miércoles, 6 de marzo de 2013

Nazareno de Luz

 
Erase un “nazareno de luz” que se echaba a la calle, que pasaba mañanas y tardes retratando un milagro a voces que todos contaban y muy pocos podían ver. El nazareno de luz, era capaz de acrisolar el aire en su cámara y transformarlo en soplo de brisa que hacía brotar la flor primera del naranjo. En medio del ruido, caminando entre la rutina, el nazareno de luz, se abría paso por el desierto de la vida para mostrarnos que “no solo de pan vive el hombre”. Sus pasos cruzaban en silencio, los dinteles de los Templos, su cuerpo estremecido por la emoción, se sumergía en la penumbra de las naves, para mostrarnos el alma de lo que no se vé y captar el espíritu de las cosas que por cotidianas, no nos parecían tan bellas hasta que las contemplábamos reveladas en sus fotos. Fotos de luz y colores apagados por las neblinas del sueño a escala del gris intemporal que hace que la realidad del momento nos parezca escapada de otros tiempos. Donde había muerte crucificada, nos mostraba la fuente de perfección del Amor hecho arte por amor al Arte; donde las manos se apretaban con cordeles y el hombro se quebraba por el peso de la pasión, nos señalaba un magnífico altar sembrado de cirios que en perfecta geometría rendía culto solemne ante sus dulces plantas. Nazareno de luz que allanaba un camino perfumado de blancos claveles, camino de altura, donde el dolor, la pena y el llano se convertían en belleza de mujer bendita entre todas. Y asi iba marcando los cuarenta días con su cirio de luz –gota a gota- atrapando en imágenes la creación del sueño. Pocos sabían como él visualizar las maravillas que nos brindaban esos momentos: el rayo que se filtra por las vidrieras del ábside y la salva de incienso lo descompone en iris; el beso furtivo del sol bañando las espinas en plena protestación de fe; el ángulo oscuro donde duerme el esqueleto de una parihuela; el encuentro fantasmagórico con la primera “mudá”; el piadoso recogimiento en la esquina de una noche que refleja la silueta de un Cristo en las paredes del Vía Crucis; estampas cotidianas que renacen en la ilusión del más grande de los niños cuando pasa bajo la meta volante de los “capirotes” que anuncia la Puerta de Carmona. Este nazareno de Luz, retrató la Cuaresma mejor que ningún miércoles de ceniza, nos la brindó con sencillez de mira y hondura de calle, nos enseñó que el río más grande puede ser el agua estancada en el suelo, cuando sirve de espejo a la Giralda. Ërase un “nazareno de Luz” que el viernes de Dolores enterraba su cámara tras recorrer el camino más corto de la memoria para dejarnos la huella en blanco y negro de los gozos vividos. Porque entendía –con buen criterio- que ahora había que vivir en todos los sentidos la realidad de una nueva Semana Santa.

