RIMAS CONFINADAS I
En las lunas del metro
de fluor estrelladas
la verdad no se alegra de verte
tan triste y cansada;
los malos humos turban
la expresión de tu cara;
todo el mundo pendiente
de las micro-pantallas
nadie pierde ya el tiempo
con aviesa mirada,
solo viejos andantes insinúan
a Dulcineas impávidas.
Embarques de un ganado
pensando en soluciones maquilladas
que nos permitan ganarle otro día
a la guerra del Paro enquistada.
Porque todos se encuentran
porque todos se vacían
porque todos se sientan
porque no se levanta
casi nadie a cederte el asiento
con ágil prestancia.
Y lo que más angustia
aunque nadie hecha en falta
el culto a la conversación
en los términos justos
que el decoro apuntaba:
allí reina el encierro
el monosílabo ha sentado cátedra
donde la grosería se abre paso
entre un roce de prendas en rebajas.
En las lunas del metro
se reflejan las ganas
de tomar tierra en la estación más próxima
que te acerque a tu casa
donde acaso se alegren de verte
y te miren, quizás a la cara
si es que llevas patente de corzo
o el dispendio, para sacar la entrada
o el ansiado paquete de tabaco
o el pan para mañana.
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con naturalidad