domingo, 1 de junio de 2008

AUXILIO VESTIDO DE SOL

Procesión Triunfal, sábado 30 de Mayo 2009 CRONICA DE LA CONSAGRACION DE LA BASILICA http://www.artesacro.org/Noticia.asp?idreg=42513 Salir con la Virgen en estos tiempos que corren de ocio y desverguenza, supone uno de los actos más políticamente incorrectos en nuestra sociedad. Pero como esta ciudad de la gracia, en espíritu y tradición, es la ciudad más moderna de todo el orbe católico y presume y sabe presumir de ello sin prejuicios...y como es noble y leal y sobre todo MARIANA, salió en la tarde del último día de Mayo, con su Virgen Salesiana por excelencia, con la Virgen de la mirada tímida, con la celestial princesa de la Trinidad que nos presentó el genial D. Bosco, para que se conviertira en juncal Auxilio de nuestras cristianas almas. Salir con esta Virgen es volver a ser niños; niños de todas las edades, querubines rosas y celestes que juegan con la fe por la ancha ronda; seises que alegran al pequeño Jesus de los brazos abiertos, antiguos alumnos salesianos que hicieron de la educación un milagro basado en la alegría. La alegría de rezar por las calles en libertad, rendidos a sus plantas colegio y barrio de toda la vida que estera a la fúlgida estrella, donde San Román se convirtió en Templo de peregrinación de todos los gitanos del mundo. Salir con María Auxiliadora, es trenzar recuerdos como ramos de rosas, es paladear el fruto dulce de aquellas estrecheces de patios y corrales de vecinos y admirar la luz del Sol en plena noche hecha calle de balcones colgados, de damascos y letanías que se funden en una lluvia de pétalos. Salir con la Virgen es ...realmente contagioso y recomendado para nuestra salud de espíritu.



Auxilio Celeste-Rosa, para todas las edades...

...la Virgen de D. Bosco...



..María de crepúsculo suave










...y por calle Sol, ¡no cabe!


lunes, 26 de mayo de 2008

A ESA MISMA HORA

A esa misma hora que Sevilla languidece en un capricho más de sus luces de poniente, tras los monótonos cristales de una habitación de hospital, una persona de cualquier edad que responda al anónimo nombre de YACENTE, otea el horizonte malvarrosa que recorta las torres y perfiles de su bendita ciudad y remonta un vuelo de nostalgias sobre las calles del sueño… Porque a esa misma hora de su rendida convalecencia, el sol se hacía pavesa en la candelería encendida de la Virgen de Gracia y Esperanza, ascuando las últimas luces de Domingo de sus ilusiones. A esa misma hora en que su Cristo del Soberano andar de San Gonzalo acrisolaba los furtivos rayos para llevárselo fundidos en los brillos de sus potencias y la Fuente de la Salud –donde la nostalgia ahora se refresca la cara- resplandecía como el marfil bajo su palio de transparente luminaria. A la misma hora que Cristo –Presentado a Sevilla- desgrana entre las hojas de la Plaza del Duque- el sol tallado en el barroco de su portentosa canastilla. A esa misma hora que la Virgen del Refugio, comprime la Giralda para mecerla entre el edén recamado de sus bambalinas…cuanto ayuda la fé de esta ciudad en la simpleza de una estampa entregada por un ser querido, sobre la cabecera de la cama..cuanto ayuda aferrarse al recuerdo-desde la sexta planta- mirando las puestas de otoño que encienden ilusiones frustradas a esa misma hora que vestía por primera vez, la túnica cigarrera, que tenía el mismo color de cielo raso sobre la plaza del Triunfo cuando envuelve de aguamarinas metálicas el suntuoso arca de su Virgen de la Victoria. Porque es esa misma hora de luz –la que ahora contempla tras los cristales de la melancólia- la que saluda al Señor de la Salud saliendo de la Catedral después de haber recorrido la Madrugá del arte…la misma hora de los naranjos de Gamazo, cuando juegan a ilustrar la adusta hojarasca del Calvario completo de la Carretería. A esa misma hora sobre el lecho del dolor, convaleciente, se acrisolan los sentimientos de todos los cofrades de Sevilla y ruegan al Señor YACENTE que te proteja con su majestuosa urna y te libre de todo mal. Amen. a la madre de una buena amiga

