Menudo sueño has tenido, un sueño de superhéroe, tan intenso y profundo, que el mismo Capitán, apareció en el alfeizar de tu ventana y te prestó su invencible escudo.
Imagínate Manuel, el verdadero escudo del Capitán América, el arma infalible que lucha contra los enemigos del bien...¿te acuerdas, tu te acuerdas, Manuel? ...y ahí estás, luchando, como un héroe, auténtico, con tu máscara, protegiendo tu cerebro. Tu sabes que no estás solo, que aquí estamos todos, tras la burbuja protectora que ha trazado tu madre, tu padre, tus abuelos, tus tíos, primos, familiares y amigos convertidos en legión.
¡Que fuerte, Manuel, que bien lo estás haciendo, cuanta inocencia y ternura en la plenitud del combate!...por si fuera poco, el alfeizar de la ventana, se ha llenado de refuerzos, alli, están los puños de ¡HULK!...el increible ¡Hulk!, el feo, en el que tu, te transformabas, para asustar con su irresistible fuerza bruta, a los enemigos...¡verde que te quiero verde!...¿tu te acuerdas, Manuel?...como el Betis, tu equipo irrenunciable.
¡Lucha, Manuel...que bien lo estás haciendo, con tu escudo, con tu máscara de IROMAN, con las telas de araña de SPIDERMAN y el martillo infalible de THOR!...no hay mal que pueda vencer la inocencia de tu sueño, ni síntoma que abarque la supremacía de los dulces brazos de tu madre, ni malestar que apague la música, el color, las canciones, los personajes y momentos imborrables, que enciende tu padre, en la pequeña pantalla de tus mejores recuerdos.
¿Escuchas de fondo la voz melodiosa de tus abuelos, vigías de continuas promesas, que no dejan de envolver, los regalos y caprichos que te esperan. Cuando vuelvas del combate, totalmente restablecido y las hadas de los cuentos, borren con sus mágicos algodones, los rasguños de tus heridas, porque eres ¡el más fuerte, el más valiente, el niño bonito de los superhéroes!...haremos una gran fiesta en la ciudad de los sueños, lloverá, la más grande piñata y todos tus amigos, verán con ojos llenos de asombro y admiración, al mismísimo Capitan América, como baja a recibirte, para que le entregues, el escudo poderoso e invencible que te ha protegido y librado del mal. AMEN
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