lunes, 11 de abril de 2011

Otro pregón...


Nació hace cincuenta y cinco años, pero no ha vuelto a pregonar Sevilla con su vocablo musical y el Dios te salve; eso sí, viene todos los años –Domingo de Pasión- disfrazado con el frac de la expectación a ocupar el atril reservado a la élite de las Autoridades, Consejeros, Hermanos Mayores, Juntas de Gobierno, familiares, amigos y….Provoca la sana dependencia de mantenernos pendiente de la Televisión local –hoy macerada por el fenómeno de las redes sociales- ayer en cantinela célebre que se extendía por la salita, através de la radio de cretona. Nació hace cincuenta y cinco años en la voz atiplada de un sevillano de Osuna, que escribía versos en una servilleta del Rinconcillo, sin dejar de atender su tertulia: “al compás la cera llora” y se trenzó bajo el escenario sepia del Teatro San Fernando, el Pregón soñado que pocos esperaban y todos deseábamos escuchar. Vuelven los vencejos a columpiarse en el indecible azul de las tardes de vísperas, vuelve la luz a encajar el postigo de la memoria, pero no ha vuelto el pregonero aquel que nos hizo adivinar el alba del Domingo de Pasión. Se ha intentado todo y de hecho se superó el verbo fácil de su cadenciosa voz, con la exquisita prosa de Carlos Colón; la cacofonía de azucena con Macarena, se revistió con el damasco endecasílabo de los sonetos bien medidos por el ínclito poeta; la décima perfecta de Joaquín; la metáfora más pura convertida en programa de mano en la voz poderosa de Manuel Toro; la experiencia comunicadora cincelada en la lírica de Garrido Bustamante; la oratoria académica de Montaño inspirada en el patio de Banderas; el idilio de prosa lírica recordada en la voz de Delgado alba y tantos otros que supieron morir con dignidad cofrade y arrogancia sevillana, en el intento de cantar la Semana Grande. Pero pronto se olvida la palabra ante la venerada Imagen del Hijo de Dios y su bendita Madre, preparados para dar el auténtico pregón por las calles de Sevilla, porque el gozo de vivir y contemplarlos, vale más que mil palabras. Parace que es la hora, parecía que nunca llegaría el momento idealizado que inmortalizó Carlos Herrera con su arenga de ¡a la gloria, sevillanos!...y así pasó otro Pregón –el de este año- con más pena por el esfuerzo titánico de un hombre generoso, que se vió forzado por las circunstancias, a escribir primero y a leer después, un pregón que no estaba diseñado para su preclara oratoria. Un pregón que nos hizo mirar hacia el pasado de aquellos pregones que dormían el sueño de la memoria perdida y que volvieron a despertar en la voz rota de Fernando Cano con antiguas palabras que siempre cantan más de lo mismo. Sin pellizcar el alma ni sacudir el escalofrío del cuerpo, pasaron todas y cada una de nuestras benditas advocaciones, como sin ser vistas, porque para ello, hay que poseer el don de transmitir, de vibrar y hacer vibrar, de soñar despierto acercándonos el paraíso de lo que todos sentimos y no sabemos expresar. Nació hace cincuenta y cinco años y aún lo está esperando Sevilla; no para darle el aplauso medido y encerrado en los privilegios del patio de butacas del Maestranza; ni mucho menos, la ovación cerrada por defender el derecho a la vida,(que para los católicos se dá por sobrentendido) sino para expresarle sencillamente, el contento y el júbilo de habernos anunciado la Semana Santa que guardamos en las retinas, regada por el agua bendita de la emoción. Otro año será.



miércoles, 6 de abril de 2011

Bendición y Esperanza

"el más allá de Sevilla"

