miércoles, 26 de junio de 2013

La vida

Nos creímos que por conocerla más, recibiríamos mejor trato, pero no era así, nunca fue así ; Ella trataba a todo el mundo del mismo modo, es decir, con indiferencia. También creímos que con Ella se terminaba aprendiendo algo y el paso de los años nos demostró que Ella no enseña a nadie. Fuimos adquiriendo aquello que llaman experiencia –decían que era un grado- poco más, si al final resultó que el barquero sabía más que el petulante erudito, cuando se hundía la barca, por lo menos sabía nadar. Nos trató tiernamente en los primeros años, bueno a la mayoría, nos hizo olvidar lo dura que resulta cuando se está bien protegido. No era Ella la que nos daba confianza, pero confiábamos en Ella, porque parecía tan hermosa y apasionante, tan sugestiva y aventurera. Soñábamos con Ella tras los ventanales amplios de la obligación, nos recreábamos con Ella en el patio, jugábamos y corríamos por sus calles cercanas. Entonces Ella tenía una casa –que si no era la mejor-sí que era la que mejor guardamos en la memoria. Y teníamos unas ganas locas por salir de aquella casa y volar atraídos por el despliegue de luces con que nos citaba desde todos sus puntos. Ella nos presentó al primer amor, que para algunos fue el único, otros conocieron el desengaño que les abrió las puertas de segundos amores que aunque no fueran para siempre, fueron buenos mientras duraron: También hubo quien se reclutó en sus celdas por amor propio o por querer ser propietarios de un amor imposible. Los más privilegiados tuvieron la suerte de envejecer de la mano que eligieron con acierto ó acariciar para siempre el recuerdo de unos instantes que no tienen cabida en el olvido. La mayoría andamos pactando con ella, para llegar a un buen acuerdo con la soledad. Creíamos poder resistir, su ímpetu, su fuerza, su extraordinario vigor y nos desayunamos cada día la lista siniestra de sus innumerables víctimas. Víctimas cobradas en plena flor de la inocencia; en plena cima del deporte, en plena celebridad de la idolatría de barro, en la plena euforia de su carrera política, en plena energía de su agresividad ejecutiva ó en la plena miseria de un cruce de fuegos. Ella sigue siendo preciosa, para los que tienen sus días contados; esperanzadora para los que se aferran al clavo ardiente de una donación anónima. Mágica y sublime para los que habitan en la planta de los milagros, e irresistible incluso para los que en ella, vegetan. Dicen que cuando se le mira a la cara fijamente y te enseña sus fauces, uno no puede dejar de pensar en Ella y termina suicidándose, otros quizás más listos pero menos inteligentes, le aplicaron la fórmula magistral de la fe, los más débiles intentaron curar su mal automedicándose con la mentira piadosa de los antidepresivos, los artistas se volvieron locos buscándola entre las bellas artes y algunos trabajaron para poder sobrevivir a   Ella : LA VIDA...

