miércoles, 13 de octubre de 2010

El Rey que perdió la cabeza

Quizás fuera el Palacio del Conde Pumarejo, lugar idóneo para las citas clandestinas del rey patrocinadas por tan leal anfitrión. Sus cuidados jardines ocupaban lo que hoy es la popular plaza que lleva su nombre lindando con la antigua calle real. “Mármoles traidos de las lejanas tierras, maderas costosas, plata oro y marfil, complicadas teselas, hierros de forja afiligranada, elegantes yeserías, brillantes pinturas, plantas y árboles rarísimos, reunión Don Pedro procedentes de los excesos decorativos del Alcázar y la generosidad que le dispensaba el monarca. Puede que sucediera una noche de primavera encantada a la luz de la luna, cuando los jardines exhalaban el perfume de la efímera flor del limonero y la estancia se embriagaba del aterciopelado aroma de los rosales, entre la suave armonía del laud y la danza sirviendo de fondo al romance apasionado de los juglares, que el Rey la descubriera deslizándose como una diosa en medio del olimpo cortesano y cayese rendido sin sosiego ante la plenitud de sus encantos. Se llamaba, María Fernandez Coronel y la fama de sus virtudes y belleza la precedía por toda Sevilla. Con tan solo quince años, había sido desposada con el infante, Don Juan de la Cerda,  Señor de Gibraleón. Conocedor el rey Don Pedro de la inclinación política del esposo de la pretendida Dama (seguidor del infante bastardo, D. Enrique), conciente de las facilidades que le deparaba la situación de cara a sus seductores propósitos, comenzó un asedio implacable, que no atendió a razones ni intereses de índole alguna. Ni los sabios consejos del Conde Pumarejo, ni las estrategias marcadas a tenor de la amenazante guerra civil, frenaron al Rey en el ímpetu soberano de conseguir los favores de tan deseada Dama.







 En sus continuos escarceos nocturnos por la ciudad –burlando hasta su misma guardia personal- el rey, ahogaba su fiebre de delirio en las tabernas más depravadas, así como se batía en mortal duelo, con todo aquel que osase poner en duda sus delirios. Una noche, en la collación de la alcaicería de la seda, dio muerte a un bellaco que difamaba el nombre de María de Padilla, acusándola públicamente de concubina del rey. El pueblo reclamó justicia, toda vez que un testigo avizor, presenció el suceso tras los cristales de su balcón, reconociendo al autor del crimen en la persona del monarca. Su cabeza, quedó para siempre convertida en leyenda en esa esquina, con un busto de piedra, retrato del soberano, como símbolo de la justicia que el mismo quiso imponerse, por haber dado muerte a un hombre en la alta noche. Ni la irresistible hermosura de Doña María coronel, ni las pruebas visibles e invisibles del amor que profesaba a su esposo; ni siquiera las súplicas y ruegos derramados como río de lágrimas en el lecho, lograron persuadir a Don Juan de la Cerda para salir en armas a defender la causa del infante bastardo, Don Enrique,  en cruel guerra civil, abandonando a su suerte hacienda y esposa. Acontecimiento que aprovechó el rey don Pedro, para llevar a cabo sus planes de acoso y derribo contra María Coronel, de acuerdo con sus maquinadas premisas. Dando orden de apresar a Don Juan de la Cerda, asaltando su séquito en una emboscada y trasladándolo cautivo a la torre del Oro. Posteriormente el rey se trasladó hacia Tarragona bajo la argucia de poner orden en el Reino de Aragón. Presa de ansiedad y atormentada por la ausencia de noticias y la suerte que corría su esposo, Doña María coronel, desatendiendo  los prudentes  consejos de sus familiares, viajó al encuentro del Rey a tierras catalanas para implorar misericordia a favor de su amado esposo. Solo Dios sabe y la historia  otorga con su silencio científico, el verdadero alcance del encuentro del Rey con tan anhelada Dama; la angustia, amargura y desesperación de Doña María, arrojada a los piés del monarca, implorando merced para su amado, tanto como el precio que tuvo que pagar la Sra. de Gibraleón para reparar su estado de pánico y zozobra. Parece que Don Pedro el cruel, no pudo resistir la pasión de tener a Doña María entre sus brazos y la calmó con mentiras dignas de un Rey y merecedoras de la villanía del peor de los hombres. Juró soberanamente que su esposo D. Juan de la Cerda continuaba vivo y a buen recaudo en la corte de Sevilla e hizo votos de que, tanto Ella, como su familia seguirían disfrutando de los privilegios de su dignidad, bajo su protección. Para entonces, el Rey, ya había ordenado la muerte de D. Juan de la Cerda e incautado todos sus bienes, dejando a Doña María Coronel en la más despiadada pobreza.

