jueves, 27 de octubre de 2011

Martirio infinito


Martirio infinito”, no se si es la palabra correcta, pero el término es exacto. Ni aun poniéndonos en vuestro lugar, que lo intentamos -cada día- con-padeciendo la pesadilla continua que estáis sufriendo, desde hace más de dos años. “Martirio infinito” que se recrudece en cada jornada de la vista, metiendo el dedo índice de la mentira en la llaga de vuestra desaparición. Lo que no tiene nombre, tiene más de tres innombrables apellidos y ya no importa que hayan mantenido en jaque a todo un equipo de inspectores de policía, como también es lo de menos, que le haya costado al mismo Estado, un gasto inútil en el despliegue de medios más avanzado que se conocía, vadeando integrante el río grande y removiendo toneladas de basura, por increíble que parezca que tres fracasos de la LOGSE, dirigidos por un descerebrado, hayan urdido un plan peliculero digno de Torrente. Lo que duele en el alma es esa frialdad de iceberg que esconde el enorme témpano de mentira en el que estáis sumergido. Lo que duele en el alma son las cinco puñaladas que de nuevo habéis asestado en el corazón sangrante de Eva y Antonio. A la pregunta que todos nos formulamos, a la esperanza que mantiene en vilo a una ejemplar familia, al interrogante que clama justicia en boca del fiscal y en nombre de todos los que somos Martas, vosotros habéis respondido, aferrado al guión despiadado del perjurio. Hasta cinco veces –¿Donde está el cuerpo de Marta? “No lo se; no lo se; no lo se, no lo se, no lo se”. Quinta Angustia de María en el pecho de Eva; rabia e impotencia en el rostro acontecido de Antonio, indignación general en la plataforma de apoyo, como para perder la fe en una justicia con la que están jugando unos infames a la gallinita ciega. Como será la Amargura y el Dolor que sienten esos padres, que a nosotros que somos ajenos a semejante desgracia, nos mueven las ganas de tomarnos la justicia por la mano; de aplicar una ley del tailón sobre las escalofriantes declaraciones que han tenido que escuchar los verdaderos mártires de esta pesadilla infinita: Marta violada; Marta estrangulada, Marta yacente en el suelo abandonada a la suerte que sus verdugos se deshicieran del cadáver y por si todo esto no fuera suficiente para hundir al mismísimo titanic de la paciencia humana, quedaba por rematar la cruz con el “inri”: los autores, cómplices y encubridores de tan macabro crimen, se regodean en versiones contradictorias, tejiendo una maraña de declaraciones inverosímiles. Como para confiar en un estado de derecho que concede a los imputados, el privilegio de mentir o no decir la verdad, que para el caso es lo mismo, como para permanecer impasible ante la desesperación de Antonio e indolente ante el hundimiento anímico de Eva. Sin embargo aún queda algo de esperanza atrapada en la densa oscuridad de este proceso, una luz, tenue imperceptible, que se filtra por las rendijas donde se han escondido los miserables. Algo muy por encima del bien y del mal que establece un abismo insondable ante el menor indicio de duda. El valor de la integridad moral que honra y engrandece a la familia de Marta, el honor de enfrentarse ante la tragedia con la frente bien alta; la nobleza de una mirada desafiante, que estaría dispuesta a perdonar a sus verdugos a cambio de la verdad. Aunque la justicia se ha vuelto contra esos padres, dictando la despiadada sentencia de no querer decir donde está el cuerpo de Marta en boca de los imputados, aun quedan pruebas y testigos que pueden arrojar un halo de luz a estas tinieblas.