lunes, 17 de junio de 2013

LAS HERMANDADES PODRIAN CREAR MAS DE 100 PUESTOS DE TRABAJO EN SEVILLA


Nos hemos preguntado muchas veces, ¿porque permanecen las Parroquias, Iglesias, capillas y Templos de nuestra ciudad -cerradas la mayor parte del día- en Sevilla? Parroquias, capillas y templos que en su mayoría cobijan un legado de historia, belleza, arte y arquitectura, digna de estar expuesta al público en horario habitual. Y se lo han preguntado también los turistas, que admirados de nuestra ciudad, ávidos por fotografiar hasta el tradicional paseo de calesas o coches de caballos, se preguntan incomprensiblemente que hacen los Templos cerrados cuando se encuentran con sus puertas de bruces. Las hermandades y cofradías de Sevilla, bajo el patrocinio de su Archidiócesis a través de las Diputaciones de Caridad, podrían crear mas de 100 Puestos de Trabajos, directos e indirectos (de momento sin contar con la colaboración de los poderes públicos, Ayuntamiento y Junta, porque ya sabemos lo que significa el figureo político y lo que vende una foto). En principio la idea estaría centrada en un perfil concreto: Desempleados en riesgo de exclusión social, pertenecientes a la nómina de la hermandad o cofradía que contrata, osea, requisito “sine cuane”: Ser hermano. En esto confiamos plenamente en la honestidad y transparencia que se le presupone a los responsables de Caridad y Asuntos Sociales de nuestras corporaciones, como hombres de iglesia que son. Las labores de los contratados se ceñirían estrictamente a mantener la Parroquia, iglesia, capilla o templo ABIERTA en horario comercial, facilitando los correspondientes folletos informativos sobre la historia y obras de arte que atesora el recinto y lógicamente velando por el orden, la compostura y el respeto que requiere un lugar sagrado (labores de control-absténganse “seguratas profesionales) También se establecería para dicho fin, la mesa “petitoria” de recuerdos y souvenier, cuyos fondos de recaudación “podrían” garantizar -con el extra de limosna por apertura- los gastos del personal. En tiempos de crisis es cuando se debe agudizar más el ingenio y no mirar tanto el hecho de pagar por entrar “en la casa de Dios” (-por una limosna simbólica-) como el beneficio de poder generar -gracias a Dios- un puesto de Trabajo por mantener esta especie de museo itinerante de las bellas artes, como son los Templos donde radican nuestras HhyCC, abiertos al público. El precedente está más que justificado por el éxito que obtienen a diario las Corporaciones que mantienen sus residencias canónicas abiertas al público, valga el ejemplo de La Basílica Macarena; El Gran Poder, los Gitanos, la capilla de los Marineros, el Rocío de Triana. Otras hermandades, dan buena prueba de ello a través de los servicios que les prestan sus respectivos capilleres contratados para tal fin. El hecho es que dicha propuesta, podría llevarse a efecto, sin grandes riesgos, contando con la buena fe y el esfuerzo contrastado de los cofrades y diputaciones de Caridad referidas, por varias y probadas razones tanto materiales como espirituales; entre las que destacan, la oferta de obras de artes que atesoran nuestros templos -como ya hemos significado-, la demanda de público que se dá con sus puertas de bruces y sobre todo, la Caridad -que no es más que el amor en la práctica- uno de los principales fundamentos de nuestras HH yCC. Y no quiero dar más detalles que el que nos pongamos TODOS manos a la obra. ¡SI SE PUEDE!

domingo, 2 de junio de 2013

El Santo del "bollicao"

Seguro que han entrado en el Santuario de Ntro. Padre Jesús de la Salud y María Stma. de las Angustias (Hdad. de los Gitanos) y que han reparado en la imagen del Beato Ceferino Gimenez, "el Pele", tallada en cedro  y policromada, por el escultor imaginero, Darío Fernández en el año 2000. Pues bien, esta expresiva imagen, representa al primer hombre de raza gitana, que subió a los altares de la mano del recordado Santo Padre, Juan Pablo II, que comparte con él la beatitud. Para dicha efeméride, la Hermandad de los Gitanos, sacó en procesión a Ntro. Padre Jesús de la Salud, para que presidiera en su paso, el pontifical celebrado en la Santa Iglesia Catedral, el 10 de Marzo de 1.997, ocupando la sagrada cátedra su Eminencia fray Carlos Amigo Vallejo, nuestro querido Cardenal emérito..
 ¿Qué no lo conocen?...pues les invito a que lo hagan, para observar el detalle curioso del "bollo" que blande el pupilo del santo, porque es un homenaje a la merienda gloriosa que nutrió a los niños de la postguerra e incluso llegó intacta a los años´60, haciendo las delicias del paladar de la generación del que suscribe. Bendito sea ese bollo con sus dos onzas de chocolate inmersas en la migazón y su honónimo  "pan con aceite y azúcar", precursores del "donde va a parar" empalagoso, "donut" y "Bollicao", actuales.
Quien sabe, si, cuando se queda el Santuario a solas, en la penumbra del templo, no se sientan en corrillo, allí, junto a la nave del evangelio, las ánimas benditas de tantos gitanos y payos a degustar el exquisito bocado que suministra el beato Ceferino... desde luego, tiene toda la pinta del trozo que le falta al bollo que muestra el niño de la imagen: ¿curioso, no? 
 

