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martes, 6 de noviembre de 2018

INUNDADOS POR LA ESPERANZA

           

 Con permiso, se abre uno paso en la bulla, con permiso y mucha calma, grande dosis de educación, paciencia y...lo más sevillano -cultura de la bulla- . Para mi, es todo un orgullo y como decía el Rey Emerito, una inmensa satisfacción, que los paisanos jienenses, almerienses, cordobeses,gaditanos, malagueños, onubenses, granadinos y resto de la geografía -EspañolaCofrade- especialmente, nuestros queridos madrileños...vengan a nuestra tierra a disfrutar de las procesiones de Semana Santa, sobre todo, como es el caso que nos ocupa, de manera Extraordinaria, cuando se trata de una devoción tan arraigada, popular e universalmente conocida, como fue, el Traslado y vuelta de  la Esperanza de Triana, con motivo del VI siglo de su devoción.
A parte de este personal orgullo, en la parte que me toca como anfitrión sevillano, hay que felicitar justamente, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado; Policía Local; Protección Civil, Emergencias y Lipasam, por el esfuerzo y trabajo que realizado, mas allá de la responsabilidad de velar por la Seguridad Ciudadana, muchos de ellos, como hermanos y cofrades de exquisito comportamiento y escrupuloso trato. Hay que poner en valor y así lo han hecho, la infinidad de imágenes captadas, que, tanto, la Procesión de ida, como la de vuelta de la Esperanza de Triana, ha desbordado todas las previsiones, arrojando la impresionante cifra de cerca de 600.000 personas, en la cual se han puesto de acuerdo, todas las fuentes consultadas. En cuanto a los horarios e itinerarios, parece ser y es cierto, que ambos, tanto el de ida a Catedral, como el de vuelta a Triana, se han cumplido, aunque personalmente pienso, que estos horarios estaban milimétricamente estudiados por los responsables de la Hermandad -con arreglo al tiempo que tardaba la Virgen en recorrer las calles- al paso característico que tenían ensayado los costaleros-
 Bien podemos afirmar, los que vivimos lo extraordinario de la Esperanza, que el cortejo, desde el Banderín de la Banda, hasta el palio de la Virgen, tardaba en pasar, más de dos horas, dependiendo, el grado de movilidad en plena bulla, excepto el caso de ocupar primera fila en la calle, donde no hay, quien te apartara de las tres horas largas de pié, luchando continuo contra las molestias propias de carritos, sillas de rueda, corrillo de niños, trípodes, peldaños y la sana impaciencia de ancianos, foráneos y parejitas melosas. Esto es así y así lo importamos los sevillanos.
Si.- les diré, en honor a la verdad y más de cincuenta años de experiencia como cofrade de calle, que la multitud que había desde el cruce del Paseo de Colón hasta Puerta de Triana, no la había presenciado en mi vida, ni el Domingo de Ramos con la Estrella, el Lunes Santo con San Gonzalo, ni la misma Madrugá de Esperanza, incluyendo las Extraordinarias de Coronaciones, que han cruzado el Puente, hacia la Catedral en pretéritas ocasiones.  La anchura de Reyes católicos, resultaba prácticamente infranqueable, para ganarle la Cara a la Esperanza, habiendo que practicar la acción de rodear por Julio César ó Almansa, opción, esta última por la que apostó el que suscribe, para desembocar en la esquina de Santas Patronas y allí, aprovechar un hueco, sobre la acera.
 Hueco que a escasos minutos de mi llegada, se pobló de espectadores. La Virgen se veía lejana, a la altura de "los tres reyes" y la espera se cifró en una hora larga, que acabó en Apoteosis, cuando sonaba la marcha, Reina de Triana y se hizo el silencio, para escuchar la melodiosa sinfonía del trio de flautas y el galeón de la Esperanza se aproximaba imperceptible, como aureo rompeolas.
Escribía, San Juan de la Cruz, "que en el atardecer de la Vida, nos examinarán de Amor"...pero en Sevilla, el Amor, trae la Esperanza y la Esperanza, estalla en alegría. Pese a los pormenores, meramente cronistas de horario, itinerario, afluencia, bandas, andares costaleros, etc,etc...Cuando llegaba la Virgen, nos embriagada a todos con su perfume de Esperanza. ¡que necesidad tan grande de Esperanza tenemos! que solo el resplandor de su presencia, el mimbre de sus esquinas cimbreantes, la llama de sus codales enrizados y sobre todo el esplendente sigilo de su Luz prodigiosa, arrancaba de lo más profundo de las entrañas, los ¡oles más sentidos!, ¡los vivas más coreados! ¡los suspiros más sonoros! ¡las lágrimas más íntimas! y las ¡más cerradas ovaciones!

Allí, cuando la tarde caía, como citaba el Santo de la Cruz, examinándonos de Amor, por la Esperanza, dejé a la Virgen, sabiendo que me la llevaba puesta, allá por donde Ella roneara, allá donde sueñan los despiertos, su mejor definición Aristotelica, allá donde las calles de vuelta, se alejan al son de los platillos y el bombo que anuncia nueva marcha y los tríos se pierden en la estrechura recortada del cielo cobalto, que más se parece a la Gloria. Dejé a la Virgen, como se despide uno de su novia, andando de espaldas, con alma de capataz que le dedica sus mejores plegarias y manda de frente, sabiendo que la Esperanza es lo último que se pierde. ¡Hasta mañana, Madre!

Y el sábado despertó la ESPERANZA intacta, con flores de fe renovada. Para presidir en el altar del jubileo, el SOLEMNE Pontifical -VI siglos de ESPERANZA no son suficiente para elevar el espíritu hacia la conversión profunda, antes de poner los pies en la Tierra de la ESPERANZA, dejándose llevar por los sentidos. Se espera a la Esperanza en olor de multitudes, vienen devotos de otras latitudes a vivir con nosotros el sueño de los despiertos. La gran avenida, esta tomada, aún quedan rincones para callejear buscándola, por el Postigo del aceite. Pero uno se frena en seco, porque desde la esquina de Correos ha respirado las volutas de incienso y los ciriales son anuncios del silencio más apretado, ¡Ya va a Salir!, nadie sabe, si el VIVA LA ESPERANZA DE TRIANA, fue antes del himno, pero todos, vibramos unánimes a los sones de la Marcha que entrega en cuerpo y alma, la ESPERANZA de TRIANA CORONADA, A SEVILLA. Si habia una pregunta en el odioso aire de las comparaciones, inmediatamente a bombo y platillo, sonó la marcha Macarena, para unir en la ESPERANZA, lo que algunos intentan separar.
 La Virgen enfilaba la Avenida y yo, atrapado en la bulla  de Almirantazgo, aproveché el movimiento, por inercia, cuerpo a cuerpo, y logré cruzar hacia el Postigo, allí desde el patio sombrio de los Canónigos, me asomé a la galería con el pórtico mudejar del antiguo colegio y la ví pasar entrecortada, enmarcada, como la gran Pintura de los mejores maestros del renacimiento. Sabía donde iba, pero no sabía cómo llegar, me asaltaban las ansias, como al fotógrafo, que ya tiene estudiada su foto, pero no quería perder de vista a la Virgen, me dirigí hacia García de Vinuesa y la Bodeguita con más solera, me abrió una de sus puertas, para cruzar. El sol venía ya muy alto, como despidiéndose de la Virgen por el Sagrario y derramando sus últimos rayos por las alturas de Alemanes. Pensé que había poca Luz por García de Vinuesa, pero la Luz iba en Ella cuando se acercaba de frente. Así, Madre, tan cerquita, como si fuera esta tarde la última vez y yo escuchara los últimos ¡Oles!, los primeros: ¡VIVA LA ESPERANZA DE TRIANA!, como si en el éxtasis de contemplarte, me pareciera oir de fondo una saeta...sí, Madre, fueron dos saetas, pero en pleno paroxismo, con más voluntad que acierto. Y no te dejé marchar, para buscarte de nuevo... me fui, detrás, donde lo permitía el espacio del pueblo que te canta, tan cerca pero tan lejos de tu cara, sintiendo lo que veía y escuchando las Aguas procelosas del maestro Farfán en la trasera de tu Palio -dicen que hay algo más bonito-  que embelesarse con la ESPERANZA. 
Recobrar la calma del conocimiento, la calle Jimios, me aclaró la memoria en la marabunda de la bulla: si quería verte, como deseaba, en la esquina de mis sueños de niño, allá donde arraigaron mis raices, en la calle de la Abuela, de mis padres, mis tíos, mis primos...mi tierna infancia, tenía que sacrificar el Baratillo. Otra vez, igual que en Reyes Católicos, como en casi todo el recorrido, la Calle Pastor y Landero infranqueable ¿para un sevillano?...sí, como para cualquier erudito, malagueño, granadino, cordobés, madrileño, que no se precie de llevar un costal en la mano o protección civil, le abriera paso, junto a la policía. Las calles del recorrido de la ESPERANZA, tenían el día 3, patente de corzo, con tres horas de antelación al cortejo. 
   No sé como, pero que verdad es, que la Fe, mueve montañas con la ESPERANZA a cuestas, logré abrirme paso por Almansa, aprovechando la fila india de tres jóvenes, que habían ido al bar de la esquina para cargar vasos de combinados, y volvían a las primeras filas de espera. Buen cobijo, encontré en el local de loterías, perpendicular al retablo del antiguo pópulo. Desde allí sabía, que estaba en comunión con mis seres queridos, que también la Esperaban a la altura del Arenal ó la arcada del antiguo mercado de entradores, toda una vida esperando y viendo pasar a la Esperanza, en aquellas mañanas de olor a aguardiente y calentitos de papa. Casi dos horas de dulce Espera de la Esperanza, que venía por Adriano, como un ascua de luz fosforescente, pero que nunca llegaba. Sabe Dios la de Fieles difuntos que se citaron por allí, en cualquiera de los balcones vacíos, para recibir a la Bendita ESPERANZA desde el cielo o bajo el cielo, porque en aquellos momentos, que no se sabe bien, si amanece u oscurece el firmamento, sonaba "Pero como Tu Ninguna" un guiño más, a la Fraternidad de las Devociones Marianas, más grandes de Sevilla. Y para firma y rúbrica, el pueblo le cantaba a continuación, el Dios te Salve María más intenso que en la noche se escuchara, a los sones de Encarnación Coronada. 
Despacito llegó la ESPERANZA, para siempre quedarse, no se sabe si andaba de frente o recobraba los pasitos que dejaba atrás para alargar nuestro sueño, lo cierto es, que su indescriptible imagen, dejaba un paladar insasiable para nuestros paladares, algo que solo podía describir, el ¡Ole! que todos teníamos olvidados; los ¡VIVAS! que todos deseábamos corear y aquellos ¡GUAPA, GUAPA Y GUAPA! que todos llevábamos guardados en el mejor sabor de la boca. 
 No os puedo narrar más sobre el resto de su recorrido de vuelta a su Capilla de Triana, Aunque lo seguí en el directo, inmediato de la RRSS. No es lo mismo, vivirlo y sentirlo para poder contarlo y Triana por medio, es mucho TRIANA, pero la ESPERANZA, no hay quien nos la quite, cuantos la vimos, estoy seguro que nos la llevamos puesta...Que cada uno la guarde en el altar que le tenga y le rece siempre y en todo lugar, como lo hizo TRIANA y SEVILLA, SEVILLA y TRIANA, para España y la Humanidad.
Solo me resta felicitar a la Hermandad Sacramental, en la persona de su Hno. Mayor, D. Alfonso de Julios Campuzano, como cristiano, mariano, cofrade y naturaldeSevilla.

