Que les voy a decir, que no hayan visto ya....desde su cómodo sofá -a Correotv, pongo por testigo- o desde cualquier punto de la abarrotada Aldea, en el Glorioso Lunes de Pentecostés Rociero. La Madre, esa Blanca Paloma, orgullo de la Fe de Andalucía, otro año más por los suelos, en constantes y repetidas caídas -sí caídas con duros impactos sobre la arena-, golpes tremendos en los que la Bendita Imagen, hacía temblar las estrellas de sus doce coronas, imperiales. ¡Como tiene que sufrir, la Madre, la Reina, la Virgen más vitoreada del mundo!. No lo digo yo...Almonteño...no lo digo yo, simplemente suscribo lo que veo: A mí que me importa si ese es vuestro Rocío; el heredado por vuestros padres, abuelos, antepasados ´los hombres del la Virgen- ¡que me importa que pongais toda la buena voluntad del mundo, un año entero para llevar a la Madre...tantas reuniones, tantos encuentros, como decis, para atender los consejos de vuestros mayores!. Lo que verdaderamente importa es lo obvio, el espelugnante golpe del blindado paso contra el suelo; ese aldabonazo que sentimos, cuando la Virgen se os cae a tierra por alarde de fuerza bruta; por defecto de Amor que raya en la esquizofrenia, en el delirio irreverente de la brusquedad a la que sin sentido, quereis anestesiar, con la cerrazón de vuestra inexcusable tradición. Ya sé, que esas son las leyes de vuestro pueblo y las escrituras de propiedad, que refrendan el Don del cielo recibido; ya conozco vuestra respuesta, que por vindicativa, se vuelve a estrellar en los últimos años contra el Paraiso de la Marisma; Pero no hay que callar, ante el abuso o los alardes de visto poderío iluso, porque somos legión, las voces que claman en silencio, con el corazón encogido, cada vez que la Virgen se hunde, dando de bruces contra vuestro mismo precipicio. Me parece muy bien, que lucheis contra esa presión que vosotros mismos habeis producido; me parece de escándalo que os aferreis a sus varales como aguerridos guerreros, en la batalla campal que vosotros mismos os habeis declarado. Es fantástico, para el personal que gusta del espectáculo, de la turbamulta, del miedo infundado que habeis fundado entre vosotros, será todo lo digno, devoto, humano, fervoroso, sentido, emotivo, sincero, único, inenarrable, asombroso, incomparable e impactante del mundo...la fe del Rocío en la más universal de las Romerías, no se cuestiona. Pero hasta las bestias, obedecen a la voz de los boyeros, para bajar los escalones del otro cielo de las presentaciones, Y la Virgen sufre...sufre, sí, porque recoge en su misericordiosa mirada, los gritos de dolor de todos los hijos que la ven caerse, más por vuestro exceso que por el propio peso de sus andas; la Virgen sufre y ya os avisó una vez. -Bendita sea- en su milagroso y resistente candelero, Gracias a Ella, siempre, Madre Prudente y Amorosa que sufre en silencio tanto golpe de pecho incapaz de mantenerla en vertical apenas cinco minutos desde su brillo de noche, hasta las luces del Alba. Pero que les voy a decir yo, que ya no sepan, mejor dicho, que no vean, aunque no quieran verlo. Solo bastaría la genial idea de abrirle un círculo a los hombres que la portan, en vez de cerrarle el círculo a los que la quieren simplemente rozar. Pero se la respuesta; ¡ese es el Rocío...eso es lo que hay...ya sabe lo que tiene que hacer, el que no comparta esto!...ojo, suspirarán rocieros sexagenarios- ¡hubo un tiempo, en el que la Virgen, no cayó al suelo, con tanta insistencia, manteniendo a duras penas su verticalidad en los hombros de los Almonteños, aquellos que rechinaban sus dientes, masticando tallos de claveles...cuando aquel Rocío épico del millón en la Aldea. La Virgen puntualmente se posaba en las arenas, pero ¡donde va a parar!...nada que ver con estas dolorosas caídas, con estos golpes estrepitosos contra el suelo...¡nada que ver!
el blog de Antonio Sierra Escobar -Mayo 2006- Mi espacio para el verso y la prosa, la crítica y la imaginación desmedida y por descubrir.
