No me
reconozco, ni identifico con los andaluces que se venden por un
puñado de euros, para protagonizar los programas “reality show”,
tales como el que presenta la reverenda “Toñi” o el duro de
“Chicote”. Es vergonzoso, patético, intolerable, prestarse al
estereotipo de andaluces profundos, que aparecen en la escena del
sofá sumidos en la tristeza, haciendo apología de una situación
límite, para exponerla en el mercado de la caridad y vender a los
espectadores sus penas más deprimentes. ¡Basta ya de jugar con la
solidaridad de un pueblo que siempre ha sido solidario y lo ha
demostrado con creces de puertas a dentro, sin necesidad de que su
mano izquierda, se entere de lo que hace la derecha!....ya sabemos
que esto vende, que mandan las audiencias, que lo que los poderes
públicos no son capaces de cubrir en el capítulo de derechos
sociales a consecuencia de sus políticas nefastas, se convierte en
caldo de cultivo para las productoras mediáticas que utilizan el
popularismo de espacios como “Tiene arreglo”, para dar una imagen
lasciva de las miserias de nuestros paisanos más desafortunados. No
se trata de dar saltos de alegría -querida Toñi- ni tampoco lanzar
bramidos ni carreritas por los platós, como si de un crack del
balompié se tratase, cada vez que un donante anónimo y generoso,
intercede con su llamada en directo, para paliar la situación
extrema de los casos que han sido previamente expuestos. Y si se
trata de eso, ¡que forma, más burda e interesada de ayudar al
prójimo, no! ...porque, ¿se trata de un espacio presentado por
profesionales de la comunicación, verdad? Y si esto es así, por más
entrega y dedicación que se le preste a un programa de estas
características sociales, ¿donde está el mérito de dicha labor
“pseudoaltruista”, si está condicionada por los aplausos del
público y los objetivos marcados por las audiencias?...Mentira
cochina, parca comedia... estimada “Toñi”, que pone de
manifiesto el fantasma de esa andalucía profunda de los tiempos de
postguerra, de la cual me averguenzo y me indigno, tanto como me
averguenza e indignan las familias andaluzas, extremeñas y
levantinas, que se prestan a semejante farsalia, llevadas lógicamente
por la alarmante situación que atraviesan. Todos estamos salpicados
por el drama de la pobreza en nuestro país, casi dos millones de
familias tienen a todos sus miembros en el paro; es cierto que
vivimos al límite, que la casta política mira hacia otro lado,
mientras el gobierno permanece imbuido en su burbuja indolente, pero
la solución a los problemas, no pasa por el formato absurdo de un
“Tiene arreglo”, diseñado para el entretenimiento y la compra y
venta de la caridad. La caridad, como el cariño verdadero, ni se
compra ni se vende, ni se alquila con donaciones filantrópicas a
costa de aplausos y celebraciones. ¡Basta ya del pan para hoy!,
porque lo que realmente necesitamos es comer mañana y todos los
días, recobrando la dignidad de un puesto de trabajo. Por eso, no me
reconozco, ni identifico con esos andaluces, ni manchegos, ni
extemeños, ni murcianos, que se ponen a la cola de la oferta que
lanzan estos “realityshow”, para vender sus penas y calamidades
al donante postor que sube las audiencias, porque lo considero una
auténtica vergüenza en directo y pienso, como muchos semejantes,
que la dignidad, está mucho más allá que la pobreza y la humildad
-repito- como la caridad y el amor: ni se compran ni se venden.
el blog de Antonio Sierra Escobar -Mayo 2006- Mi espacio para el verso y la prosa, la crítica y la imaginación desmedida y por descubrir.
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