No habrá Paz, hasta que
el hombre se convierta, como el mosto en vino nuevo, hasta que los
pacíficos, siembren la semilla de la conciliación en el huerto
donde se recrean las nuevas generaciones curadas de pretéritas
memorias. Hasta que la misericordia y no las buenas razones, ni el
sacrificio inútil, se demuestre con las obras corporales y
espirituales; hasta que la mentira, aplastada por la luz de la verdad
en libertad, descubra que la guerra es un fracaso, se mire desde la
punta cardinal de donde se mire. No habrá Paz, hasta que la
industria armamentista, reconvierta su universal arsenal, en
productos de fogueo, para el ocio de la humanidad que hace colas en
un parque temático de atracciones de feria. Y desde el Porvenir, en
el esplendor del tiempo, los blancos encalados barrios de la vida,
tracen alineadas de naranjos las calles, por donde pasa la Reina
primorosa de la Paz perfectamente igualada. Mientras tanto, no habrá
otra Paz, que la que se corona, con reflejos purísimos de plata
cincelada por nuestras buenas intenciones, coronada por la devoción
de los hijos que mamaron la blanca leche de una túnica nazarena,
siguiendo una Cruz de miel, con cantoneras argénteas que paso de
padres a hijos. No habrá más Paz, que el fin de una guerra
fratricida, fundamentalista, energúmena y fanática, que lleva a los
pueblos a la ruina, bendice los crímenes contra la humanidad, les
promete el paraíso de las huríes o absuelve a los soldados del
asesinato reciproco o colectivo. Si esta cerrazón no termina.,
habrá Paz condicionada por la distancia que separa oriente de
occidente, Una paz, disfrazada de mentiras políticas, que iza la
sábana manchada por los sangre sobre un tronco arruinado en el
suelo. Una Paz derramada por la piel de los más débiles, que orada
la geografía de los países menos prósperos, de bases atrincheradas
y puntos estratégicos, donde se almacena la riqueza que se le niega
al pueblo. Mientras tanto, reclamando esa Paz antigua como el hombre,
se hechará al vuelo la Paloma mensajera; la Reina indiscutible, la
siempre Bienaventurada Virgen, que en Sevilla, como en todos los
hitos de la perseguida cristiandad, tiene pena de Dolorosa. Pena de
cruz, entre sus dulces manos, colmo de la misericordia, dispuesta a
recorrer el camino de su coronación popular. Pero ¿todo vale para
coronar esa Paz que junto a la Trinidad , reina Coronada en la vida
Eterna?, No todo no vale, porque en este Valle, las coronas
canónicas, cuestan más para unas Vírgenes que para otras,
suponiendo que todas las Imágenes Marianas y benditas están
consagradas a la misma Dignidad.. Todo vale lo que cuesta creerlo, o
pagarlo con limosnas, dispendios empleados para para mantener viva la
mermada industria de la Orfebrería y maquear la cara de la
misericordia que va sobrada de obras y escasa de contenido. Pero todo
se da por bien empleado, cuando sirve sobre todo a una causa perdida.
