FELIZ NAVIDAD

jueves, 11 de diciembre de 2025

FATMA


 Ya estás invadido por la Gracia, abstraído del mundanal ruido; solo hay cabida para el recogimiento, eres oración universal del rezo del Santo Rosario, en comunión de lenguas; sin distinción de razas, color, condición social, estado, creencias, ideología. Tú atención se centra en la Naturaleza de Fátima, tierra de María Santísima, sin fronteras, donde todo el mundo se siente Acogido y amparado por el Espíritu Santo. 

Lo que viene después del Santo Rosario, es pura Apoteosis, una multitudinaria procesión de velas, donde el silencio se hace emoción cuando el cielo se abre para que gozemos la presencia de la Imagen vicaría de la Señora Blanca, resplandeciente. Tras la Santa Cruz Blanca, encendida, peregrinos, devotos, visitantes, atónitos, trazando una luminaria que enciende la noche de plegarias y cantos del Ave María. El resplandor de la VIRGEN chiquitita, no es de este mundo, hay que estar allí para verlo y vivirlo, sentirlo y grabarlo en el corazón, para toda la vida. ¡No hay palabras! es lo más parecido a un milagro, es simple y llanamente, el Espíritu de FATIMA. 




Algo, te habían contado; habías visto en distintos reportajes, en tus revistas por RRSS o documentales televisivos; conocías la historia de aquel 13 de Mayo de 1917, la historia de los tres Pastorcitos; el destino de Lucía, Jacinta y Francisco; las Apariciones. Cuántas veces, habrás vista la película en blanco y negro; el milagro de aquel 13 de Octubre de 1917, en el que "Vicente Price" se convertía al contemplar la curación de su mujer.


El misterio; la leyenda; los tres Secretos de Fátima, revelado a los niños; las profesias cumplidas, como el hambre, la segunda guerra mundial; el atentado sufrido por el Santo Padre el papá, Juan Pablo II, un 13 de Mayo. 

Hasta que el destino, te llevó a viajar a Fátima; entraste por la rotonda de los peregrinos, te hospedaste en el hotel Áurea, a menos de diez minutos andando hasta la Basilica. Era noche solemne de Diciembre, vísperas de la Inmaculada. El cielo razgado, hecho jirones de algodón, donde asomaba una luna encendida. Caminando por la ancha avenida, adornada con luces de Navidad,  te cruzabas con pocos transeúntes. Los comercios de restauración apenas con algunos clientes dentro, hacia un frío húmedo, las tiendas de souvenirs, habían echado el cierre a las 19,30 de la noche; te preguntabas por el camino, ¿Donde están los peregrinos o visitantes? Que poco ambiente se respiraba...cuando de pronto, la silueta del Pontífice, Pio XII, se recortaba, en un blanco fantasmagórico de gran tamaño, en la oscuridad de la noche, señalando la llegada a las puertas de una Gran mole de planta helicoidal, a su izquierda un pasillo delimitado por tímidas luces, por donde transcurrían unas veladas sombras. Fue entonces, cuando surgió de súbito la LUZ, el impacto visual de la gran explanada, al fondo de la cual, se divisaba el horizonte arcado de la Blanca Basílica, presidida por la Torre del reloj que marca las horas del Ave María. ¿Donde está la Virgen? te preguntabas en medio de la anchura de mira, donde a cada paso se iba abriendo la LUZ, pero no una LUZ cualquiera, era una LUZ que salía desde dentro, hacia fuera, una grácil LUZ, que te hacía descubrir el misterio de los penitentes, que recorrían aquel pasillo a tu izquierda tenuemente iluminado. Era esa LUZ, que sacudía tus entrañas y te conmovía al contemplar la fila de penitentes, fieles de todas las edades, sexo y condición, que postrados de hinojos, gateando, en silla de ruedas o en camillas, avanzaban lentamente, para cumplir sus abrumadoras promesas. 


