miércoles, 22 de septiembre de 2010

REGLA de EXCEPCiON

Imagenes del Traslado Procesional de Maria Stma. de REGLA a la Catedral de Sevilla, conmotivo de su Coronacion Canonica.


No era Miércoles Santo, era tarde de un miércoles de Septiembre con calores de membrillo y la color de cera fundida en profuso cañaveral de mieses. No era Miércoles Santo, pero era su misma hora de salida entre la confusión de un mundo que no sabe y se pregunta y la emoción del otro que la sabe y proclama por bendita. La llena de gracia –Regla de excepción- que confirma la misma excepción de la Regla, caminaba por Sevilla –Imagen arriba- bañada en el grana y oro del sol de poniente. Su rostro de alabastro bajo la tahona donde se amasa el pan más florecido;  la espiga y el trigo que alimenta nuestras almas. Niña de Nazaret, mujer labrada con gubias de cera y lágrimas de Dolorosa- en plena multitud que se pregunta entre el escepticismo y la fe: ¿Cuál es la Regla? Y la encuentra en sus ojos llenos de misericordia. No era miércoles Santo, pero la ciudad donde vivir es sueño que convierte en realidad su improvisada zozobra, la acompañaba en estación de gloria hasta la Seo, sobre los pies de la elegancia costalera. Cadencia y dulzura prendida en el huerto donde los naranjos ensayan ser olivos tallados en plata de luna. Caminaba por Sevilla un miércoles de Septiembre, la Regla de excepción que volverá –no por coronada- más Reina si cabe todavía.

domingo, 19 de septiembre de 2010

MADRE PURISIMA DE LA ESPERANZA

LA MACARENA POR LAS AVENIDAS.-




Pasarán mas de cien años, muchos más, para que el camino de la cruz, se cubra con la sonrisa de la santidad o la santidad de una nueva sonrisa, brote en el rincón más olvidado por la indolencia del hombre. Para las alpargatas de la caridad la distancia no es olvido, saben llegar por parejas sobre los pies con su costal de estameña, allí donde la necesidad es dominio de la gracia de Dios. Yo no sé si será un sueño o realidad íntima de la ciudad donde es posible que se produzcan los milagros, pero si sé que la Esperanza es el camino más corto para guiarnos.



 La Esperanza es fuerte como Torre de David, radiante y hermosa como Torre de Márfil, anclada en las orillas del rio grande de la fe y peregrina embajada de los grandes acontecimientos. Madre Purísima que resuelve por juicio sumarísimo, todas nuestras dudas e incertidumbres y dicta la Sentencia más justa y unánime. La Esperanza quiso estar allí –como en lugar de siempre, presente- y atravesó la distancia olímpica que separa predicar la caridad a los más poderosos con el ejemplo de practicar las obras de misericordia. Marchó al encuentro de Madre María Purísima por las avenidas donde residen los más deprimidos –los dominios de la Cruz de Santa angela- las sendas del olvido que visitan diariamente las limpias de corazón por parejas arrastrando las alpargatas de la caridad. Nadie lo creería, si no es al ver en la nueva madrugá de este viernes de gloria, la refulgente Esperanza perdida y hallada por las extensiones de su más vastos dominios, repartiendo la gracia de su bendito nombre. La Reina y Señora de las huertas, fertilizando los campos alfombrados de asfaltos; llenando las glorietas inhóspitas, estrechando las rondas donde nunca tuvo cabida el cuidado esplendor de su estética ni la suprema expresión de su hermosura y atravesando el puente que despide la ciudad del río, como un gigantesco arpa, a cuyas cuerdas arrancó la luna los más dulces maitines a su paso. Bendito sea el glorioso acuerdo entre la Esperanza y Madre María de la Purísima, ese guiño que le hizo la caridad vestida de estameña al memorable curso de la hispalense historia.


 La Cruz alzada de los desposeidos, que alcanzó la Esperanza hasta los hospitales; el milagro que hizo posible la realidad de tantas oraciones, de tantas lágrimas, de tantas emociones contenidas en la noche cuajada de intenciones. El olor de la santidad impregnado en los nardos de cada esquina por donde pasó –para siempre jamás- la Esperanza, con su mezcla sublime de sonrisa y de llanto. Pasará más de cien años –muchos más- pero el camino más corto hacia la cruz, continuará siendo la Esperanza: Madre Purísima que nos muestra que la distancia, nunca será obstáculo para llegar a los más necesitados, aunque la caridad empiece por uno mismo y termine por los más próximos.



domingo, 12 de septiembre de 2010

LA COLECCION...