La Paz imposible, no ha dejado de llorar en la tierra, el llanto
famélico de las víctimas principales de la guerra; los más
débiles. La Paz siempre incumplida, huye de Siria, muerta de miedo
en el rostro de las madres de Jerusalén. La blanca enseña de la
mayor quimera del mundo, enjuga la Pasión y Muerte de los niños de
Alepo. Una Paz inaccesible que se desgrana y expande, haciendo añicos
de metralla, sembrando el terror, como un gran puzle, imposible de
reconstruir en su retablo vandálico de cerámica polvorienta. La
última letanías de la Señora, la que inmediatamente alerta a la
familia, tenía que ondear su bandera blanca, el sueño de la Paz,
desde su nido del Porvenir, como un último recurso, de los últimos
recursos más llenos de buena voluntad, que de justicia, que esgrime
la Iglesia de Sevilla, en la tierra de María, en el año de la
Misericordia. Aunque fuere una semana y costase, lo mucho que valió
la Pena de ver, camino de la Catedral, su tálamo de albas
transparencias, fundidos en un parque, edificado entre pabellones y
flora neogótica, que hacía juego con una orfebrería digna del
jardín de las delicias. No habrá Paz, ni a largo y a corto plazo,
solo será una semana de alto el fuego, pero tan alto, como las
marías enrizadas que custodian a la Reina y tan profuso como la
diametral candelería de nácar que abre el cortafuego, que nos lleva
por el único camino posible, la dulce calle del centro del palio,
que destrona a los poderosos y enaltece a los humildes. Aquel
magníficat, que todas las generaciones proclamaron Bendita; Hija del
Padre, Madre del Hijo y Esposa del Espíritu Santo, que entre
sollozos musita la Paz que está con todos nosotros, para que la
regalemos y distribuyamos fraternalmente. De esta Paz, que no hay
otra que se precie, por auténtica y verdadera, por humilde y
Piadosa. De esta Paz nacida en el Porvenir, como todo lo que tiene
Vida eterna, tuvimos hace días, presencia en toda su Realeza
Coronada y a Dios que la disfrutamos, por la ciudad histórica de
Placentines, Alemanes, Avenida y Palacio consistorial, donde la
lluvia tan deseada, calló como chuzos ingrávidos de perfumada
precipitación. No habrá Paz, hasta que el mundo la copie, como
mapa del tesoro en toda su geografía. Ella sigue siendo el futuro
aparcado por el bienestar del hombre, en el viejo olvido de la Fe.
Ella es el Porvenir y el porllegar de la única PAZ posible en el
mundo, con Pena de Dolorosa.
el blog de Antonio Sierra Escobar -Mayo 2006- Mi espacio para el verso y la prosa, la crítica y la imaginación desmedida y por descubrir.
jueves, 6 de octubre de 2016
lunes, 15 de agosto de 2016
La radio de la Virgen
http://www.radiomaria.es/Default.aspx
Enganchados a RADIO MARIA , quien lo dijera: Uno que pensaba, que esto eran cosas de beatas pías (a Dios rogando y con el mazo dando) -que también- Pero no, por lo visto y escuchado, no es así, ni nada hay más contrario a la realidad. Porque RADIO MARIA, la Radio de la Virgen, nos tiene enganchados, por otros y muy distintos derroteros. Hoy día, si hay una Radio que va contracorriente, esa es la Radio de la Virgen. Ya su simple nombre y dedicatoria, supone un desafío: ¡Radio María: la radio de la Virgen!; María la Virgen, acepción que ya resulta contracorriente en una sociedad que se rinde ante el individualismo. Una emisora cuyo principal lema, es el encuentro con DIOS y la Virgen Santísima, ya rechina...ya establece rechazo, ya suscita desconfianza, en un mundo que adolece de acusado sincretismo. ¿Una radio que reza?...sí que reza de católica y apostólica, de romana y ecuménica, de cristiana en todo su esplendor y además, reza el santo rosario, dos veces al dia y emite la eucaristía a diario, eso causa -si no, controversia- bastante desazón. Sobre todo en las corrientes neoliberales o de acusado carácter aconfesional. La Radio de la Virgen, no tiene "esponsores" publicitarios; solo anuncia la Palabra de Dios solo pide la ayuda de sus fieles, la donación de los esperanzados; la limosna de los creyentes, para no ser devorada por los tiburones que se reparten el pastel reservado a las grandes multinacionales que manejan los hilos de los medios de comunicación convencionales. A todos los escépticos, a los amigos del "por favor, yo no gracias" le invito a que a que sintonicen el dial: 96.2 de FM , escúchenla de fondo, como el que oye llover...no prejuzguen, sonrían irónicamente...la luz, que tiene una velocidad de 3600 km/seg., quizás tarde un poco más en encenderse, pero es la luz que ilumina: "una luz en tu vida". Les irá sonando, aquella oración maternal, que ahora, al escucharla, intentan recomponer. Prestarán su atención, aunque parezca que no están atentos- Les