sábado, 23 de febrero de 2013

El Secreto de la Roldana II

Excma. Sra. Tal y como teníamos convenido en nuestra conversación mantenida a sesenta días pasados y atendiendo a su ruego, pláceme comunicarle que obra en mi poder; Providencia firmada y rubricada por su Eminencia Reverendísima, Don Jaime de Palafox y Cardona, Arzobispo de Sevilla, por la que se viene a autorizar el permiso solicitado para…
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Una vez acomodados en el carruaje, el fraile mensajero, sentado a la derecha de Luisa Ignacia; los pasajeros se abandonaron a sus correspondientes “de profundis”; el religioso sumido en sus constantes oraciones y la hermosa Dama escrutando cada palabra entre líneas del pergamino tan esperado. Presa de una ansiedad febril, los latidos acelerados del corazón de Doña Luisa bombeaban su pecho con tal fuerza, que llegó a temer que el fraile se incomodara con los espasmos de su excitación, a Dios gracia atenuada por el crepitar de las ruedas contra el empedrado del pavimento. El sol alto de la mañana a media mitad de arena de la hora del Angelus, doraba el arabesco de la torre mudejar de San Marcos, lugar donde tenía arrendada la cripta que sirviera, llegado el momento ,para dar cristiana sepultura a su insigne progenitor. Ni la sonora algarabía de tratantes, mercaderes y rufianes que poblaban la Plaza de los Carros en su frenética actividad; ni el apabullante trajín de los pregones que vociferaban los comerciantes de abastos de la calle de la Feria, lograron distraerles de sus respectivos estados de abstracción. El Carruaje se detuvo en la fachada principal de la calle Andueza y dos guardias reales sirvieron de escolta a la Señora tan principal, seguida de Fray Jerónimo de Buenavista. La luz del mediodía realzaba el terciopelo azul de la lujosa capa, fruncida en la cervical a modo de capucha, cuyos ribetes de seda blanca recortaban el perfecto perfil de su rostro de abrumadora belleza. La egregia Dama tendió la mano al reverendo Provincial con un amago de genuflexión y éste incorporándola automáticamente, le impuso su bendición: "Sea bienvenida vuesa merced a esta bendita casa; veo que mis oraciones surten efecto por su aspecto tan saludable -Señora mía- espero que su insigne padre y resto de la familia, gozen de igual suerte. A Dios gracias, reverencia, contestó "la Roldana". Cruzaron los exquisitamente ajardinados patios de Farmacia, San Carlos, del Alcohol y de Cobalto, hasta alcanzar el del Recibimiento antesala de la Iglesia, por donde había correteado de pequeña en las períodicas visitas de aprendizaje que había efectuado al recinto de la mano de su padre para adquirir conocimiento y rendir admiración a los celebrados artistas que trabajaron en tan monumental obra; su avispada capacidad de visión, abarcaba cualquier detalle por insignificante que pareciese y en su mente privilegiada, revoloteaban las mariposas de aquellos nombres que Don Pedro habíale inculcado con fechas y apellidos tales como: Juan Bautista Vázquez, quien en las enjutas y sobre la clave del arco de entrada al Templo había esculpido los relieves de las virtudes teologales. Don Fadrique Enríquez de Rivera, fundador del Hospital según idea de su augusta madre, Doña Catalina de Rivera y su arquitecto mayor, Don Hernan Ruiz II...Una vez dentro de la Iglesia, Doña Luisa se esplayó en la contemplación del magnífico altar Mayor; ejecutado por Diego López Bueno, según diseño de Asensio de Maeda, admirada -una vez más- por el esplendor de las pinturas del insigne rondeño, Alonso Vázquez en su época de madurez creativa 1602. Pero donde realmente quería "la Roldana" centrar su atención -una vez más- era en la primorosa imagen de Nuestra Señora; la muy hermosa talla en su misterio de la Concepción, labrada en madera noble; vestida de lana encarnada y blanca y tocada con manto de tafetán celeste y escapulario del mismo color, guarnecido de encajes de oro, coronada por una presea de plata imperial, con sus rayos, estrellas y remates. Su padre le había contado apasionantes detalles acerca de esta magnífica imagen, a la cual profesaba rendida devoción, considerándola fuera de serie: Esta imagen, mi querida Luisa -afirmaba el venerable escultor- la dió de limonsna una devota y costó trece pesos escudo de plata y que su cabellera, perteneció a Doña Catalina de Rivera que la donó exprofeso. Luisa se santiguó ante su presencia, y oró durante unos minutos arrodillada en un reclinatorio forrado de damasco, seguidamente encendió dos velas de promesa e introdujo un par de monedas en su cepillo de cultos. Si vuesa merced, no tiene inconveniente, pasamos a la Biblioteca, para despachar sin más dilación los asuntos que nos ocupan. El Reverendo padre provincial puso sobre el acharolado tablero de la mesa de estudio, la providencia dictada por Monseñor Jaime de Palafox; "la Roldana" suspiró de satisfacción al leer el auto decretado, en el que se concedía autorización eclesiástica a favor de Doña Luisa Ignacia Roldán -escultora e imaginera de oficio- para que ejecutase los trabajos pertinentes relativos a la restauración, limpieza y estofado de la venerada imagen de Nuestra Señora de la Concepción, establecida canónicamente en la Iglesia del Hospital de las Cinco Llagas, vulgo de la Sangre...Disculpe, vuesa reverencia -interrumpió "la Roldana", sopena de parecer impertinente, ruego una vez más a su paternidad, renueve los votos de discreción conforme a la promesa que mantenemos entrambos sobre tan delicado asunto, que no debe de trascender de estos cuatro muros. ¡Señora!, acaso poneis en duda el secreto de confesión -le espetó el prelado- con cierto aire de indignación. Nada más lejos de mi voluntad -Reverencia- mis temores estriban únicamente en aumentar las contrariedades que sufre mi admirado Padre, abrumado por los continuos pleitos que mantiene con los Dominicos de Regina y otroras Cofradías, por escabrosos litigios sobre infundadas autorías y supuestas intervenciones, amén de las desavenencias personales que venimos padeciendo, al no bendecir Don Pedro, mi más que firme decisión de contraer matrimonio con el compañero de oficio, Luis Antonio de los Arcos. Descuide vuesa merced, que mi humilde persona estaría siempre en disposición de mediar entre su padre y vos, para encontrar la mejor solución apostólica a los susodichos problemas. Dios bendiga a vuesa excelencia, paternidad, por tan generoso ofrecimiento; pero me temo que la decisión ya está tomada de manera irrevocable, al haberme desposeido de mi correspondiente dote através de acta notarial, por lo que me veré forzada a abandonar esta Muy noble ciudad, rumbo a Cádiz donde tengo apalabrada carta de pago para la ejecución de la nueva Dolorosa titular de la Cofradía de la Soledad de Puerto Real, de ahí la premura por empezar los trabajos a la mayor brevedad posible sin despertar la menor sospecha.
Al día suigiente de la entrevista, fueron dispuestas y habilitadas sendas salas en la sacristía con las mejores condiciones de luz y temperatura posible, brindándosele a "la Roldana" plena y total libertad de acceso y horario expedito a su voluntad, cuidando denodadamente que nadie la molestara, salvo la puntual presencia de su hermana Francisca, que acudía a revisar los trabajos en su calidad de erudita en el arte del estofado y la encarnadura de las imágenes.
Cuando Luisa Ignacia Roldán se enfrentó cara a cara con Nuestra Señora, despojada de toda prenda y avalorio...
 
