viernes, 19 de septiembre de 2014

sábado, 13 de septiembre de 2014

LA PAZ ES LA LUZ DEL PORVENIR

75 Aniversario de la Hermandad de la PAZ; SALIDA EXTRAORDINARIA































La Paz con solo verte se demuestra
contesta y resplandece por el Parque
tu nombre la adormece y la recuesta
cubriéndola de música y detalle.

De verte en ese sueño de blancura
de níveo paladar, cantar suave
la tarde se disipa en el ocaso...
de malva paladar, ¡preciosa Madre!

martes, 9 de septiembre de 2014

Mi muy mejor amigo.

Me despedí de tí serenamente, como lo hacía otras noches en que nos quedábamos a solas cuando todos dormían. Acariciando serenamente tu pelumbre aborregada, tu cálido bajo bientre, tus ingles abiertas como alitas de pollo. Me despedí de tí -tú también lo sabias- que era la última noche de sumisión de entrega de lealtad sin medida de absoluta fidelidad sin condiciones; tu instinto histórico me lo decía con el brillo de tus pupilas apagadas. Gracias, porque ahora sabré lo que es echarte de menos; lo que es vivir sin la sombra que siempre me acompañaba, sin la felpa calentita que siempre se abría hueco en el rincón derecho del sofá donde el tiempo no cuenta. Sabré lo que es vivir sin tu rosca a mis piés; sin el rastro y la huella insoslayable de tu olfato sabueso buscandome por la casa; arañando la puerta de mis voluntarios encierros, para acompañarme, velando mi reposo de guerrero y mis armas oxidadas de humano en celo. Es curioso, sin decir esta boca es mía, tan solo con tus rayantes ladridos de rabia y gozo, como has podido darme la lección de cariño más puro de esta vida. Ya ves, a estas alturas, después de dieciseis años juntos, me quedo con la duda, si fui digno de tí, si te cuidé lo bastante -pobre de mí ser racional- cuando a tí no te cabe la más mínima de haberte entregado hasta morir en mis manos, buscando una caricia agradecida. No he podido regar tus cenizas con lágrimas, no han salido de mí se han quedado llorando tu adios por dentro. El arrebol de tu rabo loco de alegría, se ha quedado dormido para siempre, a mis pies, esperando para darme de nuevo compañía sin nada a cambio. Sé que algún día saltarás a mi encuentro, pero hoy has partido, serenamente -como lo hacías todas las noches cuando apagaba las luces de la casa- a la sombra de mí, querido amigo, descansa en Paz. Rogad a Dios en caridad por el alma de mi querido perro, que falleció en la ciudad de mis amores a las once de una luminosa mañana de febrero de 2008.

Mi perrito "Jaro"
1991-2008

domingo, 7 de septiembre de 2014

naturaldesevilla: PARA SEPTIEMBRE

naturaldesevilla: PARA SEPTIEMBRE: LA OTRA PRIMA-VERA Llega sobre los pies, despaciosa y silente como los grandes pasos de misterio. El sol alto, aún con fiebres de Agosto, pe...

martes, 2 de septiembre de 2014

"La Luz en estado de Buena Esperanza"

Fragmento de la Exaltación a la Virgen de la Luz
Iglesia de San Esteban 7 de Diciembre 2013

Cae la tarde dorada y melancólica del segundo sábado de Septiembre; el cielo comienza a teñirse con los azules sabios de Sevilla; Celeste de San Esteban…azul baratillo y real de la Carretería.

Cuando tu sales, ¡Señora!, el resplandor de la ráfaga, convierte la piedra mudéjar en dosel recamado, para que se recorte el perfil de tu admirable silueta.
Tras el himno, las salvas de incienso garabatean un Ave María que se difunde por el cielo cobalto y se extiende por los confines de la puerta de Carmona.
La Sevilla eterna, musa del clasicismo, se rinde a tus Plantas y eleva plegarias de admiración a través de la airosa canastilla de filigranas que ideara el maestro Castillo Lastrucci.
La Luz no tiene otra salida que tu rostro de alabastro” y se enreda en la Gloria exultante que componen los ángeles mancebos... y los tiernos querubines alargan sus brazos para contribuir a la apoteosis de tus resplandores.
Tanta majestad y delicadeza merecen un recorrido idílico, que se adentra por el plateresco de la Casa de Pilatos hacia la calle Aguilas, ante la mirada embelesada de Zurbarán.
La Luz corta, alargando tu sombra por Imperial y Caballerizas, para salir a verte retratada entre las torres gemelas de San Ildefonso.
No se puede iluminar, ni andar mejor, por la estrechez conventual de San Leandro, los dormidos naranjos, despiertan el letargo de su flor de azahar para mezclarla con los nardos que exornan tus andas reflejada en las aguas de la “pila del pato”.
Ahora sí, Tu Luz inunda la estrechez Imperial en uno de los momentos cumbres de tu insuperable itinerario.
Cuando inicias la revirá a Calera, las malvas buganvillas que trepan por las tapias del palacio, no quieren perderse, semejante hermosura ni lirismo.
Atrapados en este limbo de ensueño, la procesión irá alcanzando el muro de los Navarros, para volver a la Puerta de Carmona, cuando la noche te corona con su luna de miel de membrillo: ¡como Reina y patrona que eres del barrio de San Esteban!
¡Es preciso vivir esta Luz para contarla! y sentirla, para poderla expresar, aunque nada será lo mismo que contemplarla en Tu presencia, ya que esta incesante Luz, te deslumbra hasta el punto de dejarte sin palabras.
Soñando un año más el milagro de la LUZ difundida por el barrio de San Esteban, compuse esta Exaltación, -que curiosamente firmó su último verso-, la mañana misma de Tu Gloriosa procesión por las calles… ¡hermosa coincidencia que viene a confirmar, que las cosas no suceden por casualidad en la vida!