sábado, 17 de mayo de 2008

COMUNIONES CIVILES

No sé si es mi vista, pero este año veo menos comuniones que otros. Será por aquello de la crisis; la moda del laicismo fumado en pipa de solsticio de verano; o la alianza de civilizaciones. Tengo un amigo, que en principio hacía responsable a la Iglesia, de los tres mil euros de presupuesto que cuesta hacer la primera comunión . Este amigo se confiesa, agnóstico, ateo y creo que es también diabético, porque a la hora de escoger la mejor educación para su hija, optó por un colegio privado concertado de religiosos, argumentando que no había color con respecto a los índices de fracaso escolar que arrojan los centro públicos. Nada de particular, como los funcionarios no creen en Dios porque no lo necesitan, llegada la edad de efectuar la primera comunión de su hija (que no iba a ser menos que las demás amigas y alumnas consecuentes), le plantearon a la niña el discurso siguiente, con todo su laconismo liberal: “querida hija, como no estás bautizada, porque tu madre y yo decidimos que tuvieras plena libertad para....bla, bla, bla...pues hemos pensado de consenso, que elijas tú el traje que quieras; que invites a tus amig@s (nosotros invitaremos a los familiares), encargaremos las estampitas, el libro de (maría carey), enviaremos las invitaciones con el mapa del lugar elegido; la tarta de tres pisos con ascensor y como hemos invitado a D. Manuel (tu te acuerdas de D. Manuel, el consejal que casó en los Juzgados a la tita Yolanda), pues ese señor oficiará una pequeña ceremonia en el Salón de celebraciones repleto de público y si quieres, te dará una bolsita de formas comprada en el convento de la Encarnación de la Plaza del Triunfo -ya sabes de las que se te antojan el quince de Agosto-...” La niña, miró de arriba abajo a su padre -mi amigo- y con gesto displicente apostilló: “Mira papá..¿tu estás flipando en colores, verdad?...sólo te digo una cosa: para la semana que viene, necesito entregar la partida de bautismo...ah, y la confirmación sellada por la archidiósesis. Desde entonces mi amigo vá todos los Domingos a misa de doce a la parroquia del Corpus Crhisti.

miércoles, 14 de mayo de 2008

EN MEMORIA

Dicen que te querías morir en el Rocío y la Virgen lo escuchó. Dicen que este pasado Lunes de Pentecostés, cuando la Blanca Paloma revoloteaba por la aldea en pleno frenesí de sus devotos, al clarear la mañana, como si de una añeja estampa se escapase, te llevó a las marismas azules que se encuentran en el cielo. Ya ves que delgada es la línea que separa la emoción del dolor y que estrecho el lazo negro que distingue el luto de la alegría. El sentimiento es mutuo pero las lágrimas son diferentes porque tú arrancastes el lirio marismeño cuando te miró la Virgen para llevarte con Ella y tu hermano Manuel y sobrinos derramaron el llanto de la amargura como se deshojan las flores de la jacaranda alfombrando Sevilla de morado tapiz. Dicen que tu Cristo del Amor, te prestó su expresión más dulce y serena, aquella que te enseñó el cofrade ejemplar que fue tu padre, que tu hermano Paco te esperaba en el umbral de la Blanca Ermita para rezar el eterno ángelus, antes de coger la manigueta del féretro que te trasladó a San Esteban por última vez. Amaneció el Martes y trece gris y tormentoso como un presagio del duelo que te traía de vuelta a casa, rebosaban las buganvillas de la tapia del palacio de la calle imperial –tu camino de ida ya sin retorno- el rostro del Señor de la ventana lucía su sexta lágrima, la que tiene reservada para los que ya pueden ver la luz de su rostro,la Madre de todos nuestros dolores, ataviada de radiante Mayo, volvía su mirada a todos los Desamparados que te decíamos adiós llenando las naves del Templo como si fuera un Martes Santo diseñado solo para ti. Dicen que a quien Dios no le dá hijos, le dá sobrinos, los mismos y bien nacidos que te sacaron a hombros –sobre los piés- como los buenos costaleros de San Esteban por la ojiva hasta las marismas. Descanse en PAZ, Reyes Hernaez. Que falleció en el Rocío al clarear la mañana del Lunes de Pentecostés.

miércoles, 7 de mayo de 2008

YA VA A SALIR....