Son tantos los encargos que desarrolla la escultora en estos años de Cádiz y tan grande la maestría adquirida en todos los trabajos realizados, que dos años después marcha con la familia a Madrid bajo la protección del que era ayuda de cámara del rey Carlos II. El carácter de Luisa Ignacia es sensible y afectivo aunque también valiente y decidido, lo ha manifestado con la decisión de contraer matrimonio aún sin el beneplácito familiar. En estos años es difícil que una hija dé ese paso en contra de la familia. Ya en Madrid solicita la plaza de escultora real, presentando pequeños y deliciosos grupos escultóricos con la intención de conseguirla. Por fin obtiene el título en octubre de 1692, realizando la imagen de Santa Clara para el convento de las Descalzas Reales, obra que firma como escultora de cámara y esculpiendo también, por encargo del rey, su obra cumbre, el arcángel San Miguel con el diablo en los pies que se encuentra en El Escorial. El trabajo en palacio no mejora su situación económica, puesto que los impagos eran frecuentes. La artista tiene que recurrir a su firme carácter para recuperar el dinero que se le debe. (Notas Biografía de la Roldana.- Conocer Sevilla- Arte Sacro)
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Pero Luisa vive aparcada en el recuerdo de aquellos meses que pasó en el Hospital de de las Cinco Llagas de la ciudad que marcó su inspirada obra. Tiene grabada en su mente la mirada de aquellos misteriosos ojos descritos por el talento de su padre: ¿qué haría vuesa merced si le cupiera el honor de retocar –illos tuos misericordes oculos -absolutamente nada- mi querida hija, son sencillamente perfectos, únicamente añadiríale las cinco lágrimas (como las que dan nombre a esta sede). Quizás un leve, casi imperceptible frunce en el entrecejo que resaltara el halo de melancolía de quien conoce la embajada del angel de Señor y la profecía de Malaquias: “una espada de dolor te atravesará el pecho”. Y en cuanto a su perfil risueño y aniñado, Padre: ¿qué se le ocurriría a vuesta merced?. Acaso algún artista que se precie, osaría perturbar el misticismo que irradia su boca entreabierta, señal inequívoca de la que conoce el final feliz de su Divino hijo Resucitado…Ella es la más perfecta definición de María en su dulcísimo misterio de la Expectación et spes nostra,”.Noventa días después de iniciado los trabajos de restauración, la Virgen fue repuesta al Culto en solemne pontifical de acción de gracias, oficiado por el Reverendo Padre Provincial. No asistió a la ceremonia Monseñor Don Jaime de Palafox (apodado en Sevilla como el prelado de los cien pleitos), al fín y al cabo, que interés tanto social como corporativo, tendría la restauración de una Imagen establecida en la iglesia de un Hospital de extramuros, donde convalecían tantos enfermos portadores del temible virus de la peste que recordaba la terrible mortandad que había asolado a Sevilla en 1649. Luisa asistía a la ceremonia de incognito, ocupando uno más de los bancos situados en la nave del evangelio, junto con su hermana Francisca. Sin apartar ni un momento su mirada –entre sollozos- de la venerada Imagen, que lucía espléndida en el presbiterio con profusión de candelería y flores ofrecidas por los cientos de devotos que habían acudido de las huertas y caserío próximo a San Gil. Concluida la solemne ceremonia, “La Roldada” se dirigió hacia la sacristía para despedirse del Reverendo, agradeciéndole postrada de hinojos, los favores y trato recibido hacia su persona y rogándole –por última vez- de manera encarecida, que este secreto habría de reposar en la cristiana sepultura de ambos; a lo que el Provincial, visiblemente emocionado, contestole: Sepa vuesa merced, mi querida hija, que aunque no soy conforme ni convencido de la apariencia de Dolorosa que habeis conferido a la primigenia imagen, es obvio la calidad y esplendor que ha alcanzado en su nuevo aspecto y público notorio los plácemes y elogios que está recibiendo por parte del pueblo, por lo que podeis partir en paz con mi bendición y abrazo en Cristo extensivo a vuesa hermana Francisca y resto de su ilustre familia.
Conocedor de aquella imagen de Nuestra Señora, cuya fama, concurría de boca en boca, por quienes contemplaban su tan graciosa belleza; el benemérito cofrade, Don Felipe de Rioja y Núñez, que había costeado a sus expensas un altar en la Iglesia de San Gil, para la titular de la cofradía de la Sentencia de Cristo en 1670; invitó a los mayordomos principales de la susodicha cofradía –a la sazón- Don : Juan Linero Bravo; Gabriel Gonzalez de Salas e Isidro Antonio de Arguelles. a conocer la Imagen que recibía culto en el Hospital de la Sangre, con vistas a una más que posible adquisición de compra por parte de la Hermandad.
Así fue como la historia, barajó las distintas fechas, entre 1670 y 1.682, para que los más prestigiosos investigadores, sentarán sus distintas cátedras, acerca de la autoría de la que ha sido y será siempre, Reina y Señora de la devoción cofrade de Sevilla. Sin embargo, en un rincón del alma inmortal de Doña Luisa Ignacia Roldan –“la Roldada”, se escondería, celosamente guardado, el secreto que sólo el cielo debe a Sevilla.
Una tarde otoñal del año de gracia de 1699 -ya en sus últimos días de vida- la sombra de un insigne escultor, se prolongaba por la nave del baptisterio de San Gil, postrado de rodillas frente al altar de Nuestra Señora. Sus ojos cansados, bañados en lágrimas, reconocían en cada uno de los rasgos del rostro de tan venerada Imagen, la huella indeleble de aquellos consejos magistrales que única y exclusivamente había compartido con su aventajada discípula: “¿Qué haría vuesa merced si le cupiera el honor de retocar esos sus ojos tan llenos de misericordia?” -Unicamente añadirle cinco lágrimas- las mismas que derramaba amargamente, susurrando el nombre de Luisa, Luisa, Luisa...¡perdóname hija mía...perdóname, mi querida Luisa Roldana!

