miércoles, 24 de octubre de 2012

En aquel tiempo


 
 
Le seguía una gran muchedumbre que queria escuchar su palabra en la fiesta de la fe. El Señor subió al cerro de los sagrados corazones y dirigiéndose al pastor y a los príncipes y conciliarios de todas las cofradías, le habló lo siguiente: En verdad os digo que cuando alguno de los muchos hermanos necesitados, acuda a vuestra caridad en busca de pan y peces o tenga sed de justicia, lo atendais como se se tratase de vuestro propio padre. La segunda vez que acudan a vosotros en los mismos términos, los recibireis con en amor y la caridad que la primera vez. Pero si vuestros hermanos permanecen en la necesidad, -al tercer día-, más que el pan o los peces que sacien su hambre, procurad que recolecten vuestros campos de trigo; llenen las cestas de la harina que almacenan vuestros molinos y aprendan a amasarla para fabricar en vuestros hornos la hogaza de pan que satisfaga sus necesidades y conforme a ello, pagadle el salario que le correspondiere en justicia, antes que las sobras de lo que considerais el favor que por dicha obra de caridad mi Padre os debe. Del mismo modo al tercer día que acudan a vuestros comedores en busca de pescado, salid a su encuentro para enseñarles a pescar en el mar donde Yo haré que las redes rebosen de generosidad, repartiendo vuestras ganancias en digno salario que compartireis con los nuevos trabajadores contratados. Porque si como Pastores de mi rebaño, os conformais con imponer la bendición en mi nombre a cuantos hermanos acuden a pediros pan, pescado y sed de justicia -o haciéndoos eco de mi Palabra en vano- los despacháis con el consuelo gratuito de que “no solo de pan vive el hombre y es más fácil que entre un rico en el reino de los cielos que un camello por el ojo de una aguja”, me ofenderéis gravemente como hijos, hermanos y falsos profetas en la tierra de la fe. Al oir esto, uno de los presentes que ocupaba el cargo de diputado de caridad y asuntos sociales en el templo, pregunto: Señor en mi comunidad, repartirmos más del cincuenta por ciento de los ingresos a obras asistenciales y banco de alimentos. En verdad os digo, que no haceis más que traficar con donaciones ajenas para lavar vuestras conciencias. Si de verdad tienes Fe y creeis, volved a casa y en mi nombre ajustad el salario de vuestros trabajadores, a los que pagais la mitad del sueldo por el doble de horas que producen en beneficio de vuestra hacienda. Haced esto en memoria mía.

http://naturaldesevilla.blogspot.com.es/2010/05/el-cuento-de-la-buena-pipa.html

lunes, 15 de octubre de 2012

"TONTO el que lo LEA"


Que sí, que somos tontos los que leemos a diario lo que dice el BCE; el FMI; el PIB; y la UE; cuando anuncian que es necesario rescatar a la banca y abandonar a su suerte a las familias que son deshauciadas de sus viviendas por no poder hacer frente a la hipoteca. Hasta el más tonto ha comprendido la lectura que tiene esta situación surrealista -analizada y debatida hasta la saciedad por un diálogo multitudinario de besugos- que establece la lógica aplastante que produce la destrucción masiva de empleo; el crecimiento insostenible del paro; los recortes indiscriminados e inmisericordes en Sanidad y Cultura y unas condiciones de contrareforma laboral que vulnera los derechos de un defenestrado mercado laboral, donde los cada vez menos trabajadores están en unas condiciones tan precarias como indignas. Tonto el que lea que si el 25% de la población, no consume o se ve abocada a consumir únicamente los artículos de primera necesidad; el otro tanto por ciento de funcionarios, hace lo propio por fuerza mayor atribuida a los recortes y el resto de pensionistas, jubilados y estudiantes, se ven obligados a la misma causa, por su escaso nivel adquisitivo, es imposible que la economía crezca, el comercia fluya y el dinero circule en cualquier pais o estado que se precie. Pero todavía hay que ser más tonto para leer a diario este galimatías de titulares apocalíticos que nos ofrece la prensa, radio y televisión; tontos para leer la cantidad de dinero evadido a los paraisos fiscales que dicen que ya están fiscalizados; los aeropuertos fantasmas que se han constuido; la ingente cantidad de observatorios que nunca observaron los fondos de dinero público que se empleaban en su construcción y para “erre que erre” de la tontería, los ERES del nunca mejor llamado fondo de reptiles. En verdad os digo que hay que ser tonto, aunque la publicidad de “mediamark” diga lo contrario, para digerir la cantidad de viajes; las idas y venidas de los ministros económicos que parecen que han caido de un “guindo”, para negociar lo innegociable, porque es que hay que ser tonto, para creerse que los paises ricos van a ayudar a los pobres en un sistema capitalista cuyos intereses estriban en la explotación y deriva de la clase media baja. De momento habrá que seguir irremediablemente haciéndonos los tontos para sobrevivir a esta Crisis que a tantos listos y especuladores está nutriendo, escuchando atentamente el cuento “que viene el lobo”,a la espera de ese rescate anunciado, que para tantos millones de personas supone el crédito voluntario e incondicional que ofrece el único banco que funciona en este país: el Banco de Alimentos

