jueves, 3 de abril de 2014

"Entre tinieblas"...Santos Varones

El pueblo malvivía revuelto entre el polvo de la necesidad y falta de recursos; extendiendo la mano de la desconfianza, ante la limosna de alimentos que le proporcionaba el invasor que los gobernaba en nombre del imperio. Los príncipes de los sacerdotes, encerraban su poder entre las columnas del Templo, preocupados por velar su fanatismo desde el temor a un Dios interpretado por el propio interés de la Ley Mosaica. Mientras que el Justo rabí, predicaba un reino que no es de este mundo a orillas del mar de Galilea o en la falda del monte Tabor; llamando bienaventurados a los pobres, misericordiosos, hambrientos y con sed de justica, una resistencia insipiente se apostaba en la clandestinidad –a las afueras de Jerusalem- devanándose los sesos por comprender la postura del nazareno que lideraba las masas pero ofrecía al agresor la otra mejilla. Uno de los príncipes de los fariseos, de nombre Nicodemo, sentía la necesidad de hablar en persona con Aquel, que en nombre del Padre, sanaba a los enfermos, devolvía la vista a los invidentes, multiplicaba panes y peces, andaba sobre las aguas e incluso resucitaba a los muertos. Lo había comentado en los rincones oscuros del sanedrín con su fiel amigo el Varón José de Arimatea, que compartía especial predilección por el Justo, desde la prudencia e inquietud que le producía las obligaciones y privilegios de su cargo. José de Arimatea, recomendó a su colega, discreción y mucha cautela a la hora de entrevistarse con el rabino, pero al mismo tiempo, aprobó de buen agrado la cita, convencido de la naturaleza Divina del nazareno. El encuentro se produjo una noche de vísperas, cuando los naranjos modelaban sus gajos de azahar a la luz de la luna que plateaba las hojas del huerto de los olivos. El Sanedrita le confesó a Jesús lo siguiente: “Sabemos que Dios te ha enviado para enseñarnos, porque nadie puede hacer los milagros que Tu haces sino está dios con el.”. “Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” –le respondió el Justo- Nicodemo le interpeló: “¿Cómo puede uno nacer siendo viejo…es que puede volver al seno de su madre y nacer de nuevo?”. “Te aseguro que el que no nace del agua y del espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne y lo que nace del espíritu es espíritu. No te extrañe que te diga: es necesario nacer de nuevo. El viento sopla donde quiere; oyes su voz, pero no sabes de donde viene y adonde vá. Así es todo el que nace del Espíritu.” –Nicodemo preguntó:

¿Cómo puede ser esto?- Jesús, le respondió entonces: ¿Tu eres maestro de Israel y no lo sabes?...te aseguro que hablamos de lo que sabemos y atestiguamos lo que hemos visto y a pesar de todo, no aceptais nuestro testimonio. Si os hablo de cosas terrenas y no me creeis: ¿Cómo me creeriais si os hablara de cosas celestiales?. Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo; el hijo del hombre que está en el cielo. Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así será levantado el Hijo del Hombre para que todo el que crea en el, tenga la vida eterna”. (Juan, III, 1-15).

Después de oir esto, Nicodemo se retiró cabizbajo y sin argumentos, herido en la dignidad y el orgullo de desempeñar un cargo publico, cuyo peso era infinitamente menor a el que había recaido en su conciencia de ahora en adelante.

miércoles, 2 de abril de 2014

"Entre todos la matamos"


Entre Tinieblas...