 

viernes, 22 de febrero de 2013

El Secreto de "La Roldana" I




El Reverendo Padre vertió un goterón de roja cera sobre el pergamino y lo lacró con el sello pastoral del dedo corazón de su mano derecha, seguidamente hizo sonar la campanilla de sobremesa. Apenas trascurrieron cinco segundos para que hiciera acto de presencia en su despacho su fiel y solícito secretario y asistente. “Pase hermano fray Jerónimo de Buenavista, es mi ferviente deseo, haga llegar esta misiva a Doña Luisa Ignacia Roldán, que tiene residencia en el taller de maese Don Pedro Roldán en la collación del Convento de Regina; con la condición sine cuane que pase por mano alguna que no sea la de la susodicha Señora y que vuesa merced de fé que ésta la recibe, sin mediar más comentario ni argumento que no fuere la aceptación con toda humildad de limosna en sufragio de las necesidades de nuestra Orden hospitalaria”. Fray Jerónimo de Buenavista, recibió de buen grado el pergamino, besó con unción la mano de su Reverendo Padre Provincial y abandonó con una inclinación de su cabeza la regia estancia. Era una mañana primaveral del mes de noviembre del año de gracia de 1683, cuando atravesando las soleada Huerta de Macario, el buen fraile entraba por la misma Puerta do hicieran los Reyes Católicos a la muy noble y leal ciudad de Sevilla intramuros. Encapuchado, con las manos en actitud piadosa escondidas en las bocamangas del habito y la vista gacha, recorrió el camino que lo separaba desde la larga calle Real hasta el Convento de Regina. Alcanzado el umbral de destino, hizo sonar la aldaba con el ritual de los tres golpes secos; asomose al instante una doncella de la servidumbre, quien al ver a través de la rejilla la naturaleza del visitante, abrió la puerta sin demora: “Alabado sea Jesucristo ¿en qué puedo servirle Padre? –vengo en misión de hacer entrega de una misiva a su ilustre Señora, Doña Luisa Ignacia- pues tenga a bien vuesa merced de ponerla en mi recaudo, que yo se la daré presta a mi Señora, la cual se encuentra inmersa en su delicada faena de talla, con la expresa orden de que no se la moleste sopena de asunto de graves consecuencias. Me temo que ello no va a ser posible, pues mi mentor, el Rvdo. Padre Provincial del Hospital de la Sangre, diome orden expresa para que se la entregase a su destinataria en persona. Si es así, pase y tome asiento en un escaño del jardín, Padre.