Saben los niños por el olor a incienso, que los días del gozo se aproximan. Por el redoble de tambores y los sones lejanos de cornetas, los niños alientan el deseo de acercar la Esperanza al más allá de su barrio, donde la inseguridad se hace presente en los rostros ajados de sus mayores. Lo saben los niños que aprenden pronto y bien en cualquier lugar de Sevilla, donde los tramos de naranjos, le han marcado el camino de la cofradía que siempre busca el amparo de su Parroquia. Para ellos, el Cristo de la Bendición no encuentra impedimento alguno para salir a la calle, puesto que ningún guardián de Convento, sería capaz de desplazarse a tan deprimida zona, para sesgar la ilusión de semejante proyecto humanitario. No se enteran los frailes, desde el lujo insonorizado de su humildad, que la mano del santo de Asís, está clavada en la misma cruz, donde Cristo murió para redimir a los más débiles. No quieren enterarse –que la soledad franciscana- está situada al pié de la cruz que ellos mismos insisten en desmontar del Calvario, antes del sábado de gloria. ¿Para que sirve un templo conventual tan vacío si Dios no está hecho para el sábado?. Toda esa lección magistral de catequesis lo saben los humildes, sin necesidad de liturgia vana y trasnochado sermón. Bienaventurados y benditos del Padre, los que no han necesitado el recurso de la sabiduría, para aprender la verdadera catequesis: Ama a Dios sobre todas las cosas; pero no te olvides de amar al prójimo como a ti mismo. Una sola palabra: -FRATERNITAS- un proyecto magnífico, para hacer todo un lujo de la humildad y una mujer al frente de muchas mujeres y hombres comprometidos con la Sevilla más abandonada a la suerte y nunca mejor dicho a la suerte que está intentando cambiar la mala imagen de las Tres mil vergüenzas, en una iniciativa de magnitud tal, que a todos nos conmueve por su valentía y dignidad. Es fácil postular, allí donde las chaquetas se asientan en isabelinas sillas de acuerdo con la dignidad de sus cargos; pero es harto imposible, adentrarse en la aridez y desolación de las zonas más deprimidas y marginadas –Sevilla del más allá- donde FRATERNITAS, ha montado su cuartel general, asida a las Letanías de María Santísima, recorriendo las calles,  del nomenclátor que reza bajo la advocación de Auxilio de los Cristianos; Salud de los enfermos; Refugio de los pecadores y Consoladora de los afligidos. Por esas calles del magnificat mariano, no pueden correr los niños asustados e inseguros al contemplar al Cristo caído en el lodo del paro y la droga, pero sí pueden mirar frente a frente la Esperanza que les acerca desde la Macarena o Triana, Jesus Obrero en su calle  de la Amargura, que también está pespunteada de fragantes naranjos y abrumada de incienso; que lo mismo suena a cornetas y tambores, sobre un canasto tallado con todo el barroquismo de las necesidades de que adolecen sus vecinos. En una palabra: FRATERNITAS –hermandad y parroquia- el verdadero Cristo de la Bendición, que sí sale a la calle, durante todos los días del año, mientras unas personas,, nos regalen su tiempo y nos abran sus manos llenas de Bendición y Esperanza.

lunes, 4 de abril de 2011

Contraria a la razón


Contraria a la razón, esta ciudad respira inventándose un cielo que otros pasan por alto; suspendiendo el aire en un instante de luz, que otras solo utilizan para poder respirar; inventando respuestas a un genuino ambiente donde solo tiene cabida la imaginación. Felicidad en estado puro; si no la intuyes, ni la palpas,  incluso con los ojos cerrados al igual que cuando percibes un aroma, jamás creerás que existe. He aquí el estado de ánimo de la ciudad que cre como –Dorian Grey- cualquier cosa, con tal de que sea increíble, porque no sabe más que mirarse en el mismo espejo de su egolatría. Endiosada, presumida y augusta, se siente mirada por el dios de la luz, perfumada y dichosa Afrodita, coronada por la guirnalda de los naranjos en flor. Capaz de descubrir a las deidades, jugando al escondite en el silencio místico de los adarves. Quien no es capaz de ver la dicha alegoría, morirá en el intento de querer descubrir un amor imposible –la felicidad no es más que la realidad de un sueño que sabe que volverá a cumplirse- y cuando se cumpla, volverá a seguir siendo un sueño. Las apariencias enganñan –dirán los despiertos- cuando observan que la cuenta atrás está inflamando el corazón como un globo a punto de estallar –hombres de poca fe, que buscan un final a esta explosión que funde los sentidos- No, no es así; no hay final para tan esperado encuentro. Cuando alguien ha empezado a buscar, ya ha encontrado algo y ese algo es tan esencial, como la propia trascendencia de lo que se busca. Así es la felicidad que respira o se inventa esta ciudad de vísperas: una sensación de bienestar o gracia que perciben los que no han pedido nada a cambio de ello. Si estás dispuesto –esta ciudad te hará vivir y gozar del paraíso- pero una solo palabra tuya, bastará para sanarte.

martes, 29 de marzo de 2011

Fiesta de la Primavera

La resignación es una extraña sensación de impotencia que se va haciendo habitual, cuando nadie remedia la libertad disfrazada de libertinaje. Cuando nuestros jóvenes celebraran su particular “fiesta de la primavera”, multitudinaria convocatoria que se extiende como la pólvora a chispazos de sms, la sangre quiso sumarse al ideal de Demeter sin reparar en que el dulce caldo de Baco, convierte al cordero en fiera y el sueño de la sinrazón produce verdaderos monstruos. Que algo funciona mal en la sociedad del bienestar es tan obvio, como el hecho de que más de seismil criaturas ocupen el “charco de la pava”-como calle elinfierno- sin medidas de control y seguridad alguna. Que corra el alcohol de garrafa escanciado en los tanques de plástico duro, tiene el pase solidario de olvidar las penas y celebrar lo aprobado, siempre que el espíritu no alcance el más allá del coma etílico, metiéndose por el cuerpo toda clase de estupefacientes o pastillas de diseño. El saber estar de la mayoría de nuestros jóvenes, se confunde con el malestar de los que nisiquiera saben convivir en condiciones normales y aprovechan el estado de gracia de los demás para cometer sus fechorías. Carroñeros, ilusos y descelebrados que merecerían la pena o la suerte de habitar los antiguos manicomios, actúan deliberadamente a esa hora fatal en la que la fiesta se convierte en tragedia –instinto básico e irracional que arrastra a una persona a cometer actos dignos de alimaña. No necesitan causa ni motivo aparente, actúan con impunidad, no existe móvil alguno, sin previa amonestación ni aviso, el energúmeno procede –esta vez- a pinchar las ruedas de los vehículos que encontraba a su paso. La víctima no tardó en fijar los ojos en las ensangrentadas pulilas de la fiera, quien sin más- le asestó una puñalada en su pecho de 24 primaveras-. Se acabó la fiesta, aqunque la aplastante mayoría no reparara en el verdadero alcance de la tragedia. La piedad de un joven descompuesto con su primo en el regazo, se abrían paso –entre la multitud por la calle de la amargura- no había acceso para la ambulancia, todo era confusión en el “charco de la pava” convertido en reguero de sangre. La policía sólo podía hacer sonar sus sirenas impotentes. Llanto y desolación ahogados en un mar de algarabía. Las autoridades condenaron el hecho; dieron el pésame a la familia del chico e hicieron la correspondiente rueda de prensa. Palabras manidas que se las lleva el viento y esa extraña sensación que nos queda a todos: algo va mal y lo malo es que no sabemos o no conviene ponerle remedio. ¿Resignación?