 Noviembre viste de luto al Mayor Dolor y traspaso; acerca la mano de la Amargura sin San Juan. Las reinas dolorosas tienen el mismo rostro de tristeza que Eva, sienten la misma angustia y desconsuelo que Tu gesto, cargado de belleza y serenidad. Marta lo sabía como sevillana y buen cofrade y por eso vas a tener la recompensa entre comillas, de dar cristiana sepultura a los restos de tu queridísima hija. Lo harás porque la vida es una semana con paso de misterio y aunque no haya Cristo, capaz de redimir tu pena, la mano lánguida de la Caridad, te señalará el anhelado sitio donde florece la rosa que irá sembrando el camino de su traslado al sepulcro. Hay una hermandad de cuya bendita advocación prestaste el nombre a tu hija y cada lunes santo ante su impresionante paso, todos recordaremos a Marta en la sentencia más ejemplarizante que jamás se pudo dictar.



A Eva y Antonio. 

domingo, 23 de octubre de 2011

Crónica de un Pregonero anunciado


No hace más de treinta años, volvías a casa el día de Reyes, cansado y cargado con los juguetes que habían disfrutado tus hijos. Los niños venían exhaustos, dormidos en el carrito o sobre tu hombro, soñando plácidamente con la intensidad que le había proporcionado la noche de la ilusión. Después de aquel n 6 de Enero, te sacudía un escalofrío al escuchar el nuncio del primer programa del año; era como presenciar -en la penumbra de tu habitación- el resplandor de la primera Cruz de Guía, esbozada en las ondas de Radio Sevilla por la voz atiplada y musical de Manolo Bará o Filiberto Mira; como la primera Saeta lanzada directamente al corazón desde los micrófonos de Radio Vida o la voz del Guadalquivir. Te sorprendía la espera si necesidad de contar los días; te llamaban la atención los cultos puntuales sin necesidad de agendas diarias donde se amontonan los actos con profusión de datos; te paraba por la calle, la convocatoria orlada por la pluma de Cayetano Gonzalez, fijada en el pequeño retablo alicatado para tal fin a las puertas del templo: Solemne Quinario, Devota Novena, Piadoso Septenario y te asomabas a los templos como quien descubre por primera vez que siempre no es lo mismo y que nunca es lo mismo de siempre. Ahora continua sorprendiéndote esta prisa por saber, este ansia por estar informado, mucho antes de que el tiempo nos alcance. La comunicación que es un medio, ha alcanzado los medios suficientes para lograr su fín, que no es otro, que el de mantenernos, más que puntualmente informados -intercomunicados- sistemáticamente. No hay rumores que no se confirmen al instante, ni salas de espera para contrastar la noticia, todo se hace instantáneo y soluble, que se diluye por el filtro de la tecnología con ingrávida rapidez. Es difícil que se cumplan los plazos, cuando la noticia corre como al contado por la banda ancha de la red; alta velocidad que supera el boca a boca y hace tambalear la liturgia que honra el tiempo,  dando tiempo al tiempo. La ilusión no se manipula en la fábrica de los “mercaderes”, en todo caso pueden llegar a desgastarla por el uso y abuso; ningún taurino, ningún aficionado al futbol, como ningún cofrade que se precie, podrá perder la ilusión, aunque se empeñen maquinalmente en ello, Nada ni nadie logrará abstraernos de esta pasión que nos embarga, pero lo cierto es que cada vez, estamos perdiendo ese duende, ese dejo, esa magia que conservaba nuestra capacidad de asombro intacta. Las nuevas tecnologías han propiciado sin duda a ello;  como antaño cantaba don Hilarión: “los tiempos adelantan que es una barbaridad” -hogaño- hace suya la estrofa adaptada a la actualidad y con fingida  ilusión asistimos perplejos al rito de las tres designaciones más importantes de cara a nuestra próxima Semana Santa, como el que escucha las crónicas de un cartelistas, de un pregonero o de una Imagen anunciada. Atónitos, impávidos, casi indolentes, empeñamos el factor sorpresa por la almoneda de una expectación edulcorada por la improvisación mediática. Sin embargo, para natural de Sevilla, sigue siendo la designación del Pregonero de la Semana Santa un hito que desea fervientemente celebrar con el mismo júbilo y la misma ilusión como lo ha venido haciendo desde que tiene uso de razón; consciente de la enorme trascendencia sentimental y literaria que conlleva y el honor junto a la satisfacción, difusión y eco a nivel internacional que suscita el  acto. Por ello no quiero perder un ápice de la ilusión que me dispensa dicho evento -aunque cada año intenten, la nuevas tecnologías, minimizar la expectación que supone la designación, anticipando públicamente los resultados del escrutinio-. En esta ocasión,  me complace felicitar a D. IGNACIO PEREZ FRANCO, Pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2012, deseándole de todo corazón, muchísima suerte en la hora buena de ser el vocero transmisor de los sentimientos de todos los cofrades de Sevilla.

