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Mi querido REAL BETIS BALOMPIE,
Te escribo en los umbrales del año de tu Centenario, precisamente cuando yo, he cruzado el ecuador de tu edad, la mitad de una vida entregada a tus benditos colores, pues desde que tengo uso de razón el grito glorioso de BETIS,BETIS,BETIS, se me coló por las rendijas de mis entretelas como un apoteósico GOL que doy gracias y pido a Dios celebrar mientras me quede un soplo de aliento en mi vida. Fue en los aledaños de tu mítico Estadio Benito Villamarín cuando de la mano de mi padre, me deslumbró el resplandor de la Verdiblanca enseña; la alegría de saber sufrir de esa afición antigua como el hambre que acudía con gorras de visera y olor a pueblo bueno cruzando el esplendor de la Palmera o festoneando las avenidas de tu viejo Heliopolis. Me contagió la luz, y me arrastraba en su desbordante marea jubilosa, esa ola de verde florecido que me dejó encallado para siempre en la orilla de tus gloriosos colores. Por mucho que se cuente de ti en las viejas leyendas que han escrito tu historia, no basta conocerte, hay que sentirte para poder llegar a quererte como te queremos los que protestamos tu Fé, sin necesidad de poner la mano derecha sobre el evangelio, tan solo con el espeluznante gozo que para nosotros supone, verte saltar al campo, porque salir el BETIS, es como recrear de pronto el fogoneo estruendoso de la blanca cal en las paredes de toda Andalucía; es contemplar en masa el espectacular salto de las cataratas de un Niagara que salpica de verde Esperanza la tristeza del mundo; es cantar y llorar de alegría bajo una lluvia de aguas verdiblancas que te cala hasta los huesos; es sentir en tus carnes el hierro candente de ese Real Escudo de las trece barras que te marca de por vida. Cien años de BETIS, llevando a orgullo el nombre del gran río que eres, Guadalquivir de ilusiones y desvelos, que fluye en nuestra sangre más allá del fracaso y del éxito, más allá de los resultados y las clasificaciones, más allá de los títulos y los descensos. Siempre el mismo BETIS que anuda las gargantas, lo mismo juegues en Europa que lo hagas frente a aquellos equipos humildes de excursión y tortillas camperas…a tiro de piedra o en último rincón del universo, siempre sonará ese grito lastimero, glorioso, impresionante, cargado de simbolismo y devoción que destapa el frasco de las esencias: BETIS..BETIS…BETIS…en el año de tu CENTENARIO, tuyo afectísimo.
Marchaba el Betis a
No puedo añadir nada más.
ResponderEliminarTus palabras están claras y con corazón.
Eso de "la leyenda que recorre el mundo entero" ayer fue más verdad que nunca.
Ahora, a seguir luchando y por supuesto, a seguir queriéndolo.
Tu lo has dicho: "el nombre sencillo de los que sienten en verdiblanco".
ResponderEliminarManquepierda.
No sabía que además de cofrade y buen escritor eras un gran bético, que alegria... el arte es arte, y no hay más camino... que ese sendero verde y blanco...
ResponderEliminarManquepierda. Siempre con él, esté donde esté...