suena la palabra Padre, madre, eterno, Hijo, hermano, amigo, nuestro, cielo, tierra, santo, ley, sagradas escrituras, antiguo testamento, salve, credo, evangelio, angelus, -misericordia que se repite constantemente-, perdón y ese indefinible vocablo que todo el mundo repite a su albedrío: AMOR. Suavemente, sin estridencias, con el idioma universal de fondo, la música, les irá sonando. El encuentro, la acogida, no tardarán, porque ustedes, como yo, están buscando esa pincelada de expresión que les conforte. De momento, empezarán ordenando, esa habitación amontonada de trastos inútiles, que guardan en el desván del alma. Buscan algo, algo más -no lo saben- pero lo que sea, ya han comenzado a encontrarlo; porque el que busca, haya. El que llama, se le abre; el que pide, se le da. Hay "un Dios de cada día"; un ser necesario que trasciende, que sale de tu boca, mecánicamente, invocado por costumbre y tradición al encontrarte en alguna necesidad, tentación o peligro. Ese ¡Dios mío! ¡Madre del Amor hermoso!, exclamación o llamada de socorro para los casos de extrema urgencia. Dime si no es verdad, que tienes a Dios presente, tomando su nombre en vano, para imponer tu razón o perder la razón, por medio de la blasfemia. Sabes que el mundo no marcha bien, que en el camino del consumo, el progreso y el bienestar, hemos dejado atrás valores que no tienen precio, para ir amasando productos materiales que promueven un culto al cuerpo, una competición vertiginosa por cuidar la imagen, el ego, las apariencias, el aspecto exterior. Compramos con dinero una felicidad efímera, expuesta en los escaparates a cualquier precio, aunque para ello tengamos que prostituirnos o perder los escrúpulos. No eres feo, eres pobre -así vende el príncipe del mundo, en su fábrica de humo. No necesitas otro Dios, que tu mismo, otra fe, que la confianza en ti mismo; otros sacramentos que no sean los que satisfagan plenamente tu cuerpo, a través del deseo, el placer y la concupiscencia. Para todo lo demás, "master card". Es hora de que te presente, sin compromiso, la Radio de la Virgen, porque estás cansado, agobiado, desesperanzado de esta farsa materialista que conduce al vacío, cuando te desmaquillas por las noches. Hora de que te invite, sin obligación alguna a escuchar las pinceladas de la Hermana Carmen, todo un dechado de catequesis adulta, ilustrada, sabia al mismo tiempo que sencilla, magistral en sus profundos argumentos, filosóficos y teológicos, bajo el prisma siempre de la nueva evangelización. Mirad que el efecto que produce el respeto a la libertad de opinión, nos fundamenta en la Fe, nos hace confiar en que hay esperanza, siempre la esperanza por la que somos salvos, según el apóstol San Pablo. Hay una voz, que es un grito de esperanza, delante del micrófono. Esa voz no tiene más edad que la de hoy día, es una voz, cualificada, experta, consagrada, dispuesta a servirte de ayuda: ante la "vida como es", responde el don del consejo, para ayudar a las parejas en su relación de convivencia. Cuando el matrimonio tiene fecha de caducidad, como sacramento para toda la vida, hay una voz, que clama en el desierto, para articular las claves del proceso de formación para el amor, el verdadero amor que Dios ha unido, para que no lo separe el hombre. Al otro lado del micrófono, en cada casa donde se halle una persona sola, angustiada, deprimida, enferma, prisionera del pasado tenebroso, llegará el aliento que nos une a todos en un mismo fín: levantarnos, animarnos, caminar juntos. Así se establece la relación amorosa, que perteneciendo a un mismo Dios, no conoce más credo que amar, para ser amado. Esto lo cumple a rajatabla, la radio de la Virgen; en su amplia parrilla de programas -día, noche y madrugada- llegará el mensaje directo al corazón; la reflexión aleatoria que hará diana en el diverso estado de ánimo que atravieses. La voz de los sin voz; el pozo de Sicar; el compendio del catecismo, la hora santa; el Dios de cada día, para que tengas vida, que en esta vida no es poco, consolar con la palabra: "escucha y consuelo", agradar con el conocimiento; enseñar al que no sabe y además se muestra dócil para aprender. No hay nada más nuevo, más revolucionario, más contracorriente, que volver a tu raíces, a esa casa donde sembraron tu semilla olvidada, la semilla del espíritu que levanta los ojos y recuerda, para rescatar del estadio polvoriento de tu memoria, aquellas oraciones que suenan a campanas de Angelus. Unirse progresivamente a la comunión de los santos y como dice por allí un buen sacerdote: "porque es bueno, estar juntos, que Dios nos bendiga a todos"... enganchados o no a Radio María....escucha tu corazón.