viernes, 14 de octubre de 2011

La ruta de los "cagajones"

¿Que es lo que más preocupa a Sevilla?: la Final de la Copa Davis en el Estadio del sinuso olímpico; la ruina vergonzante de Santa Catalina; el hundimiento progresivo del Convento de San Leandro; la ausencia del cuerpo del delito de Marta del Castillo; el llanto por la muerte del comercio tradicional del Centro; las facturas falsas del Distrito macarena; la malversación de fondos de “DeSEvilla y Sevilla global”; el expolio de subvenciones a Merca; el olor nauseabundo del pozo sin fundo de reptiles; los puestos de trabajo inventados para cobrar la jubilación anticipada de los ERE que ERES; la inmunidad política del exalcalde; el túnel del tiempo en la Avda. Cardenal Bueno Monreal; el descubrimiento de la actual deuda que soporta el Ayuntamiento; la suciedad evidente de sus calles, plazas y superficies ocupadas para macro-botellódromo; la rehabilitación del tráfico rodado en el centro revocando el impuesto de la zona azul; el caso omiso de los “gorrillas”; la invasión de veladores en San Jacinto; la imposible acera de la calle San Fernando; la pista de patinaje improvisada en Asunción...ó, que le pongan pañales a los caballos de las tradicionales calesas a fin de atenuar el nauseabundo reguero que perfuma sus carreras y paradas turísticas; ó que vistan -de una vez por todas- el uniforme oficial sus cocheros para distinguirlos de feriantes anárquicos...

.ó es verdad que todo esto nos preocupa más a los sevillanos, que los 300.000 parados que viven en la cuerda floja del subsidio, cuando no de la pensión y ayuda insostenible de sus mayores; o nos preocupa más el parking de vehículos en nuestras respectivas calles y barriadas -inamovible- por la crecida imparable del desempleo; o nos preocupa más la fluidez de tráfico que se aprecia en la SE-30, autovía de Cádiz, Huelva, Córdoba y Granada por la reducción aplastante de camiones, vehículos industriales y furgonetas de reparto, como consecuencia tangible de lo anteriormente citado. Preguntad a los gestores laborales sobre la preocupación de la pérdida masiva de clientes y la caida libre de trabajadores autónomos; preguntad a los abogados “mileuristas”; preguntad a los médicos especialistas, como es posible que habiendo hospitales suficientes y centros de atención primaria, repartidos proporcionalmente por todas las zonas y distritos de nuestra ciudad, los pediatras y ginecolocos se vean saturados de enfermos, habiendo tantos facultativos en paro. Claro está que todas estas preocupaciones se saldan en una buena terraza del verano más largo del mundo, tomando unas cañas de la célebre cerveza y disfrazando a modo de chascarrillo los abrojos de esta vieja dama -venida a menos- que lo está pasando canuta en el seno de la mayoría de sus casas. ¡Que me importa a mí la copa Davis! -que decía el tabernero de mi barrio, sirviendo “chochitos” y avellanas” en lugar de suculentas tapas de “menudo, solomillo al wiski, pavías, cola de toro, albóndigas o espinacas”. Lo que más nos preocupa es que estamos tiesos, que no hay alegría en la caja y cada vez son más los vecinos que se apuestan a la puerta del bar y no para consumir (Ilmo. Sr. Durán y Lerida), sino por razones de fuerza mayor como el despido o la reducción de la jornada laboral. Pero claro, como gente del Sur que sacamos el lado más bueno y positivo, aquí no dejamos de pensar en el tiempo y como siempre terminamos hablando de lo mismo, soñamos a corto plazo con una Semana Santa, que por lo menos se libre de la lluvia, con lo que le está cayendo encima.

jueves, 6 de octubre de 2011

La Dueña de "LAS DUEÑAS"

Foto ABC.

