domingo, 21 de diciembre de 2014

"El 6,40"



Había un Bar en Sevilla con un nombre muy peculiar; “El 6,40”, los mayores de 40 años y menores acompañados lo recordarán. Estaba ubicado en calle Alhóndiga, frente al lateral derecho del antiguo Palacio de justicia, por donde se accedía a extinta Casa de Socorro (Hoy Hemeroteca Municipal) . El nombre de 6,40, suscitó todo tipo de especulaciones y apuestas, que rayaron en la leyenda, pues nunca se logró aclarar a qué obedecía su significado. Mientras que unos, sostenían la hipótesis que 6,40, fue el importe de caja del primer día de su apertura, otros afirmaban que dicho nombre guardaba relación con una apuesta sostenida en dicho local, por un afamado torero de época. Lo cierto es que el Bar, era muy famoso y conocido en la Sevilla de la década de los 60 por brindar a sus parroquianos y clientela con su original “tapa doble” –a la sazón- tu pedías una de sus especialidades, como el “huevo a la flamenca” y te lo acompañaban con una de “pavía” ó viceversa. Lo de la tapa doble y su singular aspecto de antigua taberna, desapareció con la reforma que se le efectuó en los años 80, aunque nunca perdió la memoria de su vieja gloria, aumentando su clientela de paso, debido a su estratégica ubicación en el corazón mismo del muy cervecero entorno de Santa Catalina. Lo cierto es que servidor –por esas vueltas que dá la vida- llegó a regentar de la mano de mi mujer (cocinera de lujo), el conocido Bar, heredando las recetas de sus más populares tapas, como eran: Espinacas y bacalao con tomate, mejorándolas si cabe y añadiendo a la pizarra: “migas caseras, albóndigas y cola de toro para rebañar”, con gran éxito de crítica y público. En fín que a todo esto y próximas las fechas de la navidad de 1.991, a mi mujer, se le ocurrió la idea de viajar hasta Algeciras (no me pregunten porqué razón) en busca de un un billete de Lotería con el que jugar y repartir entre familiares, amigos y distinguida clientela. El número como para olvidárseme 06639. De los diez décimos que conformaban el referido billete; el que suscribe extendió un sin fin de recibos entre 200, 500 y mil de las antiguas pesetas; quedándose el resto de décimos en manos de la familia y amigos íntimos (servidor jugaba tres décimos). Tal día como hoy de ese mismo año de 1.991, sobre las 9 y cuarto de la mañana, -tan “natural de Sevilla”, estaba en esos precisos momentos (jamás se le olvidará), calentando el jarrillo de leche, para servir un café, casualmente a la primera persona que le había ofrecido la lotería de la casa y ésta la había rechazado…cuando escucho por la radio la cantinela celestial del 06639: “venticinco millones de pesetas”
06639: “venticinco millones de pesetas”. Digo, el dichoso número que había traido mi mujer, desde Algeciras dejaba en Sevilla uno de los dos cuartos premios. El 6,40, fiel a su legendaria tradición se volvía a cubrir de gloria, aunque ninguno de los agraciados se hizo rico de solemnidad; había que ver las caras de esas personas mayores, llorando a lágrima viva por la emoción y mostrando sus pequeñas participaciones; todo la barra se llenó de júbilo, todos eran abrazos y felicitaciones; mientras se descorchaban las primeras botellas de cava y aparecían los medios de comunicación. La ilusión estaba servida y sobre todo bien repartida, entre los más necesitados, aquella Navidad inolvidable. Una vez pasado el delirio, hubo de todo; desde un ramo de flores en prueba de los más agradecidos, hasta las caras largas de la envidia de quienes se quejaron de no haberles ofrecido Lotería, después de permanecer los décimos durante varias semanas, expuestos a la vista de todos los públicos. En fín, que hoy la cantinela de los niños de San Ildefonso han vuelto a remover el bombo de los recuerdos, extrayendo el número de aquella ilusión vivida hace años en el desaparecido Bar 6,40….06639: “venticinco millones de pe-se-taaaaaaaaaas. FELIZ NAVIDAD.

jueves, 18 de diciembre de 2014

ESPERANZA NUESTRA



Yo se madre, que hay gente muy desesperada, yo mismo un día apunto al palio de tu cielo para descender  otrora,  a las más oscuras profundidades de las trabajaderas. Gentes que aferradas a tus manos para no caerse, reniegan ante el sol deslumbrante de las joyas, el escozor que padecen sus carnes expuestas a la intemperie. Yo se madre que hay gente triste con razón y razones muy tristes, para volver la cara hacia tus ojos de misericordia. Gentes, cuyo quebranto no aguanta las colas que va formando la fe, porque su carro vacío está pendiente de guardar otra cola; más fría, más incómoda, pero más necesaria. Personas maltratadas por la vida, que se han ido apagando a la sombra de los trabajos más duros, más ingratos y peores remunerados.


