NAZARENOS EN MONTEQUINTO

 

Llegó el Señor al barrio y en menos de su cumpleaños, hizo nueva todas las cosas. La Virgen abonó el camino con buena semilla y brotó el fruto bendito de su vientre: la Humildad, Pilar de Fe y Esperanza, era erigida como Hermandad y Cofradía de Nazarenos, establecida canónicamente en la Primera Parroquia del barrio. Entre Sevilla y Dos Hermanas, está Montequinto, ni tan lejos ni tan cerca, más bien mirando hacia oriente, en el término de la virtud. Lo cierto es que ya tiene una Hermandad, y como prescriben sus reglas, estrenará el próximo Sábado de Pasión, Nazarenos por sus avenidas. Una incipiente corriente de Nazarenos, se verá venir, como instantánea histórica, bajando por la avenida de los Pinos; sus radiantes capas blancas, al viento del frondoso parque, buscando el camino de su estreno. Hombres, mujeres y niños, como infantes que hacen la Primera comunión de Blanco, cruz del Apóstol sellada en el pecho, capirotes blancos apuntando al cielo azul purísimo, buscarán la senda perfumada por la flor de azahar postrero, desde "entretorres", "romanos" "Bolonia" "Venecia"  ... Escribirán una de las páginas más bellas de la historia, una página de luz y color, que ya no tiene vuelta de hoja. Montequinto cofrade, ahora sí que sí, en el Sábado más importante de su Pasión, como Hermandad y Cofradía de Nazarenos.  Creo que en la Humildad, que sirve de Advocación a su Venerado Titular, el barrio no es consciente, todavía de lo que eso representa para el devenir de los tiempos. Que el presente inmediato, por flamante y nuevo, no ha sido aún capaz de asimilar la experiencia que supone el estreno inminente. Que no ha llegado a hacerse una idea de ver, como la calle Madre Paula Montalb, se va poblando de Nazarenos blancos -escasos y precisos- pero necesarios para dejar constancia de su primera Estación de penitencia de forma anónima y disciplinada.

 El Señor de la Humildad, desde su llegada al barrio, ha hecho nuevas todas las cosas, su Bendita Madre del Pilar, preparó el camino, Montequinto, se va sembrando como un Getsemani de inocencia e ilusiones, en pos de la Cruz que nos sirve de guía. 

Todo es nuevo, todo es obra de los vecinos y devotos: Capataces de Montequinto;  hermanos costaleros o costaleros, hermanados con Montequinto; Bandas de música con el sello inconfundible de la Estrella y Santana de Dos Hermanas, todo posible gracias a la Humildad del Señor que nos abrió sus brazos desafiantes y amables, musitando el versículo:  "Vengan a mí los que estáis cansados y agobiados" que en ánimos encogidos, no cabe la dicha; disfrutad de este sueño, que se hace presente inmediato, ese es el Pilar de nuestra Fe. 

De ahora en adelante, nadie que se precie de vivir en Montequinto, quedará indiferente a la lección de Amor y Esperanza, que impartirán los primeros nazarenos de Montequinto, acompañando a sus veneradas imágenes por las Avenidas. Gracias a la Humildad que irradia nuestro Señor, la incipiente corriente, crecerá y se hará río, sus aguas se filtraran irremediablemente  por nuestros cinco sentidos; la buena nueva del evangelio, derramará  la palabra de Dios por sus calles: "Amaos los unos a los otros, como Yo, os he amado"...en esto conocerán que sois mis Hermanos de Montequinto.

Esta nueva historia, ya no tiene vuelta de hoja. Se llama SABADO DE PASION -ahora y en la hora cristiana y Cofrade de Montequinto-