       Sólo podría añadir a esto que "murió la más grande de las Españas"...aquí yace Cayetana que vivió como sintió.

Se casó la más grande de las Españas; la reina de los títulos nobiliarios, ante la que agachan su soberana cabeza los monarcas; la aristócrata por excelencia, la más sevillana de la Aristocracia, la que cuenta más historia que los azulejos que circundan la Plaza de España; La Duquesa enamorada de Sevilla, preñada de la luz que alumbró al poeta en el huerto claro donde madura el limonero; la que hizo de su vida un canto a la libertad, tejiendo la red de un manto de malla bordado con su propia voluntad; con la real gana de echárselo sobre sus hombros por encima del bien y del mal; venciendo  la extravagancia del dinero y poniéndose el mundo por montera sobre la pelumbre nacarada de su cabellera barroca. Se casó por amor, en contra de sus detractores más impenitentes, saltando la tapia y el pozo profundo de los intereses hereditarios, riéndose de los obstáculos patrimoniales, venciendo la leyenda de sus bienes y repartiendo su incalculable hacienda, para contentar a los adoradores impávidos de su egregia descendencia. Como el lúcido payaso que se rie de su incontestable grandeza, el amor la envolvió en el brillante celefán de la voluntad más  inquebrantable; su fe ciega, abrupta voluntad que se remonta al tiempo y al espacio. Fiel a sí misma, única, irrepetible, constante, digna, orgullosa y sublime en la plenitud de la longevidad, con los pies en el suelo para no perder nunca el equilibrio de su deterioro físico. Siempre altiva pero cercana; siempre amable y admirable ante la diferencia que irradia el resplandor decadente de su incomparable clase. Entre la gloria y el ridículo, Cayetana prestigitó en la cuerda floja de la nobleza y le regaló a Sevilla el ramo de azahares que perfuma sus días más solemnes. La Duquesa entre la bulla semanasantera, muchedumbre ávida y curiosa y se mezcló con su pueblo, arrancándose por bulerías y por sevillanas, una más, descalza y penitente, como lo hace cuando llora delante del Palio de su Virgen de las Angustias, sintiendo y viviendo la eterna madrugá de un Viernes Santo. FELICIDADES, Duquesa.

miércoles, 5 de octubre de 2011

"Game over"