Hay hermandades que para encargar un simple guión, convocan cabildo de acaloradas disputas y enrevesadas controversias, guiadas por su afán de que todo su patrimonio, responda a un estilo marcado por su acusado sentido del arte y la estética. La mayoría de las cofradías, apuesta por decisiones arbitrarias, fomentadas por el peso específico de un determinado grupo de presión con el consenso o no de sus oficiales de Junta. Así hemos sufrido todo un siglo y afrontamos el nuevo milenio, sin que los claros ejemplos de despropósitos en los errores cometidos, sirvan para curarnos en salud y corregir los desmanes históricos que ha sufrido el patrimonio artístico de nuestras HHyCC. Por mucho que se afanen en enterrar estos “atentatos” contra el patrimonio memorial algunos hermanos, mi querida Hermandad de la Trinidad, figura al frente de los antojos, con el cambio radical que padeció, el palio y manto de la Dulcísima Dolorosa conocida como “La Esperanza Blanca”, todo un símbolo para las generaciones de los años´50; 60 y principios de los´70. No contento con ello, la hermandad “decidió” sustituir la romántica imagen del Stmo. Cristo de las Cinco Llagas, dos veces consecutivas, antes de llegar a la actual del maestro Alvarez Duarte, todo un “remake” (pero de lo peor, si es que tuvo algo malo el insigne, Juan de Mesa). Y para colmo de la desventura, el paso -de los pocos románticos- que nos quedaba en Semana Santa, “deciden” sustituirlo, aduciendo a descabelladas razones técnicas, por otra canastilla a la manera de los hermanos Caballeros, más colosal...¿para que están los hermanos, me pregunto, a parte de para pagar las cuotas? No puedo dejar de acordarme del Cristo del Soberano Poder ante Caifás, que talló el maestro Castillo, para el misterio de San Gonzalo; ni de la apreciada y bellísima Dolorosa de Rafael Lafarque, sacrificadas por la potente gubia de Ortega Bru, por cuestiones que nunca quedaron suficientemente aclaradas, ni en sus respectivos cabildos, ni en los mentideros de nuestra ciudad...¿Para que están los hermanos, me pregunto, a parte de para pagar las cuotas?. En la hermandad del Buen Fín, se decidió ¿deliberadamente...de la noche a la mañana?, prescindir de las imágenes secundarias, que conformaban el misterio tallado por Alvarez Duarte, “aduciendo” razones de falta de consonancia con la calidad del Crucificado (me lo puedo creer)...pero ¿es que no se dió cuenta nadie en la hermandad, antes de sacarlos, durante más de una década por las calles de Sevilla...para que están los hermanos, me vuelvo a preguntar, a parte de para pagar las cuotas?. Y así sucesivamente, podría estar enumerando casos, sin solución de continuidad, como los ejemplos de los mantos de la Macarena (aquí hay dinero a espuertas) que fueron encargados, para efectuar su pasado y restauración a los afamados talleres de Brenes, resultando su terminación, una auténtica chapuza, que a punto estuvo de condenar para siempre los magníficos dibujos originales de Rodriguez Ojeda; el paso del Santísimo Cristo de la Vera Cruz, sustituido por el actual, que francamente...¿que aporta de nuevo?. Naturalmente que ha habido, grandes cambios al alza; no todas las hermandades tienen el mismo concepto ni asesoría artística, en lo que respecta al cuidado, conservación y restauración de su patrimonio inmemorial; hermandades que miden y miran con microscopio, todas las opiniones, antes de dar el paso decisivo y cuentan con el CABILDO GENERAL DE HERMANOS, para someter a su aprobación, cualquier cosa que afecte a su legado histórico y devocional. Otras, en cambio, se dejan llevar por sus impulsos, por el peso específico de un grupo de presión y de puertas a dentro, se arriesgan a tomar decisiones, que hoy día -a cuenta como están los tiempos y lo que está cayendo con la crisis- nos sorprenden con obras, que en cualquier caso, suscitan la división de opiniones o promueven la maledicencia o difamación a la que nos tiene acostumbrada la prensa morada. Por citar los dos últimos casos puntuales: el de la ilustre hermandad del Amor, con la nueva y sorprendente disposición de su misterio de la Entrada en Jerusalem (la borriquita), que apuesta por la innovación de Fernando Aguado, en detrimento de las clásicas figuras de Juan Abascal...¿a qué...realmente merece la pena el cambio?. Y finalmente, el soberbio manto que han bordado las hn@s de San Esteban en la clandestinidad. Ya se que a nadie le amarga un dulce y todos los cofrades en definitiva queremos lo mejor para nuestra hermandad y sus benditos titulares, pero...¿para que están los hermanos?...o mejor dicho: ¿el resto de los hermanos que contribuimos?. No hay quien me quite de la cabeza, que entre todos la matamos y ella misma se está muriendo a trozos...Caridad.

