lunes, 29 de agosto de 2011

La Soledad multimedia

 
Tenemos nuestro correo electrónico (el Emilio), algunos más de uno con diferentes contraseña, El “menseger” se nos quedó chico –nos salimos- todos al “tuenti”, nó al tienti, no, que hay mucho niñateo, los más puretas nos vamos al “facebook”. No hay problemas, la intimidad, ya anda por casa, ligerita de ropa, asomada a la ventana y enamorada locamente de Polifemo, el cíclope interactivo que ha adoptado el nombre de web-cam. Fotos a 100- a 300- a500, fotos por los suelos; más de cinco mil millones de fotos tiradas al bombo vertical de la basura. La Soledad, esa niña bonita que tenía problemas de comunicación, de relación, de extroversión, de desolación…ya tiene quien le escriba, quien la sueñe, quien le confiese secretos y quien le pida…¿también se hizo fotos, la Soledad?. Por supuesto, la Soledad cayó en la red, por la banda ancha. Sigue siendo la Soledad de siempre, pero ahora ha enganchado a los que no creyeron nunca en ella, o quizás, nunca esperaron engancharse a Ella. La Soledad conecta, quizás porque nadie se dio cuenta, que detrás de una movida en la disco-pub de las cachimbas aromáticas; o después del baile insulso de una macrobotellona ó detrás del porro, las pastillas, el éxtasis y el chuperreteo inoxidable por la humedad de los “peircing” y las caricias rasposas de las pieles de “tatuo”, vendría una resaca del quince y habría que recurrir al consuelo de los muchas barriguitas cerveceras, de la nobleza del tinto de verano y el refresco que siempre lleva a cuestas la biennacida, Soledad. Ahora la Soledad campea a sus anchas por este desierto interactivo de la comunicación que lleva su nombre. Se ha hecho fuerte, como la quimera de diseño, que nos mantiene frente a las portátiles pantallas sin pestañear. Era un don a nuestra medida y nos la han devuelto hecha un prototipo, envuelta en test de afinidad, de usuarios compatibles con Ella. Ella que siempre fue solícita y reservada, ahora se ha vuelto la reserva espiritual de un mundo que se mira al ombligo, creyendo poder encontrar la otra mitad de su ombligo perfecto. Esto es una realidad, nunca estuvimos, mas acompañadamente solos, corremos ansiosos a abrir el correo, después del derroche de fotos a 100, a300, a500, donde la intimidad ligerita de ropa se vende al precio más barato, nos encontramos contigo, vieja amiga adaptada a las nuevas tecnologías: sabemos tu contraseña: Soledad.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Sagrada REGLA

  El hombre llegó a mi establecimiento ayudado por su bastón, rondaba los setenta años, grueso y asmático, su voz melodiosa inundó el vacío de la estancia, la luz de su sonrisa y amabilidad, iluminaron el silencio de la mañana. Venía a hacer fotocopias de la Virgen –de su Virgen de Regla- anunciaba gozoso, con ese orgullo y satisfacción que delata el brillo de unos ojos emocionados. No hace falta romper el hielo, cuando el calor se transmite por los poros y nos regocijamos mutuamente en el amor y la devoción a la Reina de la calle Orfila.  Fluyó la conversación improvisada, el hombre me habló como nieto de hermano mayor, presumiendo de la gracia que concede ser cofrade de los “panaderos” de toda la vida y continuar trabajando para la hermandad prestándole todo el tiempo libre de su jubilación y presumiendo de dos generaciones bajo el nombre de Regla. Le expresé mi orgullo como cofrade-sevillano de los momentos históricos vividos en Madrid con motivo de las JMJ y la procesión triunfal y gloriosa de la Virgen embajadora de Sevilla, le comenté la emoción que sentía al contemplar los numerosos vídeos que transmiten el testimonio y las muestras de devoción y cariño que recogió la Virgen de Regla en Madrid. El hombre asintió visible mente conmovido poniendo hincapié en las lágrimas vertidas por todos sus hermanos, especialmente el Hermano Mayor que no cabía de satisfacción en su cuerpo, sobre todo al contemplar las colas que se formaron a las puertas de la Iglesia del Carmen, el día del Besamanos (algo histórico y jamás vivido en Madrid).. “Pero le voy a decir a vd., una cosa –amigo- me confesó el caballero, todo este despliegue va a dejar entrampada a la Hermandad, por lo menos para cuatro años”. Pero y los 30.000€ (aprox)que han recibido para sufragar los gastos –interpelé ciertamente extrañado- “que vá –hombre-, ese dinero ni lo ha visto la hermandad, ni lo han recibido ninguna de cada una de las cofradías que han sido invitadas al Vía Crucis…es cierto que el Ayuntamiento ha puesto dinero, junto con el Consejo y Palacio, pero insuficiente para sufragar los enormes gastos y después para que el Santo Padre, pasara de largo ante la Virgen y no se dignara pararse a orar o cuanto menos, saludar a ninguna Imagen…hasta la oración final a la Virgen no tuvo la más mínima alusión a su advocación y la llevaba escrita de antemano.”.  Ya sabe vd., como son las autoridades, y los responsables de la organización, que no hacen más que repartirse el botín  y ponerse medallas, por otra parte, quien se atreve a enturbiar el sensacionalismo de la prensa y demás medios de comunicación afines a la Iglesia, teniendo en cuenta las imágenes  tan espectaculares y las cifras de beneficios que se han barajado. En fín, el buen hombre, se despidió de mí con el mismo afecto y simpatía con que me había alegrado la mañana, dando gracias a Dios que la Virgen de Regla, ya está en su capilla de la calle Orfila, que eso es en realidad lo que cuenta.
foto: El foro cofrade.

