10@ños de blog.
Eres Tu, el que asoma
por aquí; el que curiosea, termina leyendo, suspira, le gusta lo que
lee; incluso se emociona en los segundos previos al olvido. Eres Tu
el que comprende o discrepa que el mundo no es lo que escribo y hay
que saber escribir para arrancarle jirones de literatura, eres tu mi
amigo invisible, lector orgulloso que buscas la abeja entre la
flores, seguidor irreconciliable, imposible de reconocer, porque
espías escondido entre la maleza de los siete pecados capitales.
Eres tu aquel que me quiere tanto que serías capaz de demostrar todo
lo contrario, antes de confesarlo y tu, el que hasta en la ausencia
de tu brillante silencio, confiesas que me quieres con un amor tan
grande, que te parece siempre pequeño. Si lloras, porque lloras, sin
saber que es un don desahogar los sentimientos; si no lloras, porque
estás perdido y eres hombre muerto. Tu que sabes, por donde entrar
al corazón sin buscar la puerta falsa, ni la salida de urgencia;
eres Tu el que te sientas y te sientes a gusto, identificado,
indignado, irónico, burlón, convencido o descorazonado, según la
cuerda más tensa o más floja del párrafo que te mantiene en vilo
o, te hace perder el equilibrio. Eres tu el que me mantiene vivo, por
lo incierto de tu visita, todo un monumento al comentario
desconocido. El que cada día me tienta a poseer el reino de los
dominios que observo desde la cima el desierto. Tu sabes lo que
significa un sueño, porque conoces la cruda realidad de no poder
cumplirlo; Tu sabes que ni la mar océana, abierta en dos por el
báculo del profeta puede garantizar, la tierra prometida donde está
el Paraíso. Nadie conoció la gloria solo, ni vivió en armonía con
el recuerdo, si antes no amó, incluso por el bien necesario de ser
amado. Tu sabes que las frases más bellas, las citas más hondas y
brillantes solo sirven para adorno de la memoria, nunca para sacarte
del vacío, ni calmar la ansiedad de los que aprisionados en la
cárcel dorada de la soledad, buscamos el imposible ego que nos está
buscando en el mismo espacio del tiempo. Eres Tu la que la se enamoró
con mis cartas a Julia Rómula; la que después de ojear la
entrevista a la ciudad más hermosa del mundo, quiso invitarme a una
copa: “esta noche pago yo, compadre; pide lo que quieras, aunque
sea la mitad de mi reino”. Y yo te pedí un bolero, porque en la
letra de un bolero, cabe la vida: “piensa en mí, cuando
sufras...que si veinte años no es nada, que será de 10@ños de
blog...yo adivino el parpadeo de las luces que a lo lejos van
marcando la jaculatoria de San Cucufato, la entrada más popular y
más vista...Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo
marcaron mi sien...¡que febril tu mirada, mi musa enamorada, Carmen
la Cigarrera, mujer que se ríe eternamente del pecado, cayendo en la
fascinante tentación de seducirnos cuando ella quiera!, Tu tienes la
clave y la llave que abre nuestro deseo y lo mantiene puro, como la
Amargura, eres una cofradía perfecta, que borda de satisfacción el
mejor horario e itinerario de nuestra historia de Amor. Tu sabes que
a escala de grises se alcanza el glorioso Blanco y negro de esa
Epifanía, donde los tres Reyes Magos: Gard; Fernand y Haretón,
ofrendaron al recién nacido que está en San Lorenzo, el oro, el
incienso y la mirra que resiste el paso del tiempo. Eres tu la que me
hiciste descubrir el Cristo del Susto en aquella ventana, espasmo
mugriento del “miedo enmarcado” que cuelga en las paredes de las
Bellas Artes; mi tarjeta de presentación, mis felices pascuas; mi
triste navidad, mis aguinaldos; la que cada año se encarga de dar la
vuelta al bombo, visitar el 6,40 y escribir la carta al bueno de
Melchor. Se que te quedaste conmigo para siempre, aunque no te
conozca, respiro tu aliento, eres mi Magdalena inefable, palabra de
Amor, que con amor se paga; azahar de Betania-Triana, intacto y
fragante...emperatriz de la Finura, mi dulce Esperanza Blanca; de
este mar impetuoso, fúlgida Estrella, cada vez que te miro, eres más
bella. El mundo es ancho y difuso, ya me he perdido otro vez en las
musarañas; quizás estés riendo, sufriendo, gozando, divagando por
la ciudad de la gracia a la que nunca has perdonado la vida, porque
en el fondo sabes que la vida es una semana, pero se que eres Tu, la
que asoma por aquí y curiosea, la que termina leyendo y suspira,
esos segundos de emoción me bastan, para seguir 10@ños más
escribiendo por amor y mucho miedo, previo al olvido.
Si alguna vez conseguí
enamorarte, no me dejes sin tí, porque te necesito.
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