miércoles, 3 de junio de 2015

Las Chicas del Corpus




Ya estaban vdes tardando— mira tu, si es que da gloria pasear por estas calles a estas horas de la mañana; ese olor a romero y a juncia, ese fresquito tan agradable, además nos hemos encontrado al Señor de la Cena, entrando en su altar de Palacio ¡cosa más linda!, como que a mi ya se me ha corrido todo el rimel..Hija mía, eso ya lo sabemos, que eres de llanto fácil. Venga vamos a pedir ya, que el muchacho del delantal está poniendo mala cara. A ver; dos leches manchadas, una muy caliente y la otra templado ¿no?...bueno la mía que no esté tan caliente, vamos, ya sabes, normal. ¿y dos descafeinados...el tuyo de sobre?...No, los dos de sobres; pero hija, todavía no te has enterado, que yo lo tomo de máquina. Bueno, en resumen: dos leches manchadas normales y dos descafeinados, uno de ellos de sobre (dile que me lo ponga calentito) que aquí al relente, se pone frío de momento...sí que es verdad, el mío muy caliente. Y de comer ¿cuatro medias, no?...Sí pero tu sabes que yo la quiero integral...pues tres medias y un media más que sea integral...¿Y que le van a poner vdes a las tostadas?...Yo mantequilla en porción y mermelada...tiene margarina Zas...yo la quiero con mantequilla y jamón york...yo con aceite. Pregúntale si tiene aceite con el ajo dentro...Ah y sacarina, que traiga la sacarina...y los vasos de agua, que me tengo que tomar las pastillas”.

Ahora a ver quien me levanta a mí de aquí...yo tengo un dolor en la uña derecha del dedo chico del pié...pues a mí me está dando unos calambres la rodilla derecha, que esta “joíaporculo”, no muere conmigo...Yo lo que tengo ya es una calor...¿Te habrás traído el abanico, verdad?...Mujer, tu sabes que yo no salgo, sin abanico; mira -cuatro me he traído- de mi colección hechos a mano, por si alguna se olvidaba (será falsa la hipócrita, cuando no le deja el abanico a nadie...de colección dice, la majadera y los compra todos en el chino, será...)...Pues vámonos que nos vamos, chicas, no vaya a ser que nos quedemos sin sillas. No me habéis dicho nada de mi peinado. Te ha quedado monísimo y el color del tinte ideal, hace juego con la mañana y cuando le de el sol, resplandecerán las betas...pues de las niñas de la academia frente a mi casa. Pues a mí no me hables, que tengo unos pelos, que no se que hacer con ellos. Hazte una permanente, hija, que a tí te favorece mucho. ¿Tu crees, porque yo no me veo con el pelito corto, como tengo tan poco cuello. Yo es que le temo a los tintes, una barbaridad. ¿Y esa chaqueta tan linda, la vienes estrenando?... ¡que vá hija!...anda que no tiene años esta chaquetilla, la estrené por la virgen de los Reyes, me la habreis visto veces puesta...pues parece que la vienes estrenando: es monísima...¿es de punto, a ver?...¡que vá hija, toca, de cretona, popelim!..es que tu has sabido combinar de toda la vida muy bien...porque la falda le va ideal...y lo fresquita que es...de pura gasa...oye por cierto, ¿no se me transparentará nada?...pero hija, mira con disimulo...pues a mí me encanta tu blusa; ¿esta?, pues anda que no tiene planchados...pues te hace un juego precioso con la falda marrón que llevas...y esas chorreras, le dan un aire tan elegante: ¡calla, calla, que no se donde esconder este bajovientre y el culo de pato que tengo!...¡ayyyyy!..¿que te pasa, que te pasa, hija?: ¡los calambrazos que me está dando el “joíoporculo” dedo chico!...a ver si van a ser los zapatos, que te están chicos y parece que se te van a salir los “juanetes...¡que va, hija, si son “curapiés” y me han costado una fortuna!...Ya vamos a llegar...dile al hombre que te de la sillas, donde el Herrera...y un poquito más cerca del arco, que luego, cuando viene la custodia, hace mucho sol...No se yo, si está una más cómoda de pie, que en estas sillas, que se te clavan en los riñones y sales con un dolor de espalda tremendo...hay que ver lo guapo y buen mozo que está el Herrera, parece que no pasan los años por el...anda ya, chiquilla si ese lleva más crema encima que la “Marujita Díaz”...con lo guapa que es, la MariLo Montero, yo cada vez que la veo en la tele, como que me da una pena que estén desepartados...Yo siempre he dicho, que el Herrera, se parece mucho a tu Antoñito...¿a mi niño?...¡a tu Antoñito, vamos es que tiene toda la cara...¡que lástima de mi Antoñito si no se le hubiera caído el pelo...vamos que tu te crees que al Herrara no se le ha caído, lo que pasa es que lleva un trasplante...¡un trasplante, no, se dice implante!...¡bueno, lo que sea!...¿Este año, parece que hay más gente en el grupo vestida igual? ¡que va mujer, están los de todos los años, con las camisas celeste de rayas y los pantalones beig: a su derecha, el músico, el otro cabezón es el periodista, el de más allá, el escultor y el que está sentado a la izquierda es el de la prensa del corazón que sale en el programa de telecinco! Para que salgamos guaps...Chiquilla, no mires tan descarada, que uno de los muchachos, me ha sacado la lengua... Si lo que estoy mirando es a la cámara para que salgamos ¡guapas! en la tele (en la manzana de Eva)¡que vergüenza!...¡Uy, que calor...que calor me está entrando!...pues deja de pegarte esos abanicazos, que estás llamando mucho la atención. ¿Habeis saludado a D. Luis y su esposa?...Sí mujer, yo le he hecho señas con el abanico...por supuesto y yo me he levantado a darle un beso...¡Ay, D. Luis, que hombre, toda una eminencia y no falta ningún año eh!...Como que ya lo han nombrado “daltónico”...¡jajajajajaj...¿de que te ríes hija, se puede saber?: ¡que has dicho daltónico!...y se dice, ¡Diácono!...Bueno hija, todo el mundo no lee tanto como tu...¿Cuantas carreras tiene ya D. Luis?...no sé pero lo menos cinco o seis... y yo no se cuantos títulos: tiene una hija que es Doctora en Lituania... en fín, una eminencia.

