“ciriazos-zahumerios y conclusión final”
Otra Semana Santa más -y van tres
seguidas- de incertidumbre, improvisaciones y sobresaltos. Un
ambiente enrarecido por el empacho de información, tanto profesional
como contrastada, como fruto de la marea implacable de
pseudo-informadores, cantamañanas, y corresponsales aviesos de
exclusivas gratuitas. Podíamos decir, que la del 2013, ha sido la
Semana Santa oficial de la consolidación de una crisis de
identidad, incapaz de desprenderse de la pantalla táctil del
“Ifhone” y la instantánea colgada automáticamente en las redes
sociales. Ante tanta recarga de información, al final surgía la
duda razonable de que la ficción superase a la misma realidad que
estábamos viviendo en la calle. Visto lo visto y sin suficientes
argumentos para enjuiciar todo lo que en realidad aconteció, me
quedo con ese ambiente enrarecido por la crisis en particular y
entristecido en general por las inclemencias del tiempo y la ausencia
de tantas cofradías como faltaron procesionando por nuestras calles.
-Ejemplares y dignos de elogio, los cortejos de nuestros
nazarenos de Jesús Despojado; La Paz, La Hiniesta, La Cena, La
Estrella (que un año más no tenían donde refugiarse durante el
tiempo de receso, con las puertas de San Jacinto, cerradas a cal y
canto) y sobre todo los niños de la Borriquita, aguantando
estoicamente bajo la lluvia sin romper sus respectivos cortejos y
totalmente entregados al devenir de sus amados Titulares. Así mismo
y por defecto, felicitar a los cortejos nazarenos de las hermandades
del Miércoles Santo, especialmente al de la Lanzada, comprimidos en
calle Cuna; tanto a los que se descompusieron por la arbitrariedad y
desconcierto de sus Diputados mayores de gobierno -caso de los
Panaderos y el Baratillo-, como a los que continuaron su discurrir
bajo chubascos, sin alterar el orden y concierto de sus cortejos-caso
del Cristo de Burgos, Las Siete Palabras y el Carmen Doloroso.
-Sahumerio indiscutible a todas y cada una de las
Hermandades que suspendieron su estación de penitencia, tanto a las
que se quedaron sin salir a la calle, como a las que se vieron en la
necesidad de hacerlo sobre la marcha, incluido los Panaderos en lo
que respecta a su cuerpo de nazarenos.
-Sahumerio perfumado y sonoro al repertorio de las
Bandas de Música de los Pasos de Palio, que tuve oportunidad de
contemplar, especialmente al de la Virgen de la Merced, que estrenaba
acompañamiento musical para el recuerdo de todas las generaciones.
Creo que ha sido el año que más veces he escuchado la marcha Margot
de Turina, con relación al número de cofradías en la calle. Digno
de elogio, el detalle de la Esperanza de Triana a los sones de
Macarena en Campana; el estreno a la luz del Jueves Santo, del
monumental palio de la Virgen de la Victoria restaurado y el conjunto
arrebatador del paso de la Virgen de las Lágrimas.
Respecto
a lo que no me gustó, necesitaría, más que un buen hachón para
propinar los “ciriazos” correspondientes, un látigo para
expulsar a tantos mercaderes alrededor de este templo de vanidades en
el que se está convirtiendo nuestra Semana Mayor. Una vez más me
pregunto, ¿para que sirve el Consejo General de HHCC?, si a la hora
de la verdad, se improvisa y queda en la mayor de las evidencias. Sé
que es difícil arbitrar sobre la marcha y preciso contar con los
suficientes argumentos y pruebas para adoptar medidas rigurosas y
depurar responsabilidades, pero me temo que los intereses creados, el
peso específico de las hermandades de primera y los antecedentes de
ineptitud y compadreo con el que se suelen saldar estos casos,
apuntan a futuras decisiones que no dejarán contento a nadie.
-Este año, en plena crisis, ha sido escandaloso, el
número de sillas vacías a lo largo de la Carrera Oficial y no crean
que por causa de la inclemencia del tiempo, según fuentes
consultadas de boca de los mismos abonados, las referidas sillas
vacías, no se han puesto a disposición del numeroso público que
las solicita, cosa que no tiene explicación, diga el Consejo lo que
quiera decir al respecto, circunstancia esta, que hace necesario un
careo con los responsables del mismo, para que esclarezcan los hechos
con la transparencia que el tema merece.