ROCIERO a medias... Soy rociero de medio camino, rociero de salida; de andar tras el Sinmpecao hasta Bormujos; conozco la pará a la caida de la tarde, el olor del campo en Juliana cuando las carriolas hacen el corrillo y el sol se vá poniendo filtrando su oro viejo entre los pinos. He visto el rocío de la mentira y la vanidad, pero hay tantos rocíos con medallas en el pecho, tantos rocíos en diferentes momentos, que todos sucumben ante las luces del Simpecao, polvoriento y magestuoso a la vez, cuando llega con los primeros brillos de la noche empujado por la emoción de los peregrinos de verdad. He visto los seudo rocieros que van a lo que van; los que acechan y se soslachan tras la estampa en los sombreros y la bendición de una mesa bien costeada; pero también he visto el verdadero valor de la oración bajo las estrellas; el santo rosario íntimo de la gente de hermandad; las velas en la yunta, esa antigua expresión de cansancio dichoso en los rostros de mujeres y niños contemplando el Simpecao, cuando el coro en la intimidad le canta aquellas sevillanas de gines convertidas en toda una letania del camino. El camino...quien puede hablar del camino, sin gozar sus amaneceres, sin despertar al susto y la maldición del estallido de los cohetes endulzados por la diana del tamborilero; el Simpecado reinicia su marcha, no espera a nadie porque sus incondicionales ya se aferraron a su barra, mucho antes que al aguardiente de alosno y las tortas de aceite, la segunda jornada es dura y preciosa como las lentejuelas de los bordados, hay que atravesar el vado del quema (jordán de la tierra de promisión)-un año más me quedo con las ganas de bautizarme, pero sé que mi medalla vá en el cajón, haciendo todo el camino que me fala por vivir y que ya he bañando con las lágrimas sin vivirlo, viéndolo através de la pantalla: la Salve en medio del vado, los pétalos de flores como nenúfares en las aguas, los ¡vivas! Interminables, los abrazos y la suelta de palomas buscando la espadaña del Palacio de su Reina. Rociero de clarioscuros como escribo, de verdad a media, que busca el sábado a la Hermandad de su barrio macareno, para cruzar el ajolí con su gente entre el polvo y la jarana que supone llegar al Rocío alcanzando el sueño. Los que van a lo que van, ya se han perdido, te hablarán de casas donde la alegría de la espera se confunde con una bacanal escudada en el grito de guerra del !viva la Virgen!, pero allá por donde mires, encontrarás motivos suficientes para emocionarte, ya sea con Triana y Huelva en su multitudinaria presentación, arrastrado por la plegaria incesante del “aquí estamos otra vez, para decirte que te queremos, otra vez” ó la miscelanea de sonidos de campaniles y el trasiego impenitente de perigrinos llegados de todas las partes del mundo. Donde mires, habrá rocíos diferentes, pero todos convergen en la ermita blanca apretados frente a una reja universal; a sus plantas la poesía, del cantar, el lirio marismeño, la amapola florecida en oración de inescrutables promesas, el llanto de las alegrías y el gozo de las penas; ay, mía Madre del Rocío, tu eres la Virgen que más se disfruta, que más se roza y toca, que mejor nos consiente. Pura realidad del caos, previsto y organizado, tormenta de devoción de tus dueños que parece que van a destrozarte en un alarde de milagrosa sinrazón que para los pulsos del mundo, mientras tu sonrisa enigmática y reveladora, desafía a las leyes y sale intacta y airosa para sobrevolar las marismas. Así te vé un rociero a medias, dispuesto a hacer el camino completo de la vida sólo cuando tu lo llames.