Mira ya están aquí los niños “Tarantulos”...¡que lindos...que caritas tienen..¡.ay, son para comérselos!...¿y se puede saber ahora, de que te ríes tu?...de nada, hija, de nada, pero se llaman “carráncanos”...vaya, pero son los mismos que salen en la Virgen de los Reyes, ¿no?...ea pues para tí la gorda. Mírala, ya está llorando, como una magdalena...no lo puedo remediar, cuando veo a Santa Angela de la Cruz, me emociono: “Ten misericordia, Madre mía y dannos salud para otro año verte” ¡Ay!...pues ahora, échale bacalaos..es que cada año, salen más...como que esto se está haciendo insoportable...¡mira allí viene D. Genaro, el farmaceútico!...lleva el mismo traje de todos los años, ¿no tendrá ese hombre para comprarse uno nuevo?...lo que pasa que es tan tacaño, como su puñetero padre...¿Aquel no es el hijo de Rosita?...y tanto que lo es, mira que es guapo, el muchacho...y qué elegante...no ves tú, su hermano, que viene de pareja, es más desgarbado...¡Uy, por Dios bendito!...¿Te te crees que se puede salir en el Corpus, con esa falda y esos tacones?...¡que poca vergüenza...que indecencia...vamos si yo fuera la autoridad...pero eso es lo que pasa, que no hay autoridad, sólo libertinaje!...Pues a mí no me desagrada, porque el cuerpo que tiene la muchacha es para lucirlo...¡Silencio, ponerse de pié!...que viene San Isidoro...¡ay, mi rodilla!...pero ese no es San Isidoro, es San Leandro...¡ay, yo que se hija, como los dos van igualmente vestidos de plata!...pero San Isidoro lleva un libro grande...Siempre lo he dicho, de un tiempo a esta parte, desde que salen las mujeres en el cortejo, esto ha perdido su esencia...pues mira esa mujer, lo fina y lo elegante que va, más firme que un soldado con su cirio...donde va a parar, los hombres tienen su saber estar...¿Habeis saludado a D. Carlos?...que planta lleva, cuanto empaque...Ahora, yo te digo mi verdad, para salir arrastrando los piés y al borde de una insolación, yo me quedo mejor en mi casa...Mira D. Julio...¡va con toda la familia!...ese hombre se casó por segunda vez...y esos dos niños tan lindos, con sus pantaloncitos cortos y sus calcetines largos, son de su nueva pareja...Pues a D. Federico, no lo dejan pertenecer a la Junta de Gobierno...¿y eso....porqué?...porque D. José el cura, se enteró de que estaba desepartado de su mujer...¡Mira los niños de la sagramental...que cosa más graciosa y más linda...como que parecen angelitos de Murillo!...¡ay, que calor...por Dios!...ya está llorando otra vez...es que por fín suena la banda de música, hija...se me ponen los vellos de punta con San Fernando...a tí lo que se te pone es otra cosa, cuando ves a los hombres de uniforme...¡que lindo los repiques de la Giralda, ya está saliendo la Custodia! (la Custodia...a tí lo que te interesa es ver a Zoido, para arrancar los aplausos...que te lo vas a comer un año con la mirada...y que el Arzobispo te salude, como todos los años, que para eso, haces el ruido necesario y te das a conocer, dándole en la capa pluvial de abanicazos...y ya no te duele, ni el dedo meñique del pié, ni la rodilla, ni te molesta el calor ni la flama...lo único que te pone a tí es el desfile de los soldados y la Bandera, que terminas con “tortículis” de tanta reverencia y no eres tu, si no arrancas las ovación y los ¡vivas!...te conoceré yo de toda la vida, de cuando íbamos al colegio del protectorado y te hicieron aquella foto vestida de mantilla, como madrina de la Bandera,)...¿Bueno, nos tomamos una copita, mientras esperamos al Señor de la Cena?--Ay, mira, quédaros vosotras, si quereis, yo tengo mucha calor y me están entrando las fatiguitas de la muerte- No, mujer, no te preocupes, hemos venido juntas y nos vamos todas juntas...como todos los años.


jueves, 28 de mayo de 2015

"Es por eso que hoy vengo a verte"

HAY tantas penas en el mundo; tanto que olvidar y soltar al aire como globos de mil colores que llenan el cielo de buenos deseos, que hay que celebrar, cualquier momento en el que podamos desplegar la bufanda de nuestras pasiones, brindando al sol por el éxito. Y qué éxito, el de la afición de esta ciudad, paradigma de la felicidad, que está todo el año en estado de gracia, por culpa de esa eterna dualidad de sus pasiones. Ya lo proclamó el padre Santo de Roma, desde la quilla del blanco santuario que se refleja en la marismas: “Que todo el mundo sea Rociero” -porque el Rocío, no te da de comer -que también- pero te proporciona algo más grande y espiritual, la paz y la felicidad, una semana al año. Que no sólo de pan vive el hombre, sino de la belleza del camino que se hace al andar, de la mano de tu familia, amigos y tal vez -algún que otro gorrón-.Aférrate a la felicidad que proporciona esta ciudad, sino fueron tus padres, los que sembraron la sementera, acuérdate de aquellos maestros -testaferros sentimentales- que te pasaron el testigo y te dieron a beber el “dulce veneno” de sus pasiones. ¡Que grande herencia, que locura de patrimonio inmemorial!, donde el desprecio no tiene cabida, ni sustancia que no caiga por su propio peso. “Que todo el mundo sea Cofrade”, esto no lo dijo ningún papa, pero está escrito donde todos podemos oírlo, en el eco de esas mariposas que revolotean por nuestro estómago. Aunque la vida no sea, efectivamente una semana, tu estás contando los días, porque sabes que la felicidad está colgada en forma de túnica y sientes nuevamente, el calor atemporal de la mano de tu abuelo, tu padre, tu madre y tus hermanos. Puede que camines sólo, pero nunca irás vacío; puede que los amigos sean una mera ilusión, donde depositas tu incauta confianza; puede, que los “maestros liendres” te están recordando -como papa-gallo- que tu no eres digno, que no te mereces, esa felicidad, que es más bien fruto de la obligación y los posibles. Pero la felicidad, como dijo el poeta que más que galán es Gala; no es susceptible de que las personas sean dignas o no de ella, la Felicidad, llega como un tren ininterrumpido en cada estación del año y los sevillanos, sabemos cogerla y montarnos en su vagón, ya sea: de primera, segunda o tercera. Hace falta subirse a ese tren donde se desatan nuestras pasiones y si tienes, la suerte o la dicha, de subirte con esa persona que comparte contigo -no solo los problemas, estrecheces y sinsabores domésticos- sino también tus ilusiones, sueños y colores; si has encontrado el tesoro de la sonrisa de la felicidad cómplice, si con ella, saltas, vibras, te abrazas y te besas; ríes y lloras a un mismo tiempo de emoción...No la dejes escapar, porque ella o el, te darán los frutos jugosos, que esta bendita tierra reserva a las familias enteras que disfrutan el exquisito sabor de lo auténtico. “Que todo el mundo sea Bético”, esto lo escribe un servidor con negrilla y verás las vida con los ojos inocentes de un niño; que salta, berrea, grita y llora de la mano de su abuelo, abuela, padre, madre, tíos, hermanos y que siempre tiene al lado a otro bético sufridor, para abrazarse con el a la felicidad efímera de un ascenso, que por efímera, siempre toma el camino más corto de los mejores recuerdos, olvidando y haciendo olvidar cualquier tipo de sinsabores. Despliega la bufanda de esa pasión berdiblanca, sentirás el temblor de tierra de un estadio a reventar, cuyo mayor título es llevarlo en el corazón y celebra cada partido, cada categoría, con un primer plano de esa foto, en la que siempre apareces feliz y dichoso, compartiendo la pasión con la gente que más quieres. Con una afición como la nuestra -siempre de primera- hay que gritar aún con más brío y satisfacción: ¡Que todo el mundo sea Sevillista!, porque esto sí que hay que celebrarlo por todo lo alto; porque es el triunfo más importante conseguido, por un equipo de la ciudad, en la historia deportiva a nivel universal. ¡SEVILLA!, El o Ella, siempre la ciudad entera: ¡Tetracamp@nes!, algo que hasta ahora, nadie más ha conseguido -la Felicidad- completa y lo mejor que está por venir. ¡Despliega la bufanda, enarbola la bandera roja!...¡canta el mundo entero a viva voz, la melodía arrebatadora de su emocionante HIMNO!...¡ “Y SEVILLA, SEVILLA, SEVILLA, aquí estamos contigo, SEVILLA, compartiendo la gloria en tu escudo, orgullo del nombre de nuestra ciudad”! Soy bético, convicto y confeso, pero por encima de todo, estoy “enamorado y orgulloso de SEVILLA”, siempre he estado seguro de su grandeza histórico artística; siempre he estado seguro, que su patrimonio inmemorial es infinitamente superior a las intrigas, negocios e intereses de quienes han intentado -sin éxito- nutrirse de sus valores y esencias. Siempre he estado seguro, que la felicidad está tan cerca de ella, que se roza con la yema de los dedos, porque nunca ha dejado, como dice su leyenda, de mirar y sentir con los ojos de un niño. Esos niños que visten orgullosos por las calles, su camiseta de color “verde, blanco o rojo”, las mismas que en tremolar de banderas y bufandas, van a salir a recibir a sus héroes, los que siempre ascendieron para nunca bajar de categoría, los que alzan la histórica Copa que los corona como “Tetracampeones” de las Europas, los que nos traen la felicidad a todas las edades, a todos los credos y religiones, a todos los sexos y razas, los que nos harán nuevamente llorar de emoción y sentimiento, porque hay muchas penas en el mundo y hace falta olvidar lo irremediable. Disfruta y vive, solo tienes que mirar, para contagiarte, hasta los más ciegos, lo verán sin querer y recuerda cantado: “Hay una leyenda que recorre el mundo entero...es por eso que hoy vengo a verte”. ¡SEVILLA!



