integral por parte de los Técnicos del I.A.P.H. De igual forma, fué restablecida la venerada imagen de María Stma. MADRE DE LOS DESAMPARADOS, el día 6 de Diciembre de 2.006, coincidiendo con su Besamano.


EL HOMBRE BUENO DE SAN ESTEBAN

El hombre bueno de San Esteban es ligero, se desliza como si en sus pies portase las alas traviesas de un angel; habla con los ojos iluminados por la luz de la fe, sus palabras son ligeras –un tanto atropelladas- porque brotan de los arroyos cristalinos donde se bebe a borbotones la Buena Nueva del Evangelio. El hombre bueno de San Esteban es alto como torre de sabiduría y frágil como el junco que dá buenos mimbres, tiene las sienes plateadas por las huellas del tiempo, aunque por más años que pasen, conserva esa eterna juventud que solo distingue a los limpios de corazón. El hombre bueno de San Esteban es un fortín sustentado en los cuatro puntos cardinales de la virtud: hecho toda prudencia en claro espejo de justicia, dechado de fortaleza y ejemplo de templanza. Desde que conocí al hombre bueno de San Esteban, aquel lejano Martes Santo en una misa de hermandad, delante de los pasos, aún sin ser hermano, supe que esta hermandad tenía un privilegio, un don añadido por la varita mágica del Amor de Dios y aún así, no somos concientes de la magnitud que supone para una hermandad, el hecho de gozar espiritualmente de una dirección como la del hombre Bueno de San Esteban. Aunque me pierde la tentación, no quisiera que mi mano izquierda se enterase de las miles de cosas que ha obrado la diestra del hombre Bueno sobre todos los que hemos acudido a implorar sus favores. No hay más placer que verlo todos los días allí, en su casa de San Esteban –entre nosotros- solícito, entregado desinteresadamente, cada vez más perfecto en la caridad, partiendo el pan y bendiciendo el vino, mirando hacia ese rincón del cancel donde parece que va a salir a su encuentro desde el paraíso, la figura menuda de su madre. El hombre bueno de San Esteban, sí…Don José Robles.
BIENVENIDA POETICA ... Tengo las manos atadas por una soga en el cuello si supieras -Madre Amada- cuanto te he echado de menos... felizmente restaurada vuelves a la vera mía para darme compañía y mi espíritu se eleva -Bienvenida a San Esteban- CAUSA DE NUESTRA ALEGRIA. SAN ESTEBAN EN LA CAMPANA vaya nuestro homenaje de cariño, respeto y admiración a aquellos que nos enseñaron el saber ser DE SAN ESTEBAN... 1.940.- Se produce la incorporación al paso de las figuras secundarias que configuran el misterio. Boceto del misterio de la "burla" tal y como lo concibiera el maestro A. Castillo Lastrucci. 1950.- La espelugnante salida de la Virgen de los Desamparados, se vió realzada por el bordado de las caidas laterares del palio que le bordara Carrasquilla, anterior al actual. Curiosa foto de época; el paso del Señor de la Salud y Buen Viaje adquirido a la Hdad. del Cachorro, sorprendido por un aguacero en la confluencia de la Plaza Pilatos (Foto colección Farfano)1.931 La Virgen en su primera salida; procesionó bajo el antiguo palio de la Virgen de Montserrat.(foto colección Farfano) Primera Salida Procesional, sobre las andas del mítico paso gótico del Señor de las Penas de la Hdad. de la Estrella(Martes Santo 26 de Marzo 1.929) una

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