Hace tiempo que deseaba compartir con los lectores y visitantes de este blog, una de las colecciones mas preciadas. Se trata de las Postales “Escudo de Oro”, cuya primera edición, vio la luz, coincidiendo con la Semana Santa de 1.965 en la que se celebro Un Santo Entierro Grande con motivo de las Misiones (creo recordar). Ni que decir tiene, lo que significaron estas estampas en Color de nuestros pasos para los cofrades de entonces, tan lejos de la proliferación de cámaras digitales y grabaciones de todo tipo, que han conseguido que la Semana Santa de Sevilla, alcance en nuestros días una proyección mediática sin precedentes. En aquellos años de nuestra feliz infancia –las Postales Escudo de Oro- fueron un referente, para toda una generación de cofrades, una apasionante colección que nos llenaba de ilusión conseguir –cada semana- al precio de 3.50 de las antiguas pesetas. Las originales, mostraban en la parte superior derecha el anagrama de Escudo de Oro y aparecían numeradas en su reverso, donde también figuraba el nombre de DOMINGUEZ-Madrid (reproducción prohibida). Al mismo tiempo estas genuinas postales, coincidieron con otras –de igual naturaleza, pero sin el anagrama impreso, en cuya parte posterior figuraba el nombre de GARCIA GARRABELLA y Cia- Zaragoza.
 Para los que aun las conservamos como oro en paño, constituyen un documento imprescindible, para conocer los aspectos estéticos de nuestras cofradías en los felices años 60 del siglo pasado que nos ha dejado para los anales imágenes inéditas como por ejemplo: El anterior misterio de la Sgda. Cena (Bidon); el Señor del Soberano Poder ante Caifas (Lastrucci); la desparecida imagen de la Virgen de de Salud de San Gonzalo (R. Lafarque); La antigua imagen de la Virgen de los Dolores (Santa Cruz) así como la anterior Virgen de la Merced de Pasión. Canastillas y andas procesionales que ya no podremos admirar: como el paso del Cachorro de Lastrucci; el de Jesús Nazareno de la O y el emblemático de las cortinillas y candelabros del Señor de la Salud de los Gitanos. Cabe destacar otros aspectos muy interesantes, como el exorno floral que lucieron los pasos de aquella época, entre los que destaca por su exotismo, el palio de la Virgen de las Aguas del Museo, frente a la escasa simetría y profusión de flores como el caso del Señor ante Anas y el palio de la Candelaria. Debido al éxito de estas postales, en los años´70-80 y 90, se fueron sucediendo nuevas ediciones tratando de mejorar su calidad y añadiendo nuevos pasos e imágenes procesionales (caso de la Borriquita y Jesus Despojado, entre otros), pero el prestigio y la popularidad alcanzada por éstas del años 1965, permanecerían intactas y revalidades con el paso del tiempo.

 Espero que disfrutéis de esta colección tan imprescindible como seguida por cuantas generaciones la han descubierto y felizmente rescatado, gracias a los medios de difusión y el milagro del escáner, como yo lo he hecho en todas las edades de mi vida, evocando entre la esperanza y la nostalgia, que algún día podamos recobrar los encantos perdidos que lucia bajo su palio blanco, aquella dulce Esperanza de la Trinidad y los candelabros flamencos del Señor de la Salud de los Gitanos.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

"No nos lo vuelvas a hacer"

Que no me gusta que salgas fuera del tiempo que prescriben tus sagradas reglas, es un hecho, otra cosa significa que esté-soñando-… con el día 18. La humildad que caracteriza a las Hermanas de la Cruz y la solemnidad de la beatificación de Madre Purísima, merecen que le brindes el beneficio de tu sublime presencia. No me gusta que salgas de manera Extraordinaria, porque contigo –en las calles de Sevilla- nunca se sabe cuando vas a volver. ¿Te acuerdas de aquello que recitó Manolo toro?: “Te fuiste pa cuatro días/tardaste 7 en volver/Madre mía, Macarena/no nos lo vuelvas a hacer”…Anotado queda el día en los anales de la pasión; que por aquí se sabe que la pasión, no nos quita el conocimiento, sino que además profundiza en la metafísica y hace realidad nuestros sueños. Porque un sueño será verte a la hora de la madrugá de un viernes de Septiembre; dicen que será las tres de la mañana, pero no hemos olvidado que de la mañana eres Tu, la estrella más deslumbrante y por eso no hace falta ponerte otro palio más que el cielo.