martes, 1 de abril de 2014

TIEMPO DE VÍSPERAS 2014

Te encontré mucho antes de buscarte; entonces yo era infante de marina comulgado por primera vez y me dolían los zapatos nuevos. Descubrí tu cielo del color azul-rosa, jirones de una tarde que se disolvía al vuelo de los vencejos, degustando el sabor de una onza de chocolate. La luz tenía el sentido que ahora luce en el marco dorado del recuerdo; la antigua incertidumbre que renace para que yo me vista con su traje nuevo cada año. Buscaba las palabras para juntar el verso de tus vísperas; escritas las leía en el vaciado fulgor del horizonte al caer la tarde. Siempre igual no es lo mismo, en esto la luz tiene un secreto inconfesable para los que saben mirar con la virtud de ver; para los que distinguen que ver, no consiste en mirar sino en abrir los ojos incluso cerrando los párpados. Siempre igual, no es lo mismo, el sueño se hace realidad cuando la realidad cuenta los días que faltan para vivir el sueño. Así como ayer, vuelve a ser la misma luz de siempre, la que habita en los cielos que nunca olvidamos; la del eterno momento suspendido en el aire; la del perfil suave recortando la azul espadaña; la asomada al pretil donde se orea la ropa tendida a la silueta radiante de la torre. ¿A qué esta ansiedad profana de que pasen los días cuanto antes, si son estas horas la certeza del tiempo que nos resta para el gozo…para qué tanta dicha apostada en la recta final del principio donde termina el sueño? Vivir es sin vivir de encontrarte en vísperas, cuando volvemos a ser infantes que despiertan los viejos olores del recuerdo; cuando percibimos que el incienso es la esencia del solemne Quinario y el Señor es la cima de un monte sembrado de cirios; cuando volvemos a ver que María se despoja del lujo de reina y se viste de humilde hebrea para mostrarnos lo dulce y cercana que queda su dolorosa Belleza. Y esa luz estuvo siempre allí, velada plenitud o efímera penumbra expuesta a la mirada de quienes la descubren y contemplan. Ahora, cuando empiezo a buscarte –de nuevo- te hallo besando tu libro de reglas, con la mano en el evangelio de tu función principal en vísperas: Palabra de luz, palabra de Dios.

miércoles, 26 de marzo de 2014

"entre cenizas" (Nazareno de escuela)

Habían fabricado un cielo a su altura y no daban con él, porque lo tenían delante. Era un cielo de atormentadas visiones, los que no lo veían los tomaban por locos. Salían a su encuentro cada mañana como auténticos penitentes tras luces y sombras. El primer trazo de un pájaro en el aire les distraía, la silueta de un cúmulo, los abrumados cirros transformados en jirones, grababan en sus mentes cabelleras de santos. Las manos de los hombres en el quehacer diario, serían futuras manos de atónitos sayones. El frunce de los ceños, la arista de unos labios el perfil indolente al final de una barra, darían forma a la inédita idea preconcebida. Sus pasos no sentían la tierra que pisaban, su amor no consentía amar a otra persona, su amor era invisible, de todos y de nadie, amor en puro trance, amor en celo. Se cubrían con el manto oscuro de la noche, lo bordaban de estrellas, de espinos y de cardos, recorrían los caminos de hojarasca, atisbando la perfección que nunca alcanzaban, perdidos en un campo de terciopelo y oro sembrado de tules. Entre las polvorientas tablas de sus talleres, los bustos inconclusos, los torsos decapitados y los mutilados brazos, ensayaban un juego en busca del cuerpo imposible. Sólo el aura de luz, lograba encender la expresión con su rayo. Bombo y perfiles soñando en el lienzo de la madera en bruto, virgen, sin templo ni cartelas; esquinas desnudas, esperando la ronda de los pasionistas ángeles o el hueco dispuesto para la pluma, el león, el toro y la serpiente que rodea el caiz de los cuatro evangelistas. Habían fabricado un cielo a su altura y brillaban en él sin miramientos. Divinos ignorados por el Dios extraído del cedro, aquel Dios que decían, hallábase en los nudos de la espiral del tiempo. El Dios en el que tantos encontraron salvación y consuelo sin pararse a pensar en las manos que a Imagen y semejanza lo concibieron. Cuando los palios lloren vaivén de plata añeja; cuando los cirios rebosen su luz de miel en candeleros, cuando los mantos recojan sus brillos de alta noche oscilando entre fulgidas llamas de guardabrisas, en un rincón perdido, el buril de un esteta dará un golpe en el yunque con el tas del recuerdo, temblor y latido del mismo corazón de la Semana  más natural de Sevilla.