martes, 19 de mayo de 2015

La luz vence tinieblas..a Manué

El sol, joven y fuerte, ha vencio a la luna
que se aleja impotente del campo de batalla...
la luz vence tinieblas
por campiñas lejanas
el aire huele a pan nuevo,
el pueblo se desperaza:
¡ha llegao la mañana!...

A la amanecer 
A la amanecer 
Con un beso blanco 
Yo te desperté 

La noche llego 
La noche llego 
Porque la montaña 
Se a tragao al sol 

Y en la montaña 
Se oye un eco de gemido 
El viento ha quebrado un junco 
Que ya estaba florecido 

Porque se a escondió el sol 
Se quedo muda de pronto 
La flauta del gorrión 

Saca la red 
Hermano saca la red 
Que ya ha salido la luna 
No la vayas a coger 

Ayer cuando amaneció 
Una mariposa blanca 
De un lirio se enamoro 

Que si que si 
Que no que no 
Que tu a mi no me quieres 
Como te quiero yo 
Que si que si 
Que no que si 
Que tu a mi no me quieres 
Como te quiero yo (x4)



La otra noche tuve un sueño por el callejón del agua,
¡no despertarme del sueño, campanas de la Giralda!

vengo a darte los recuerdos
de un hombre que conocí
vive pero siempre vive acordándose de ti.

me lo encontré en el camino
y nos hicimos hermanos
y lo invité a que subiera 
al lomo de mi caballo
y en una venta
bebiendo vino y más vino
a mi hermano de camino le escuché dos o tres letras

mi novia se llama estrella
y tiene un firmamento solito pa ella.


"Señor de los espacios infinitos
tu que tienes la paz entre tus manos
ayúdame, Señor, te lo suplico,
y enseñame a amar a mis Hermanos"

Manué Molina, descansa en paz, los viejos poetas nunca mueren.


sábado, 2 de mayo de 2015

Extrañas sensaciones





Dicen que los recuerdos, tienen sonido, olores y sabores. Ayer tarde, la Banda de música militar que acompañaba a la Carreta del Simpecado de la Hermandad del Rocío de Sevilla, me hizo volver a ser aquel niño, que en la mañana abrumada de Mayo, contemplaba de la mano de mi madre, la salida hacia el Rocío de la Hermandad del Salvador. Parece que fue ayer, y ha pasado la friolera de 50 años, cuando volvía a resonar en mi corazón pueril, los sones del himno nacional, confundido por el repique de júbilo de las campanas de la Giralda y la carrera de plata, iniciaba su parsimoniosa vuelta al compás de un pasodoble cañí. Extraña sensación la vivida en la Plaza Virgen de los Reyes, donde minutos antes, la Carreta de Plata esperaba al Simpecado, rodeada de un ávido turismo oriental entusiasmado con el sonido del tamboril, el cual arrancaba un compás de palmas improvisadas y un aluvión de cámaras alzadas por brazos en paralelos, como queriendo inmortalizar la conocida banda sonora del camino rociero. Los amigos nos mirábamos con un gesto de desdén y una frase repetida: “esto no pega...no lo veo” -el sevillano tildado de rancio, quiere pasos en la calle, con sus correspondientes marchas de semana santa y gloria-¿ habrá Vírgenes de Gloria en Sevilla??...¿que pinta una Carreta a veinte días del Rocío...esto que es, un traslado; una procesión; una romería; un cincuentenario? Estas y otras cuestiones, pasaban por la mente de quienes contemplamos a Sevilla, cada vez más perdida en sus esencias, cada vez más arbitraria y desmedida, cada vez más dada al espectáculo gratuito en la calle. Y es que Sevilla, en pleno esplendor de su primavera, a tan solo un mes de su pasada Semana Santa, a una semana después de su incomparable Feria de Abril, llega mayo y no se conforma con la intimidad de un Pregón de las Glorias en el patio más antiguo de su arquitectura mozárabe, sino que necesita el Altar del jubileo de su Santa Catedral, para dignificar un Pregón que se escapa por la multitud de puertas de su Seo, convertida en “parque temático”, por la gracia de un Cabildo con afán recaudador y la estrecha vigilancia de los Seguratas, implacables en cumplir las órdenes de cerrarte el paso. Nadie hablará del Pregón, cuando hallamos cenado, comentaba un “sabueso” cofrade y amigo, para añadir el mejor dicho, refiriéndose al ágape, con el que se homenajea al Pregonero, dándose al mismo tiempo el suculento homenaje, los altos cargos del Consejo, Hermandades y Autoridades civiles y militares de la ciudad. A ritmo de pasodobles “cañí”, avanzaba la Carreta de plata por Alemanes, no era precisamente el empalagoso perfume de azahar mezclado con el incienso, el que trasminaba la tarde, más bien cierro la boca imprudente e inocente de aquel niño que mandaba callar su padre. Ni siquiera puedo responder a tantas preguntas, como las que se hacían los profanos y turistas en la calle: ¿La Virgen es la imagen chiquetita que se ve en la orla...cómo se llama esta cofradía...ya se va para el Rocío...de donde sale...lleva costaleros...y los caballistas?. Se quejaba Sevilla, sonriente y sarcástica: “no hay manera de sacar una foto limpia, ante la proliferación desmesurada de “palos de selfies”, sin dejar de disfrutar, pero poniéndole pega a todo lo que veían sus ojos, llenos de pajas ajenas; saludos cordiales para el paseillo de los “arguacilillos del arte sacro”, el resto de la multitud de fotógrafos reflex aficionados, toreando el el ruedo de prensa gratuita; buscando gradas, poyetes y lo peor, plantando la escalerilla, para elevarse al albedrío; nadie respeta a nadie, todos buscando la foto imposible por repetitiva, que llame más la atención en las redes sociales. Las pizarras de los bares y cafeterías, donde el respetable usuario, no se digna a ponerse en pié, al paso de la Divinidad, competían con las otras pizarras digitales, llamadas “tables”, que neutralizan cualquier intento de encuadre o enfoque a su alrededor. Extrañas sensaciones todas, que distorsionan el sentido de lo espiritual y lo mezclan en un cóctel apasionante, profano, lúdico, religioso, donde en lo general, todos disfrutamos del ambiente, tanto los propios, como los extraños, pero que en particular, terminamos preguntándonos: ¿hay tanta necesidad, para tanto sinsentido...o hay tanto sinsentido para tanta necesidad?