REINA DE LOS REYES
Todo lo que necesitamos va en el cielo donde reinas por delante de los Reyes, entre el cielo y la tierra. Tu nombre lleva mi Amor y Amor se llama tu nombre. Pero este año, entre tus notables ausentes, brilla la presencia del niño que rie feliz entre tus brazos. Un niño que en el nombre de Enmanuel, significa que Dios esta realmente con nosotros. Un niño que nos ha llenado de alegria y esperanza. Un Niño que , como no podía ser de otra manera, es REY DE REYES.
DIA DE LA VIRGEN. 15 de Agosto 2016
martes, 2 de agosto de 2016
#QueEstalleLaPaz
¡Que estalle la Paz!, en el día del Señor, desde el Porvenir de la vida. Oh Cruz, donde está Tu Victoria...en la Cruz con los brazos abiertos de Cristo Resucitado. ¡Que estalle la PAZ!, que es posible la vida, en aquella Mujer vestida de sol; coronada de estrellas, entronizada en la silla, donde Reinan los Reyes. La Paz Gloriosa, que presenta a Enmanuel -Dios con nosotros- sagrario abierto en la inocencia del Niño, golosina del bien respaldada por la Madre. La Paz que nos llega bajo transparente cielo de malla; la Paz incardinada en su palio de tumbona: La Paz os dejo, mi Paz os doy; pura y limpia del Postigo, enérgica sonrisa de la Madre que eternamente nos lleva en sus brazos como niños. Es posible mostrarle a los niños el encanto y la luz de un mundo mejor; llenos de alegría por ser hijos de un mismo padre; padre de la Misericordia, que insufla su infinita Misericordia de Padre.; Padre y Señor nuestro, que perdona, olvida y borra, que espera cada tarde, hasta ponerse el sol en la atalaya, la vuelta de sus hijos pródigos. El Príncipe del mundo no deja de bombardear, provocando el maltrato a los más vulnerables, la violencia sobre los más débiles y el abuso a los más indefensos. El hombre insaciable se afana en la defensa de su patrimonio efímero;en la defensa personal que garantice su prestigio y su poder. Cuanto tiempo necesitará el hombre para darse cuenta de la insoportable necedad de la guerra; de la absurda pérdida de valores que conlleva la destrucción; del vacío mental; de la pérdida de inteligencia; del sinsentido y la cerrazón de un eterno conflicto, que ha perdido sus frentes de batallas cuerpo a cuerpo, para ganar en efectos especiales, sembrando el terror imprevisible; el estado inminente de alarma y la alerta continua que amenaza de atentado mortal, que ha hecho vulnerable a las mayores potencias mundiales. Los gobiernes de todos los paises, trabajan infructuosamente en una Paz que se basa en la defensa; de una Paz tuneada por la política armamentista, que se negocia insistentemente en las cumbres de Bruselas, con acuerdos y tratados que ninguna de las partes implicadas, cumple en la práctica. Tiene que estallar la Paz, como lo hace cada quince de Agosto, en el día dela Virgen; cuando los pueblos derrumban las murallas de sus diferencias ideológicas y raciales, y construyen los puentes de la fraternidad de la mano de sus padres. Tiene que estallar la Paz, como ha anunciado el Santo Padre en la explana de la Misericordia, exhortando a las nuevas generaciones a levantarse del sofá de la comodidad, sacudiéndonos el polvo de consumo, que nos mantiene atontados y echándole coraje a la Buena Nueva, capaz de cambiar el mundo. La vieja utopía tan antigua como actual: Escucha hermano la canción de la Alegría, el canto alegre del que espera un nuevo