viernes, 31 de mayo de 2013

El Sacramento de la Caridad


Que en Sevilla la luz es diferente, da buena muestra la fotografía que pierde pié por retratarla, extrayendo matices infinitos a lo que se supone que está eternamente dispuesto para ser contemplado. El tiempo sin tiempo que soñaban los poetas, el tiempo de la mirada siempre párvula, tiene una luz en Sevilla, que vuelve loco a los artistas. La mañana del corpus, llega precedida de su cita legendaria, reluciente más que el sol y ni pintada, por los pinceles de Velazquez y Murillo. El sabor y el olor, se estrenan con la capacidad de asombro de un niño y la belleza, llama la atención, pisando la alfombra mágica del verde romero y la juncia. Aunque no es oro todo lo que reluce, Sevilla juega con sus luces y sus sombras, descomponiendo la decadencia en el mágico caleidoscopio de las artes y haciendo que la tradición resurja con los bríos de sus costumbres ancestrales. La procesión del Corpus, comienza a desfilar con sus mejores galas; pero el primer paso que nos presenta, es el de la Madre, más Madre que Santa, más monja que beata, a la que Sevilla sigue venerando como Sor Angela. Como no podía ser menos , la luz se inunda de luz, antes de lucir y relucir más que el sol. La Madre de los pobres, enciende la llama de la Fe, como abanderada de la encarnizada crisis por la que atravesamos, Mujer Santa, sevillana de Dios, custodia del Santo Sacramento de la Caridad -hermana mayor de los pobres, se erige en su paso exornado por rosas próximas a San Juan de la Palma, vistiendo la humildad de su sarga y estameña, con un sencilla rosario en sus manos y el brevario devocional.

 
Al contemplarla, dime su existe más modernidad en el tiempo sin tiempo, que su bendita imagen presidiendo la solemnidad de una procesión que se pierde en la memoria de los siglos. Ella viene predicando con el ejemplo siempre vivo de la perfección de la caridad, que tras de sí, no es oro todo lo que reluce, lo hace con la sonrisa maternal de quien huyó siempre de toda vanidad y protagonismo; de quien escogió remangarse y arrastrar sus alpargatas, para atender al Cristo desheredado, que mendiga por las calles y yace en el lecho del dolor y la pobreza. No hay forma más bonita de anunciar la luz en una ciudad que no se cree lo que tiene, porque vive envuelta en la gracia y por eso necesita retratarla en instantáneas que le permitan meter el dedo en la llaga de la verdad. Nadie mejor que una madre, Madre Angelita, Sor Angela de la Cruz, la Santa, tan nétamente sevillana, ante la que todos nos damos por aludidos, representados, protegidos, amados, hermanados e hijos, para enseñarnos el camino perfumado por el romero que nos lleva hasta la majestuosa custodia de Arfe, donde Dios -Amor de los Amores- está en cuerpo presente, recorriendo el rosario de todas y cada una de las representaciones de gloria, penitencia y sacramentales, elegantemente realzadas por la presencia de un cortejo que se hace interminable, hasta que un Niño Dios de todas las edades, nos deslumbra en su baldaquino de plata, con su adorable figura montañesina, precediendo y prediciendo la consigna: “Alabado sea Jesús Sacramentado” y a Sor Angela de la Cruz, Sevilla agradecida.

sábado, 25 de mayo de 2013

Mi Reina, coronada


 
 
 Yo no sabía lo que era olor a nardos, hasta que besé tu pié impregnado de su aroma. Entonces ver, era creer, porque la fe iba de la mano de una madre y la mirada de niño, estaba siempre de estreno. En el altar dorado, que hoy sé, que llaman de la epístola, me enamoré de Tí -fúlgida estrella- apenas unos escalones, te separaban de esta tierra, donde en el cielo te aman mejor. Tu mirada entornada, dulce y misericordiosa, salía a mi auxilio, vestida con la celeste y rosa indumentaria de los mejores días de esta ciudad. Tu niño, juguetón -con cara de travieso- me abría sus brazos, ofreciéndose como el mejor amigo. Ya nunca te olvidaría, aunque mi curiosidad y la distracción propias de la edad, me alejaran de Ti, llegaba mayo, para recordarme que mi ausencia no era olvido y entonces bajabas del mismo cielo trinitario, por escala de querubines salesianos, entre un tremolar de banderas y voces que te aclamaban su Auxiliadora. Y así desde la ronda hasta San Román, detrás de tus andas, confundiendo tu manto con el azul de la primavera sevillana; enredado en los bucles de tu preciosa melena, buscando el mimo de esa mano -grácil y amorosa- que marcaba con su cetro el auxilio del Señor. Con el paso de los años, la vida nos enseñó que perdiendo a los seres queridos, los encontraríamos siempre alrededor de la gloria de tu paso, en la procesión triunfal del último sábado de mayo, en la tarde apoteósica, donde se siente bajo -la intersección de tu apacible mirada-, el calor de aquella mano de madre, que asoma abrazada a la del costalero que se aferra a tu zanco, la ilusión del hermano salesiano -con banda de primera comunión- que tiene la misma cara de los escolares que integran tu cortejo. Que hay siempre un sol, fundido en tu cara de rosa, que contempla atardeceres malvas, donde los vencejos ensayan los mejores recuerdos, columpiándose en los delirios del aire que te roza, recuerdos que se serenan cuando las sombras del Valle, devuelven un cielo turquesa que se funde con el añil de tu manto y entonces, cuando el tiempo nos alcanza con la mirada de niño que nunca perdió este hombre que te adora, las doce estrellas de tu diadema cierran el ciclo de toda una vida que se estrecha para abrazarte, en ese astro de tu Luz hecha calle. Toda una letanías de balcones y altares en alabanza y gloria de tu nombre, con un añejo y embriagador perfume que sale a nuestro Auxilio como aquel inconfundible aroma a nardos.