lunes, 11 de octubre de 2010

"Esta es la ciudad"

 

“Cuando en sus paseos a caballo por las afueras de la población, ve la puerta que comunica con el cementerio de los Moros, viene a su memoria la lápida que para escarnio colocó un avispado musulmán, que, sin más derecho y autoridad que su ingenio y malicia, cobraba el impuesto de “Almalcabra” por los cadáveres que de la ciudad salían: lápida que por sarcasmo decía: Esta es la ciudad de la confusión y el mal gobierno."  (Santiago Montoto- Biografía de Sevilla)


Por las calles solitarias, como alma en pena, se veían procesiones de penitencia, imprecando el remedio a la gran mortandad causada por la epidemia. Procesiones al son del muñidor de duelo que salían desde los conventos de San Francisco; San Pablo; San Agustín y la Trinidad. El Cabildo Catedral verificaba devotas rogativas, a las que asistían los reyes y el arzobispo, los nobles atendían con sus generosos donativos a los necesitados y facilitaban trigo y especies y el mismo arzobispo, Don Nuño, favoreció con cuantiosas sumas de su pecunio, para aliviar en la calamidad.

En pleno rigor de las calores de Agosto, cuando la ciudad, parecía mitigar los estragos que causaba la peste, el pueblo contempla con horror, que el mismo Rey era víctima de las terribles calenturas. La corte, vestida de luto, recorría en procesión de rogativas las calles para hacer estación en el Monasterio de la Orden de los Padres Predicadores, y orar ante la venerada imagen de la Virgen de las Fiebres abogada de los apestados. Doña María de Portugal, madre del monarca, formuló promesa e hizo voto de costear una escultura de plata, representando a Pedro I, en actitud suplicante y colocarla a los piés de la Virgen de las Fiebres y así lo hizo felizmente, al comprobar en el mes de Septiembre, que el monarca había sanado. Por cuya efeméride se celebró solemne procesión –en acción de gracias- desde el Alcazar hasta la iglesia de los dominicos, atravesando las calles jubilosas de Sevilla, envueltas en volutas de incienso, para seguridad de la salud del Rey convaleciente, que en persona presidía las gracias a la milagrosa imagen.
Restablecida la salud del Rey y sus ansias de poner orden y gobierno en la ciudad, nombra caballero veinticuatro a su fiel amigo el Conde Pedro Pumarejo, en un afán porque la nobleza llana, ocupara cargos importantes y así lo hizo rico hombre y lo armó caballero en solemne ceremonia militar. Era Don Pedro Pumarejo íntimo de la poderosa familia de los Padilla, avecindada en la collación de Santa Marina. El Conde Pumarejo, había servido con lealtad y discreción, como cómplice en la andanzas amorosas entre el Monarca y Doña María de Padilla, contribuyendo con su fervor hacia Sevilla, a que el mismo rey, Pedro I, trasladase su residencia a orillas del Guadalquivir, resolviendo directa y personalmente los asuntos de gobierno.
El Conde Pumarejo no sólo proporcionaba a su rey, las más apetecibles prebendas en cuanto a suculentos banquetes y fastuosas veladas cortesanas, empero que le hacía cobrar las más hermosas doncellas y singulares Damas, para satisfacer sus noches de concupiscencia y desenfreno. Así corrío por Sevilla la leyenda que convertiría al monarca –cruel para la nobleza y justiciero para su pueblo- en ídolo popular, rematando alguno de los rincones, con los trofeos que amparaban –una cruz- en la Plaza de San Gil, donde yacía un clérigo, a quien el monarca enterró en vida, por negarse a dar sepultura a un pobre, si no cobraba sus obvenciones….

