domingo, 21 de noviembre de 2021

HUMILDAD DE MONTEQUINTO

 Doy gracias al Señor por haber tenido la dicha de conocer en persona a José María Leal. Su cercanía, su sencillez, su trato sin distinción y sobre todo su HUMILDAD. De su inspirada mano, vino al barrio de Montequinto, la primera Dolorosa, Ntra. Sra de Pilar en su Mayor Dolor y Gloria, sembrando la piedad y devoción -cada día más- entre los vecinos y parroquianos, por su hermosura Serena y exclusiva. Con Ella camina y crece la Misión de la Iglesia diocesana, de la mano de la Agrupación Parroquial, que en estos días, firma otra de las páginas gloriosas de su historia reciente, con la Solemne bendición de la Imagen, de Ntro Padre Jesús de la HUMILDAD en GETSEMANÍ, titular cristifero de dicha Agrupación. No voy  a referirme al prestigioso catálogo que distingue a este escultor-imaginero, como autor de magníficas obras que salieron de su gubia y hoy se reparten a lo largo de la geografía, haciendo las delicias de crítica y público. No voy  a descubrir nada nuevo de este joven talento, en cuanto a su prestigio y excelencia creativa, solo resaltar su condición humana, por encima del valor de su obra, ya que José María, para todo el que ha tenido la gracia de gozar su amistad, posee el don de la empatía y la virtud impagable de la HUMILDAD. Y esa HUMILDAD, intrínseca que marca su personalidad humana, ha sabido transmitirla, sin cortapisas ninguna, en la realización de este Cristo, que rezuma, por los cardinales de su bellísima Imagen, la HUMILDAD divina y humana, en todos los sentidos. La Humildad de José María Leal, ese algo indescriptible, que te atrapa desde el principio; como el agradable soplo del calor de la hoguera de la Fe. En los tiempos del culto al cuerpo y la ausencia creciente de los valores humanos, en los vientos que corren a favor del laicismo y el reparo a llamar por su nombre, a aquel, que pasó por el mundo, haciendo el bien y entregó su vida por nosotros. José María, ha dado un golpe de gubia más, para hacernos confiar en Jesucristo, Ntro Señor, imagen pura y viva de la HUMILDAD, que acepta el Cáliz de su Pasión y se entrega a todo el que acude a sus Divinas plantas, con las manos abiertas, rebosantes de Gracia, momentos antes de su Prendimiento, para cumplir la voluntad del Padre: #Fiat voluntas tua. José María Leal, ha plasmado exactamente, esa HUMILDAD, que es todo lo contrario a lo que el hombre de hoy piensa. Esa HUMILDAD, que desarma a los soberbios, humilla a los prepotentes y enaltece a los limpios de corazón. Esa HUMILDAD, que no pide para si, más que el bien de sus hermanos, esa HUMILDAD que te atrapa en su belleza y te lleva en volandas al paraíso florecido  del perdón y la Misericordia, ese que infunde su unción Sagrada. Puede el barrio de Montequinto, presumir, sin afán de protagonismo ni vanidad, de Aquel que ha llegado Bendiciendonos a todos, en la gloriosa solemnidad de Cristo, Rey del Universo, radiante de esplendor, ungido por la gracia y sobre todo transfigurado por la HUMILDAD de su Soberano Poder. Gracias a José María Leal, joven pero ya insigne imaginero, que ha hecho posible con sus inspiradas manos, la obra eterna del Santo Evangelio, Palabra de Dios, puesta en pie, delirio expresivo de la HUMILDAD de Cristo en GETSEMANÍ, con las manos abiertas para recibir todas nuestras plegarias y oraciones. 

Gracias, José María Leal, por acercarnos el Reino, del Poder y la Gloria. Por dejarnos para siempre, el Regalo de tu HUMILDAD, la HUMILDAD del CRISTO que viene para quedarse eternamente con nosotros. AMEN. 







Querido Antonio, muchas gracias por estas inmerecidas palabras, yo solo soy un medio para que el Señor esté presente por tantos sitios del mundo. Agradecido de tanto cariño recibido estos días con regalos como este que usted me esta haciendo. Orgullo de saber que la Humildad está siempre presente en mi vida y se refleja en mi obra.Recibe un cordial abrazo en Jesucristo nuestro Señor agradecido eternamente por sus palabras.

viernes, 19 de noviembre de 2021

SI HAY QUE LLORAR: SE LLORA

 SI HAY QUE LLORAR SE LLORA

SEÑOR, que lo importante es saber, que aún te quedan lágrimas. Las lágrimas son el agua de mar, por eso saben saladas. Con el paso del tiempo, las lágrimas son como los cumpleaños, acumulan velitas encendidas para soplar la llama de la vida. Y por eso las lágrimas son el premio Salado que recibes, cuando sientes algo de corazón. Se llora por lo más grande, por lo más fuerte, por el dolor, por la fractura, por el golpe, pero si hay que llorar por algo, que sea de emoción. Por eso se llora, mientras se acude a ver, el Gran Poder del Señor. Se llora, por necesidad, por tristeza, por angustia, por soledad, por que faltan las fuerzas... Pero si hay que llorar de verdad, de corazón, con el alma puesta en cada lágrimas, que sea por recibir Tu consuelo, Señor, por abrazar Tu Dulzura, Señor; por gozar de Tu acogida y sentir la caricia de Tus manos cercanas, apacibles, venerables, curativas, redentoras. Por eso, si hay que llorar se llora, Señor, que ya se encargarán las lágrimas de darnos a probar el sabor meloso de Tu Bendición. 


domingo, 7 de noviembre de 2021

¡QUE BARBARIDAD!

