lunes, 22 de diciembre de 2008

EL 6,40

Había un Bar en Sevilla con un nombre muy peculiar; “El 6,40”, los mayores de 40 años y menores acompañados lo recordarán. Estaba ubicado en calle Alhóndiga, frente al lateral derecho del antiguo Palacio de justicia, por donde se accedía a extinta Casa de Socorro (Hoy Hemeroteca Municipal) . El nombre de 6,40, suscitó todo tipo de especulaciones y apuestas, que rayaron en la leyenda, pues nunca se logró aclarar a qué obedecía su significado. Mientras que unos, sostenían la hipótesis que 6,40, fue el importe de caja del primer día de su apertura, otros afirmaban que dicho nombre guardaba relación con una apuesta sostenida en dicho local, por un afamado torero de época. Lo cierto es que el Bar, era muy famoso y conocido en la Sevilla de la década de los 60 por brindar a sus parroquianos y clientela con su original “tapa doble” –a la sazón- tu pedías una de sus especialidades, como el “huevo a la flamenca” y te lo acompañaban con una de “pavía” ó viceversa. Lo de la tapa doble y su singular aspecto de antigua taberna, desapareció con la reforma que se le efectuó en los años 80, aunque nunca perdió la memoria de su vieja gloria, aumentando su clientela de paso, debido a su estratégica ubicación en el corazón mismo del muy cervecero entorno de Santa Catalina. Lo cierto es que servidor –por esas vueltas que dá la vida- llegó a regentar de la mano de mi mujer (cocinera de lujo), el conocido Bar, heredando las recetas de sus más populares tapas, como eran: Espinacas y bacalao con tomate, mejorándolas si cabe y añadiendo a la pizarra: “migas caseras, albóndigas y cola de toro para rebañar”, con gran éxito de crítica y público. En fín que a todo esto y próximas las fechas de la navidad de 1.991, a mi mujer, se le ocurrió la idea de viajar hasta Algeciras (no me pregunten porqué razón) en busca de un un billete de Lotería con el que jugar y repartir entre familiares, amigos y distinguida clientela. El número como para olvidárseme 06639. De los diez décimos que conformaban el referido billete; el que suscribe extendió un sin fin de recibos entre 200, 500 y mil de las antiguas pesetas; quedándose el resto de décimos en manos de la familia y amigos íntimos (servidor jugaba tres décimos). Tal día como hoy de ese mismo año de 1.991, sobre las 9 y cuarto de la mañana, -tan “natural de Sevilla”, estaba en esos precisos momentos (jamás se le olvidará), calentando el jarrillo de leche, para servir un café, casualmente a la primera persona que le había ofrecido la lotería de la casa y ésta la había rechazado…cuando escucho por la radio la cantinela celestial del 06639: “venticinco millones de pesetas”

06639: “venticinco millones de pesetas”. Digo, el dichoso número que había traido mi mujer, desde Algeciras dejaba en Sevilla uno de los dos cuartos premios. El 6,40, fiel a su legendaria tradición se volvía a cubrir de gloria, aunque ninguno de los agraciados se hizo rico de solemnidad; había que ver las caras de esas personas mayores, llorando a lágrima viva por la emoción y mostrando sus pequeñas participaciones; todo la barra se llenó de júbilo, todos eran abrazos y felicitaciones; mientras se descorchaban las primeras botellas de cava y aparecían los medios de comunicación. La ilusión estaba servida y sobre todo bien repartida, entre los más necesitados, aquella Navidad inolvidable. Una vez pasado el delirio, hubo de todo; desde un ramo de flores en prueba de los más agradecidos, hasta las caras largas de la envidia de quienes se quejaron de no haberles ofrecido Lotería, después de permanecer los décimos durante varias semanas, expuestos a la vista de todos los públicos. En fín, que hoy la cantinela de los niños de San Ildefonso han vuelto a remover el bombo de los recuerdos, extrayendo el número de aquella ilusión vivida hace años en el desaparecido Bar 6,40….06639: “venticinco millones de pe-se-taaaaaaaaaas. FELIZ NAVIDAD.

14 comentarios:

  1. A ti te habrá removido los recuerdos, bueno y a mi una vez rifaban en la Cabalgata regalos para los niños, me quedé sin papeleta, me encontré una en el suelo y me tocó una lotería; pero lo que de verdad has removido ha sido los jugos gástricos con tanta maravilla de tapa.

    Seguro que llevasteis ese bar con mucho arte.