 Saben que hoy es la Esperanza, el señalado día de la máxima expectación de la sua Belleza, pero están cegados por el resplandor del tesoro, más que deslumbrados por la gracia espiritual de una Reina. Están aturdidos ante tanto esplendor; ante tanta riqueza expuesta en los alardes del arte y se siente indignos, en la frustración de contemplar a la humilde doncella, a la niña turbada que iba camino de Belén a lomos de un borriquito. Dentro del cielo basilical, los hombres hablan el lenguaje de los ángeles, no han dormido esta noche de vela y montaje. Es el paraíso, donde en los bancos se sientan las almas conmovidas, extasiadas, suspirantes, oferentes, transidas por una emoción de lágrimas incontenibles. En ese momento, en esa distancia sin espacio ni tiempo, que uno recorre para sentir el roce de la Esperanza -dicen- que se olvida todo, porque el cuerpo presente de la Madre, es una aparición que nos transforma y eleva a otro plano.



 El beso, no lo das tu, lo recibimos nosotros del mismísimo aliento de la Esperanza. Después en el infinito de ese instante en que te encuentras con sus ojos: ¿que le puedes decir, de Madre de Madre...que le puedes contar de hijo a Madre?. Ella le ha puesto a tus lágrimas el reflejo de la Esperanza; a tu desesperación, el consuelo del llanto compartido; a tu oscuridad y desánimo, la luz de una sonrisa milagrosa que es la clave de su misterio, el misterio de la vida...y ya no has visto más porque todo lo ha pormenorizado Ella. El oro de su corona, el preciosismo de su manto; las joyas que decoran su prendedor, han sucumbido ante la grandeza del rostro que le da sentido a tu angustia vital, poniéndole nombre propio a la Esperanza. Cuando salgas de allí serás otra persona, aunque la cruda realidad intente persuadirte, con la presencia en la calle de los mercaderes del templo; los que tienden su mano en la puerta, mendigando las monedas de la pobreza en el umbral del paraíso. En este día, por muy mal que te vaya, la Esperanza te ha devuelto a la vida, su espíritu te hará efecto inmediato porque ha ido directo al corazón y el corazón tiene razones, que la razón no entiende. Ese beso de Amor, ya no hay quien te lo quite.









martes, 16 de diciembre de 2014

naturaldesevilla: Oh, triste Navidad

naturaldesevilla: Oh, triste Navidad:     Me lo contaban los hombres tristes “borrachos y melancólicos que lloran a la luna llena”; me lo decían las lenguas que buscan am...

miércoles, 10 de diciembre de 2014

domingo, 7 de diciembre de 2014

Navidad del cuento

El alcalde de ciudad Hermosa, estaba recibiendo este año cartas de ciudadanos muy desesperados; cartas llenas de amargura y dramatismo, que habían conseguido, preocuparle hasta el punto de perder el sueño y arrojar la toalla como regidor. Entre esas cartas había una desgarrante, donde un ciudadano mayor de 50 años, abrumado por su precaria situación económica, prometía suicidarse, si no le devolvía alguien su dignidad. En la referida misiva, el ciudadano afirmaba, que estaba cansado de recibir, un mes tras otro, la ayuda de Cáritas que tanto agradecía; cansado de acudir a los servicios sociales con la factura de luz, gas o agua, un mes tras otro; que no podía sostener la mirada de su mujer, reseca y avinagrada por las necesidades y carencias que estaban soportando; que ya no era por ellos -al fin y al cabo de vuelta de la vida- que su principal aflicción consistía, en ver como sus hijos, eran víctimas de la misma situación, con la única salvedad -si se puede llamar esperanza- de estar en edad de merecer un trabajo. La carta rezumaba en cada renglón la tinta amarga del desconsuelo y cada palabra, parecía emborronada por las lágrimas e impotencia de no poder vivir más tiempo ejerciendo de limosnero... “no porque el pedir limosna o ayuda fuera indigno, sino que su familia, como tantas otras, honradas y trabajadoras, no se merecía “vivir” para esto que llaman solidaridad... insistiendo y suplicando a la primera autoridad de la ciudad Hermosa, que le devolviera su dignidad en forma de trabajo, bajo la “razonable amenaza” de quitarse la vida”. El Alcalde andaba desde entonces, muy afectado y triste. Solía acusar recibo de todas las cartas, pero la de este hombre, la llevaba en el bolsillo junto a su cartera y no era capaz de encontrarle una respuesta. Venía de apretar el botón mágico de la Iluminación navideña de la ciudad Hermosa y se hizo la luz en sus calles repletas de público, ávido de celebración. Se deshizo, como pudo del séquito que le acompañaba y esa noche se encerró en su despacho, con la orden de que no le molestasen, si no era por motivo de extrema urgencia o necesidad local. Después de dejarse caer en su sillón a solas, el Alcalde suspiró, como cargando sus entrañas de energía y marcó en el teléfono de línea reservada, un número: -Dígame Vd., Sr. Alcalde- “Quiero que me pases urgentemente -a ser posible esta misma noche- el listado de todos los domicilios de la ciudad Hermosa, donde vais a proceder al corte de suministro de energía, tanto de Luz, agua o gas”...A continuación, el Regidor, llamó a su persona de confianza y le ordenó lo siguiente: “Quiero que cargues el importe de las facturas impagadas, relacionadas en este listado, a la cuenta de gastos de la concejelía de... e ingreses la remesa en el banco, para que quede constancia de que los recibos pendientes están liquidados”...la cara de asombro del edil de confianza del Sr. Alcalde fue tal, que no pudo -por menos- emitir un exabrupto y salir pitando de vergüenza y satisfacción a cumplir de buena gana la encomienda de su Jefe. A continuación el Alcalde de ciudad Hermosa, estiró su cuello hacia atrás, como para coger aire, extrajo la carta del bolsillo secreto de su traje y marcó un número de teléfono, esta vez en su propio móvil: “Don...” -Sí dígame- “Soy el Alcalde de ciudad Hermosa; le llamaba para citarle sin falta a las 10 de la mañana en mi despacho...sí, mañana mismo... para firmar su contrato de trabajo en el Ayuntamiento...no, ¡tranquilicese, hombre!, si el que se va para el Paro, soy yo, como reciba otra carta como la suya...”. Finalmente el Alcalde, se aflojó el nudo de la corbata y respiró profundamente al tiempo que abría el balcón de su despacho. Deslumbrado ante la luz de la ciudad Hermosa, murmuró: “Estaría bonito que apretara el botón de la iluminación navideña y cortara -al mismo tiempo- la luz en los hogares de mi ciudad”. No porque fuera legalmente procedente, sino porque yo, no hiciera lo posible, para remediarlo.

