Llegó el Señor al barrio y en menos de su cumpleaños, hizo nueva todas las cosas. La Virgen abonó el camino con buena semilla y brotó el fruto bendito de su vientre: la Humildad, Pilar de Fe y Esperanza, era erigida como Hermandad y Cofradía de Nazarenos, establecida canónicamente en la Primera Parroquia del barrio. Entre Sevilla y Dos Hermanas, está Montequinto, ni tan lejos ni tan cerca, más bien mirando hacia oriente, en el término de la virtud. Lo cierto es que ya tiene una Hermandad, y como prescriben sus reglas, estrenará el próximo Sábado de Pasión, Nazarenos por sus avenidas. Una incipiente corriente de Nazarenos, se verá venir, como instantánea histórica, bajando por la avenida de los Pinos; sus radiantes capas blancas, al viento del frondoso parque, buscando el camino de su estreno. Hombres, mujeres y niños, como infantes que hacen la Primera comunión de Blanco, cruz del Apóstol sellada en el pecho, capirotes blancos apuntando al cielo azul purísimo, buscarán la senda perfu