jueves, 18 de agosto de 2011

CONSUELO DE TONTO



 Desesperado; dicen los cristianos que esta palabra no está a la altura. Desesperado significa perder la esperanza y esta virtud es lo último que se pierde. También dicen mis hermanos, los que tanto me aman, que confíe en Dios –Dios siempre está con ellos en la alabanza y gloria de sus bienes materiales- y aunque a mí me acompaña en espíritu, no es lo mismo, rogar a Dios que me conceda el trabajo que busco con tanto ahínco, que darle gracias por gozar de una privilegiada situación. Con Dios ya cuento, aunque crea que no me escuche entre 5 millones de parados implorando la misma súplica; también cuento con la bendición y mejores deseos de mis allegados, con la solidaridad y la oración de los seres queridos…pero  no es suficiente. Uno llega a la edad –incierta- en la que viene de vuelta y comienzan a rondarle los fantasmas del pasado.  Sentado en la estación, recuerda la llegada de los trenes cargados de oportunidades, que tal vez dejó pasar o no supo coger a tiempo, o tal vez, no estaban programados para llegar al destino que esperaba…¿Quién sabe?. Lo cierto es que uno se siente inútil, no por tener que demostrar nada, sino más bien por lo que los demás exijen o esperan de uno mismo. Inutil y culpable de esa sensación de fracaso que imprime la falta de un empleo estable y hace tambalear los cimientos de la propia dignidad de la persona. Pertenezco a la generación del respeto, la educación, la disciplina y la urbanidad; palabras manidas, que desgraciadamente han sido asociadas a la falsa doctrina de una memoria histórica manipulada por intereses políticos y que hoy día –habida cuenta del fracaso sistemático- va adquiriendo su verdadera dimensión. Con esto no intento menospreciar los valores de las generaciones que nos han sucedido, pero ahí dejo lo escrito en esta bitácora como caldo de cultivo. Lo más curioso del caso –a estas alturas de la vida- es cuando uno llama  a las puertas de los que consideraba acreedores del don de DAR, tanto por posición social y acreditados recursos y se encuentra con el portazo de bruces o la diplomática evasiva en forma de bendición apostólica: el temido y tan temible “no te preocupes, ten fe, confía en Dios…no entiendo como una persona como tu”.
 Hoy río, me río a carcajadas, (ojalá pudiera desahogarme en llanto y poder derramar el manantial de lágrimas acumuladas que me sirvieran de consuelo), cuando resuenan en mis oidos aquellas célebres conjuras de mis hermanos,  en la  promesa infundada de concederme un paraiso laboral, garantizando no sólo mi futuro, sino el de mis hijos. En verdad os digo con la experiencia - si os vale de 59 años-, que lo que no haga uno por sí mismo, no lo hará nadie, independientemente de lo que quieras o puedas hacer por tu prójimo. En mi caso, debo mas a las personas extrañas y a mis escasos méritos en lo que al terreno laboral se refiere, que a las buenas y vanidosas intenciones que me han prodigado los más conocidos y allegados. No importa ahí lo dejo -como pura anécdota, aunque todavía sigo creyendo en los milagros, sobre todo al constatar las enormes dificultades que todos estamos padeciendo de cara a acceder  al mercado laboral sin distinción de credos o edades. Pero que no me vengan -a estas alturas- con bendiciones apostólicas o fraternas, que para eso ya cuento con la de mi Pastor, Monseñor Asenjo y la de mi hermano -un alto cargo de la Yunta de Andalucía. De la ayuda Divina me encargo yo, que aún me aviva la Fe , la Esperanza y sobre todo el amor a los más desposeidos como bien anuncia el Evangelio, ahora lo que realmente necesito es a un buen portero -de carne y hueso- que me abra las puertas  y me ofrezca.... Oye a lo mejor eres tú, el que  me está leyendo...¿quien sabe?...los caminos del Señor son inexcrutables y yo nunca he dejado de ser un iluso.

