Este pregonero, me gusta porque: “se
le nota en la mirada”, que está muy enamorado sin necesidad de
repetir ociosamente que somos los privilegiados de la ciudad más
hermosa del mundo. Dicen que “le ha acompañado la suerte”...han
debido de quererle tanto, que hasta los “sanedritas del Consejo”,
se han fijado en él, temiendo -que por cuestiones de salud- la
ciudad más hermosa del mundo y a la vez más hipócrita y falsaria,
se privara de escuchar, la voz de un Pregonero, sin más título
académico, que el verso fácil y a la vez frágil de un enamorado,
músico, cantautor y poeta. Ya sabemos, que del pueblo somos todos,
pero no estamos todos los que somos, ni somos todos los que estámos
-bien situados-. Los Pregoneros de méritos, bien colocados en la
parrilla de salida de este “gran prix” de las vanidades, tendrán
que esperar desde el olimpo inalámbrico de su balcón en Campana,
cuidando la fluidez verbal, no siendo ni tan pedantes, ni tan
repetitivos, una “pizca de humildad” y una ramita de “peregil
sincero”, para adornar sus platos fuertes de comentaristas de la
gloria. El Pregón, por diversas razones, que más o menos todos
conocemos, ha perdido fuelle; se ha enfriado el calor, que el pueblo
soberano le acercaba, desde la atenta emoción de la radio de
cretona, el transistor, escuchando esa voz atildada y potente, que se
colaba por los corredores de las casas de vecinos, perfumada por el
sahumerio apetitoso de los cocidos y pucheros.
Ha perdido interés, este Pregón de la
conveniencia, que se reserva al coto privado del Maestranza y se
reparte entre los miembros del Consejo y oficiales de junta, en su
mercado propio de entradas adjudicadas y vendidas de antemano. Es
verdad que los Pregoneros, muy comprometidos últimamente, no han
puesto mucho de su parte, para llamar la atención de los
descorazonados cofrades de Sevilla, ni siquiera en la noche evocadora
de su redifusión por las tvs locales. Pero el elegido, para
pregonar la Semana Santa del 2016 -por otra parte- cuasi cantado, un
año antes- renueva ilusiones y nos hace soñar con el terreno, donde
todos queremos, oir y ver lidiar a los buenos diestros. D. Rafael
Gonzalez Serna, está -a mi entender- situado en los -MEDIOS- allí
donde se ubica el término de la virtud. Ni demasiado cerca del
tendido academicista de los eruditos, ni demasiado lejos de lo que el
respetable personal, quiere y desea escuchar, la Semana gloriosa de
Pasión. El mismo Pregonero, lo ha resaltado en los otros “medios”:
“voy a darle al personal lo que quiere escuchar” y además, sigo
pensando, que a Rafael, se le nota en la mirada; que no lo puede
ocultar...que está muy enamorado y desde su elección, te aseguro,
que ya vive el “sin vivir” de morir en ese Atril y darlo todo,
hasta el punto que la chiquilla, esa misma que por Abril, cumple
diecinueve años, sea la que hable por su boca, para expresarnos en
menos de 120 minutos, algo tan grande y sentido, que cabe en la
estrofa de un sólo verso: “La vida es una semana”. Enhorabuena y
mucha suerte, a Rafael Gonzalez Serna, mucho más que un sentimiento,
mucho más que una bandera.
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