continuará

martes, 5 de octubre de 2010

Sembrando vientos



Puedo creer cualquier cosa con tal de que sea increíble –decía el genial oscar Wilde- así puedo creerme que una conocida firma de perfumes embotelle agua corriente del mismo grifo de Polonia y la venda como mineral al precio de 4€. También puedo creer que la Carrera de Ciencias de la información exija un nuevo requisito para trabajar en los medios de comunicación (una asignatura que no se estudia), como es el aspecto físico, alias atributos de Sara Carbonero, porque a la hora de elegir entre un aspirante agraciado y otro que lo sea menos, las comparaciones son francamente odiosas y obvias. Y me estoy creyendo –cada día más- que la cultura no consista en sentarse a leer a los autores clásicos; ni repasar la historia de la literatura universal, ni saber de memoria las capitales de provincia de las distintas comunidades autónomas, ni tampoco aprender la línea sucesoria de los Austrias, los principales ríos que fluyen por España, los sistemas montañosos que configuran la orografía ibérica, ni las propiedades disyuntivas de la matemática moderna. Todo ello me estoy empezando a creer de verdad que se aprende –como dicen nuestros jóvenes- viajando, haciendo el camino de Santiago o marchando de senderismo a través de las rutas del encanto ó simplemente ingresando como usuario en alguna de las redes sociales de mayor predicamento en Internet. Le puedes preguntar a cualquier chico a las puertas de la Selectividad ¿Quién sucedió a Carlos I de España y V de Alemania? Es posible que te responda, pero para ello le tendrás que dar las 3 ó 4 opciones tipo test, ya que lo primero que se le vendrá a la mente, será el Príncipe D. Felipe. A fuerza de escuchar el telediario como el que oye llover, te sabrá responder a dos nombres de los Ministros que forman el actual gabinete- fundamentalmente femeninos- como la populista Trinidad Jimenez o las mediáticas, Bibiana Aido, y Leire Pajín. De los alcaldes, presidentes de las comunidades autónomas y demás miembros del gobierno u oposición, las respuestas vendrán unidas a los distintos escándalos que protagonicen y las veces que se suban a la noria del “realiti show”. Con tal de que sea increíble, podemos convencernos que la cultura ha tomado otros derroteros, caminos que la confunden y la llevan por la ruta del mínimo esfuerzo, una ruta que le hace pagar tributos absurdos a lo que podría resultarte gratis: Gimnasios, anabolizantes, cosmética, aparatos y juguetes para todas las edades y clases con un único fín: deja de pensar, nosotros nos encargaremos de que no te sientas nunca satisfecho.

lunes, 27 de septiembre de 2010

Esta no es mi HUELGA GENERAL

Después de tantas procesiones Extraordinarias –válgame dios hasta los jartibles nos cansamos- (aun queda la salida bajo Palio de la Virgen del Rosario de Montesión,) Sevilla se prepara esta semana para recibir una Huelga General, que creo, que no convence ni a los que la han convocado (Sindicatos mayoritarios: CCOO y UGT). Algo incomprensible sucede en esta España, sumida en la crisis más importante de las últimas décadas. España es diferente, profunda y muy arraigada a sus costumbres, tan arraigada, que supongo vamos a ser de los últimos en darnos cuenta, que para salir de semejante descalabro económico-social, hay que trabajar como los chinos (que invaden nuestro pequeño comercio) y nos recuerdan -sábados y domingos incluidos- que hay que tener abierto el negocio. Preocupante, al menos, es lo que nos viene sucediendo, la causa del absentismo que padecemos en todos los niveles. Cuando más justificada está una Huelga General (más de 4 millones de parados; despidos a la carta; quiebra de las PYMES; Recortes en los sueldos de los funcionarios, pensiones, subvenciones; empleo público y ERE que ERRE)más daño le inflinge al pais y sobre todo, más perjuicios al conjunto de los ciudadanos. ¿Qué clase de obreros, trabajadores y empresarios, etc.  pueden secundar la Huelga del próximo miércoles 29, sin que su derecho legal a la misma, se vea mermado?
 Los funcionarios ¿quizás? que disponen de ese tiempo que les atribuye la leyenda urbana, porque están amparados precisamente por los mismos Sindicatos “paniagudos”...- sí tal vez- tengan un pase para secundarla, pero están desengañados, porque saben que el Gobierno ha recurrido a ellos para recortar el poder adquisitivo de los que tienen asegurado el sueldo –empezándo por los más débiles y por ello esta Huelga,  es un fraude para sus intereses colectivos.
Las grandes empresas, las factorías multinacionales, dejarán a sus operarios perder un día de trabajo, sabiendo en conciencia que están bajo la espada de Damocles de los servicios mínimos y las medias jornadas, a fin de mantener su industria activa. Las PYMES y los autónomos, que mueren de dramática necesidad en el dique seco de las líneas de crédito prometidas…¿irán a la Huelga General?...¿con qué fuerza moral y espíritu de ánimo, acudirán los becarios impenitentes…los que buscan su primer empleo en un mercado laboral donde ni siquiera priman los másteres ni títulos? La pena es que esta Huelga General tan necesaria, viene en el peor de los momentos; el momento de la incredulidad, de la falta de estímulo y confianza. Es una Huelga General que no precisa salir a la calle, porque hasta los que se echan a la calle con ella,  son falsos; la verdadera comenzó hace mucho tiempo sin necesidad de convocatoria mediática: es la que protagonizan a diario los obreros de Boliden; los de Astilleros; los Mineros encerrados bajo la estepa de León, que recorren 30 km. Diarios de protesta vergonzante; la del 40% -escalofriante- de jóvenes universitarios o en edad de merecer- que se movilizan en los botellódromos- para ahogar en alcohol la incertidumbre de su futuro y la de tantos miles y miles de ciudadanos víctimas de esta crisis de la globalización que lo están pasando tan mal en estos momentos. Esa es la auténtica Huelga General que voy a secundar el próximo miércoles 29 de Septiembre con este testimonio escrito como minuto de silencio.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

REGLA de EXCEPCiON

Imagenes del Traslado Procesional de Maria Stma. de REGLA a la Catedral de Sevilla, conmotivo de su Coronacion Canonica.