día...Tiene que estallar esa Paz, que revienta los oídos, sin causar más daño que la conversión del hombre, en hombre nuevo. La fuerza del Amor que mueve el mundo generando la incomparable energía del Bien, esa que nos presenta una Madre y Reina, por quien reinan los Reyes; esa Paz, radiante y sonriente en los brazos del niño con cara de "pillo", la que levanta pasiones, la que despierta emociones, la que nos abraza y eleva en la oración y comunión de todos los santos. Tomar conciencia de esa Paz tan lejana, como necesaria, no es ninguna inconsciencia, es un reto, que estando firmado por un Padre Santo (E. Pacem in terris- Juan XXIII) aún no ha sido capaz de interpretarlo el hombre. Por eso a dos meses de coronar la cima de la Paz, debemos de prepararnos para que estalle, estar atentos al Porvenir, con los ojos puestos en el blanco paraiso de la gracia; para que estalle la Paz, como una deflagración atómica que nos cubra de pureza, que nos impregne de armonía, que nos haga gozar, como Niños, en una emboscada de flores, donde no haya más víctimas ni verdugos, que los cientos de miles apóstoles de la Misericordia, que perdonando, olviden y olvidando, lleguemos a borrar los males de este mundo, en la plenitud eterna de su gloria.
martes, 5 de julio de 2016
Dejad que los Niños
Desde
que tengo uso de razón, hace más de cincuenta años, estoy viendo
niños famélicos; negros, chinos indios, modelados en aquellas
huchas del DOMUND, que repartían en los colegios de los años 60 del
siglo pasado, para sufragar la labor apostólica y misionera de la
Iglesia. Aún sigo viendo los mismos rostros de la miseria infantil,
de la desnutrición, de los pechos secos y flácidos que miran al
vacío de las pantallas o ilustran fotos impresionantes dignas del
“pulicher”. Ni el esfuerzo continuado de la Organización Mundial
de la Salud; ni el trabajo encomiable de la UNESCO; ni la presencia
constante de CRUZ ROJA; Aldeas infantiles, UNICEF, Medicos sin
Fronteras; Mensajeros de la Paz; Misioneres, Cooperantes,
Voluntarios; y/o innumerables presencia de ONGs, ha logrado, poco más
que atender puntualmente el incesante caudal de necesidades y
precariedad permanente, que padecen los niños del hambre crónica,
instalada en el llamado tercer mundo. Los niños, que tuvieron la
desgracia de nacer donde la familia era semejante a la camada de
cualquier manada de animales, continuan deambulando por los lodazales
de poblados y aldeas, con la pena ancha retratada en sus ojos
famélicos y los labios cuarteados, comidos por las moscas, apenas
sosteniendo un esqueleto escuálido que pronuncia la hinchazón de
sus vientres inflado por los gases. Esos niños, ya no son patrimonio
exclusivo del cuerno de Africa, sino que se reparten por todas las
latitudes, donde impera la miseria, fruto de la injusticia social,
víctimas de las políticas imperialistas y del fanatismo de una
religión que los inicia en el horror del manejo de armas y la lucha
fundamentalista que promueve el odio, la tristeza adolescente, la
impiedad y la indolencia ante la muerte, como máximo objetivo de una
liberación irracional y demoníaca. La extrema gravedad de la
situación que viven estos niños, escapa a nuestra conciencia, se
hace un mal rutinario, cotidiano, al que vamos acostumbrándonos, en
el día a día, al contemplar, los innumerables casos de denuncia que