 QUE BARBARIDAD

SI, el Señor es una barbaridad, es algo ¡muy fuerte! es, demasiado, es lo que Es, ese algo, que nadie puede explicar y todos sentimos. Es lo mejor de todos nosotros, Es un temblor de tierra, Es el que anduvo en la mar, Es un viento de Levante que te abraza, un viento de poniente que te deja frío y un tren que se despide, dejando en la estación lágrimas sin pañuelos. El Señor es un espectáculo sin serlo, enciende las plateas de cualquier escenario, deja en jaque el marco incomparable, porque por donde pasa, SI crece la yerba y brotan los tallos y vuelve la primavera a dorar la canasta estofada del otoño. Si, el Señor, es eso que tu y yo estamos pensando, estamos sintiendo, estamos rogando, estamos pidiendo, estamos soñando, estamos sufriendo, estamos llorando, estamos mirando, estamos pasando, estamos despidiendo... y además de todo eso, deja indiferente a la riqueza y el boato, a lo mejor de la talla y del bordado, al culmen de la orfebrería, la pais de las maravillas de la seda y el terciopelo, hasta la misma Cumbre del arte barroco, es capaz de aplastar sus pies descalzos. Es una barbaridad que abraza arrasando, Es un incendio voraz, que acaricia en su llama de Amor vivo. Es nada más y menos, el talón, su talón, nuestro talón de Aquiles. 


viernes, 5 de noviembre de 2021

EL SEÑOR de las MORADAS

 Los frutos que estas sembrando

Tu Santa Misión morada, 

Como podremos pagarlo

Di, Señor, como se pagan. 

Verte por las avenidas

Gran Poder, abarrotadas

Caminar entre el gentío

Camino de la diáspora

Y que en todo el recorrido

El silencio se escuchara

Más allá de los requiebros

Más allá de las plegarias

Por encima de los rezos

Superando las gargantas

Entre el el carril de los cirios

Presidencias y dalmáticas, 

Acólitos y ciriales

Incienso que se elevaba, 

Tu silencio sobre todo

Al saber que te acercabas. 


Como podremos pagarte

El Bien que sobre tus andas

Iba haciéndose camino

Allá donde tanta falta

Hace que llegues, Señor

De la imponente zancada. 

Allí, donde nadie quiere

Acercarse de pasada

Para ver el abandono

Y mirarlo cara a cara

En la pobreza del rostro

De los que no se esperaban

Que el Señor viniera a verlos

Hasta el umbral de sus casas. 

Todo el Bien que has cosechado

Todo el consuelo que alcanza

Las gracias del que se postra

A la gloria de tus plantas

Todo el ánimo que infundes

Todo el apoyo que abrazas

Todo el auxilio que prestas

La Piedad que en tu mirada

Se refleja en los tránsidos

Ojos que te contemplaran

Llenos de misericordia, 

Rebosantes de Esperanza. 


Como podremos pagarte

El Gran Poder de tu estancia

Al lado de los benditos

Cerca de los que más amas

Los que no te conocían

Los que ya se conformaban

En sufrir la lejanía

Del que siempre recordaban

En las fotos de sus padres

En las mugrientas medallas

En retablos escondidos

De villas abandonadas

Donde el olvido florece

Como la silvestre palma.


Y mira, Señor, por donde

En tu Misión sacrosanta

Te vieron venir los ojos

De aquellos que ya no daban

Crédito en volver a verte

Y menos que te acercaras

En Persona, GRAN PODER

a la puerta de sus casas. 

Que manera de colmar

Toda una vida entregada

Por las personas mayores, 

¡Todo lo que le haga falta! 

Que si le fallan las fuerzas

De alabarte y darte Gracias

Brazos de los costaleros

Sobran, para que a tus plantas, 

Presenten nuestros abuelos

La pleamar de sus lágrimas. 

Que si hay que llorar, Señor

Sea de emoción desbordada

Al Sentir, El Gran Poder 

De tu Presencia Sagrada. 








sábado, 30 de octubre de 2021

DIOS NO SE MUDA

 DIOS NO SE MUDA. 