sábado, 13 de octubre de 2012

"Nazareno de escuela"

 
 
Habían fabricado un cielo a su altura y no daban con él, porque lo tenían delante. Era un cielo de atormentadas visiones, los que no lo veían los tomaban por locos. Salían a su encuentro cada mañana como auténticos penitentes tras luces y sombras. El primer trazo de un pájaro en el aire les distraía, la silueta de un cúmulo, los abrumados cirros transformados en jirones, grababan en sus mentes cabelleras de santos. Las manos de los hombres en el quehacer diario, serían futuras manos de atónitos sayones. El fruce de los ceños, la arista de unos labios el perfil indolente al final de una barra, darían forma a la inédita idea preconcebida. Sus pasos no sentían la tierra que pisaban, su amor no consentía amar a otra persona, su amor era invisible, de todos y de nadie, amor en puro trance, amor en celo. Se cubrian con el manto oscuro de la noche, lo bordaban de estrellas, de espinos y de cardos, recorrian los caminos de hojarasca, atisbando la perfección que nunca alcanzaban, perdidos en un campo de terciopelo y oro sembrado de tules. Entre las polorientas tablas de sus talleres, los bustos inconclusos, los torsos decapitados y los mutilados brazos, ensayaban un juego en busca del cuerpo imposible. Sólo el aura de luz, lograba encender la expresión con su rayo. Bombo y perfiles soñando en el lienzo de la madera en bruto, virgen, sin templo ni cartelas; esquinas desnudas, esperando la ronda de los pasionistas ángeles o el hueco dispuesto para la pluma, el león, el toro y la serpiente que rodea el caiz de los cuatro evangelistas. Habían fabricado un cielo a su altura y brillaban en él sin miramientos. Divinos ignorados por el Dios extraido del cedro, aquel Dios que decían, hallábase en los nudos de la espiral del tiempo. El Dios en el que tantos encontraron salvación y consuelo sin pararse a pensar en las manos que a Imagen y semejanza lo concibieron. Cuando los palios lloren vaivén de plata añeja; cuando los cirios rebosen su luz de miel en candeleros, cuando los mantos recogan sus brillos de alta noche oscilando entre fulgidas llamas de guardabrisas, en un rincón perdido, el buril de un esteta dará un golpe en el yunque con el tas del recuerdo, temblor y latido del mismo corazón de la Semana  más natural de Sevilla.