    Saludos y a ver si se repite

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  2. Comentándole tu entrada a mi padre, el lo recuerda perfectamente, tanto el bar como la que se organizó por tocar la loteria.
    Yo recuerdo de ese bar que tenia uno o dos escalones para acceder a él de mi época de Instituto cuando pasaba por allí y siempre lo veía con gente.
    Me encantan tus entradas pues te llevan a un pasado que crees haber olvidado y de pronto ahí estan.
    Muchas Felicidades y un gran beso

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  3. Pues no tenía ni idea. Me encanta leer recuerdos...

    Un abrazo.

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  4. Pues sí, lleva usted mucha razón hermano.

    Tanta razón que, al recordarlo, me acaba de dar una punzada el estómago después de tantos años...

    ... ¿recuerda usted que tan sólo veinticuatro horas antes, el 21 de diciembre de aquel 1991, frente a dos cervezas, usted por dentro de la barra y yo por fuera, en agradable conversación cofradiera, ME OFRECIÓ ALGUNA PARTICIPACIÓN QUE YO RECHACÉ POR LLEVAR YA MUCHA LOTERÍA COMPRADA AQUEL AÑO??????

    ¡Pero que torpe fui!

    Lo pasado, atrás quedó. No estaba para mí, eso es seguro. Qué le vamos a hacer. Otra vez será.

    Un fuerte abrazo, hermano, y mucha felicidad para ti y los tuyos en estos días.

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  5. Pues menos mal, querido Miguel, que contigo no podía haber el más mínimo problema, pero deja que te cuente lo de aquel "gachó" que se presentó en el Bar en pleno apoteosis de celebración y me dice -radante de satisfacción- "vengo a pagarte el décimo que te aparté"...¿pero qué décimo me apartastes tú -si el juego es el juego- y la víspera del sorteo puse a disposición de los presentes los dos décimos que me sobraban?...¡hombre pero tú sabes que yo soy de los asiduos y tú no puedes dejarme al margen!, me espetaba con gesto descompuesto, el muy cara dura...menos mal que el personal allí presente me dió toda la razón y entre todos logramos mandarlo a paseo, entre amenazas y maldiciones por su parte. ¡qué malito es el dinero!
    Un fuerte abrazo a todos.

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  6. ¡Feliz Navidad a ti también!

    Un beso.

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  7. FELIZ NAVIDAD.

    Y el gordo, que se lo meta el que le quepa, compadre.

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  8. ¿Que me estás diciendo? recuerdo de niña, (porque recuerdo el bar y aún no tengo cuarenta) de buscar a mi tío, parroquiano habitual, que siempre estaba con su amigo "el portugués".

    ¡que recuerdos!

    Muchas felicidades Antonio, tienes unos nietos muy guapos.

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  9. Te deseo unas Felices Fiestas en compañía de tus seres queridos, amigo mío.

    Un besazo y un abrazazo.

    Tu amiga Charo.

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  10. Bueno sólo quería felicitaros a todos una FELIZ NAVIDAD, espero y deseo que la luz del mundo que va a nacer, deje todo el brillo de su amor en cada uno de vuestros corazones, para que en estos días meditemos cual es el verdadero sentido de la Navidad, y al descubrirlo podamos llevarlo a la práctica todos y cada uno de los días de nuestras vidas.

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  11. Que la nochebuena esté prsente en todos en todos los días de su alamanaque (con las gambas y el jamón, especialmente). Felicidades.

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  12. Le pregunté a mi padre y también tiene algún que otro recuerdo del bar, aunque yo no lo consigo situar.

    Felices fiestas y por supuesto, un fortísimo abrazo!

    Saludos.

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  13. Pues yo soy nieto del dueño de aquel bar. Su nombre era Pedro García. El misterio del nombre lo conocemos toda la familia, pero viendo que es leyenda, mejor que quede ahí :)

    Casualmente hoy me he encontrado con dos personas que conocían también el bar y me han traído recuerdos de mi abuelo. Falleció en el 92, pero dejo muy buenos recuerdos en mi infancia. De hecho mi afición por la fotografía viene en parte por el, que era otro loco empedernido del tema.

    Gracias por el artículo.
    Un saludo.

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  14. Es un anténtico placer, que visite este blog, el nieto del ilustre dueño del 6,40 (cuantas historias, te habrá contado el abuelo, sobre tan sevillano lugar). Pues, que continue sin revelarse el secreto del nombre de dicho Bar y quede en manos de la familia, que es la legítima heredera de la verdad, convertida en leyenda. A vuestra disposición. FELIZ AÑO.

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