Demasiado bonito imaginarte, sin más tálamo que el arco bordado por una centuria imaginaria de reflejos, cruzando Don Fadrique como la que camina por su antigua casa –el hospital de las Cinco Llagas- parando los relojes de la leyenda hasta alcanzar la Venta de los Gatos, donde ni el mismo poeta imaginó que volvieras como luminaria golondrina, a su rincón tu perfume dejar…Anegando de Esperanza las avenidas –quien se lo iba a decir a Alberto Jimenez Becerril- mártir de sus propias ideas y creencias- que tú llegarías a bendecir con tu presencia la inmortalidad de tantas víctimas de la sin razón. Más como el mundo es un pañuelo y en Sevilla está prendado de encajes, puros encajes de bolillos le parecerán a tus perplejos hermanos y vecinos, contemplarte por la inhóspita glorieta Olimpica, cuando la omnipresencia solemne de tu palio se cubra de añiles turquesas celosos por aclarar la mañana y te pierdas por el soñoliento vergel del Parque del Alamillo, incapaz de dár crédito a tan Celestial Grandeza paseando por esos lares. Será como un sueño convertido en increible realidad; un Dios te salve María indescriptible, rezado en el rosario de una Aurora histórica, que hará dignos los sitios de un recorrido tan inédito como evocador. Una vez dentro del Estadio Olímpico, Madre María de la Purísima, hará suyas las palabras de Tu prima Santa Isabel: “Llena eres de Gracia, el Señor es contigo y bendita Tu eres, entre todas las mujeres”.
Sevilla entonces, quedará en vilo de tu regreso al barrio; pero eso es ya otra historia que espero vivir para contarla…mientras tanto –aunque no me guste que salgas- será ¡demasiado bonito soñar con el próximo día 18!

domingo, 5 de septiembre de 2010

ATALAYA




Cuando el sol se haya ido
tu estarás en su luz...
cuando el insomnio arañe,
mi sueño serás tú...
Cuando pierda la tarde
su encenddo compás
entre las ascuas malvas del crepúsculo
brillará la Paz.


(Atardecer en Montequinto)

jueves, 2 de septiembre de 2010

AQUI ESTAMOS




Estamos aquí; hemos vuelto sin salir de casa a abrir las ventanas aprisionadas por el aire acondicionado; hemos vuelto del mar que nos devolvió la calma de la efímera felicidad que encuentran los que conocen su quimera; hemos vuelto de los días mágicos donde todo parece más bueno o menos malo por decisión propia que no por su propia acepción. Venimos cansados por el cansancio aceptado; hartos por la piadosa gula; estresados por la relajación; concientes de nuestros propios excesos, con los días grabados en el traje de luces de la color de bronce. Septiembre nos trae el reencuentro con una cruda realidad a la que habrá que hornear y cocer en el fuego lento de las calores del membrillo. Cada cual sacará sus propios humores, ojeando el atiborrado álbum de fotos digitales y los insufribles comentarios de los viajes condicionados por la vanidad, más que por el puro placer de las sensaciones vividas. Blanco ibicenco sobre el cuadrilátero de antorchas que iluminan la noche interminable; sonrisas blanqueadas por el uso de los profilácticos; cuerpos retocados por el fotoshop de los gimnasios y curvas matizadas en los manglares del pareo. En el libro de la vida, Septiembre abre un cuaderno donde se esbozan nostalgias, como dibujo de párvulos, sencillos trazos redondos, bajo figuras horizontales; el sol poniéndose sobre el horizonte es la vuelta al cole, tanta ilusión en los niños como desolación en los bolsillos de sus padres. Los rayos del sol poniente desde la terraza, festonean el cielo, pero esta puesta, aun siendo igual de hermosas, no corresponden a las contempladas desde el mirador de la cala o aquel rincón escondido de la sierra, sus fuegos languidecen en las brasas de un crepúsculo que en el lenguaje ininteligible de los sueños escribe las letras del trabajo y la rutina. Hay quien por lejos que se fue de casa, nunca estuvo tan cerca de sus costumbres convertidas en ley; otros sin moverse del sitio, volaron tan alto que jamás podrán poner los pies en el hábito de los vicios. Septiembre está aquí, para conducirnos a todos por la ruta de nuestro particular retiro.