Era la LUZ que brota del Espíritu; que ilumina a los que están cansados y agobiados; a los que por la FE, buscan sanar atraves de este Valle de Lágrimas; buscando una respuesta que les devuelva la ESPERANZA. Una LUZ, que se extendía y abrazaba aquel lugar, Santo y nos inundaba con su resplandor, sin necesidad de filtros, altavoces, ni inspirados panegíricos evangelizadores, solo y exclusivamente con el aroma salvífico de santidad que se respiraba en el ambiente. 

Continuará 

miércoles, 10 de diciembre de 2025

PEDRO MANZANO


 PEDRO MANZANO, tuvo la incomparable misión de desprenderse de sus sentimientos cristianos-cofrades, para plantarse Cara a Cara, ante la ESPERANZA Universal. Su capacidad profesional, la excelencia de su oficio, se antepuso, ante cualquier indicio de elevación y traspaso al firmamento devocional y la energía espiritual que transmite, el roce y el tacto con la venerada imagen de la Macarena. Que enorme responsabilidad la del cirujano de excepción, Abstraerse del icono, para que sus cuatro sentidos se centrarán en devolver a la VIRGEN de Sevilla, su Sublime aspecto histórico. Pedro Manzano, con su exquisito temple, su distinguida Humildad y su probada solvencia, fue hurgando, descubriendo, resanando, hasta llegar al origen, de la inconmensurable obra de Arte, de la talla de autor desconocido, pero del sXVII, de la Madre de Dios, que vive en la Macarena. Por eso, las manos de Pedro Manzano, no fueron humanas en esta misión tan arriesgada como trascendente. Sus manos llegaron a la excelencia de bisturí, al trabajo milimétrico y especialista de los eminentes cirujanos de la restauración, al arte sacro inspirado por los ángeles y los santos. Devolver al culto, la ESPERANZA y en su caso, la ESPERANZA, malograda, por la desafortunada intervención del catedrático, que fue su maestro, no es tarea baladi, más bien delicada empresa, reservada a los genios y virtuosos. Ante el diluvio de presiones y la máxima expectación suscitada, Pedro Manzano, se consagró a su trabajo, encerrado en la soledad de la habitación donde reposaba la celestial Princesa, en la segunda Planta del corazón de todos los sevillanos y devotos del universo. El secreto de sus conversaciones con la Virgen, el susurro de tantas oraciones y ruegos encargados, la respiración , la atmósfera de pureza y unción sagrada, quedaron impresas en las manos del insigne maestro de San Fernando, para siempre. Desde el primer momento de su designación, el habló con medidas palabras, si rehusar el riesgo de tan delicada empresa, nos devolvió la calma, nos resaltó la ESPERANZA de lo reversible, acarició la idea del feliz reencuentro con la Madre. Así fue, hasta la culminación de su excelente trabajo. Tras las pertinentes pruebas de iluminación, sus manos habían llegado hasta el origen de la policromía, más pura y limpia que recién salida del taller de aquel autor desconocido que se cubrió de gloria al regalarnos el enigma de la risa y de la pena, la semilla que sembró Dios, para que brotara la Macarena. Por eso, las manos de Pedro Manzano, quedarán marcadas en el tiempo, merecen todas las muestras de admiración y agradecimiento que se le rindan, son  dignas de una calle, una avenida, un monumento y las medallas de oro al mérito. Como sevillano, como cristiano, cofrade y devoto, yo me rindo ante el más grande en Humildad y oficio. DOY mis más sentidas GRACIAS , mi más profundo respeto y admiración , -con luz y taquígrafos- a ese hombre que nos devolvió la ESPERANZA en su máximo esplendor, más hermosa y radiante, si cabe, que lo estuvo nunca. Y beso su mano, D. Pedro Manzano. Que Dios le Bendiga.


lunes, 8 de diciembre de 2025

LOS GOZOS +REEDICION

 




Alfonso Grosso 1954, Centenario de la Bula Pontificia. Altar del Jubileo. S.I.C. de Sevilla.