Porque está mi “Simpecao”
En el sitio ya dispuesto,
Visten los hombres de corto
Y huele el aire a romero
En San Gil, que sabe tanto
De Esperanza en el recuerdo…
Es verdad que ya su Plaza
Tiene el colorido intenso
De las batas rocieras
De las flores en el pelo
De los zahones y espuelas
De cintas en los sombreros
De las yuntas de los bueyes,
La Medalla y el pañuelo,
Los madroños, las guirnaldas
Y la “ijá” del carretero…
¡Ea ya, Esperanza nuestra!
El “Simpecao” es un portento
Que avanza majestuoso
Entre las naves del Templo.
El hermano que lo porta
No cabe en su propio cuerpo,
Todo es gozo y emoción.
Todo lágrima por dentro.
Todo suspiro y temblor,
En su afán por mantenerlo,
En el aire, donde todos
Podamos sentir su aliento..
Hasta llegar al umbral
Donde el sol hilo de fuego
Lo bañe con los más dulces
Rayos del oro más bello…
Y la flauta lo salude,
Y el coro arranque a su encuentro.
Con la plegaria encendida
De sus más tiernos requiebros.
Y se fundan las gargantas,
Con los ¡VIVAS! Más intensos...
Y un júbilo de campanas,
Entre una lluvia de pétalos,
Anuncie a los cuatro puntos
De la rosa de los vientos
¡que ya se vá pá er Rocio...
El “Simpecao” Macareno!!

jueves, 1 de mayo de 2008

MI CARTA A MAYO...

Querido mayo Te escribo con palillero, tinta china y secante, sobre el pupitre de nogal raido de una clase de primaria. En la verde pizarra hay dibujada una rosa con tiza de colores, es la flor del primer día, la reina de todas las flores que escogía la memoria para honrar a María, la Virgen Madre común de tu mes consagrado a la mujer más bendita entre todas. Después de tantos días de vacaciones entre Semana Santa y Feria, el volver a la escuela supone para los niños un auténtico problema de algebra, una insufrible lección de aritmética que se pierde en el silencio del patio distraida por el homenaje a la libertad de los vencejos. Tus días de luz no están hecho para aprisionarlos entre cuatro paredes de una clase ni cabe en los ventanales, las cotas que alcanza el plateresco esplendor de las cúpulas de San Luis de los franceses. Menos mal florido Mayo que el repique de tus campanas a gloria acorta los días para alargar las venturosas tardes. Tardes de tabla y puntillas bajo un sol de justicia en la plazuela, donde todos los que fuimos niños antiguos convertidos en hombres, postulamos por los barrios de Sevilla, la limosnita para la cruz de Mayo, convirtiendo la harina y el agua en pegamento, el papel de cebolla en cristal de faroles y las cortinas de nuestras madres en faldones de damasco para cubrir de ilusión y fantasía del paso más auténtico del mundo. Me ha salido un borrón- mi amado Mayo- al intentar escribir en la página en blanco de tu eterno olor a jazmines…, una furtiva lágrima o quizás fue el rocío mañanero de las fragantes rosas que cortaba con permiso en el jardín de Santa Paula. Me ha desvelado el estruendo de los cohetes que anuncian que van a salir las carretas, la peregrina emoción de una Salve, los ¡vivas!, la alegría desbordante hecha copla festoneada de romero. Te llevo en el alma como guardo aquel pequeño libro de carey y hojas de oro que todos los niños apretamos fuertemente entre las manos el día que fuimos los más puros infantes de marina al recibir la primera comunión y sabes –tu bien lo sabes- bendito mayo, que ya cuento tus días, deshojando la flor de los anhelos, perdido por los rincones de la auténtica judería, soñando el más bello atardecer a la luz de los faroles antiguos del Rosario o buscando la fuente de Salud recóndita en el rellano de la costanilla. Soy aquel niño –dichoso Mayo- que camina de la mano de su madre, tras el manto celeste de María Auxiliadora. Tuyo afectísimo. O-ji-val
Publicado 1-05-2007

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