Que no me gusta que salgas fuera del tiempo que prescriben tus sagradas reglas, es un hecho, otra cosa significa que esté-soñando-… con el día 18. La humildad que caracteriza a las Hermanas de la Cruz y la solemnidad de la beatificación de Madre Purísima, merecen que le brindes el beneficio de tu sublime presencia. No me gusta que salgas de manera Extraordinaria, porque contigo –en las calles de Sevilla- nunca se sabe cuando vas a volver. ¿Te acuerdas de aquello que recitó Manolo toro?: “Te fuiste pa cuatro días/tardaste 7 en volver/Madre mía, Macarena/no nos lo vuelvas a hacer”…Anotado queda el día en los anales de la pasión; que por aquí se sabe que la pasión, no nos quita el conocimiento, sino que además profundiza en la metafísica y hace realidad nuestros sueños. Porque un sueño será verte a la hora de la madrugá de un viernes de Septiembre; dicen que será las tres de la mañana, pero no hemos olvidado que de la mañana eres Tu, la estrella más deslumbrante y por eso no hace falta ponerte otro palio más que el cielo.
Demasiado bonito imaginarte, sin más tálamo que el arco bordado por una centuria imaginaria de reflejos, cruzando Don Fadrique como la que camina por su antigua casa –el hospital de las Cinco Llagas- parando los relojes de la leyenda hasta alcanzar la Venta de los Gatos, donde ni el mismo poeta imaginó que volvieras como luminaria golondrina, a su rincón tu perfume dejar…Anegando de Esperanza las avenidas –quien se lo iba a decir a Alberto Jimenez Becerril- mártir de sus propias ideas y creencias- que tú llegarías a bendecir con tu presencia la inmortalidad de tantas víctimas de la sin razón. Más como el mundo es un pañuelo y en Sevilla está prendado de encajes, puros encajes de bolillos le parecerán a tus perplejos hermanos y vecinos, contemplarte por la inhóspita glorieta Olimpica, cuando la omnipresencia solemne de tu palio se cubra de añiles turquesas celosos por aclarar la mañana y te pierdas por el soñoliento vergel del Parque del Alamillo, incapaz de dár crédito a tan Celestial Grandeza paseando por esos lares. Será como un sueño convertido en increible realidad; un Dios te salve María indescriptible, rezado en el rosario de una Aurora histórica, que hará dignos los sitios de un recorrido tan inédito como evocador. Una vez dentro del Estadio Olímpico, Madre María de la Purísima, hará suyas las palabras de Tu prima Santa Isabel: “Llena eres de Gracia, el Señor es contigo y bendita Tu eres, entre todas las mujeres”.
Sevilla entonces, quedará en vilo de tu regreso al barrio; pero eso es ya otra historia que espero vivir para contarla…mientras tanto –aunque no me guste que salgas- será ¡demasiado bonito soñar con el próximo día 18!
Ya me gustaría a mí vivir la experiencia que describes, pero si no puedo, ahí estarás tú para contármelo. Saludos.
ResponderEliminar