lunes, 15 de agosto de 2011

La Virgen sale de dentro



Por los que gozan

Por los que no saben la manera

Por los que gozan de otra manera

Por los que se sacrifican

Por los sacrificados

Por los que no conocen el sacrificio

Por el sacrificio que no se da a conocer

Por los que se ilusionan al verte

Por los que se ilusionan si no te ven

Por los que te ven y no se ilusionan

Por los que creen que no hace falta que te vean

Por los que te ven y creen

Por los que creen de otra manera

Por los que al verte creen

Y siguen creyendo si no te ven

Por los que se emocionan

Por los que buscan en ti la emoción

Por los que terminan emocionados

Por los que no terminan de emocionarse

Por los que te acompañan aunque no vayan a verte

Por los que van contigo y no te acompañan

Por los que van tan cerca y no te siente

Por los que te sienten desde lejos

Por los que van y vienen

Por los que vienen y se quedan

Por los que se quedan y luego vuelven

Por los que siempre vuelven

Por los que siempre se quedan

Por los que se fueron para volver

Por los que nunca volvieron

Por los presentes

Por los ausentes

Por los que cuentan cada año

Por los que cada año no cuentan

Por los que nunca se olvidaron

Por los que nunca olvidaremos

Por los que siempre recordamos

Por los que lloran

Por los que nos hacen llorar

Por los misericordiosos

Por los que nunca alcanzarán misericordia

Por los atormentados

Por los que descansan en la paz

Por los que nunca descansan en paz

Por los que me enseñaron

Por los que te aprendieron

Por cada tres deseos

Y todas nuestras intenciones…

Sales cada quince de Agosto

Para entrar en nuestros corazones.




martes, 9 de agosto de 2011

"El Lirio"


Mucho tiene que ver el Martes Santo con la Buena Muerte, entendiendo el tránsito como un Buen Viaje ha cia la morada donde se produce el eterno descanso. La vida es un calvario que puede convertirse en monte de la calavera cubierto de cardos y espinos, cuando las circunstancias nos vuelven la espalda y el infortunio nos condena a partir a una edad que no nos corresponde por ley de vida. El cristo de la Buena Muerte, dormido ante el asombro del mundo en el árbol donde el Amor grabó el corazón partido en dos mitades, descansa sobre el calvario alfombrado de lirios, pero uno de estos lirios azules, como el profundo color del cielo en la avenida, cayó al suelo del paso de la “burla”, para mandar eternamente en la estación de la gloria a su Cristo de la Salud y Buen Viaje. Menuda cuadrilla de hermanos costaleros, se está formando allí arriba, cuando el Señor ha mandado igualar en un mismo año, tanta gente buena. ¡Oído, que va a llamar!, si te digo su nombre: Manuel Pérez Ayala, quizás no te creas, que a la edad de 54 años, cuando se alcanza la plenitud de la madurez,halla fallecido en manos de los enemigos de la carne, en cambio si escribo: “El Lirio”, todos meteremos los riñones aplastándo el costal fuertemente contra las trabajadoras y rechinando los dientes, porque su voz produce ese escalofrío imponente que hace que los hombres nos sientamos hermanos y costaleros para siempre bajo su mando. Ese lirio tronchado por la vida, continuará siendo la flor del calvariio de la Buena Muerte, imposible de marchitar su recuerdo como capataz joven, curtido en mil batallas por los maestros del martillo e imagen viva del saber estar y la apostura –sabia nueva de los viejos capataces que hacían con su voz rota, posible los milagros de cada nuevo martes Santo. Nadie supo mandar como “El Lirio” –“los dos costeros a tierra en el más a tierra de los costeros”; nadie supo crear tanta pasión, orgullo y disciplina en los hermanos costaleros de San Esteban; nadie vió más pena de dolorosa en el rostro sereno de su enlutada madre –la hermosa madre del “Lirio”- que acompañaba sus sueños de juventud con el rostro descompuesto de la misma Virgen de los Desamparados –las madres saben mejor que nadie de lo efímero de la vida, cuando está escrita una profecía-. Apenas intercambié un saluda con Manuel Pérez Ayala, pero no hacía falta conocer  otra cosa de la personalidad de “El Liiro”, más que prestar atención y oído a lo que el mandaba y sabía mandar, hasta que una tarde por la estrechez de la alcaicería de la loza, me salí de la cuarta del palio –exhausto y sin fuerzas- para transmitirle que no podía más. El se interesó por mi salud y me dio un fuerte abrazo que aún retiembla en mi olvidada hernia discal, de esto hace la friolera de 30 años. Hoy quisiera trasladar el repeluco de ese mismo abrazo de pésame a todo su familia, cuadrilla y hermandad completa de San Esteban conservando la imagen garbosa e imponente de este capataz que está igualando a tanta buena gente allá arriba.