No era Miércoles Santo, era tarde de un miércoles de Septiembre con calores de membrillo y la color de cera fundida en profuso cañaveral de mieses. No era Miércoles Santo, pero era su misma hora de salida entre la confusión de un mundo que no sabe y se pregunta y la emoción del otro que la sabe y proclama por bendita. La llena de gracia –Regla de excepción- que confirma la misma excepción de la Regla, caminaba por Sevilla –Imagen arriba- bañada en el grana y oro del sol de poniente. Su rostro de alabastro bajo la tahona donde se amasa el pan más florecido;  la espiga y el trigo que alimenta nuestras almas. Niña de Nazaret, mujer labrada con gubias de cera y lágrimas de Dolorosa- en plena multitud que se pregunta entre el escepticismo y la fe: ¿Cuál es la Regla? Y la encuentra en sus ojos llenos de misericordia. No era miércoles Santo, pero la ciudad donde vivir es sueño que convierte en realidad su improvisada zozobra, la acompañaba en estación de gloria hasta la Seo, sobre los pies de la elegancia costalera. Cadencia y dulzura prendida en el huerto donde los naranjos ensayan ser olivos tallados en plata de luna. Caminaba por Sevilla un miércoles de Septiembre, la Regla de excepción que volverá –no por coronada- más Reina si cabe todavía.

domingo, 19 de septiembre de 2010

MADRE PURISIMA DE LA ESPERANZA

LA MACARENA POR LAS AVENIDAS.-




Pasarán mas de cien años, muchos más, para que el camino de la cruz, se cubra con la sonrisa de la santidad o la santidad de una nueva sonrisa, brote en el rincón más olvidado por la indolencia del hombre. Para las alpargatas de la caridad la distancia no es olvido, saben llegar por parejas sobre los pies con su costal de estameña, allí donde la necesidad es dominio de la gracia de Dios. Yo no sé si será un sueño o realidad íntima de la ciudad donde es posible que se produzcan los milagros, pero si sé que la Esperanza es el camino más corto para guiarnos.



 La Esperanza es fuerte como Torre de David, radiante y hermosa como Torre de Márfil, anclada en las orillas del rio grande de la fe y peregrina embajada de los grandes acontecimientos. Madre Purísima que resuelve por juicio sumarísimo, todas nuestras dudas e incertidumbres y dicta la Sentencia más justa y unánime. La Esperanza quiso estar allí –como en lugar de siempre, presente- y atravesó la distancia olímpica que separa predicar la caridad a los más poderosos con el ejemplo de practicar las obras de misericordia. Marchó al encuentro de Madre María Purísima por las avenidas donde residen los más deprimidos –los dominios de la Cruz de Santa angela- las sendas del olvido que visitan diariamente las limpias de corazón por parejas arrastrando las alpargatas de la caridad. Nadie lo creería, si no es al ver en la nueva madrugá de este viernes de gloria, la refulgente Esperanza perdida y hallada por las extensiones de su más vastos dominios, repartiendo la gracia de su bendito nombre. La Reina y Señora de las huertas, fertilizando los campos alfombrados de asfaltos; llenando las glorietas inhóspitas, estrechando las rondas donde nunca tuvo cabida el cuidado esplendor de su estética ni la suprema expresión de su hermosura y atravesando el puente que despide la ciudad del río, como un gigantesco arpa, a cuyas cuerdas arrancó la luna los más dulces maitines a su paso. Bendito sea el glorioso acuerdo entre la Esperanza y Madre María de la Purísima, ese guiño que le hizo la caridad vestida de estameña al memorable curso de la hispalense historia.


 La Cruz alzada de los desposeidos, que alcanzó la Esperanza hasta los hospitales; el milagro que hizo posible la realidad de tantas oraciones, de tantas lágrimas, de tantas emociones contenidas en la noche cuajada de intenciones. El olor de la santidad impregnado en los nardos de cada esquina por donde pasó –para siempre jamás- la Esperanza, con su mezcla sublime de sonrisa y de llanto. Pasará más de cien años –muchos más- pero el camino más corto hacia la cruz, continuará siendo la Esperanza: Madre Purísima que nos muestra que la distancia, nunca será obstáculo para llegar a los más necesitados, aunque la caridad empiece por uno mismo y termine por los más próximos.



Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04