-También he tenido ocasión de observar -en
circunstancias de lluvia- cuando la carrera oficial se encuentra
expedita de abonados, como se continúa cortando el espacio acotado,
para que el público pueda contemplar la vuelta de algunas
Hermandades que buscan refugio en la Catedral, como por ejemplo
sucedió al paso de la cofradía del Porvenir, con la Avenida vacía
y el respetable, esperando el regreso de la Hermandad, agolpado por
las inmediaciones de la Plaza del Triunfo.
-Lamentable también, en este orden de cosas, las
mamparas situadas en el sector del Palacio Arzobispal y a lo largo de
la plaza Virgen de los Reyes, que impiden al respetable público -no
abonado- la visión de las cofradías. No se lo que pensará el
Consejo, aduciendo razones de seguridad, pero más de uno, sentimos
vergüenza ajena.
-Afortunadamente no ocurre lo mismo en la Plaza del
Duque, convertida ya en todo un clásico como “ tribuna de los
pobres de Sevilla”, a las puertas cerradas de la “pasarela
Campana”.
-Bochornoso la cantidad de medios de comunicación
blandiendo “alcachofas y cámaras con zanco” a pie de campana,
para retransmitir las mediáticas, soberbias y figurantes entradas
por la Pasarela de las vanidades y los minutos de gloria de algunos
capataces, que buscan con sus continuos mandos, arengas y
dedicatorias, la fama que no se la creen ni ellos mismos.
-Al mismo tiempo se consolida la presencia callejera de
las “sillitas de los chinos” a todo lo largo y ancho de
Placentines, Alemanes, Cuesta del Bacalao, Salvador y Villegas, con
corrillos incluidos, de mini-botellonas, y la presencia de cachimbas
este año.
-En cuanto al exorno floral de los pasos, en general me
han parecido adecuados a la indiosincrasia de cada cofradía, sin
tener demasiados, por no decir ningún argumento técnico para
evaluarlos por mi falta de conocimiento en esta especialidad, tiendo
a los clásicos montes de claves en los pasos de Cristo, así como
los fanales de los palios, entremezclados de azahar, sin embargo
hemos podido observar este año, la proliferación de iris o lirios
en los Calvarios de la Expiración del Museo y la Lanzada. Confieso
que me ha chocado un poco, la innovación producida en el paso de
Señor de la Salud de la Candelaria. Resaltar por último, el
atrevido exorno del Santísimo Cristo de la Fundación (los Negritos)
y las rosas escogidas para el palio de la Virgen de las Tristezas.
Así como las esquinas a la moda de los 80, que lucía en su palio la
Virgen de Guadalupe.
-Finalmente, en el capítulo reservado a las Bandas de
cornetas y tambores, mixtas o Agrupaciones musicales, constatar -un
año más- el alto nivel y la calidad y buen oficio demostrado por
todos sus componentes, NO ASÍ, la evidente e infumable sonoridad de
muchas de sus composiciones, tan difíciles de asimilar como
estridentes, tanto es así que están consiguiendo, en los últimos
años, hacer más populares y agradecidas a las marchas clásicas de
cornetas y tambores de toda la vida. -Es curioso que bandas, que
se suponen de tanta categoría en cuanto a número de seguidores,
chirrien con auténticos “pitos de atascos en la barqueta” y
Agrupaciones musicales, que despiertan verdadera pasión, recuerden
con sus florecidos “solos de trompetas” la banda sonora del
popular numerito de la “cabra subiendo por la escalera”. Bien es
verdad que para gusto están los colores y el que no lo soporte que
se vaya, como ocurre con mucho público de reminiscencias “kani”,
que abandona la procesión una vez que culmina la actuación de la
Banda, dejando prácticamente solo al Palio. DE todo hay en la viña
del Señor y todo es tan efímero como manifiestamente mejorable en
un acontecimiento de tanto calado como la Semana Santa de Sevilla,
pero hay que cuidar mucho los detalles, para no caer en la
mediocridad ni el abismo del “todo vale”. Por cierto dentro de
este abanico de contrastes y curiosidades, alabar el buen gusto y la
calidad demostrada por nuestras mujeres, luciendo el tradicional
atuendo de la mantilla, aunque dentro de este -saber estar- nos
encontramos chirriantes excepciones, como muchachas de bandera,
acompañadas de auténticos impresentables, incapaces de guardar el
protocolo oscuro y las formas. El año que viene, me anunciaré en
los medios, para acompañar a tan bellas señoras o señoritas, con
la elegancia y distinción que merece el momento, aunque solo sea
para no quedarme compuesto, sin novia y con las ganas. Muchas
gracias por el tiempo que me han dedicado, perdonen las molestias y
hasta el año que viene, donde lo mejor está siempre por llegar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
con naturalidad