Algo no anda bien cuando la mayoría de nosotros añora volver a las cosas más elementales. Nos lo repite con un soplo de vida y autenticidad los pocos anuncios televisivos que han optado por el encuentro de la sabiduría de los abuelos en ese punto del camino donde se cruzan y congenian con los nietos. Las cosas buenas están ganando la partida a la “playstation” y el “nintendo” que sume a los niños en una abstracción de cuerpo y alma, ante la cual los cinco sentidos se encierran en dos: vista y tacto. Mientras que los niños comienzan a aburrirse soberanamente después de consumir el tiempo de la máquina y paladear el gusto efímero de la golosina y el capricho, los padres terminan por desesperar, reconociendo el fracaso de una educación, cautiva y desosegada, donde las buenas intenciones y mejores deseos para un hijo, han desembocado en la insatisfacción general. ¿quien pudo provocar esa insatisfacción que sienten la mayoría de los niños, teniéndolo prácticamente todo? ¿El malestar que se vive dentro de la familia: (crisis, paro, incertidumbre de futuro)? ¿La influencia del medio: escuela, amigos, clases sociales? ¿o la influencia de la publicidad con su mensaje subliminal y engañoso en aras del consumo? No sabría contestar a eso, puesto que ni soy sociólogo, psicólogo ni analista político (Dios nos libre de los analistas políticos). Lo cierto es que no hay nada más deprimente que observar cómo los niños se aburren -después de darle a la maquinita- y caen en el ostracismo de un estado de nervios reprimidos que desemboca en catarsis. Niños que no escuchan cuando se les quieres aconsejar y niños que no se dejan aconsejar en el lenguaje que utilizamos los mentores. Niños que ni desean que se les trate como menores, ni mucho menos entienden el trato de favor de ponerlos a la altura de los mayores. Y es que los niños, que lo sufren y padecen todo, quieren volver a recobrar el amor incondicional de ser los primeros. Nada peor para un rey que ser destronado de su cuna, saben que su paraíso ha sido compartido, el palacio de cristal que separaba la intimidad de sus padres, la atención primaria ha pasado de curso, ha subido un grado -la dificultad se hace patente- se escuchan en casa palabras frías y amenazantes, se habla de “paro” de ahorro, de falta de recurso, de gastos que superan los ingresos. La madre está triste, pierde la paciencia que atenuaba sus travesuras, razona menos, grita más, ya no consuela los berrinches del niño, con aquella paciencia suave del hueco de sus alas. La discusión absurda, sustituye al diálogo, el tono estridente a la armonía. No hay nada peor para un tirano que ser sustituido por un ser menor y encima asignarle el cuidado y la responsabilidad imposible de atender de su hermano valido. El ejemplo no vasta, cuando la máquina espera para encender la soledad de un niño llenándola de créditos. Los besos tardan en llegar, se retrasan más cada día, se reducen en cantidad y buscan la calidad que le ofrecen en dosis los abuelos. Ante tanta dificultad, la respuesta es bien sencilla, volver a lo elemental: parque, juego, bicicleta. El contacto con el aire libre, sofoca los incendios de soledad de la máquina. El aburrimiento del niño, tiene poca memoria y se olvida pronto, aunque siempre pida moneda a cambio, pero el cariño y la dedicación de los abuelos supera cualquier esfuerzo con la compensación incondicional de lo que no tiene precio. Todo esto, nos lo cuenta magníficamente -casi sin palabras- un anuncio que dignifica la importancia de la televisión en nuestra vida y la misión edificante y positiva que puede llegar a crear sin imposición. “las cosas buenas no deberían cambiar nunca”. Por eso somos nosotros los que tendemos hacia ellas, para llenar el vacío que nos invade.
La calidad no tiene prisa, viene siempre de regreso, en calma, disfruta del paisaje y del camino, porque ya ha vivido la desazón del llegar: ¿llegar hacia donde, hasta este estado de bienestar donde nada nos falta y tantas cosas nos sobran? ¿llegar a sentirnos insatisfechos de tanta satisfacción fortuita y efímera? Los niños desean volver a ser niños y por eso necesitan que sus padres ejerzan de padres; a ellos no les importa la “maquinita”, lo que les preocupa es que la “maquinita” les arrastre hacia la quimera de una soledad adquirida por contagio. ¿Quien se libra de la influencia colegiada? Aquel que mira y se entretiene, aquellos que llaman la atención porque quieren volver a sentirse útiles -los abuelos- que tienen tiempo para perderse en el poco tiempo que les queda y derrochar el amor cosechado. Al fin y al cabo, todos soñamos ese tiempo que nos devuelve la felicidad de aquellos días en que dejamos de ser niños para crecer de aburrimiento a la altura de nuestras responsabilidades. Ahora pedimos ayuda a nuestra madre naturaleza y ella nos vuelve a dictar la magistral lección de lo básico -game over- aquí no hay más juego que el paisaje, más crédito que el olor de la tierra fresca, más nivel y altura que la de los árboles, no hay foto digital, todo es pleno esplendor y mesa compartida en la que todos nos sentamos juntos -desconectados- mirándonos las caras, redescubriendo que la verdad está muy por encima del mundo virtual y no hay nada más cálido que el aliento humano.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

