En fín que la Feria, no ha perdido sus esencias, únicamente las ha mezclado con los tiempos haciéndolas reflejo de una sociedad que busca la diversión más allá del saber estar y las buenas maneras. Frente a las corrientes de pesimismo que la definen como insegura, incómoda, clasista, apartada, y muy costosa para los bolsillos, la Feria se presenta cada año, desafiante y orgullosa de ser la gigantesca portada por donde entra la Alegría de la fiesta al universo de los sentidos. Y por eso los mismos sevillanos que tan buenos ratos hemos pasado sobre su amarillo albero, bajo su cielo de farolillos y las colchoneras lonas de sus casetas, los que ahora –heridos por la nostalgia- la negamos en beneficio de la comodidad que nos pide el cuerpo al cabo de los años, tenemos que descubrirnos ante Ella, porque en el fondo del alma no hay quien se resista a su monumental y efímero espectáculo de luz y color que ha encandilado a todos los que han tenido la dicha de vivirla. Me imagino lo que pueden sentir los cuerpos de esos extraños que la miran por vez primera, que se enfrentan ante este lujo de detalles, que se dejan arrastrar por su indescriptible ambiente, por el colorida y la majestad de los enganches y troncos de mulillas enjaezadas, por el espectacular paseo de los mejores coches de caballos del mundo, por la belleza genuina de nuestras mujeres vestidas de flamenca paseando por el real jardín de flores de seda con mantón de Manila sobre los hombros. Me imagino lo que se sentirá esa primera vez que los ojos se ciegan con su alumbrao, esa primera vez que fuimos niños impacientes por subirnos a la noria y en medio del vértigo de la altura quedar deslumbrados por esta ciudad de los sueños que no tiene parangón. Por eso, no diga vd nunca que no le gusta la feria, no traicione a su mente, sea franco y recuerde los buenos tiempos, los de antes, los de ahora, los de siempre y vd verá la hermosura, el embrujo y el salero y le dirá al mundo entero, como esta Feria, ninguna.
No se puede culpar a la Feria de lo que han hecho con ella, o de lo que hemos conseguido hacer de ella entre todos, pero es que parece como si nos la ensañaran desde fuera. Dá la sensación que la descubrimos un día al ver los informativos y entonces exclamamos asombrados: “ordia, si la semana que viene es Feria”. Sus ilustres vísperas han quedado relegadas a las molestias de los sufridos residentes de su entorno que ven cercenado su derecho de acceso a los propios hogares. No es lo mismo vivir unas horas de Feria y volver a tu casa, que quedarte a dormir con todos los decibelios del mundo. Porque como los sevillanos cantamos ya menos que el sobaco un ejecutivo (entiéndaseme por cantar aquellas sevillanas que siempre terminamos canturreando cuando se queda atascao el radio casete en la caseta, osea, “sueña la margarita con ser romero”), es preciso que la música no pare, y cuanto más fuerte mejor, que para eso hay tecnología punta ya hasta en la Feria. A mí, por lo menos, me dá una alegría ver a la gente cuando van haciendo el camino de la Feria, por esos puentes de San Telmo, el Generalísimo o el de prolongación de Bueno Monreal, cantando esas sevillanas tan socorridas del: “agujerito, agujerito…te viá comprá unas bragas..de agujerito”. No, no es lo mismo, vd dirá lo que quiera, pero yo me quedo con la nostalgia de ese paseito hacia el Prado, con las corraleras vestidas de gitanas, los hombres con sombrero de ala ancha y clavel en la solapa y los niños llorando por un bastón de caramelo. Con lo bonita que es la Feria y tienen que vení de los madriles a enseñarnos a bailar por sevillanas de academia…donde se ponga un sevillano de pro bailando con su parienta –que digo yo- toreando, mirándola a la cara, citandola de lejos, cogiéndola por el talle y dándole los lances definitivos…
-continuará…
Sabe Vd. Cual son las sevillanas de la feria de este año, porque a estas alturas no se escucha ningún estribillo de esos tan pegadizos que repetía todo el mundo: “no te vayas todavía, no te vayas por favor…dame el búcaro..tengo en mi casa un tambor..miralá cara a cara..etc. etc”. Anda Vd. Yá, si eso es muy antiguo, ahora no hace falta quedarse con ningún estribillo que valga, se compra el cd del popurrí de Raya Real; el de sevillanas antológicas o para el recuerdo; el del “realiti show” de Ecos de las Marismas o si me apura y tiene buen gusto y estilo: Los Romeros de la Puebla o el Pali. Y el Cartel de la Feria de este año, ¿ha visto Vd. El Cartel de la Feria de Abril de este año?...yo no lo he visto, ni me he fijado, habrá pasado desapercibido, total como son tan igual de impropios y descastados como todos los años. Entonces ¿Dónde está el ambiente de vísperas de Feria?...hombre, pues donde va a estar el ambiente de Feria, en los Remedios. Vd. No ha visto el caos de tráfico que hay ya por allí, entre las vallas del carril bici, las obras del metro-tren, la carga y descarga y el montaje decorativo de las casetas. Sí ya, pero es que los Remedios como es tan difícil de identificarlo con la arquitectura de Sevilla y está tan lejos, pese a su proximidad, de la idiosincrasia de Triana..cuesta trabajito ambientarse por allí. Vd. Me va a perdonar que peque de nostálgico –como siempre y sin tarjeta- pero es que yo me acuerdo mucho de esas calles adoquinadas, donde las casas de vecinos, aquello sí que era ambiente de Feria, cuando las niñas venían del colegio y se ponían sus zapatitos blancos de lunares con tacones, sus zarcillos de corales, sus pulseras y collares de colores y se le iban solo los pies con esas ganas de bailar, ole con ole y olé que con el ria ria ria pitá…y los zagalones cantábamos por los patios y huecos de escaleras aquellas sevillanas del embarque del ganao para que las mocitas morenas de los primeros amores nos mirasen con ojos llenos de estrella: “silencio, por lo que Vdes mas quieran guarden silencio por Dios, que es tiempo de primavera y están hablando de amor”…
-continuará…
...que es tiempo de primavera y están hablando de amor.
ResponderEliminarNo soy muy feriante, pero de la Feria de mis años dorados a la de ahora, que no ha pasado tanto tiempo, sinceramente, hay un abismo.
Ahora entre la botellona, los pijos aflamencados, los canis que todo lo invaden y las sevillanas de Ecos del Rocio (que yo las usaría en Guantánamo), la Feria, no es como la de antes, efectivamente, la del "Embarque de ganao levanta una polvarea".
Pero a ver, tendré que ir, no me queda remedio.
con lo bonita que es la feria y lo dificil que nos la han puesto, con la liturgia y el camino que tenía la feria..y aún se la quieren llevar al charco la pava..más cerca del aljarafe..seguiremos escribiendo, un saludo.
ResponderEliminarHemos "cruzao" los brazos
ResponderEliminary Sevilla se nos va.
Y al río estamos tirando
lo que ya no volverá...
Yo tampoco soy especialmente feriante. Soy de los que creen que la fiesta mayor de la ciudad es la Semana Santa, pero me duele que mi feria sea cada vez menos mía y menos feria; entre el rebujito, las casetas con música disco, las botellonas, etc, la estamos perdiendo.
ResponderEliminarpreciosas fotos
ResponderEliminar