Todo lo bueno y lo malo, arranca de la niñez que es el patio del colegio donde jugamos . Para bien o para mal, alguien muy querido o muy odiado, nos inculcó el cariño, la devoción o el rechazo a lo que con el tiempo se convirtió en tradición u olvido. En mi caso el patio que recuerda naturaldesevilla en esta noche destemplada por el redoble del viento y la lluvia, era del Colegio La Salle, para más señas, bajo la advocación y el patronazgo de la Purísima. En fecha tan señalada, la memoria escoge el camino más corto para emocionarme con esas cosas –que por increíbles y fantásticas- son más sencillas de lo que parecen. Se trata de soñar en esta noche inclemente, rozando con la punta de los dedos de un niño, las estrellas de aquel camarín celeste, donde la imagen de la Pura y Limpia relucía en el máximo esplendor de la capilla Lasaliana. Después alguien que hablaba con el corazón más que con el entendimiento, nos envolvía con la historia sagrada de la joven doncella desposada con José. Aquella a la que el ángel del Señor anunció con el Dios te Salve, María; la pintada en plena gloria por los pinceles de Murillo; la sevillana cieguecita de Martinez Montañez; la musa de Alonso Cano; la mil veces copiada, cincelada, labrada y concebida como apoteosis de las Bellas Artes. Y no era más que una joven, piadosa, discreta y humilde, como aquellas mujeres de carne y hueso que nos acercaron al altar de su Belleza y nos enseñaron a rezar, juntando las palmas de las manos, al admirar su imagen cargada de unción. He aquí el principal misterio, en el que mis cortas luces, alcanzan a descubrir la Inmaculada Concepción de María, por encima de subterfugios y enrevesados misticismos. Ella representa la Plaza del Triunfo de la humildad y por eso la corona en su cima, como Pura y Limpia alegoría de la tierra que lleva su nombre por lema. Cuando todo resulta confuso e impensable, Ella continua siendo Virgen –siempre Virgen y Madre, presente en las esquinas de azulejos con la leyenda extendida por las coplas de Miguel Cid, a lo largo y ancho de esta ciudad; reluciendo más que el sol en el jueves del Corpus y llenando las parroquias, iglesias y monasterios con la luz del medio día de la gracia. Todo arranca desde la niñez y confluye en la desembocadura de una sola mirada. No es preciso levantar los ojos para adivinar la altura de este día de gozo, basta sólo gozar de esta fe aventajada y traviesa tan naturaldesevilla, que cree en lo que no ve, porque sólo las elegidas, pueden llegar a creer lo que están viendo.


jueves, 4 de diciembre de 2025

VUELVE... LA ESPERANZA






VUELVE... LA ESPERANZA

 VUELVE... LA ESPERANZA, donde Reina la Madre de Dios, con la frente infinita, sin las nieves del tiempo, VUELVE, la que nunca se fue, la que quiso retirarse, cuando sus hermanos pecaron de soberbia, la que escondió la sonrisa cuando sus hermanos perdieron la prudencia, la templanza, la paciencia y pareció lamentarse con una pena que no le pertenecía. VUELVE,  La que al verse en boca de todos, prefirió el alba de una túnica sencilla y cubrir su esplendor con la capucha conventual. La VIRGEN, que se sintió moneda de cambió, siendo Ella la Cara, de la única estampa que va en todas nuestras carteras. De mano en mano, llegó a las mejores y después de este destierro, se presentará mostrando, como siempre a JESUS. VUELVE...Que maravillosa corona de adviento, para la que es Rosa de Oro, alabada por el Santo Padre. Ella sabe, muy bien, la sacudida que ha sufrido el corazón de sus hijos sevillanos y el golpe recibido por tan universal devoción... VUELVE, La Esperanza como Ninguna, Toda Vida, Dulzura, Pura y Limpia... La que nunca se fue...la que en duermevela, rogo por nosotros, desde la segunda planta de su Casa. Ahora somos nosotros, los que la necesitamos como el mismo aire que respiramos, para que ruegue por nosotros, como la Santa Madre de Dios y seamos dignos de alcanzar las promesas del Señor de la Sentencia...VUELVE...  LA ESPERANZA BENDITA, porque es ELLA y solamente, ELLA, lo ultimo que se pierde.

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