. Al pronto quedó Fray Jerónimo absorto, contemplando el sereno esplendor de la fronda bien cuidada del patio, la placentera risa del surtidor que lo coronaba y el gentil revuelo de los pardos gorriones que parecían resaltar con sus inquietos juegos la talla renacentista de la prodigiosa fábrica del claustro. Quiso reanudar el rezo del santo rosario, cuando un halo de luz que escapaba de una de las galerías, le anunció la visión esplendente de la hermosa Dama, aquella afamada artista de la que toda Sevilla hablaba, conocida bajo el seudónimo de –La Roldada- cuya leyenda había trascendido los muros de las clausuras monjiles. La Señora vestía su bata de faena color arena de playa, ribeteada de manera grácil en sus hombros, llevaba el pelo recogido por un moño a la altura de la nuca y dos mechones que reverberaban al contraluz, le caían dibujando bucles en sus ruborizadas mejillas. Al llegar a la altura del fraile, esbozó una genuflexión y le besó la mano. Sin mediar palabra, el franciscano le acercó el pergamino lacrado y Doña Luisa procedió a desanudar el lazo carmesí que lo enrollaba. Leyó con avidez cada palabra, sin reparar en el preciosismo de la caligrafía y una vez enterada de su contenido, ordenó a la servidumbre que ensillara su calesa personal sin dilación con el ruego a Fray Jerónimo, que se dignara aceptar su invitación de acompañarlo hasta el Hospital de las Cinco Llagas para dar respuesta inmediata a tan encarecido requerimiento”.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Doña Cuaresma

 
En estos días en que D. Carnal pasea sus penas por el interior y los litorales, disfrazado de chirigota carnavalera para olvidar su hedonismo. En un misterioso lugar del retiro, donde las tardes alargan sus malvaluces, Sevilla bermeja nodriza, prepara en su más celosa intimidad a Dña. Cuaresma. Señora de rancio abolengo que cuenta sus siglos por quinarios y Septenarios dolorosos. Doña Cuaresma nunca luchó con D. Carnal, ni intentó vencerlo con otra cosa que no fuera Amor; es más, siempre lo miró con buenos ojos, los ojos de la misericordia que se clavan en el cielo de Santa Cruz.. Si porque el domingo de piñata, cuando se entierra la sardina de plata del desenfreno, D. Carnal acude al balcón de Dña. Cuaresma, para cantarle la serenata del pobre de mí, que es como entonar “perdona a tu pueblo Señor”. Y la antigua dama, desde el ventanal ojival del costurero de la infanta queda con él a solas para enseñarle la novena maravilla –que como decía el poeta- consiste en embriagarlo de luz, desazonarlo, pasear con él por Sevilla y después…si ha pecado lo perdona…Pecar es tan humano que hasta Dios echo hombre se entregó a morir por su causa crucificado. El Miércoles, la Señora nos iniciará en el rito anual de la penitencia, imponiendo en la frente carnal, la cruz que nos recuerda que en cenizas nos convertiremos , que la vida es apenas esa Semana, con sus cuarenta días y cuarenta noches en vísperas, en vísperas de la luz que ha salido al encuentro de las calles, para realzarlas, en vísperas del dormido naranjo a punto de despertar florecido para suavizar el Via Crucis por donde Cristo avanza con su Cruz al hombro precedido de cirios tinieblas que alumbra la fe que nos mueve por este Valle de lágrimas. Es un placer recibir a tan ilustre dama del brazo delicado de Sevilla, que acude
a su cita de funciones tan principales, haciendo de la penitencia un don para los sentidos; sin ella el incienso y el azahar nunca habrían tenido el placer de conocerse un primer viernes de Marzo a las puertas de Jesús Cautivo donde comienza a formar la cofradía de la Esperanza.