viernes, 21 de marzo de 2014

16¨20

Habías mirado el reloj para frenar la arena del tiempo, eran las 16 y 20 de la tarde. Tarde de un siglo de oro que se enmarcaba bajo el medio punto del Paraninfo. La egregia Fama tocaba la trompeta del silencio reservado a la atención de los dioses. Dios sereno y bañado por la luz de miel que tanto alumbró los mantones de las viejas cigarreras. Dios dormido en la cruz donde la Buena Muerte, sueña con la vida eterna. Divino ignorado que hace llorar por dentro y exhalar por fuera suspiros de admiración. Eran las 16 y 20, exactamente la hora en que la perfección se hacía silueta recortada en el delirio azul de la Alcazaba y todo aquel que la miró, notó la unción de semejante dulzura. Entre la tiniebla de los cuatro hachones, la vida se preguntaba, aquello que diría el poeta: ¿esto de tu Cruz es muerte?...yo quiero morir contigo, pero la tarde perfumada de incienso, alargaba su sombra hacia el beso oferente de cales y balcones, buscando entre silencios el monte de un calvario. No lo había, no puede haber calvario ni calavera, donde el morao del lirio se hace espesa ladera para reposarte. Se paró el tiempo, miraste el reloj y era la misma hora – 1620 - la tarde del mismo siglo que se hizo eterna, desde que espera ver Tus ojos entreabiertos, despertar a la luz en cualquier momento del Martes Santo.

lunes, 17 de marzo de 2014

María de los Dolores

María no podía tirar de su alma; los Dolores habían llegado a tensar la elasticidad de sus brazos; el arco de sus vértebras se quebraba entre nervios y articulaciones destempladas y las manos sarmentosas, no alcanzaban a la corpulenta flacidez de las extremidades inferiores. ¡Que pena!, sollozaba ante la imagen de su Virgen, apenas puedo calzarme las medias. Menos mal que tus Dolores son mis penas y tus Penas mis dolores ¡Madre mía!, que guapa te veo...te miro y me siento, siempre joven, alegre, cariñosa, como esa mocita de barrio que iba a verte al oratorio de la fábrica, cuando nadie imaginaba la grandeza que alcanzarían tus Dolores. Entonces eran Dolores gloriosos en las postrimerías de temporada del cine de verano -Casablanca- y velá de las pobres guirnaldas de bombillas. La última cruz de mayo de los niños del Cerro, que vendiendo botellas y periódicos, contrataban una banda de música llamada de postín para presumir por la feligresía de incienso y cera y tomarle el pelo a los naranjos con moñas de jazmines en los roetes de las abuelas. Cuando no puedo más con mi cuerpo, me traes la Navidad a la mesa, para que los siente a todos en esa familia que dejó de verme, para que siempre los recordara como niños; mis niños hecho hombres, que hoy me traen a los niños que nunca dejaron de ser, para que disfrute de mis nietos. El frío de enero y los vaivenes de “febrerillo el loco”, lo paso como puedo, Intento descansar el Dolor en la cama, hasta que el dolor se duerme, pero en verdad soy yo la que yace soñando que el dolor desaparece, Por lo menos consigo que me deje en paz mientras rezo por los míos, el rosario interminable de alegrías y penas que dura la noche. Y así otro día, hasta que escucho los repiques de la campana de la Parroquia, Me pasa como en la mañana de septiembre al alba, tus Dolores salen a relucir, para apagar los míos; aún el cielo es de color cobalto, mi ocaso perdido en el paraíso de la naciente aurora. Mi nieto es el arcángel San Gabriel, que anuncia el “Dios te Salve” ¡Abuela...abuela!...vámanos que están repartiendo lo cirios y la luz se hace, porque levanto y corro, como Lázaro en busca de la Estrella de la mañana que se lleva todos mis Dolores. Tres Martes Santos, sin salir contigo, acompañando a mi niño nazareno; ni la lluvia inclemente de estos tres años, ha conseguido humedecer este cuerpo vencido por la edad y el trabajo. Mi único Dolor es el dolor del barrio desolado, abatido, huérfano sin su cofradía en la calle. No hay hueso, ni vértebra, ni nervio, ni articulación que pueda soportar los Dolores de tus vecinos, ni Desamparo ni Abandono más grande que el que siente, mi niño nazareno, cuando ingresamos todos en la infausta planta de observación que nos priva de hacer la Estación de penitencia. Este año, será... Mis Dolores estan ya guardados en el cajón de las medicinas, esperan tocar tu manto. Sé que te volverás, ¡Madre mía!, igual que se volvía tu hijo, a saber quien le había tocado entre la multitud, sonriéndome de nuevo dirás mi nombre: “Vete, hija mía, tu fe te ha salvado”.

Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04