lunes, 16 de mayo de 2016
jueves, 12 de mayo de 2016
Botas de agua por botos
En este
camino de ida que ha sustituido los botos camperos, por las botas de
agua. En este camino del diluvio, que ha tapado el colorido de los
trajes de flamenca y los cortos, por el el capote verde y el
impermeable. En este camino duro e inclemente, como no se recuerda,
que ha anegado los caminos históricos de barro y lodo, haciendo
impracticable los surcos de las carretas, las ruedas de los tractores
y toda clase de vehículos que componen la flota de una Hermandad. En
este camino de agua bendita que está calando hasta los huesos a
carreteros, peregrinos, caminantes, romeros y personal al servicio de
la Romería; nos hemos planteado, más que nunca la cuestión sobre
que significa realmente, el Rocío y las causas que mueve semejante
peregrinación, que continua sin dejar indiferente a nadie. Frente a
las circunstancias desfavorables, de la meteorología, el Rociero de
Fe, cuya principal idea es el encuentro con la Madre- la respuesta es
inmediata: “llueva o ventee, caiga chuzos de punta, haga calor y
haga frío, ¡siempre para adelante!”. El camino para los Rocieros
de Fe, es un camino glorioso, que se realiza con todas sus
consecuencias. Que ningún Rociero se queje de la tremenda dureza del
camino, que es un camino que se hace voluntariamente, con mucho gusto
y esperanzas puestas. Nada que ver con ninguna travesía del
desierto, con cualquier tipo de éxodo o huída de la muerte a
consecuencia de la guerra y sobre todo comparable con el drama de los
Refugiados” que todos llevamos en mente. A más de uno de los que
se quedan, viendo partir a los Rocieros, se nos ha quedado otra cara
bastante lejos de la envidia y la soberbia, de la crítica resentida
y despiadada, al contemplarlos bajo la inmisericorde lluvia, tan
necesaria como nunca del gusto de todos. Hasta los más aviesos
detractores -en el fondo- han sentido cierto estímulo confundido con
la solidaridad, tildándolos simplemente de locos. Porque aquello de
los tópicos, de que el Rocío siempre es juerga y tambor; que el
Rocío es mentira y vanidad;que el Rocío es puro postureo y hasta
botellona a discreción, se ha visto cubierto por el plástico que
tapaba la carreta del Simpecao pingueando; se ha visto cubierto por
un caparazón multicolor de paraguas, que ha formado una piña
encharcada de fervor, para hacer verdadera hermandad alrededor de la
Carreta de Plata. Obligando a los romeros y peregrinos a tomar rutas
alternativos que no se recordaban en la Historia del camino rociero.
Carreteras olvidadas, senderos inhospitos, sesteos imposibles y
paradas forzosas donde dormir, fuera del charco y la humedad del
terreno. Sí, claro aún así y una vez “acomodados”, volverían
a encender los motores, las cocinas, a preparar el festín de turno
con toda clase de mariscos, chacinas serranas y exquisitas viandas,
dispuestas sobre una mesa al resguardo del relente y correrían “los
arroyos del vino, donde como cantan las sevillanas, se disculpan y se
lavan los tropiezos del camino ¡ay si los pinos hablaran!”. Pero
no es menos cierto, que frente a esa empalagosa necesidad de
convivir, está el momento recogimiento; el rezo del Santo Rosario
entre la luciernaga de las bengalas; los Rocieros de Fe que no
pierden el sentido, por más sueño y cansancio, de arremolinarse con
sus ponchos y mantas, delante del Bendito Simpecao, para orar y dar
salves de Gracia a la Blanca Paloma, con los ¡VIVAS! Más sentidos.