jueves, 27 de septiembre de 2012

No me gusta nada


Ví a una mujer que hace treinta años se echó a la calle también demandando las mismas reivindicaciones en todo lo que ella llamaba, vulneración de sus derechos. Ella se manifestaba porque después de trece años de trabajo; la habían dejado sin sus “quinquenios”; sin sus pagas extraordinarias y no contentos con ello, obligado a trabajar más horas con menos sueldo. Decía que no le importaba apretarse el cinturón en solidaridad con los más de cinco millones de parados, pero que también tenía hipoteca que pagar y que el banco no se había solidarizado con ella a la hora de cumplir religiosamente con los plazos; ni la compañía de agua, ni la del gas, ni mucho menos la eléctrica, le habían concedido tregua alguna en el pago, ni aplicado tarifas especiales anti crisis, para compensar y ajustar los precios proporcionalmente a la baja de su salario, todo lo contrario, que el gobierno había aprobado una nueva subida de dichas tarifas. Ví también a muchos estudiantes, que son mayoría de indignados, aunque se les quiera manipular mezclándolos con “okupas-antisistemas”, cualquiera de ellos podía ser aquel de nuestros hijos, que sufre por dentro la pena de la impotencia, el querer estudiar y no poder hacerlo en su especialidad, por falta de medios, de recursos, en una palabra de liquidez, esa misma liquidez que el ínclito Montoro pone ahora a disposición del tesoro de Botín en formas de Becas ICO. Vi -sobre todo- a muchas personas mayores de cincuenta años; hombres y mujeres que han vivido en sus carnes el anterior régimen franquista, luchándo y jugándose sus tipos ante la policía, que además se llamaba armada y vestía de gris, en defensa de sus reivindicaciones laborales, cuando los deberes eran superiores a los derechos y estos últimos se obtenían a base de sangre, sudor y lágrimas. Los mismos hombres y mujeres que vieron cumplidos sus sueños de lucha con una esperanzadora democracia que les devolvía el estado del bienestar. Quien les iba a decir a estos hombres, en el esplendor de sus vidas, que iban a ser víctimas de este retroceso social-laboral, tan atroz y desproporcionado como histórico. Ví como en sus rostros se reflejaban los rasgos de la mayor de todas las preocupaciones: la pérdida de su empleo; el miedo y la incertidumbre por el futuro de su empresa; la sorpresa y desolación de una jubilación anticipada, cuanto más la desesperación por unas pensiones irrisorias e indignas en base a su cotización. Y cuanto ví me pareció tan digno de indignación como la que sentíamos todos por culpa de unos recortes impuestos por los mismos mercados y bancos que nos han llevado a tan deleznable situación crítica, sin que ningún grupo político del bipartidismo haya tenido la dignidad ni honradez de paliar el entuerto. Después de todo esto, vi una manifestación abigarrada en torno al Congreso y me pregunté, cariacontecido, ¿Que hubiera ocurrido si esta muchedumbre compuesta por más de 7000 personas, hubiera respondido con la misma saña y brutalidad con la que cargaron los antidisturbios? La pregunta la dejo en el aire, suspendida entre los muchos comentarios sobre el 25S que he leido en los distintos medios de comunicación y nada ni nadie consigue ofrecerme una respuesta justa ni ajustada a derecho. No me gusta nada; continúo viendo máxima desproporción en la contundencia con la que actuaron las fuerzas del orden; continuo viendo, golpes a discreción, personas volteadas sin importar el sexo o la edad; flagrante manipulación en los medios según su estatus político y puro estado policial en la forma de tomar Madrid y sobre todo sembrar el pánico en la estación de Atocha.


domingo, 23 de septiembre de 2012

Un bético de leyenda; ROGELIO

DIA INTERNACIONAL DE LA POESIA
ELEGÍA A ROGELIO



Creo que tuve el sueño un día de ver jugar a Rogelio,
 ese sobre el cual decían: no hay sitio donde ponerlo..
.porque no corría al desmarque, ni servia como zaguero;
 ni se fajaba en defensa, ni aparecía por el centro..
.

sin embargo yo lo ví, andando -parar el tiempo-
que correr es de cobardes, para un pie como su izquierdo. 
Larguirucho -patacatre- guapetón, casi esperpento...
pero cuando controlaba los contraluces del cuero
 con su zurda de caoba hecha un guante del ingenio,

¡ Villamarín encendido cual “coso baratillero”,
 aclamaba con un ¡Óle! La faena de Rogelio!
 Creo que tuve el sueño un día y creo vivir para verlo,
 marcar de saques de esquina más de diez goles ¡soberbio!...
y si acaso no se creen las verdades del barquero, 
que lo pregunten en Coria, cantera del delantero,
 que más que diez lleva un Doce en el dorsal sempiterno. 

Si oyes hablar, algún dia, las viejas glorias a un bético
 y te cuenta la parábola de un balón buscando el reino
 de la escuadra donde crían sus telarañas los ferros;
 ríete de los “pelusas”, los “cristianos” y los “leos”...
¡porque para ¡gol! Olímpico, los que marcaba Rogelio!!

sábado, 22 de septiembre de 2012

El Otoño, ha llegado...