Madre admirable

Cuando cruzabas el patio con tu porte mayestático, hermosura proporcionada en altura y peso, rubia teñida, poderosa impasible, la gente distraía sus labores, por verte de pasar, aunque solo fuera de soslayo.
 Tu risa era un torrente atronador que pintaba de color, el sepia de los días y tu voz metálica imposible, desmentía el do esperado por la capacidad de tu voluminoso pecho. Hermana de tus hijos, madre de tus nietos a los que amamantaste, quien como tu para desafiar la vida, adelantándote a su tiempo.
 Yo no sabía, como podía ser posible, tanto temple en la estrechez de tu mirada, en tu gesto apacible, tanta comprensión como respeto a quien no se lo merecía, tanta dulzura y sumisión hacia aquel que ponía locura en tu sobrevivir desordenado. No se comprendía, si no fuera por la calidad de tu bondad o la demencia de amor que te asolaba.
 Grande la felicidad que te inventaste para decorar las paredes desnudas del alma y rebosar por la anchura de tu cuerpo. Grande las obras que modelaron tus manos fornidas, obras de amores pero también de sobradas razones. Después de tantos hijos, varones malogrados en partos imposibles, San Francisco Javier, intercedió por tí ante el altísimo y diste a luz al hijo predilecto, título póstumo a los merecimientos de la dicha contrariada. Fuiste y serás siempre la elegancia distinguida de mis Domingos de Ramos, Mamá grande que presidía la fiesta instituida por el esplendor de la familia en pleno. Alegría de nuestros silencios generacionales y tierra de promisión donde se administraba, la intendencia y logística del dar mucho y pedir poco.
Pero hoy al contemplar tu postración inmerecida, tengo que aferrarme a la cita agorera del ínclito poeta: “hay un momento en la vida, cuando el tiempo nos alcanza”. No hay más verdad que la aplicada en tu cuerpo ahíto, desangelado y casi inerte a tu edad cuando la cosecha era tan digna acreedora de recoger sus mejores frutos. No hay fuerzas, cuando el alma, supera en peso la tristeza que soporta el cuerpo, hay ganas porque nunca te fallaron las fuerzas, pero la soledad -por más acompañada- te ahoga en el mar de las lágrimas olvidadas, pendientes de un pasado vengativo. Estamos contigo, tu sabes que nunca fallaremos al pago amoroso de tan preciada deuda, pero no podremos ayudarte si tu no quieres levantar cabeza, esa que siempre mantuvo la frente despejada, bien alto y que ahora -enferma de amor-
se esconde bajo las sábanas donde reposan los caminos inescrutables de la mente, esperando la voz inaudita, que le diga: “levántate y anda”.

A mi suegra.

lunes, 19 de septiembre de 2011

De la LUZ imperial

Sevilla tiene gracia concedida de hacer la LUZ a la caída de la tarde. LUZ que alumbra el oscuro turquesa de los eternos instantes que cuajan en las alturas. LUZ que enciende los brillos de la estrenada noche y se prolonga en sombras de imperiales, ráfaga y corona, sobre los ocres muros de la ojiva. LUZ que al “cielo con ella” desciende sobre los pies y se propaga encendiendo las tinieblas del mismo pretorio de la Casa Pilatos. Resplandor que lentamente avanza como majestuoso vuelo por Aguilas, buscando iluminar la intención de clausura que le reza una salve. Esta LUZ sabe mucho de madre, por ser madre de todas las que reciben el rayo que dá la vida, Luz que se deja llevar por los estrechos rincones y desemboca esplendente en las antiguas plazas donde las yemas endulzan el paladar con la artesana mezcla de la oración y el trabajo. LUZ íntima cercana, algazara infantil recreada en las aguas de la pila del pato. Ascua peregrina que enciende los sentidos y los abre al rozar los toscos muros del palacio, dejando el corazón atrapado en el cristal de sus oscilantes guardabrisas. Luz que se pone por donde mismo sale, como aurora y ocaso de la Puerta de Carmona.

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