observamos indolentes, a través de los medios de comunicación y
constantes llamadas a la ayuda solidaria y colaboración, con las
distintas organizaciones involucradas en erradicar la pobreza
infantil. En nuestra sociedad occidental, donde nuestros niños
parece que lo tienen todo, que disfrutan, hasta la saciedad de una
comida sobrante, que termina allá donde otros rebuscan alimentos,
contemplamos ya este mal, que nos sacude el corazón, a la sobremesa,
pero que termina haciéndonos indiferentes, ante las imágenes del
terror infantil, que se cuela en nuestros hogares. Estos niños
mártires de Bangladés; Santos inocentes de la barbarie perpetrada
por lobos solitarios que se ciñen el cinturón de explosivos para
inmolarse en el nombre de un Dios grande, en cualquier termiinal;
estos niños huérfanos del amor Trinitario, para los que no hay
respuestas que justifique su presencia en este mundo, más que
aquellas palabras que bendiciéndolos sobre sus rodillas, aseguraba,
que nadie que no fuera como estos niños, entraría en el Reino de la
justica, de la Verdad, de la Paz y el Amor, Pues por estos niños,
nos estremecemos los hombres salvados por la esperanza del Apostol
San Pabro. Los hombres que sentimos en nuestras carnes el dolor y la
condolencia que permite la misericordia divina. ¡Dios mío, haz que
nunca seamos indiferente! Ante tan execrable contabilidad de víctimas
del terrorismo fanático, cuyo parte diario tanto nos aflige. Un niño
es de las pocas alegría que nos permite seguir creyendo en este
mundo herido por el pecado. Un niño es la mirada agradecida de la
fe, de todo la confianza que ponemos en aquel que todo lo puede. Un
niño, nos puede llevar a la perfección por la caridad, ya que su
inocencia, responde siempre al buen ejemplo, al único sentido del
amor que da más de lo que recibe. ¡Dios mío, haz que nunca seamos
indiferentes! Ante el crecimiento de la pobreza infantil, que
preconiza “Caritas”en sus preocupantes informes. Porque también
aquí, en nuestro primer mundo, en el privilegiado mundo de los
paises que presumen de riqueza social y estabilidad política y
económica, los niños siguen sufriendo, la falta de alimentos
esenciales para su crecimiento. Los niños siguen sufriendo con los
errores de unas familias desestructuradas; separadas, incomunicadas,
que propician el chantaje y la extorsión de unos padres que compiten
entre sí en beneficio de la mala educación de los menores. Niños
que padecen en silencio, la violencia de género; el maltrato físico,
la violación por parte de sus propios padres, madres, madrastas y
padrastos. Niños malcriados en la indiferencia, en la comparación
odiosa, con respecto a sus padres y hermanos, en la cerrazón , en la
desconfianza, en la inferioridad, el miedo, la insatisfacción y el
desprecio. Si el amor, no lo remedia -esa es nuestra fe como
creyentes y hombres que buscamos la verdad- el hambre infantil y la
sed de justicia que se extiende como una plaga devoradora; los que
padecen persecución por razones de sexo, raza, color o credo,
continuarán -continuaremos- siendo víctimas de estos brutales
atentados, que por otro lado, no responden a ninguna seña de
identidad, ideal o doctrina, ya que ningún Dios -por trascendente
que sea- tiene entre sus planes, la llamada a una guerra tan
profanamente santa, que promete alcanzar tan disparatadamente el
paraiso.
jueves, 30 de junio de 2016
"A quien le importa"...