Cualquier parecido con la realidad, es pura anécdota... (El autor)

sábado, 6 de diciembre de 2014

LOS GOZOS

Alfonso Grosso 1954, Centenario de la Bula Pontificia. Altar del Jubileo. S.I.C. de Sevilla.

Todo lo bueno y lo malo, arranca de la niñez que es el patio del colegio donde jugamos . Para bien o para mal, alguien muy querido o muy odiado, nos inculcó el cariño, la devoción o el rechazo a lo que con el tiempo se convirtió en tradición u olvido. En mi caso el patio que recuerda naturaldesevilla en esta noche destemplada por el redoble del viento y la lluvia, era del Colegio La Salle, para más señas, bajo la advocación y el patronazgo de la Purísima. En fecha tan señalada, la memoria escoge el camino más corto para emocionarme con esas cosas –que por increíbles y fantásticas- son más sencillas de lo que parecen. Se trata de soñar en esta noche inclemente, rozando con la punta de los dedos de un niño, las estrellas de aquel camarín celeste, donde la imagen de la Pura y Limpia relucía en el máximo esplendor de la capilla Lasaliana. Después alguien que hablaba con el corazón más que con el entendimiento, nos envolvía con la historia sagrada de la joven doncella desposada con José. Aquella a la que el ángel del Señor anunció con el Dios te Salve, María; la pintada en plena gloria por los pinceles de Murillo; la sevillana cieguecita de Martinez Montañez; la musa de Alonso Cano; la mil veces copiada, cincelada, labrada y concebida como apoteosis de las Bellas Artes. Y no era más que una joven, piadosa, discreta y humilde, como aquellas mujeres de carne y hueso que nos acercaron al altar de su Belleza y nos enseñaron a rezar, juntando las palmas de las manos, al admirar su imagen cargada de unción. He aquí el principal misterio, en el que mis cortas luces, alcanzan a descubrir la Inmaculada Concepción de María, por encima de subterfugios y enrevesados misticismos. Ella representa la Plaza del Triunfo de la humildad y por eso la corona en su cima, como Pura y Limpia alegoría de la tierra que lleva su nombre por lema. Cuando todo resulta confuso e impensable, Ella continua siendo Virgen –siempre Virgen y Madre, presente en las esquinas de azulejos con la leyenda extendida por las coplas de Miguel Cid, a lo largo y ancho de esta ciudad; reluciendo más que el sol en el jueves del Corpus y llenando las parroquias, iglesias y monasterios con la luz del medio día de la gracia. Todo arranca desde la niñez y confluye en la desembocadura de una sola mirada. No es preciso levantar los ojos para adivinar la altura de este día de gozo, basta sólo gozar de esta fe aventajada y traviesa tan naturaldesevilla, que cree en lo que no ve, porque sólo las elegidas, pueden llegar a creer lo que están viendo.

A la Inmaculada Virgen de la Piedad de Palma del Río, en tan luctuoso suceso. 5 de Diciembre 2014

jueves, 4 de diciembre de 2014

la ESTRELLA de ADVIENTO

naturaldesevilla: a Belén llegar: El iba buscando el portal donde todos tenemos depositados los recuerdos de una tierna infancia que se endureció con la vida y el paso del t...

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