lunes, 30 de agosto de 2010

Los hombre que no supieron decir: "lo siento"

Hay que tener mucho cuidado con lo que se escribe, porque también la tinta emborrona y en la vida cuando se trata de juzgar a las personas o colectivos, es muy posible que ciertas afirmaciones produzcan el efecto “bumerang” que suele golpear a los autores en sus partes más nobles. Así como hay mayores de 70 años a los que por su aspecto y manera de proceder, nadie podría considerar como ancianos (de estos no hablamos), constituyen un hecho constatado por las autoridades de la salud y las estadísticas que confirman una media de vida superior a los 80 años, también hay viejos prematuros de todas las edades y otra –clase de personas de edad imprecisa- que nunca han tomado verdadera conciencia de la edad que tienen. Dejaremos a los expertos que escriben sobre esta materia y obtengan pingues beneficios con los “best Sellers” que se endosan, prestigiosos psicólogos y terapeutas empeñados en enseñarnos la quimera de los sabios. Nosotros vamos a analizar a los hombres y mujeres mayores –hoy nuestros padres y abuelos- que no fueron únicamente queridos y respetados por sus hijos; empero que han vivido el resto de su existencia ajenos tanto, a la calidad humana como a los logros personales y profesionales reconocidos por las respectivas sagas que han presidido bajo su patronazgo. Volvemos al seno de esa familia de la década de los años 50 (huelga decir del siglo pasado, aunque parezca increible), nos centrábamos en la figura del hermano mayor (alto, guapo y listo –aunque no inteligente-), el que estrenaba libros de texto, traje de Domingo de Ramos y modelito de primera comunión; el que era distinguido en el colegio de los Padres…con bandas y diplomas; el que gozaba el privilegio de primi-nieto; primi-sobrino; y lider de todos los primos-hermanos Todo era tan armonioso y feliz en el seno de la familia bendecida por el primero de los hijos, que los padres se relajaron y nació entonces el “segundo”(que niño más mono..¡que gracioso!), pero cómo llora el condenado, todo lo contrario que el primero: nervioso, inquieto, tragón. El “segundo” más que con un pan bajo el brazo, vino con una machota para romper la pax conyugal en todos los sentidos (los niños entonces, eran para las madres y los maridos ejercían su derecho al descanso nocturno por la gula concedida como cabeza de familia y la sacramental de su puesto de trabajo). Comienza la cruda competición, el “mayor”, estaba ahí, había llegado tres años antes, tenía exquisitamente labrada su parcela afectiva, todo lo contrario que el “segundo”, que asistía perplejo a las muestras de cariño que le dispensaban al hermano y se tiraba literalmente a los brazos del pariente para llamar la atención –seguidamente- ponía en peligro cualquier cacharrería que se encontrara a su paso. Tiene mucho que contar y decir las peripecias sufridas por ambos hermanos en plena crueldad de la infancia (el mayor por la responsabilidad adquirida y encasillada de demostrar y parecer ser cuasi perfecto en la guerra odiosa de las comparaciones y el segundo, por el trauma psicológico que supone vivir a la sombra y llamar la atención a base de pataleos y travesuras, que no por los méritos propios que le fueron obviados.) Y vdes., se preguntarán: ¿Qué culpa tuvieron los mayores de 70 años en tales procederes?...Pues mire Vd., no diré que tuvieran toda la culpa, por que demasiado hicieron ya con sacarnos adelante en tiempos tan difíciles. Pero hoy cuando veo a un anciano deprimido, traicionado por su propia mente (que no demencia), abandonado a la suerte de que un hijo, le coja las manos, le bese con ternura, le extraiga una sonrisa en la reserva de su corazón y le haga saltar las lágrimas en sus ojos nublados, me conduelo profundamente al pensar que una sóla palabra un gesto, podría haberlos sacado del estado de postración en el que se hayan sumidos. Perdonados y en gracia de Dios –bien lo saben- que están, porque al fin y al cabo, ser padres es: Estar ahí –como ellos están- presentes. Pero a veces me pregunto, lo que hubiera supuesto en su día, tanto para el primogénito como para el“segundo”, escuchar de sus labios –puro amor de madre- la frase épica: “hijo mío, qué orgullosa estoy de ti”. ¿Habrá mayor compensación económica o afectiva en la vida que escuchar eso?. Afortunadamente algo hemos avanzado en nuestros días conforme a la expresión de los sentimientos.

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