sábado, 28 de junio de 2014

Cine ESPERANZA



“El picaito” ó “el comepipa”, llamarlo como querais, que este cine tiene nombre de Reina, la reina del barrio donde estaba ubicado; entre el “espumarajo” (según Sevilla) y San Gil. En la estrechez de la calle San Luis, donde después se erigio el imperio de Muebles Macarena, cuyos dominios se extendieron por todo el “espumarajo” y donde toda Sevilla y provincia y parte del extranjero andaluz y extremeño, vino a comprar los muebles bien terminados y a plazo. El Cine Esperanza –“el picaito, o el comepipa”- como quieras llamarlo,fue toda una leyenda; un mito del costumbrismo callejero; más que un cine de barrio, un cine de vecinos que endulzó la dura vida desde la posguerra hasta los confines del franquismo. ¿Qué no lo conoces…no te acuerdas de él?...pues dile a los mayores de cuarenta años o menores acompañados de cincuentones como un servidor, que te cuenten: ¡verás que arte!. Era como un escenario donde cantaba El Pali y nó desde su Postigo, sino desde el Arco de la Macarena y nó precisamente sus gloriosas sevillanas, sino la gracia de la gente en estado puro con olor a humanidad de corrales. Era como un cine de verano pero con techo y un patio de butacas de madera que palilleaban con más angel que “Juana la macarrona”. Allí se escuchaba de todo, menos la película: el pedo insolente que levanta pasiones ; el “echate payá” que luego se convirtió en legendaria frase con nombre de bar; el bofetón al atrevido; el Vd. Dispense, que voy a pasar con su abucheo correspondiente; el baja la cabeza que no veo y hasta se podía mascar el aliño de brillantina con agua de colonia a granel que se compraba en las quincallas por cuatro perras. Por cuatro perras, ibas al Cine Esperanza, donde la diversión estaba garantizada mucho más que el éxito de la película en sí. Ríete tu de los colosales cartuchos de palomitas de los multicines e ahora, comparado con el soberano “clicleo” de los cartuchos de pipas que nos comíamos allí…¿y los acomodadores..donde están los acomodadores?; pues en el Cine Esperanza los había, con su linterna de niquel y sus guerreras blancas de gran almirante o catunambú, que te buscaban hueco en el abarrotado patio en lo mejor de la película y si le dabas –dos reales- como se le ocurrió a mi tía Concha una vez, echaban a los “gamberretes” que ocupaban las mejores filas, para cedérselas a las personas mayores. Y todo eso, porque aunque eran tiempos difíciles, había algo tan hermoso como el RESPETO. Cuanto daría por una foto del “picaito”, por una instantánea de su fachada o cartelería, estoy seguro que alguien por ahí, la guarda, como yo, en lo más profundo del corazón, junto con sus mejores recuerdos. Porque este Cine Esperanza; “el picaito ó el comepipas” como queramos llamarle, se merecía un monumento.

viernes, 9 de mayo de 2014

¿Te he dicho que TE QUIERO?



Vestida para tí; ¡guapa; ardiente; fragante! El universo puso a sus piés la palestra de los siete colores; arco iris, como las mismas sílabas de su nombre. A su paseo salieron los coches más premiados; los enganches más célebres; los corceles mejores montados por jinetes y amazonas. Vestida para mí, para todos, para nadie; con la flor prendida al pelo y el traje tallado en sus formas: ¡guapa, ardiente, fragante; jugosa. Y perdimos el tiempo en conquistarla, cuando Ella ya nos había conquistado a nosotros; perdimos el tiempo en seducirla, cuando solo deseaba que le demostraras, tu amor; mi amor; el amor que todos le profesamos, sin saber en tiempo y forma, susurrarle un “te quiero”. Perdimos el tiempo en dejarla bailar con las damas de honor en la corte del revuelo de lunares.


 Con lo guapa que está vestida para tí; dispuesta en su desplante; citándote de lejos con el brillo insolente de unos ojos que te bebes a cada sorbo en el caldo que rima con su nombre. Al natural, los lances definitivos, como dice la letra de la copla; gacela herida en el aire de los volantes: ¡guapa, ardiente, fragante, jugosa, entregada! Como la apetitosa manzana del árbol de la ciencia. Ebrios gañanes; pena de no saber leer una mirada; profunda penetrante. La quieres seducir, cuando su negativa, forma parte del juego de las prendas; es absurdo el fragor de tus celos, cuando solo intenta rozar los pétalos del clavel que llevas en la mano. La gloria es no saberlo; ignorarlo el castigo. La lumbre de un cigarro mirando a la portada, se ahoga en el copioso mar del alumbrao. Mirando al cielo, la vuelves a encontrar en el cobalto satinado de sus ojos. Diosa de luz, que extiende sus dominios por el real ejaezado de lubricán y albero. Vuelve a entrar, ¡baila con Ella!, se arregló sólo para tí: ¡guapa, ardiente, fragante, jugosa, entregada al amor!.., te he dicho que Te Quiero, SEVILLA.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Siendo Alcalde...

A Sevilla se la quiere  –entre otras muchas cosas- por su belleza e historia, algunos incluso han llegado a enamorarse de Ella sin conocerla, han quedado fascinados por su fotogenia y el embrujo de su luz y su color. El ángel del amor alumbró a Sevilla y concibió por obra de la estética: “Dios te salve, Sevilla, llena eres de gracia”, que cantaba el pregonero. Sin embargo, como rezaba el avispado musulmán que cobraba el impuesto de “almalcabra” por los cadáveres que salían por sus puertas: “Esta es la ciudad del desconcierto y el mal gobierno”. Sevilla es esa Vieja Dama –venida a menos- como escribía el Dr. Criado, que se tiende en el diván para salir fortalecida por los despropósitos ajenos. Así siempre ha habido tiempo a lo largo de su vasta historia, para que sus Alguaciles, regidores (antiguos caballeros veinticuatros) e ilustres Alcaldes contemporáneos, sembrasen sus respectivas cizañas sobre una tierra tan buena, tan buena, tan buena que transformaba los eriales en generosas cosechas. Se perdieron tantas cosas como las oscuras golondrinas que ya no volverán; Fabulosas Puertas de Carmona, La Carne, Osario, Jerez, etc., etc., que harían hoy de los restos de sus murallas, un verdadero complejo histórico-artístico insuperable. Se perdieron años enteros –siglos de un legado barroco y renacentista -, por criminales decisiones adoptadas en meses de nefastas legislaturas, siendo Alcaldes ilustrísimos apellidos como Alarcón de la Lastra y Hernández Díaz, que vendieron, como auténticos presidentes de repúblicas bananeras, el sol de los Palacios y su vetusto caserío a las grandes firmas comerciales de la época. Siendo Alcalde de algo tan inmemorial como el vocablo Sevilla, estuvo a punto de desaparecer, el Templo de San Hermenegildo, epicentro monumental de la Gavidia, si no es por la impàgable actitud del Jardinero enamorado del Alcázar, que divagaba entonces por la ciudad de la gracia y le plantó cara al edil con lírica argumental de oficio. Por eso no me extraña nada, que hoy en día, siendo Alcalde alguien tan indolente como el Juez, que ni ejerce su profesión,  ni la  gobierna, se repitan los hechos históricos que siempre han salpicado de lodo a esta invicta ciudad.  No creo que nadie, por muy aferrado que esté a la poltrona del poder, sea digno de pasar a la historia de la Muy noble. Es difícil mantener la mirada, cuando se mira a los ojos de la “vieja dama” fijamente, porque si uno tuviere vergüenza, se le caería la cara y si la ama de verdad, presentaría su irrevocable dimisión. Pero así es la historia, a Sevilla se la quiere con todo el alma y el tiempo de testigo por delante, porque es el tiempo de esta ciudad –eterna- el que siempre le ha dado la razón y aunque nos parezca improcedente y extraño, será el día de mañana, cuando una lápida perpetúe que “siendo alcalde D….se inauguró en Sevilla, la primera línea del metro, el Edificio Parasol-“Parasetamol” y la gigantesca Torre Pelli, para gloria y orgullo de los sevillanos, que supimos –tiempo al tiempo- adaptarlos a la memoria.

viernes, 24 de enero de 2014

"formas inútiles"

 
Camino de los 8 AÑOS en bloguer
y sin comerme una rosca...
"que me quiten lo publicao"
70 formas inútiles de RETRATARTE.

lunes, 4 de noviembre de 2013

"Más pesao que el Carlos"