REPOSICIÓN: "Aquí estamos"
 
 
Estamos aquí; hemos vuelto sin salir de casa a abrir las ventanas aprisionadas por el aire acondicionado; hemos vuelto del mar que nos devolvió la calma de la efímera felicidad que encuentran los que conocen su quimera; hemos vuelto de los días mágicos donde todo parece más bueno o menos malo por decisión propia que no por su propia acepción. Venimos cansados por el cansancio aceptado; hartos por la piadosa gula; estresados por la relajación; concientes de nuestros propios excesos, con los días grabados en el traje de luces de la color de bronce. Septiembre nos trae el reencuentro con una cruda realidad a la que habrá que hornear y cocer en el fuego lento de las calores del membrillo. Cada cual sacará sus propios humores, ojeando el atiborrado álbum de fotos digitales y los insufribles comentarios de los viajes condicionados por la vanidad, más que por el puro placer de las sensaciones vividas. Blanco ibicenco sobre el cuadrilátero de antorchas que iluminan la noche interminable; sonrisas blanqueadas por el uso de los profilácticos; cuerpos retocados por el fotoshop de los gimnasios y curvas matizadas en los manglares del pareo. En el libro de la vida, Septiembre abre un cuaderno donde se esbozan nostalgias, como dibujo de párvulos, sencillos trazos redondos, bajo figuras horizontales; el sol poniéndose sobre el horizonte es la vuelta al cole, tanta ilusión en los niños como desolación en los bolsillos de sus padres. Los rayos del sol poniente desde la terraza, festonean el cielo, pero esta puesta, aun siendo igual de hermosas, no corresponden a las contempladas desde el mirador de la cala o aquel rincón escondido de la sierra, sus fuegos languidecen en las brasas de un crepúsculo que en el lenguaje ininteligible de los sueños escribe las letras del trabajo y la rutina. Hay quien por lejos que se fue de casa, nunca estuvo tan cerca de sus costumbres convertidas en ley; otros sin moverse del sitio, volaron tan alto que jamás podrán poner los pies en el hábito de los vicios. Septiembre está aquí, para conducirnos a todos por la ruta de nuestro particular retiro.

domingo, 16 de septiembre de 2012

LUZ de San Esteban

EL HOMBRE BUENO DE SAN ESTEBAN

El hombre bueno de San Esteban es ligero, se desliza como si en sus pies portase las alas traviesas de un angel; habla con los ojos iluminados por la luz de la fe, sus palabras son ligeras –un tanto atropelladas- porque brotan de los arroyos cristalinos donde se bebe a borbotones la Buena Nueva del Evangelio. El hombre bueno de San Esteban es alto como torre de sabiduría y frágil como el junco que dá buenos mimbres, tiene las sienes plateadas por las huellas del tiempo, aunque por más años que pasen, conserva esa eterna juventud que solo distingue a los limpios de corazón. El hombre bueno de San Esteban es un fortín sustentado en los cuatro puntos cardinales de la virtud: hecho toda prudencia en claro espejo de justicia, dechado de fortaleza y ejemplo de templanza. Desde que conocí al hombre bueno de San Esteban, aquel lejano Martes Santo en una misa de hermandad, delante de los pasos, aún sin ser hermano, supe que esta hermandad tenía un privilegio, un don añadido por la varita mágica del Amor de Dios y aún así, no somos concientes de la magnitud que supone para una hermandad, el hecho de gozar espiritualmente de una dirección como la del hombre Bueno de San Esteban.
 
 Aunque me pierde la tentación, no quisiera que mi mano izquierda se enterase de las miles de cosas que ha obrado la diestra del hombre Bueno sobre todos los que hemos acudido a implorar sus favores. No hay más placer que verlo todos los días allí, en su casa de San Esteban –entre nosotros- solícito, entregado desinteresadamente, cada vez más perfecto en la caridad, partiendo el pan y bendiciendo el vino, mirando hacia ese rincón del cancel donde parece que va a salir a su encuentro desde el paraíso, la figura menuda de su madre. El hombre bueno de San Esteban, sí…Don José Robles.
 

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