Descanse en Paz. MANUEL PEREZ AYALA -"El Lirio"



miércoles, 3 de agosto de 2011

ROMANCE DEL DIA DE LA VIRGEN



Sabed lo que acontecía
Aquellos días señalados
En que el Señor de Castilla
Ponía sitio empecinado
Por conquistar la más bella
Ciudad del Reino Cristiano.

Sabed que andaba el monarca
Por un sueño perturbado
Que en su mente le rondaba
Cual visión de iluminado.

Apareciole, Señora
En un trono de alabastro
Sobre los cielos y tierra
Con el niño entre sus brazos

Y al contemplar tal belleza
El valiente soberano
Se postró ante su realeza
Cual más humilde vasallo.

La Virgen no pronunciara
Palabra alguna al mirarlo
Solo una dulce sonrisa
Esbozaba entre sus labios
Benditos como la miel
Que destilaba el milagro.

Fernando no se atrevía
A moverse de su lado
Extasiado ante el momento
Que difuminose al acto
Dejando un aura en la estancia
De un profundo aroma a nardos.

Sin salir de tal asombro
Corrió el Rey a comentarlo
Al bueno de Garci Perez
Y Don Remundo, el prelado
Que alabaron el prodigio
Y así se lo interpretaron
Como signo irrefutable
De bendito patronazgo.

Sabed que el santo monarca
Desde el alba hasta el ocaso
No descansó ante ninguna
Imagen le presentaron
Que recreara en su rostro
Aquel prodigio sagrado
A merced y semejanza
Del que hubiere contemplado.

Rechazó iconos sublimes
Venerables simulacros
Bienhechoras con retama
Madonnas de fijosdalgos
Valedoras de alfayates
Aguas que llueven a cántaros
Y hasta la que presidía
La montura del caballo
Donde su espada blandía
En defensa del cruzado.

Pero un catorce de Agosto
A la puesta del rey astro
Llegaron al campamento
Tres oficiales lustrados
En el arte de las gubias
bajo un misterioso halo

Rogaron alojamiento
Y en su afán hospitalario
Fernando les dio cobijo
En tienda de sus heraldos
Los tres bien agradecidos
Respondieron al Rey Santo
Que a la mañana siguiente
Partirian a bon recaudo
Tras cumplir la profecía
De un maravilloso encargo.

Cuando el sol de la mañana
Salió de nuevo a los campos
Despertose el Rey sumido
En un divino presagio
Preguntó a los centinelas
Por sus huéspedes... y al caso,
Vió un resplandor que salía
Del sitio do pernoctaron

La luz sus pasos guiaba
¡bendito Rey San Fernando!
Que a la Virgen se encontró
Expuesta en glorioso estado
La misma imagen que vieran
Sus ojos como un milagro
Y que ahora le traía
la embajada en su regazo:

Soy de Sevilla Abadesa
Y te la entrego, Fernando,
-Por mí reinarán los Reyes-
Y accedo a tal patronazgo
Por la gracia de ser Madre
¡De todos los sevillanos!

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