¿Conoces a algún Carlos que no sea “pesao” - “jartible”- como se dice ahora. Yo te lo voy a relatar. El Carlos era leyenda viva del barrio; el soltero de oro de la casa de vecinos. El Carlos era apuesto, simpático, galán, brillante seductor. El Carlos era la alegría de las bodas y bautizos; canturreaba bien los boleros, tocaba la guitarra y la bandurria y se arrancaba por sevillanas al estilo de los Toronjos. El Carlos era Tuno de la escuela de comercio, representaba sainetes de los Alvarez Quintero en el salón de actos del Colegio Socorro. La primera “lambreta” que entró en el patio de vecinos, era la flamante Lambreta de el Carlo con cachas celeste cielo. A su grupa, me llevó a ver al Señor Cautivo por la Plaza de España y al Soberano Poder, por el vergel de San Gonzalo. El primer “seiscientos” de fábrica que aparcó en la plaza, no podía ser de otro, que el de Carlos. Un seiscientos D, matrícula SE-134. ???, verde manzana, cuyo olor a nuevo, aún conservo en las calderas de mi pituitaria. Sabe Dios, con la ilusión que esperaba cada día, la una de la tarde, hora en la que me llevaba -el Carlos- a recoger a su padre al taller en el glorioso seat. Entonces se podía circular por la Alhóndiga y adentrarse hasta las mismas entrañas de Abades para desembocar en la estrechez de Placentines. El paseo era tan evocador como distinguido; los transeúntes se apartaban al rechinar de los neumáticos, asombrados por el brillo y la prestancia del utilitario soñado. Yo me sentía un privilegiado, cuando el Carlos aporreaba mi puerta y musitaba: “canijo, vamos a dar un paseito” y allá que me llevaba a ponerle el radio al coche, un niquelado “De Val” de los 60, cuya instalación, requería taladrar la guantera de chapa del vehículo, como se hacía antiguamente. Ibamos mucho a la Venta el Pino y a la “Hacienda la Red” por cartones de huevos que vendía la hermana del Carlos. Cuando nos adentrábamos en carretera, el Carlos profería su célebre frase: “cerrad las ventanillas” que lo voy a poner a 80. A mi me daba vuelcos el corazón. Otra de las leyendas del Carlos, era su novia: todo el mundo y parte del extranjero, hablaba de la “novia del Carlos”: que si rubia tirando a castaña, que si morena con los ojos claros, que si un monumento de mujer...pero la verdad del cuento ¡ay señores, que tormento!...nadie conocía o había visto al Carlos con su legendaria novia. ¿Que porque el Carlos, era tan pesado? Se estarán vdes preguntando a estas alturas del relato. No era pesado, más bien como un disco rayado. Cuando el Carlos cogía una cantinela, la exprimía hasta la extenuación, pero lo malo no era eso, es que tenía la escogida virtud de sorprenderte y atraparte deliberadamente, aprovechando el menor descuido de la mente, para hacerte caer en la red de sus retahílas: “Canijo (¿que? contestaba un servidor atentamente) “¡que pena que se ha acabado la Semana Santa”! (confesaba el Carlos con voz lastimera, no exenta de sorna) (-Sí que es verdad- replicaba el que suscribe)... “Menos mal que ahora viene María Auxiliadora” (anunciaba el pedante con fingido júbilo) y así sucesivamente, con premeditación, alevosía y nocturnidad, hasta que por fín estrenaba otra de sus “geniales” ocurrencias. Testigo de excepción de la empalagosa tortura china del Carlos, fue Joaquín, amigo y compañero de clase en mi colegio. A la sazón nos habían mandado un trabajo de manuales, consistente en la construcción de un barco de velas con material de cartulina. El Carlos pasaba por mi puerta y nos veía, al amigo Joaquín y a mí, enfrascados en dicha labor que se nos resistía al debido acabado. Lejos de echarnos una mano, por edad y conocimientos, el Carlos -fiel a su cruzada de acabar con la paciencia del Santo Job- nos zahería con la lija de su reiterada perolata: “Todavía no habéis terminado el barco”. Al principio, tanto Joaquín ni yo, le dimos importancia a tan fastidioso estribillo, conociendo a Carlos y su clásico repertorio; pero con el tiempo, la afanada costumbre del protagonista de esta verídica historia, se convirtió en una insoportable letanía, que Carlos repetía sorpresiva y deliberadamente en cada encuentro con mi amigo Joaquín: “escucha, Joaquín ¿has hecho el barco?”...en la puerta de la calle: “Joaquín ¿has hecho el barco?”...por el zaguán: Joaquín ¿has hecho el barco?”...por el patio: “escucha, que te iba a decir, Joaquín ¿has hecho el barco?”...por los pasillos: “Joaquín, ¿has hecho el barco?...hasta en la azotea: “Oye, Joaquín, ¿hiciste el barco?”. Tal fue la frecuencia, el radio y la insistencia con que el Carlos practicó su tortura al bueno de mi amigo Joaquín, que éste terminó huyendo, aburrido y exhausto de la presencia de Carlos. Yo no digo que todos los Carlos sean pesados y fastidiosos, lo que digo que este Carlos lo era hasta la extenuación y su conducta en ese sentido, terminó convirtiéndose en leyenda urbana, que corrió de boca en boca transmitida de padres a hijos, tanto es así que en casa, mis vástagos refieren el dicho memorial cuando alguien atenta contra la paciencia de su semejante: “Eres más pesao que el Carlos. Hoy en la festividad de San Carlos Borromeo, que creído conveniente relatar esta historia verídica, sin perjuicio de las bondades que acreditan a todas las personas que llevan tan significativo nombre.

sábado, 21 de septiembre de 2013

camino de San Lorenzo

Donde habita la FE
 Imagen de Santa Rosalía Convento Capuchinas



 Padre Nuestro GRAN PODER.

 Beato Marcelo Spínola (Jose A. Navarro Arteaga)

Beato Fray Diego de Cádiz
 Donde habita la PAZ
 San Lorenzo (Martinez Montañés) Parroquia de San Lorenzo
 El pié de Daoiz...
 María Santisima del Dulce Nombre en "Besamano"
LA SEÑORA DE SAN LORENZO.- La Soledad.

lunes, 17 de junio de 2013

LAS HERMANDADES PODRIAN CREAR MAS DE 100 PUESTOS DE TRABAJO EN SEVILLA


Nos hemos preguntado muchas veces, ¿porque permanecen las Parroquias, Iglesias, capillas y Templos de nuestra ciudad -cerradas la mayor parte del día- en Sevilla? Parroquias, capillas y templos que en su mayoría cobijan un legado de historia, belleza, arte y arquitectura, digna de estar expuesta al público en horario habitual. Y se lo han preguntado también los turistas, que admirados de nuestra ciudad, ávidos por fotografiar hasta el tradicional paseo de calesas o coches de caballos, se preguntan incomprensiblemente que hacen los Templos cerrados cuando se encuentran con sus puertas de bruces. Las hermandades y cofradías de Sevilla, bajo el patrocinio de su Archidiócesis a través de las Diputaciones de Caridad, podrían crear mas de 100 Puestos de Trabajos, directos e indirectos (de momento sin contar con la colaboración de los poderes públicos, Ayuntamiento y Junta, porque ya sabemos lo que significa el figureo político y lo que vende una foto). En principio la idea estaría centrada en un perfil concreto: Desempleados en riesgo de exclusión social, pertenecientes a la nómina de la hermandad o cofradía que contrata, osea, requisito “sine cuane”: Ser hermano. En esto confiamos plenamente en la honestidad y transparencia que se le presupone a los responsables de Caridad y Asuntos Sociales de nuestras corporaciones, como hombres de iglesia que son. Las labores de los contratados se ceñirían estrictamente a mantener la Parroquia, iglesia, capilla o templo ABIERTA en horario comercial, facilitando los correspondientes folletos informativos sobre la historia y obras de arte que atesora el recinto y lógicamente velando por el orden, la compostura y el respeto que requiere un lugar sagrado (labores de control-absténganse “seguratas profesionales) También se establecería para dicho fin, la mesa “petitoria” de recuerdos y souvenier, cuyos fondos de recaudación “podrían” garantizar -con el extra de limosna por apertura- los gastos del personal. En tiempos de crisis es cuando se debe agudizar más el ingenio y no mirar tanto el hecho de pagar por entrar “en la casa de Dios” (-por una limosna simbólica-) como el beneficio de poder generar -gracias a Dios- un puesto de Trabajo por mantener esta especie de museo itinerante de las bellas artes, como son los Templos donde radican nuestras HhyCC, abiertos al público. El precedente está más que justificado por el éxito que obtienen a diario las Corporaciones que mantienen sus residencias canónicas abiertas al público, valga el ejemplo de La Basílica Macarena; El Gran Poder, los Gitanos, la capilla de los Marineros, el Rocío de Triana. Otras hermandades, dan buena prueba de ello a través de los servicios que les prestan sus respectivos capilleres contratados para tal fin. El hecho es que dicha propuesta, podría llevarse a efecto, sin grandes riesgos, contando con la buena fe y el esfuerzo contrastado de los cofrades y diputaciones de Caridad referidas, por varias y probadas razones tanto materiales como espirituales; entre las que destacan, la oferta de obras de artes que atesoran nuestros templos -como ya hemos significado-, la demanda de público que se dá con sus puertas de bruces y sobre todo, la Caridad -que no es más que el amor en la práctica- uno de los principales fundamentos de nuestras HH yCC. Y no quiero dar más detalles que el que nos pongamos TODOS manos a la obra. ¡SI SE PUEDE!