El Rocío, por muy al alba que se levante, es hacer un camino de
Esperanza, al encuentro de la Madre; cada uno es cada cual y lo hace
según tradición heredada por sus antepasados o curiosidad y ganas
de sentir o vivir la experiencia única del contacto con la
naturaleza. Unos irán siempre al lado o detrás del Simpecado: “mi
camino es caminar al lado del Simpecado”, por promesa o intención;
por alguna necesidad de salud o simplemente para adorar a la Virgen y
darle gracias en todo momento. Otros lo harán de igual manera, pero
por motivos de profesión, o responsabilidad de los cargos que ocupan
en la Hermandad. Otros irán dominando la belleza de los parajes, .a
caballo., contemplando olores y sabores, respirando el aroma de las
flores silvestre, amapolas sobre trigos, lirios marismeños,
arrancando el romero fragante de las matas. Muchos, peregrinos de
mochila y tienda de campaña, ilegales de cara a una hermandad que
exige, porque se lo exigen a ellos, pagar el terrero vallado, las
lindes donde pernoctar ¡ay alcalde de carreta! Que tienes que beber
el trago amargo de darle espaldas a la caridad y la misericordia con
tu prójimo. Pero si queremos mirar para otro lado, veremos el Rocio
de las jardineras, del buen gusto por la incomodidad, la alegría y
el poderío de un camino que con pan y vino, se hace más cómodo. Si
queremos mirar, la otra cara de la medalla, veremos bastantes
contradicciones, niveles que van desde el servir de los contratados,
hasta el ser servidos de los que lo costean; no es cuestión de
posibles, aunque se note el despilfarro, el esplendor, la fiesta
continua dentro de las casas del Rocío, sigue siendo el espejismo de
una Romería inconfundible pero aún confusa, para los que la ven
desde las afueras. Hay muchas cuestiones y las apariencias engañan
más que nunca en el Rocío. Hay que hacer el camino para poder
opinar y sea cual fuere tu opinión, habrás de llevar contigo -como
mínimo- el don de la Fe. Porque por mucho que veas, no llegarás a
creer más que una sola cosa y eso si crees sólo esto: El Rocío es
el encuentro con la Madre, un camino con todas sus luces y sombras
que debe empezar desde tu interior y solo desde tu interior verás,
que ese camino termina agarrao a las rejas de su Ermitan, postrado a
sus plantas, ese es su final y así debe ser la finalidad de su
sentido: “Al final la Paz, al final su perdón, arrodillado a sus
plantas y gritará tu garganta, Rocío danos tu Amor” Si no es así,
quédate en casa rumiando las imágenes de quienes gozan la belleza
de un camino, que va más allá de cruzar el Quema, presentarse ante
Villamanrique, salvar la interminable Raya Real, y cruzar el Ajolí;
quédate en casa, mirando la dicha y el tronío de los caballistas;
la belleza única de las mujeres vestidas de flamencas; el poderío
de los carreteros y la extrema emoción de las plegarias, salves,
cantos, Vivas y lágrimas de los romeros...y si aguantas impasible,
llegar al culmen de ese lunes de Pentecostés, cuando la Madre
provoca la marejada ciclónica y esperpéntica de los Almonteños.
Pero “no preguntes el porque, ni motivo, ni razón, que las cosas
del Rocío, no tienen explicación” ¡querer es poder. vivelo si
puedes!
martes, 3 de mayo de 2016
"Rezaré" con flores a MARIA
En una
Parroquia de Sevilla, el coro parroquial, canta, en la Mísa de
vísperas del sábado y Domingo (ambas a las 20h), el “Rezaré”
de Silvio Rodriguez. Es una versión a la sevillana manera de el
conocido “swin” italo-hispalense, que el mítico cantante de rock
compuso a la Santísima Virgen María, inspirado en sus dolorosas
advocaciones de Semana Santa. Acompañados por la guitarra española,
acariciada por las manos hacendosas de Mercedes, su directora, el
coro Parroquial, compuesto por jóvenes de todas las edades -entre
los 8 y 80 años-, entona esta versión del “Rezaré” de
Silvio, como canto final de las citadas Misas vespertinas, y en honor a la verdad,
está constituyendo, -poquito a poco-, todo un éxito de crítica y
fieles, que cada fin de semana y en mayor número, espera hasta el
final de la canción, para mostrar sus plácemeas y dar la
enhorabuena a la directora del coro.
Como componente de ese humilde coro, y autor
de esta idea (modestia a parte), siento un real orgullo y
satisfacción, por los muchos motivos y circunstancias gratificantes
que nos ha llevado a este “éxito” entre comillas. Quisiera
destacar la Acogida fraterna que los feligreses practicantes de esta
Parroquia, dispensan a los nuevos fieles que a la comunidad se
acercan. Realmente se palpa el espíritu de la Caridad de Cristo,
testimoniado entre los hermanos en la sana alegría de recibir a
los nuevos sin distinción de edad, sexo, condición ni raza.
El Alma mater de tan
dichosa acogida, se encuentra personificada en la piedad hospitalaria
de D. Jesús, Presbítero de la Parroquia, el gesto de admirable
ternura de D. Francisco -Arcipreste- y el abrazo directo al corazón
de Antonio, el Diácono, que nos abrieron las puertas de misericordia
cristiana, desde el primer día, apostando sin ningún tipo de
prejuicios, por cualquier forma de Alabar la grandeza del misterio
pascual de Cristo y las glorias del magníficat a su Bienaventurada
Madre, la Virgen Maria, siempre que los cantos expresen con respeto y
fervor, esta declaración de Amor, que es la alegría de nuestra Fe.