Pero hay a quien le
importa lo que tu digas, lo que hagas, el modo de actuar, las formas,
el decoro, el pudor...en una palabra, el respeto que has de guardar,
para reivindicarlo públicamente, cuando los derechos humanos: la
ética, estética y la moral social, se vean amenazadas por la falta
de libertad. No puedes, no debes, acusar de homofogo al clero, cuando
eres tu, quien sodomiza los hábitos religiosos, profanando en
público el respeto que se le debe a las órdenes religiosas. La
Cruz, es el símbolo de los cristianos, el sagrado leño donde
padeció y murió nuestro Señor Jesucristo para redimirnos, -si,
para redimirnos a todos sin distinción de credos, razas, color o
sexo- aunque tu no lo creas, sin discusión de género. Sobre esa
Cruz, los cristianos con sus pastores al frente de su iglesia, hemos
jurado, tantas veces como a lo largo de la historia, nos hemos
equivocado, como humanos que somos, pidiendo perdón públicamente
por los abusos de todo género, que ha cometido el magisterio
apostólico. El actual Pontífice a quien tu, admiras tanto, ha
apelado en repetidas ocasiones al Amor, el perdón y la misericordia,
como máximas de un Dios cercano, que nos ama a cada uno, personal y
colectivamente y que no desprecia a nadie que apele a este amor
redentor, por cuestiones de credos, raza, color e inclinación
sexual. No puedes, no debes, demonizar, la señal de esa Cruz
salvadora, que es el alfa y el omega, los cuatro puntos cardinales de
nuestra Fe, para llenarla de babas, mojarla en alcohol o someterla a
toda clase de oprobio por tus carnes desnudas y fetiches de cuero. Tu
derecho, no lo discute nadie, tu libertad, deja mucho que desear,
encadenada al culto de tu cuerpo, entregada a la provocación más
transgresora. El orgullo, no se exhibe brindando al sol con la
lujuria y el desenfreno. El orgullo, que en definitiva es abono
para la soberbia, queda en entredicho, ridiculizado, cuando se
aprovecha para desacreditar, las costumbres, creencias y tradiciones
de aquellos a los que tachais de rancios, fachas, intolerantes y
homófogos. Ya que sois tan libres, como para no tapar vuestras
verguenzas; ya que sois tan progresistas y tolerantes, como para
ahogar en alcohol, vuestras miserias; ya que estais tan seguros y
encantados con vuestros cinco días de Fiestas, ya que gente de todo
el mundo acude a la colorida cita de la Plaza y la resentida sociedad
de consumo se nutre de tan arrollador ambiente, para crecer en
riqueza y creación de empleo...Respetad, desde la altura
espectacular de vuestras florecidas carrozas, a los que deseamos
estar orgullosos de la educación de nuestros menores; no porque
vuestro ejemplo de entender la vida sea incoherente,-que lo es- sino
por lo exagerada y extravagante manera de predicar vuestra cultura;
cultura al fín que aborrece y repudia a los que creemos que el amor
y el sexo libre, no tiene nada que ver con la exhibición del
verdadero amor. Que para expresar públicamente la inclinación, no
hace falta caer en la grosería de enseñar el culo por la calle, ni
para injuriar, ni maldecir a la Iglesia católica -perseguida siempre
por todos los confines del mundo- hace falta blasfemar y profanar,
los símbolos y hábitos tan sagrados para los creyentes. Haced el
favor de lucir y tender vuestro Arcoiris, -que por cierto fue la
señal de la reconciliación y la alianza que estableció Dios con
todos los hombres- pero hacerlo, sabiamente, sin necesidad de tener
que esconderos bajo esa bandera, para tapar las verguenzas y miserias
de una sociedad cada vez más aplastada por el príncipe del mundo.
Madre, Padre, hijo, nieto, hermano: no te preocupes, -bien mío- yo te voy a querer de todas maneras.
miércoles, 29 de junio de 2016
naturaldesevilla: sin ORGULLO gay
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