viernes, 25 de marzo de 2011

El Encuentro...



... Una vez más en Sevilla puso su impronta la estela

de Aquel que todo lo puede por imposible que fuera.

. . y así la lluvia inclemente se tornó rocío de estrellas

que aligeraba a Triana con su más preciada Reina.

Mientras la noche pregunta y el alba anhelante acecha

-qué sucede Madrugada- de Exptectación tan intensa...

Que ha de ser, que Dios las cita y los ángeles la acercan,

que se adivina el milagro que el prodigio se desvela y

el firmamento rubrica la historica coincidencia

de encontrarse -Cara a Cara- el SOL con calle PUREZA...

la Catedral por testigo la Giralda centinela

de dos fuentes de Alabanza que se miran y reflejan y

se funden bajo el cielo de su Sevillana tierra

en una misma ESPERANZA en una sóla Belleza

¡qué delirio frente a frente ! TRIANA Y LA MACARENA!







Madrugá, 1995 (foto Boletín Hermandad de la Macarena)

martes, 22 de marzo de 2011

El sabor amargo de la primavera






En la primavera de aromas derramadas al pié de los naranjos, hay un sabor de almendras amargas que contamina el aire. El dolor del alma, nunca tuvo puesto mejor nombre en el rostro de María: Tristezas, Desconsuelo; Angustia y Amargura, reflejada en tantos hermanos que sufren la Pasión,  consecuencia de esta escarnizada crisis. Desde la cúspide del espectacular altar de Cultos, el Dios de la Luz parece lanzar a sus cofrades- seguidores la rigurosa interrogante: “Y vosotros quien decís que soy Yo”…Tu eres el hermano "parado" que todos tenemos en la familia; el padre de acogida que comparte y reparte el único sueldo que entra en casa; el hijo que con su carrera terminada (fatiguitas de la muerte) no encuentra salida y ejerce de las sobras que le echan a “los becarios” los grandes ejecutivos…Tu eres el joven desorientado que nada en la vorágine de un mar revuelto en incertidumbre sin rumbo y a la deriva, refugiado en sus estudios o formando parte de la masificación universitaria…Tu eres la madre, que todo lo asume, que sufre en silencio las cuitas de todos y aún tiene aliento para sacar fuerzas de flaqueza e infundir ánimo. El eco de la plegaria resuena, intranquilo por este valle de lágrimas: “Tu eres el Cristo de las Penas, tus manos atadas desgastan sus nudillos llamando a las puertas de la necesidad; la cruz se hace cada vez más pesada y el Cirineo siente la vergüenza de su dignidad situada en el umbral de la pobreza.” En la primavera de aromas derramada, llegada la hora de sacar la papeleta de sitio, se hace necesario resolver esa otra "papeleta"  del dolor ajeno, de la falta de medios, de la impotencia frente a la pérdida masiva de puestos de trabajo y la amenaza fehaciente de embargos y desahucios. Hacen falta mayordomos de la Caridad para estos Cristos del Desamparo y Abandono en la cuaresma de verdadero ayuno y abstinencia. Secretarios solidarios que den fe, de la situación imperiosa que atraviesan sus hermanos. Hacen falta túnicas que los vistan de dignidad, tela marinera que multiplique el pan y los peces; varas repujadas que se conviertan en cayados para aliviar los caminos; mantos y palios que troquen sus relucientes bordados por el oro impagable de la misericordia y el amor. No es que falte buena voluntad en los cofrades, ni el capítulo destinado a la caridad,  brille por su ausencia, es que para salir a la calle dando testimonio de nuestra fe, el verdadero paso de Cristo, no necesita otro estreno que compartir lo poco o mucho que tenemos en estos tiempos de crisis, ni María mayor esplendor que ser pañuelo donde enjugar el llanto, por tantas familias desesperadas.

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