martes, 22 de enero de 2013

"Lores corruptus"


El Sr. Mario Conde, sentó un modelo de “Lord corrupus”, que se ha ido perfeccionando durante la democracia entre los altos cargos, políticos y máximos dirigentes de los dos grandes partidos. La clase trabajadora, se admiraba al principio de contemplar, cómo “las vacas sagradas” del tejido empresarial -caso RUMASA- así como, directores generales -caso Roldán- y los mismísimos ministros de interior y justicia, caían de sus cúspides y eran condenados a pisar las cárceles por diversos delitos de malversación de fondos, cohecho, prevaricación, etc., etc. ,El pueblo se enorgullecía de su constitución y se admiraba de que la democracia, hacía caer todo el peso de la Ley sobre los corruptos, cualquiera que fuera su rango o condición social. Con el paso de los años, hemos venido observando que el modelo de “Lord corruptus” creado por Mario Conde, basado en el magnate que roba o se enriquece con fondos públicos y pisa la cárcel sin ponerse el chandal, porque para ello se ha cubierto las espaldas, tejiendo una enmarañada red de favores, a través de las suculentas cantidades de dinero ingresadas en paraisos fiscales (a buen recado) que garantizan su defensa judicial por los bufetes más prestigiosos y cubren todas sus necesidades, incluyendo su estancia en celdas, dotadas de toda clase de comodidades y contactos que le facilitan todo el material técnico necesario para hacer más agradable y cómoda su “condena”, observamos -como escribo- que el “Lord corruptus”, no solamente cumple su pena, sin despeinarse la gomina y arrugar el traje, sino que por el contrario, sale de prisión, reforzado como principal protagonista de novela y objeto perseguido por todos los medios, que rivalizan por conseguir una entrevista exclusiva en las páginas centrales de las revistas y periódicos de mayor tirada, tanto nacional como internacional. El “Lord corruptus” sigue manteniéndose en sus trece, como el primer momento, defendiendo su inocencia y su honor, porque todo lo demás, bienes y patrimonio incluido, amén su capital, permanece intacto, si bien reforzado por su nueva condición de personaje perseguido y mediático, cubierto por la gloria y la fama que le precede. Este modelo corrupto, insisto ha sido perfeccionado hasta nuestros días, alcanzando en plena crisis, las más altas cotas de superación. Lo que ocurre es que ahora, cuando la clase trabajadora está perdiendo todos sus derechos, cuando el paro se supera así mismo y nos conduce hasta el umbral de la pobreza, cuando la juventud no encuentra su futuro y los licenciados y diplomados, descienden a los infiernos del trabajo en precario y buscan salida fuera de su patria, los casos de “Lores corruptus” -que presutamente- se multiplican, como las ratas en nuestra sociedad, NO CUELAN, para los ciudadanos de a pié que estamos hastiados de tanta farsa y estafa. No basta con que la fiscalía anticorrupción actúe energicamente y se recrudezcan las penas, NO BASTA, con que cumplan condenas ejemplares, YA NO BASTA, ni con el estado de derecho, ni con el cuento de pan y pimiento, que en democracia y según la Justicia, todo el mundo es inocente mientras que no se demuestre lo contrario. NO BASTA ni las explicaciones ni las máxima transparencia, lo que queremos, lo que clamamos y lo que EXIGIMOS, los maltrechos ciudadanos españoles, es que DEVUELVAN de una vez y por todas, la MITAD, aunque fuera, la cuarta parte, de lo que indecentemente han robado, de lo que abundantemente han despilfarrado, de lo que escandalosamente han malversado y ex-propiado de los fondos, cuyo sagrado destino era, la inversión, la creación de empleo y el dinero reservado a prestaciones y servicios en materia de EMPLEO, SANIDAD, CULTURA y JUSTICIA. No hace falta ser economista, ni sentarse en una de las muchas mesas de debates, que analizan el rojo vivo en el que se encuentra nuestro pais, para sacar las cuentas, las cuentas suman y siguen a las de Bárcenas y las sabemos cuadrar nosotros mismos, cada día, cuando desayunamos con un nuevo caso, el caso es que nos tememos que toda la “clase política” está salpicada de mierda y sálvese quien pueda; el caso es que no nos sirve que cumplan condena, aquellos que salen de la cárcel con el mismo traje con el que entraron y su fortuna intacta en paraísos fiscales. El caso es que nos gustaría ver a estos corruptos, desahuciados como a nuestros vecinos a los que ayuda la plataforma; nos gustaría ver como el dinero vuelve y se recupera para el erario público y lo que es ya una auténtica quimera, contemplar a estos “Lores corruptos” cumplir parte de sus penas, satisfaciendo trabajos sociales, cambiando sus impecables trajes de sastre por el uniforme homologado por la UE, podando árboles o barriendo las calles, para que así tomen conciencia de lo que es la honradez y la dignidad que se alcanza con un verdadero trabajo, trabajo del que se avergonzarían -sin duda- porque lo que realmente averguenza a estos que no la tienen, es enfrentarse con la realidad, en la cura de humildad, de mirar a la cara a los que tanto han robado.