Volviendo al
la versión del “Rezaré” de Silvio, es impresionante los frutos
espirituales que cosecha su interpretación, pese a las humanas
carencias de nuestras voces, -que muchas veces acusan la falta de
preparación musical y la escasés de ensayos necesarios- pero que
llega directamente al corazón de los oyentes, por la fuerza
centrífuga de su profunda letra y el tono de menos a más que
inyecta en estos legos cantores el plasma de venirnos arriba en la
emoción de sus estrofas finales, vibrando y haciendo vibrar a toda
la concurrencia. También es impresionante, más bien prodigioso, el
efecto recíproco que produce este “Rezaré” de Silvio, una
canción que cuando se escucha con atención, no deja indiferente a
nadie y así, no dejamos de sorprendernos a nosotros mismos, los
miembros de este sencillo coro, cuando desde los niños de primera
comunión, hasta los ancianos más añejos, se acercan hasta nuestro
sitio, para mostrar su emoción y gratitud, ante tan encantadora
salve a María Santísima.
No deja de sorprendernos que gente de
todas las edades, pregunten por el autor de este “Rezaré” que
atrapa el corazón con tanta devoción como entusiasmo. Desde luego
que el bueno de Silvio Rodriguez, -como mítico autor y genial
poeta-, a la diestra del cielo que va a todas partes; con el vaso
de tuvo en la mano y el estado de gracia de su profundo coma
creativo, saltará de pasión, exclamando su ¡VIVA ESPAÑA!...y
¡VIVA ROMA!...como capataz de “esa izquierda atrás” que marcan
los viejos rockeros que nunca mueren.
Porque su “Rezaré” que es
el nuestro y de todos los que sentimos las sevillanas maneras de
querer a la Virgen María, continúa sonando y haciendo las delicias
de todos los niños, todos los jóvenes todos los puretas y
nostálgicos e incluso de los ancianos que nunca imaginaron
reconocer, en la canción de “Rezaré” la exquisita ortodoxia de
tan delicado magisterio en honor y Gloria de la Bienaventura siempre
Virgen María. Todo ello compuesto de puño y letra por el genio
disparatado de un mito convertido en leyenda: Silvio Rodriguez:
Así
que ya lo saben, no digan que no se lo advertí; en una Parroquia de
Sevilla, se canta el “Rezaré” o si quieren, se reza cantando,
esa Salve que Silvio compuso para prendernos a todos en el Amor a
María. Acérquense y escuchen con sus propios oídos, merece la
pena.
Te amo te
amo tanto
Madre de
lo Universal:
¡sevillano,
siento tanto
Amor por
tí!
https://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-ghttps://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-g
viernes, 29 de abril de 2016
EL AMOR, estrena MADRE
a Reyes
El rostro de
Dios, nadie lo ha visto. El Dios necesario, trascendente e infinito,
no lo conoce el hombre. Solo el Amor de Dios Padre, logró ponerle
rostro y sustancia a la Segunda Persona, presente en el Santísimo
Sacramento del altar. Es el Dios encarnado, cuya definición
indefinible, revela el Apostol San Pablo con lengua de Angeles en la
sublime carta a los Corintios, inspirada sin duda por el Espíritu
Santo. El AMOR único a la altura humana solo es
posible en la tierra, de la mano de una Madre. La Virgen Santísima,
madre del Dios encarnado, es la imagen viva y eterna del Amor de
Dios, el Amor imposible fuera del diálogo interTrinitario que se
establece en la unción materno filial entre María y Jesús.
La
Bienaventurada María, presenta ante el mundo, la mirada del Dios
viviente, el Amor en pañales, el Amor recién nacido, que al
adorarlo se hace idéntico al ser humano, amándonos como el primero, De El, la madre del hijo de
sus entrañas, la madre que amamanta, la Madre que da sentido al
Amor, al único y verdadero Amor de Dios trascendente. Nadie ha visto
ni verá tanto amor fuera de una Madre. Nadie conocerá el Amor como
el de una Madre con el hijo en sus brazos. Nosotros sentimos ese Amor
filial que se hace capacidad, para que seamos torrente, al ser creado
por la providencia de Dios. Por eso no hay palabras para definir el
asombro de este Amor único, que recibe en su regazo la obra cumbre
de la creación, el ser más perfecto y a la vez más indefenso, el
más necesario y a la par más necesitado de Amor.
El día de la
Madre, es el día del Amor de Dios, de ese Amor trascendente e
infinito, que solo el Padre Eterno a puesto a disposición de la
nueva Eva. Contemplad la foto de una parturienta al punto de dar a
luz; contemplad que en sus gritos desgarrados, que en el apretado
dolor de forzar sus entrañas, que en el estertor caótico de su
descomunal empuje, está la mas grande de las alegrías. Las lágrimas
purifican sus temores y al punto se tornan en llanto emocionado que
celebra el gozo. La luz en estado de nueva Esperanza lo inunda todo.