miércoles, 31 de octubre de 2012

"Don Juan cojones"

 
 
Después del: ¿No es verdad angel de Amor?, Doña Inés quedó preñada de algo más que romanticismo y en estado de buena esperanza, dió a luz su primer hijo, en una hacienda colindante al Castillo de San Jorge. Don Juan echó “barriguita de casado”, más como su oficio de poeta y antiguo pendenciero, no daba para caprichos y desahogos, colocóse al servicio de la familia De Pantoja, conduciendo a los hidalgos en sus prestigiosos carruajes, a cuantos menesteres y encargos precisaran su apretada agenda de visitas y negocios. Pero Don Juan, era culito de mal asiento y pronto cayó en la depresión de los que no nacieron para el servicio a los demás y sí para servirse de sus antojos y delirios. Al tiempo que Doña Inés, creció en carácter y naturaleza para el mando y dominio de las cuestiones amorosas y domésticas. La altivez y el orgullo, aparecieron en la ex-novicia, que a menudo increpaba a Don Juan, exigiéndole mayor soldada y disposición para atender a los cuantiosos gastos que generaba el mantenimiento y la educación que Doña Inés quería proporcionarle a su primogénito. Por otro lado, Don Juan, tan conocido en Sevilla, como burlador y licensioso mujeriego, era objeto de murmuraciones irrisorias, cuando entraba en las tavernas y bulevares a ahogar en bon-vino sus desafueros. Una noche en que Don Juan vagaba, por el Callejón del agua, preso de soledad y melancolía, se topó con el fantasma de su fiel criado Chuti, que dando tumbos de pared en pared musitaba versos de antiguos esplendores. El sabueso olfato de Chuti, reconoció enseguida al caballero esbozado, arrojándose a sus plantas como perro fiel y dando gracias al altísimo por encontrarse con su amo y señor. “Oh, Señor, mi Señor Don Juan, mi adorado caballero,¿ que sucede a vuesa merced?: ¡embajador insigne de gozos y festejos; invencible corredor de apuestas; alegría del huerto do crece la flor de castidad de las rendidas doncellas que suspiran por su nombre! ".- Qué ha de ser, responde Don Juan con gesto lastimero, que sufro mal de amores y eludo responsabilidades, que los hijos y parientes de los tantos caballeros cuyo honor mancillé, hoy me pasan factura y me niegan, pan, hacienda y trabajo y que el bello arte de la literatura que bien conoces que practico, sólo me dá renta para vivir de la sopa boba. Aquel angel de amor en apartada orilla -que no dudo suspira aún por mí- se desvive y afana por los tres hijos fruto de nuestro matrimonio, para cuyo mantenimiento ha tenido que emplearse en variedad de oficios y menesteres extraordinarios. Pero lo que más me aturde y desangra -mi fiel criado Chuti- es su inapelable ceguera- el observar, como invitado de piedra, que estos hijos, fruto del amor y la dicha entrambos, alcanzando con creces la edad de merecer oficio y beneficio que aún no tienen, se sirven de ella, viviendo a sus expensas como auténticos señores consentidos, mientras me espeta a la cara los desperdicios de su avinagrado ánimo y cansancio existencial. No apure más vuesa merced,- coligió, visiblemente emocionado, Chuti -; vayamos a la hostería del Laurel, como aquella noche de ánimas, para ahogar nuestras penas en vino, que es inutil luchar contra el amor de madre; amor que hace a los mismos hombres que lo reciben como hijos, unos auténticos desgraciados cuando se convierten en padres. Amor que en las generaciones venideras, será condenado por las mismas mujeres que aún no conocen los dolores del parto, como “machismo”.

viernes, 22 de junio de 2012

Regreso al Postigo


Cuenta la leyenda, que en la fábrica de Tabaco, las mujeres gobernaban como auténticas amazonas, permitiéndose lujos y licencias que trascendían a cualquier norma o reglamento. Los días insoportables del verano hispalense, cuando las temperaturas alcanzaban las defensas de adobes y muros, las cigarreras desempeñaban su labor como ninfas desnudas en un lago de tabaco y palma, que ni el mismísimo y temido “pagador” se atrevía a cruzar.

Al influjo arrebatador que suscitaban estas míticas sirenas de Sevilla, se sumaba el interés de afamados artistas por pintarlas en el hábita de luz y humanidad que respiraba el recinto, cosa que consiguió para la posteridad don Gonzalo Bilbao, en su portentoso cuadro costumbrista, que refleja con todo realismo, el dinamismo, el color y la vida, que derrochaban las cigarreras en su puesto de trabajo.

La calle de San Fernando bullía con empaque de fiesta, las horas de entrada y salida de estas míticas mujeres, concentrando a centenares de hombres que arrojaban sus capas al paso. Hasta el país vecino llegó la fama que inspiró a Biset a componer la célebre opera dedicada a Carmen, la más legendaria de nuestras cigarreras.

Juan de Dios, también llegaba con su carro a recoger a su bella cigarrera, la cual entre ruborizada y muerta de vergüenza, ante los exabruptos y maledicencia que su novio dedicaba al personal, se escabullía en la carga reprendiéndolo: “Niño, ¡callate! Que me vas a buscar una ruina”.

Después la apeaba en el Paseo Colón, antes de que el hermano de la cigarrera reparara que venía acompañada de tan mala fama.

Cuando Juan de Dios comprobaba que Rosario estaba a salvo en su casa; aparecía arreando el carro, para llamar la atención de su futuro cuñado, profiriendo: “¡cabrones a montones, agarrenme los cojones”!.-

Las mujeres asomaban a las ventanas y balcones riéndose a mandíbula abierta y las matronas escondían a los niños santiguándose.

El hermano de la cigarrera montaba en cólera y lanzaba piedras al carro de Juan de Dios al tiempo que profería palabras injuriosas contra el carrero. Una de estas piedras alcanzó el cuerpo de Juan de Dios, produciéndole una brecha en el hombro que lo hizo revolverse de rabia y dolor: “¡Soooo mula...me cago en la puta de madre que parió al cabronazo este...te mato...yo te mato!”
El cuñado, cuando lo vió correr hacia el, como un poseso, puso pies en polvorosa camino del río. La madre de Rosario -proclive al escándalo y la dramatización- brindó ante el público su más ensayado repertorio de lamentos, ayes y suspiros:
¡Ay...mírala...si yo lo sabía...ay...si lo estaba esperando...ay...mira que te lo dije...mira que me dolía la boca de decírtelo...ay...que vergüenza más grande...con lo que yo he mirado por tí...y lo que el pobre de tu hermano está luchando...ay...hija de mi alma, tenías que fijarte en el sinvergueza ese...bajuno, deslenguado...con la pinta
de chulo que tiene...ay...que ruina mas grande...ay...que me lo mata...que es capaz de
matarme a mi hijo...!”.
El tito Curro intercedió en la refriega, exhortando a Juan de Dios a que se tranquilizara; le saneó la herida con el botiquín que había en el garaje y le recomendó, por el bien de Rosario, que no volviera al barrio hasta que se calmasen los ánimos.
Juan de Dios, juró y perjuró antes, que mataría al cuñado: “tarde o temprano, lo tengo que coger y cuando lo coja, le parto la boca, tu me conoces y sabes que soy un bestia”.
.- Por eso precisamente, porque se lo bestia que eres, deja que las aguas vuelvan a su cauce y vete para tu casa. Tranquilo, no te preocupes, yo me encargo de vigilar a Rosario; aunque esta noche -cuando vuelva el hermano- montarán el final de la novela, son de esa clase de gente que prefieren lavar sus penas con sangre, antes de donarla a los demás y arreglar las cosas por las buenas.
.- Los chicos se miraron en serio y al punto, rompieron a carcajadas, acordándose de la cara del hermano de Rosario, cuando vió a Juan de Dios correr rabioso de ira hacia el...
¡Tenía toda la cara de una aceituna de oliva, compadre!” .-se mofaba Curro.-
.- “¡Todavía huela a mierda en la calle!”.- se burlaba, Juan de Dios!"
Fragmento de la novela inédita: El Caballero veinticuatro...próximamente.