viernes, 18 de enero de 2013

El temblor de los helechos

Del Caballero XXIV


Miraba el cuadro de Martinez Montañés y se preguntaba, como había sido posible que un maestro ,con tanta influencia y peso específico, secundara la maniobra de desdén de la que fué objeto su discípulo, por parte de los sevillanos insignes de su época. Tampoco me extrañaría nada, conociendo la arrogancia y prepotencia que Francisco Pacheco ejercía sobre sus correligionarios, hasta que fue eclipsada su pintura por la de Juan de Roelas. ..
.-¡Jódete, cabrón!...siempre hay alguien más que tu; mejor que tu...o al menos dispuesto a descubrir la verdad; y la verdad, como el dinero y el amor, no puede ocultarse...aunque tengamos que esperar más de tres siglos, la verdad sucumbe al tiempo.-pensaba en voz alta.- el General, mientras contemplaba la pintura del caballero veinticuatro.
Ahora la verdad está en poder de la Logia y podemos asegurar que la imagen de Santa Madre Naturaleza abrazada a la cruz, fue tallada por el “divino ignorado” en Sevilla, aunque tan extraordinario descubrimiento, nos haga plantearnos otras interrogantes: ¿Cuando se le perdió la pista a la imagen...porqué desapareció de la casa profesa, dejando al crucificado solo, cuando formaba parte del grupo escultórico que encargó expresamente el Prepósito?...
El investigador, Heliodoro Sanchez, se encontraba flanqueado por los cuatro caballeros (V,X,XV,XX), la ansiedad del momento, suscitaba tanta expectación, que el joven, tuvo dificultad para desatar las cintas de los legajos y pergaminos que portaba. El General, sudaba de delirio al otro lado del despacho y le cantaban los latidos del corazón.
Excelencia.- aquí tiene el contrato de ejecución del crucificado, fechado en 13 de marzo de 1620 (escrito en castellano antiguo.- oficio 19.-Gaspar de Leon 1620.-Libro II.-folio 502)
Como verá, la imagen del Cristo de la Buena Muerte, fue contratada por el Padre Prepósito de la Casa Profesa de la Compañía de Jesús, don Pedro Arteaga...
Al General se le desorbitaron los ojos, cuando leyó: “de tal manera que yo sea obligado y me obligo de hazer y dar hechas y acabadas dos ymagenes de escultura la una con cristo crucificado y la otra una madalena abraçada al pie de la cruz...”
Y al llegar a otro párrafo pudo leer con evidentes muestras de asombro y júbilo a un mismo tiempo: “Yo Juan de Mesa maestro escultor, vecino de la collación de san martín otorgo en labor de geronimo rramirez vecino de la collación de la magdalena y digo que por cuanto soy yo combenido y concertado con el susodicho de hacer una hechura de un christo del natural conforme al questa hecho de la compañía de jesus enla causa desta dicha ciudad de sevilla acabado de toda perfección pide el arte en presio de ciento e veinte e dos ducados...”

viernes, 11 de enero de 2013

Recordando al "natural"

 
 