Que lo escribió para Ti, la Santa de Ávila, soñando con su Parroquia de Santa Teresa. "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda"... Y entonces, llovió en Sevilla; que la lluvia en Sevilla, es una maravilla, sobre todo cuando el Gran Poder, No quiere mudarse... al menos, tan pronto, de las Candelaria. Que en su Santa Misión el Señor, se ha acordado también de como, están las cuencas de nuestro Guadiana y nuestro Guadalquivir. Dios no se muda, ten confianza..." La paciencia, todo lo alcanza" , hasta la sequía de los campos, se llenan con el surco de la Cruz, ¡que buen arado, para nuestra tierra ! ¡Que cosas más grandes, concede el Nazareno del Gran Poder. Santa Teresa, le escribió el verso, hace tantos siglos como los que cumple el Señor, con nosotros: "Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa... Dios no se muda" y la misma Feligresía de Santa Teresa, se estremece, con las estrofas que escribió la Santa andariega. .. ¡Ten confianza, que la Paciencia todo lo alcanza! ¡Dios no se muda!...y los versos, parecen dictar la Sentencia que la inclemencia del tiempo permite, para bien de los campos. ¡Que Grande, Tu Gran Poder, Señor! "Quien a Dios Tiene, nada le falta, solo Dios vasta" 

jueves, 28 de octubre de 2021

NO TE PUEDO VER


 NO TE PUEDO VER, SEÑOR

Últimamente, es verte y echar a llorar con la facilidad de un crio. Puerta que abro y allí, estas Tu, página que paso y apareces de nuevo, pantalla que enciendo y sale tu rostro, llenando el Salón, asomándome a la ventana, mirando el periódicos, navegando por las redes, abriendo YouTube... A todas partes donde miro, te veo, Señor, como Dios, que estás en todas partes. Y lloro, lloro tan fácilmente, que hasta la curiosidad de mi gato, se asombra y viene a olisquearme. Lloro, como cuando no quería ir al colegio, las tardes de sol estrenada en mi memoria. Lloro de la única forma que deseaba llorar, súbitamente, de repente, sin previo aviso, como se gana la emoción en la vida, cuando el tiempo nos alcanza. Todo es verte, que al verte, Señor del Gran Poder, se ve todo; se ve pasar los años, por el tiempo sin tiempo de tu zancada infinita; se ve pasar la mano de una madre, dejando en tu Talón las caricias de sus intenciones y el beso profundo de la fe; se Ve la ciudad que vuelve siempre a verte, el Domingo de Ramos, que reluce más que el sol, del Jueves Santo en la Plaza y oscurece para revelar el negativo de tu imponente rostro, la madruga que amanece entre turquesas y malvas, cuando regresan los vencejos  a San Lorenzo. Pero además, que también lloro, como el poeta, por el verso que nunca te escribiera, en la furtiva lágrima de quien te ha visto siempre, como nunca. Siempre, como si fuera la primera vez, siempre como si el llanto me recordara que Tu eres, Señor del Gran Poder, lo primero y lo  último, el alfa y el Omega, el principio del fin. Donde todo comienza y termina: Al final de tu Cruz. 

martes, 26 de octubre de 2021

LA GRANDEZA DEL SEÑOR

 Como has querido irte, Señor, salir del corazón de Sevilla, allá donde los esconchados son los blasones de la podredumbre y el olvido, allá donde se tienden las ropas de marca de los mercadillos, como damascos de los perdidos balcones, allá donde no hay más recepción municipal, que la lejía baldeada por las mismas vecinas que salieron a recibirte. Como has querido salir de la parrilla de San Lorenzo donde cada día te cueces a fuego lento, por las cargas y las penas que imploran tus hijos y hermanos. Y para eso has cruzado toda la Sevilla Norte, que no hay nadie mejor que Tu, para entender de cruces. Más allá del vía+Crucis de los Medinaceli, aun más largo que la Estación del Cerro o el Cautivo de San Pablo, todavía más lejos del impensable recorrido o el más inimaginable traslado. Rozando el día de un camino de Romeros, has querido que te lleven, haciéndonos creer, que éramos nosotros los que te llevábamos. Ay, Señor, ¡Que manera de clamar en el silencio!, ay, Señor ¡Que forma más hermosa de predicar sin palabras! sin alzar más la voz del que toca el martillo y dejar a tu paso, la huella indeleble de tu Reino. Esa es tu Grandeza, hacer lo que Tu nos dices, llevarte donde Tu quieras, ir contigo a los cielos de Sevilla, que más saben de infierno y purgatorio. Porque a los desafortunados, a los más pobres y desfavorecidos, siempre, eternamente, los vamos a tener entre nosotros; siempre habrá ciegos en Jericó, siempre, paralíticos en la piscina de Silhoe; siempre leprosos en este valle de lágrimas. Pero a Ti, Señor, aunque esperemos verte en el paraíso, te dejaremos en vida, cargando con la misma pesada Cruz de los agravios del mundo. He, ahí, Tu Gran Poder y Gloria, Señor, el que impera en tu Reino, la misma utopía, de la Paz, la Justicia, el Amor, que marcha junto a Ti, hacia el encuentro de los Benditos de tu Padre: "Venid a mi, los que estáis cansados y agobiados... porque Tu eres, el camino, la verdad y la vida. 


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