viernes, 27 de abril de 2012

Cuando ELLA baila


SE echan a bailar y saben que el mundo gira alrededor de sus volantes; vienen escogidas, se citan con la mirada, la complicidad es un hecho y derecho exclusivo, son las amazonas del tablao; las que toman la parte noble del cosmos para encenderlo con la chispa del angel. Crecen y se multiplican, desplazando al otro sexo -en este caso el sexo débil, se hace masculino- inseguros, indefensos, reyes con cetro de cristal, donde escancian el oro líquido de sus más íntimos e inconfesables deseos. Siluetas con forma y sonido de guitarras; cinturas de mimbre con denominación de origen y sello de Sevilla que toma la curva de la sensualidad por el camino más corto hacia la seducción. Mujer, ¡baila!, pídeme lo que quieras que te lo concederé, aunque sea la mitad de mis sueños. Y en tu mirar, se nos clavan los ojos como espadas lascivas, sin dejar de asestar puñaladas de deseo a esos cuerpos que gimen de placer con sus lances. Cuando Ellas bailan, sembrando de esplendor el escenario de la fiesta, los hombres cambian de conversación, hablan de sus cosas, pero no las piensan, porque el pensamiento solo puede atender la demanda de gloria que provoca el revuelo de sus volantes. Bajo ese cielo de farolillos solo pueden reinar las Amazonas, radiantes, altivas, desafiantes guerreras del sol bordado en la seda de sus mantoncillos y la noche abrazada al firmamento multicolor de los lunares. Cuentan los duendes de la Feria, que el hombre enamorado, no se separa de Ellas, que la roza, que la mima, que la acaricia y la besa, robándole flores al ramo de la pasión y aun así, pueden aspirar a la cumbre de la distancia que los separa, todo lo más mozo de espadas, gentil subalterno que despliega el percal a los pies de la diosa. ¿Te acuerdas?, no importa, yo he sentido en el corazón, esa sensación de ansiedad, ese apetito frugal de morder en tus labios la manzana jugosa. El amor levanta admiración en la fiesta de la luz y su encanto incita y provoca, sin necesidad de superfluas cortesías, sólo con la claridad de una profunda mirada. Los brazos al aire, hacen repicar el sonajero de las pulseras, reclamando el abrazo de su amado; fuera de sí, cuando la noche se remansa y el cansancio se hace música buscando el hombro donde reposar su barroca cabeza, aun más bella y natural que recién maquillada, cuando Sevilla tienda sus puentes de plata para que tu los cruces -mujer- reflejando tu garbo en la cornucopia del río, la felicidad alcanzará su momento más efímero y la mejor palabra se sellará con un beso.

viernes, 3 de febrero de 2012

a la niña, Angela de la Cruz



Hoy te traigo un regalo, que espero no descubran tus padres antes de tu bautizo. Para tí y para mí -Angela de la Cruz- con ese nombre que te han puesto, además de venir con un pan bajo el brazo, traes un certificado de garantía, suscrito por la Santa, que más que Santa es Madre de todos los sevillanos. Me vas a permitir revelar el secreto que sólo tu conoces y has dejado introducido en un cofre allá en el limbo de los justos, para que un día -cuando el tiempo te alcance- comprendas con toda claridad. El día que vinistes al mundo -amén de una gran alegría- nos proporcionastes un tremendo susto, pues los médicos se temían lo peor y te separaron de los brazos de tu madre tras el parto, la cual quedó en estado crítico y tu padre, tan conmocionado, que no era capaz de articular palabra. Pues bien, nada más lejos de la realidad ¿verdad Angela?, lo que ocurrió, fue cosa de tu abuela Rosario, que sin pensárselo dos veces, allá que fue la primera en tomarte en sus brazos...como si la estuvieramos viendo, con ese desparpajo que la caracterizaba, nos hizo temer con su genialidad, en lo peor, mientras ella -dale que dale- con su niña, paseándola por los pasillos azules y enseñándola con orgullo a "to los Santos", que hasta el mismísimo Dios, le tuvo que amonestar, de la que estaba formando en el cielo: "Rosario, le ha dicho Vd, a la Virgen del Carmen, que vele por su hija"..."¡ay, Padre mío, Vd, no se preocupe, que ya la he dejao yo en las manos de su hijo de la Salud, al cual conoce mu bien mi yerno!". Tuvo que ser así, porque en el fondo, ya tienes constancia de la ilusión que atesoraba tu abuela Rosario por ver a su nieta en vida, de modo que de ahora en adelante, será tu hada madrina y el ángel de la guarda que vele por tí para siempre jamás. A estas alturas, te habrás dado cuenta, que con tu madre, no se te va a caer el techo encima, por las dosis que te está suministrando de sol y de luz, puras vitaminas en cuanto a calidad de vida, pues nada mejor que salir a la calle de esta ciudad, para disfrutar de lo que no cuesta nada, porque no tiene precio; ojalá heredes de tu madre, la capacidad del saber estar y el buen gusto de las relaciones públicas que facilitan nuestra convivencia. De tu padre -querida Angela- ¿que puedo decirte?, que no hayas oido ya, mientras sus amigos te hacen "carantoñas",- cuando ruge la "marabunda"-,  está hecho para disfrutarlo, como tu lo disfratas ya, para tí sola, porque nadie mejor que Tu, sabes el profundo cariño y la desmedida ternura que te profesa y eso se palpa en lo a gusto que te encuentras en sus brazos, porque son las amarras a las que te vas a aferrar para protegerte de por vida.  Además, ya habrás sentido, que te mece con la misma cadencia y compás, con que los costaleros duermen a su Reina. Seguro que más de una vez habrá susurrado en tus oidos, el compás de una marcha. En cualquier caso, tu padre es un "padrazo", te lo digo yo, que lo conozco y quiero como si fuera mi hijo. Hablando de casta costalera, tu abuelo Manolo, será tu gran descubrimiento; te lo vas a pasar "pipa" con el...puede resultar un poco peligroso su verbo fácil, pero te aseguro, que su compañía es recomendable para la salud y su cariño sincero e imprescindible, para conocer la grandeza que atesora esta familia. De tu abuelo Paco, ya conoces el calor que desprenden sus manos, todo bondad y ternura...tu misma, Angela, habrás gozado ya, la serenidad y donosura que irradian sus brazos. Cuidalo mucho -mi niña- porque te necesita tanto como tu lo necesitas a el y de esto te darás cuenta, el día de mañana, cuando la figura del bueno de tu abuelo Paco, se agigante con el tiempo. En cuanto a tu madrina, Rocío, será como tu segunda madre, una hermana y confidente perfecta. De tus tías, Ana Mari y Jacinta, te guarde Dios, porque ellas, seguro que sabrán guardarte...llevalas con paciencia, porque no te van a dejar en paz, a menos que te hagas la dormida, cuídate de sus "zamarreos" si no quieres hechar hasta la última papilla, pero -mira- te voy a decir una cosa, ni el oro de ley con más kilates del mundo, vale más del cariño, protección y desvelo que te van a regalar de por vida, con ellas tienes el seguro de Amor con más garantías que existe en el mercado. Por si fuera poco lo que te estoy contando en secreto, más numerosa aún es tu familia por parte materna: la cantidad de primos y primas que te habrán dejado su impronta en tus tiernas mejillas ¡que maereo, verdad!, habrás observado con esos ojos claros de mirar sereno, que algunos primos son tan grandes que más bien parecen tíos o viceversa, pero en el fondo, a mí me ha dicho un pajarito, que tu, mi querida Angela de la Cruz, te encuentras muy a gusto en los brazos de Adrián y que no se enfade nadie. Por último, para no cansarte más, que veo que estás bostezando, he dejado para el final a tu abuela Ana...mira, tesoro, con tu abuela Ana, tienes que ser más cariñosa -si cabe- que con el resto, porque ella es el estandarte y pilar donde se basa la familia. Tu abuela Ana es la matriarca de esta prole que se disputa el tesoro de tu primera sonrisa. Tienes que ser muy cariñosa con ella, no solamente porque está "papucha" y delicada, sino porque está tan nerviosa y afectada por tu naciomiento, que no sabe como demostrarte la emoción que le produce tenerte en sus brazos. No llores, por Dios, mi querida Angela de la Cruz, ábrele esos ojos azul-verde, para que se mire en tu vida y recobre la alegría, que siempre ha llevado por bandera. Regálale esa mirada y abrázala con tu luz, porque para eso eres la Niña de sus ojos. Y nada más..cariño, para tí y para mí, que no se entere nadie de nuestro secreto, guárdalo en tu corazón, como yo en el mío te llevo, sin necesidad de darle tres cuartos al pregonero.

De tu tío, Antonio Sierra Escobar.

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