martes, 26 de agosto de 2014

"Y tu, que miras"

A Manuel Sanchez Rodriguez.

 Se  murió el macho; el del testículo herniado del tamaño de un huevo de avestruz; el que volvía los ojos para perdonarte, cuando no tenías perdón; el que ofendía con la gracia de no ofender; porque tenía el don de pronunciar los exabruptos que solo sirven para deshacer entuertos de risa; el prólijo inventor de esperpentos e improperios inverosímiles; el que daba mucho más de lo que tenía, porque además lo poco que tenía te lo regalaba; el que habitó una choza en Valdezorras; el que sopló petroleo, además de sacarlo de donde no lo había; El carrero que resucitaba a las tercas mulas de una patada en el mismísimo; el que aprendió a leer y a escribir, para sacar el carnet de conducir tractores, para salvar los muebles de árbol gordo en los tiempos de la arriá; El que llevó a parir a su vieja desde la choza al hospital en su motocarro; El de la "Sava" con toldo de safari que sacudía el jugo de los árboles frutales de Torreblanca y cuando hacía sonar el claxon, alborotaba las ansias febriles de los niños, mujeres y animales, que salían a su encuentro por la calle enladrillada en delirio de bienvenida; Sino el número uno, de los números unos, del uno de San Román; Se murió el macho, aquel que extraía las muelas de los estreñidos y sanaba las "almorranas" de los que le miraban por encima del hombro; el que engañaba de frente y se llevaba al huerto a los petulantes que salían a prenderlo; El que hacía un milagro de los favores y conseguía favores que eran  verdaderos milagros; El que sin predicar con el ejemplo, dejaba en evidencia a los predicadores ilustrados; El que encandilaba a los sabios por su sencillez y enaltecía a los humildes por su gracia; el que se llevaba a las mujeres de calle y las mandaba barrer la Plaza de España .-"so peazo "- para morirse de risa en vivo y de cuerpo presente. Se murió el macho, seguro que en el cielo Dios ha hecho la vista gorda para recibir a Manolo: "vaya tela, Padre, esta gente ¡son tos unos cabrones!, que man tenío tres meses metio en la cama de un hospital...me cago en el...si no hubiera sido por mis hijos y mis nietos...ah y mi Juan y mi Ana" Y así se estará enrollando con el mismísimo Dios refiriendo su primera batallita en el más allá, Por la cara, sin tener nada que ocultar, con la verdad por delante, como hizo siempre, descaradamente con su amor y cariño por bandera, seguro que ya estará trajinando el sitio, donde montar su taller ilusorio de pájaros, cachibaches y herramientas todas, para hablar de sus "muertos" y añorar sus andanzas de mujeriego, tarambana y bebedor pasivo, junto a su compadre de toda la vida y su tocayo de la calle San Luis. Mientras tanto, nosotros aquí, te recordaremos siempre, como el líder indiscutible de la familia. Nos quedamos con tu corazón, que era tan grande como el patio de recreo donde ensayabas aspavientos de loco ocurrente, que tan feliz hacía  a sus hijos y nietos De dos en dos; un niño en cada pierna, riendo a mandíbula abierta como aquel San Juan Bosco que conquistó bronquitis bajo los eucaliptos de guardia que custodiaban la parcela de Tocina. En el mundo del "tanto tienes tanto vales", te cagaste encima de todos los títulos nobiliarios y las casas señoriales que te olían a nabo en alcanfor y reliquias maldecidas por el polvo de la ambición..."que le den por el culo...". Tus obras fueron amores, sin etiquetas ni compromisos, con la verdad por delante, para que no se espante y el que se espante o sonroje que vaya a misa diaria y le saque la lengua al Señor. Se murió el macho; el que enterró a Paquirri; el que cuando se cortaba su fabuloso pelo a navaja, no tenía nada que envidiar a Curro Jimenez; todavía era más atractivo, más seductor e interesante, porque le envolvía el halo deslumbrante de la naturalidad.  Nos queda el sabor de tu amistad; esa que todos quisimos disfrutar y la disfrutamos; ese ser algo más de suegro, de esposo de padre y de abuelo; servicio permanente como la funeraria donde, mejorando tus supersticiones y canguelos, superaste 35 años de trabajo, entrega y sacrificios, viajando por toda España con "tus muertos".  Adiós, Manolo; Sanchez, esposo, padre, abuelo y bisabuelo, los que te conocieron y trataron, siempre te recordarán con un dejo de sonrisa, un trago de emoción y el brillo en los ojos. Luchando hasta el último aliento y rodeado de los que como Tu, lo dieron todo sin pedir nada a cambio. Ahora -"mamón"-  a ver en lo que te reencarnas; ahí llevas la foto de la que tanto presumías, para que la sigas mostrando a las eternas mujeres que siempre se pararon a escucharte; entre ellas, la Santa de tu devoción, Sor Angela de la Cruz, que Ella te lleve hacia el paraiso del eterno, descanso, donde velarás por todos nosotros sin lugar a dudas.