jueves, 16 de mayo de 2013

POR LAS ARENAS











En la dimensión espiritual, allí donde el cuerpo no precisa cuidados ni atenciones, la madre se habrá encontrado con la Paz de los que sienten pero no padecen. Gozando de esa luz inmarcesible que concede la ciencia infusa estos días previos a Pentecostés, se habrá fundido con el esplendor de los campos, con la belleza pintoresca del camino perfumado por la resina balsámica del eucaliptal y los pinos, mezclada entre la gente –peregrina, caminante hacia las marismas azules. Ungida y exenta por la gracia, reconocerá el reino de nuestras almas, donde el paráclito en forma de blanca paloma gobierna con su cetro de paz y justicia, señalando el camino, la verdad y la vida. Hecha rayo de luz difuminado entre las ramas, lubricán del solano que alisa las arenas, cualquier noche de “pará” tras el rosario vespertino y letanías, se habrá encontrado con el Padre –su marido- el hombre al que tanto quiso en vida y lloró con lágrimas de fiel esposa. Cogidos de la mano, sin nada que explicar porque todo es don sabido por la lengua del fuego, cortarán esa flor del romero que florece cuando duermen los vencejos. Como saben las madres velar el sueño de sus hijos, como saben las madres, curar las heridas con vendas sigilosas de suspiros; como saben las madres perdonar como maestras del amor, las faltas –que por graves y mortales- merecen mayor indulgencia, como saben las madres mantener encendido en la noche, el simpecado y repujar con la luz de la luna la plata de la carreta, donde descansa, vestido de pastorcito, el cordero. Mas allá donde los hombres disimulan con ruido de cohetes, juerga y tambor, la llamada de una fe desbordante, el espíritu se manifiesta, atando y desatando en vida, los lazos que dejaron pendientes familiares y deudos. Cubierta por el rocío de los ángeles y santos, la imagino cortando los lirios y amapolas para ofrecerlos en su presentación. Doy fe que respiro su aura, que siento su protección, como el calor de vela de promesa que ha encendido para iluminar el resto de mis días. Incluso me atrevería a expresar su santa voluntad por la fuerza inaudita que me inflinge en estos momentos tan duros. Como sabe una madre permanecer al lado de sus hijos, incluso en el fragor de su ausencia ireparable.

sábado, 11 de mayo de 2013

Mi primera entrada

La veía solo de Domingo de Ramos a Sábado Santo en nuestra cita obligada como abonados en la Avenida. Tenía 84 años de precisosa lucidez sobre todo interior. Repasabamos como nos había ido la vida en esta Semana de ilusiones y reencuentros, se asía a mi brazo con sus manos sarmentosas, pero cálidas. Estaba preparándose para su último viaje, sólo le pedía al Señor, que no causara molestias a nadie, que cuando le llegara su hora, pasase del sueño a la otra orilla, para seguir dando gracias a Dios por todo lo que le había dado. El jueves Santo era su gran día, la ilusión de esperar al Señor, se vislumbraba en su rostro iluminado por la impaciencia. Me decía con los ojos nublados de lágrimas, mientras se acercaba la cofradía: "Antonio...ya viene el Señor del Pasión...mi padre era de la Sacramental, reposa bajo sus plantas...ay, cuantos recuerdos...".Pasaba el dulcísimo Nazareno y yo desviava la mirada hacia esta entrañable Señora, porque en sus ojos veía reflejado, la auténtica luz del rostro de Cristo...Pasión reconfortadora. Este año, ví su silla de tantos años, vacía..ocupada por otra persona, temí lo peor, aunque aún conservaba la esperanza de estar a su vera el Jueves Santo. Así fué, cuando pasó el Señor de Pasión, paró a la altura de la silla que ella ocupaba, sentí un escalofrío indescriptible y entonces comprendí, que estaba con El en el paraiso.

SevillA 13 de mayo 2006

Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04