RIMAS CONFINADAS IV
No eres nadie hasta que el llanto
purifica tu mirada
y empiezas a verlo claro;
la humildad vence al orgullo
en el campo de batalla
el perdón vence a la culpa
el silencio a la palabra
la luz vence a las tinieblas
la verdad a quien se encarga
de engañar lo que a la vista
está más claro que el agua.
Aunque el cielo en el ocaso
sea contemplación sagrada
el sol muere devorado
por el mar y la montaña.
V
¿Quien me infligía tanto daño
que ni siquiera una lágrima
era capaz de verter
en el yermo de mi alma?
Era yo el mismo de siempre
que nunca me perdonaba.
VII
Cuando le falta barro
al torno de un alfarero
es como si una una mujer
que se queda con deseo.
Cuando le falta aire
de libertad al jilguero
es como si de tus labios
se apartasen los mios besos.
Que no le falte la arcilla
al torno de un alfarero
que no le falten caricias
a la rosa de tu cuerpo
que no le falten espacios
a las aves de
altos vuelos
que no le falte marea
al mar tranquilo e inquieto
que no le falte la luna
a la noche del bohemio
ni sol al campo florido
en el crudo frío de invierno
ni viento al aire en la brisa
ni a la brisa movimiento
ni olor a la primavera
cuando se nubla de incienso
ni mecedora al anciano
ni faena al arriero
ni pastores a la oveja
ni a los niños el sustento
del pan, la tierra, el trabajo,
la dignidad y el talento.
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