No le pongas a la niña, Caridad ni Piedad, que son nombres con los que se sufre mucho y el sufrimiento no tiene fecha de caducidad. Es igual que su honónimo “sentimiento” que no pasa de moda, que sólo se altera con la expresión de la belleza, según la luz que reciba.
. Ponle un adjetivo a la niña del arenal; un piropo, un epíteto, blanco y radiante como el sudario que se expande en su bendito regazo.
Que le ponga Amor
ResponderEliminaro Macarena que es lo mismo
ResponderEliminarY qué mirada... Hay tantas cosas en esa mirada, tantos sentimientos, tanta vida, que es imposible que su hijo esté muerto.
ResponderEliminarSaludos.