EPITAFIO:  "Y tu, que miras descapullao"

lunes, 18 de agosto de 2014

IN MEMORIAM

 A N/HNO. MAYOR DON JOSE LUIS GOMEZ DE SOTO

 Profundamente emocionado por los últimos acontecimientos que se van sucediendo de manera inexorable. Cuando, toda una familia reza para que el Padre acoja en su seno a uno de nuestros seres más queridos, en la fase terminal de tan terrible enfermedad; cuando el manto verde esperanza de la Virgen de los Reyes, aún retiene en nuestras pupilas las peticiones de oro de ley que su pueblo le confía en la mañana del eterno regreso, recibo la triste nueva del fallecimiento de uno de los hermanos más significativos de mi Hermandad de San Esteban.

Si a la vida le pusieran fechas, yo destacaría 1976; año en el que nació mi primer hijo varón y se hicieron realidad otros sueños, como el debutar como Hermano Costalero en la cuadrilla de Ntro. Padre Jesús de la Salud y Buen Viaje. Por entonces, era Hermano Mayor de la Hermandad de San Esteban, D. José Luis Gómez de Soto, un hombre de mirada clara, como la de sus chispeantes ojos; pequeño, cual mesita de noche, pero grande como un “Stradivarius”. De su mano, conocí -aunque nunca me parase a agradecérselo- lo que es una Hermandad para andar como por tu propia casa; supe lo que es realmente vestir el “mono” de priostía y cambiarse en la sacristía, sin apenas tiempo de ajustarse la corbata, para asistir a los cultos de regla. Descubrí los milagros que era capaz de obrar una escuálida mayordomía y el esfuerzo ímprobo de un Diputado mayor de gobierno, por no dejar a la improvisación, el cumplimiento de unos horarios e itinerarios que parecían improvisados. 

Lo bueno y grande de las personas comprometidas, es no saber -en su momento- el bien que hacen ni la ilusión que cosechan, en el campo anónimo de sus hermanos. José Luis Gómez de Soto, me dió -en mano- la primera invitación, para que mi mujer, asistiera al milagro de contemplar la salida procesional de la cofradía, desde dentro del templo. Cosa impensable en nuestros días, pero que jamás olvidaremos los enamorados de una hermandad para siempre. También de sus manos, recibí el recuerdo imborrable del pergamino que me acredita como “Hermano Costalero” en el año del Cincuentenario y esa medalla -primigenia- (que cariñosamente bautizamos como “el cencerro” en el argot costaleril) que recortaba el arco ojival de San Esteban, firmada con la leyenda de “hermano costalero”. Pero todo esto que escribo, no es más que una ínfima muestra de la categoría que atesoró un hombre sencillo y entrañable que lo dio todo por la Hermandad de San Esteban, pasando por cada uno de los cargos de junta, que siempre desempeñó con igual celo e infatigable responsabilidad, porque como el mismo señalaba -transido de emoción- el día que recibió el merecido homenaje de la insignia de oro de la Hermandad: “San Esteban lo es todo para mí”. 

Al final, como reza la canción: “las obras quedan las gentes se van” -pero siempre nos alcanza el recuerdo de esos hombres -en el buen sentido de la palabra, buenos- la memoria escogerá el camino más corto para llegar de casa a la Iglesia; de la iglesia a casa, como lo hacía José Luis Gómez de Soto, de la mano de su fiel escudero -Mari Carmen- co-fundadores de la “comisión de hermanas de San Esteban, del mismo modo que el lo hizo -sin afán de protagonismo- siempre juntos, cortando las telas crema y celestes de las túnicas que vestirán las nuevas generaciones, cuando el tiempo sin tiempo de nuestros nietos, nos releguen a ver pasar -desde una silla de sierpes- la cofradía de nuestra vida. Embargado por la emoción de tan irreparable pérdida, me quedo con una frase de NH MAYOR, Don José Luis Gómez de Soto: “Para algunos, hasta luego, para otros, hasta el año que viene”. D.E.P.  

Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04