Algo no anda bien cuando la mayoría de nosotros añora volver a las cosas más elementales. Nos lo repite con un soplo de vida y autenticidad los pocos anuncios televisivos que han optado por el encuentro de la sabiduría de los abuelos en ese punto del camino donde se cruzan y congenian con los nietos. Las cosas buenas están ganando la partida a la “playstation” y el “nintendo” que sume a los niños en una abstracción de cuerpo y alma, ante la cual los cinco sentidos se encierran en dos: vista y tacto. Mientras que los niños comienzan a aburrirse soberanamente después de consumir el tiempo de la máquina y paladear el gusto efímero de la golosina y el capricho, los padres terminan por desesperar, reconociendo el fracaso de una educación, cautiva y desosegada, donde las buenas intenciones y mejores deseos para un hijo, han desembocado en la insatisfacción general. ¿quien pudo provocar esa insatisfacción que sienten la mayoría de los niños, teniéndolo prácticamente todo? ¿El malestar que se vive dentro de la familia: (crisis, paro, incertidumbre de futuro)? ¿La influencia del medio: escuela, amigos, clases sociales? ¿o la influencia de la publicidad con su mensaje subliminal y engañoso en aras del consumo? No sabría contestar a eso, puesto que ni soy sociólogo, psicólogo ni analista político (Dios nos libre de los analistas políticos). Lo cierto es que no hay nada más deprimente que observar cómo los niños se aburren -después de darle a la maquinita- y caen en el ostracismo de un estado de nervios reprimidos que desemboca en catarsis. Niños que no escuchan cuando se les quieres aconsejar y niños que no se dejan aconsejar en el lenguaje que utilizamos los mentores. Niños que ni desean que se les trate como menores, ni mucho menos entienden el trato de favor de ponerlos a la altura de los mayores. Y es que los niños, que lo sufren y padecen todo, quieren volver a recobrar el amor incondicional de ser los primeros. Nada peor para un rey que ser destronado de su cuna, saben que su paraíso ha sido compartido, el palacio de cristal que separaba la intimidad de sus padres, la atención primaria ha pasado de curso, ha subido un grado -la dificultad se hace patente- se escuchan en casa palabras frías y amenazantes, se habla de “paro” de ahorro, de falta de recurso, de gastos que superan los ingresos. La madre está triste, pierde la paciencia que atenuaba sus travesuras, razona menos, grita más, ya no consuela los berrinches del niño, con aquella paciencia suave del hueco de sus alas. La discusión absurda, sustituye al diálogo, el tono estridente a la armonía. No hay nada peor para un tirano que ser sustituido por un ser menor y encima asignarle el cuidado y la responsabilidad imposible de atender de su hermano valido. El ejemplo no vasta, cuando la máquina espera para encender la soledad de un niño llenándola de créditos. Los besos tardan en llegar, se retrasan más cada día, se reducen en cantidad y buscan la calidad que le ofrecen en dosis los abuelos. Ante tanta dificultad, la respuesta es bien sencilla, volver a lo elemental: parque, juego, bicicleta. El contacto con el aire libre, sofoca los incendios de soledad de la máquina. El aburrimiento del niño, tiene poca memoria y se olvida pronto, aunque siempre pida moneda a cambio, pero el cariño y la dedicación de los abuelos supera cualquier esfuerzo con la compensación incondicional de lo que no tiene precio. Todo esto, nos lo cuenta magníficamente -casi sin palabras- un anuncio que dignifica la importancia de la televisión en nuestra vida y la misión edificante y positiva que puede llegar a crear sin imposición. “las cosas buenas no deberían cambiar nunca”. Por eso somos nosotros los que tendemos hacia ellas, para llenar el vacío que nos invade.
La calidad no tiene prisa, viene siempre de regreso, en calma, disfruta del paisaje y del camino, porque ya ha vivido la desazón del llegar: ¿llegar hacia donde, hasta este estado de bienestar donde nada nos falta y tantas cosas nos sobran? ¿llegar a sentirnos insatisfechos de tanta satisfacción fortuita y efímera? Los niños desean volver a ser niños y por eso necesitan que sus padres ejerzan de padres; a ellos no les importa la “maquinita”, lo que les preocupa es que la “maquinita” les arrastre hacia la quimera de una soledad adquirida por contagio. ¿Quien se libra de la influencia colegiada? Aquel que mira y se entretiene, aquellos que llaman la atención porque quieren volver a sentirse útiles -los abuelos- que tienen tiempo para perderse en el poco tiempo que les queda y derrochar el amor cosechado. Al fin y al cabo, todos soñamos ese tiempo que nos devuelve la felicidad de aquellos días en que dejamos de ser niños para crecer de aburrimiento a la altura de nuestras responsabilidades. Ahora pedimos ayuda a nuestra madre naturaleza y ella nos vuelve a dictar la magistral lección de lo básico -game over- aquí no hay más juego que el paisaje, más crédito que el olor de la tierra fresca, más nivel y altura que la de los árboles, no hay foto digital, todo es pleno esplendor y mesa compartida en la que todos nos sentamos juntos -desconectados- mirándonos las caras, redescubriendo que la verdad está muy por encima del mundo virtual y no hay nada más cálido que el aliento humano.

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