Ante la contemplación de una Madre, se cumple el milagro de la vida
y cobra sentido el misterio que toda religión encierra, tanto en el
aspecto material como en la carga espiritual que supone dar a luz,
concebir el ser imagen y semejanza de todo un Dios verdadero, que nos
regala en el don maternal, el AMOR, que espera, que fía, que no
pide, que no tiene envidia, que no se engría.
No hay mas que ver en el
rostro de una Madre para creer, en ella para siempre. La ternura de
su mirada es un acto de fe en sí misma. El brillo de sus ojos
deslumbra las palabras; su torva faz cuando intenta reprenderte, te
provoca sonrisa. ¿A quien acudiremos cuando estemos tristes, cuando
el dolor o la enfermedad nos cercan; cuando los problemas parecen no
tener otra salida? Es prodigiosa la respuesta de una madre ante
nuestras dudas; lo que sabe de nosotros; lo que entiende sin
necesidad de aprender más, que de su instinto creador-maternal. Si
alguna vez que otra nos resulta implacable su afán de protección,
más grande se hace con el paso del tiempo, la herencia que atesora
su vida en duermevela, siempre al atisbo, siempre dispuesta, en
alerta del horizonte, por si nos ve llegar, correr a recibirnos como
el Padre misericordioso, que se adelanta, para reducir el más leve
gesto de humillación y ofrecernos el lecho siempre cálido y la leña
perenne y encendida del hogar. Porque el Amor de Madre es el mismo
Amor de Dios, infinito y trascendente, que posee entre sus muchos
dones, el vernos siempre como niños.
jueves, 21 de abril de 2016
24 AÑOS DE RECUERDOS
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miércoles, 13 de abril de 2016
naturaldesevilla: TROVADOR D SEVILLA
naturaldesevilla: TROVADOR D SEVILLA: No lo voy a descubrir –que mas quisiera- solo intento descubrirme de nuevo ante la importancia del Trovador mas grande y gordo de S...
lunes, 4 de abril de 2016
El Gran Poder de la Misericordia
La mañana
era gris de nubes altas, cruzamos los jardines que cubren la cúpula
del cielo con las hojas de palmas. En lo más alto, un camino de
albero custodiado por la sombra celosa de los frondosos magnolios,
los ramos sueltos de las blancas acacias y la media altura de los
naranjos fragantes, nos acercaba a la Puerta de la Carne. Misterios
Gloriosos entonaba el hermano, Padre Nuestro, trenzando el Rosario en
su primer misterio por Santa María la Blanca. Calles con sabor a
trote de carruajes, humedecidos adoquines que brillaban su añeja
historia por la estrechez que abre su recoleto adarve al Patriarca
Bendito Señor San José. María, Madre de Gracia, Madre de
Misericordia, Segundo misterio en la soledad íntima y claustral del
Convento de Madre de Dios; Dios te Salve María, llena eres de
Gracia, Bendita Candelaria, que atendía nuestros rezos, con la
mirada baja de su pena Dolorosa. El Rey Don Pedro, que tanto misterio
encierra en sus leyendas, observaba con su mirada de piedra a estos
tres peregrinos, camino de San Lorenzo. El tercer misterio llegaba a
la Alfalfa, aun chirriante de cera derramada, y se perdía con el
gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por las siete
revueltas, hasta la misma Encarnación: Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores, por el camino más corto, entre Orfila
y Amor de Dios, las Letanías de Estrella de la Mañana, Salud de los
Enfermos, Refugio de los Pecadores, Consuelo de los Afligidos y
Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros, por las intenciones
del Papa Francisco y una Salve a la Virgen antes de enfilar Conde de
Barajas. Señor mío y Dios, mío que cerca, el sabor exquisito de tu
infinita Misericordia, como se siente la Paz en tu entorno flanqueado
por los plataneros y el vuelo displicente de las palomas tordas. ¡Que
alegría cuando me dijeron, vamos a la casa del Señor rezando el
Santo Rosario! Con el pié derecho cruzar los umbrales de la Puerta
de tu Misericordia, ofreciendo al Padre, el cuerpo, la sangre, el el
alma y la divinidad de su Amantisimo Hijo, Señor del Gran Poder,
como propiciación por nuestros pecados, implorando la Misericordia
de nuestros hermanos en busca de la Reconciliación. Con la certeza
de encontrar allí el Perdón de su Cruz con los mismos brazos del
que nos Espera para abrazarnos. Toda la ciencia de la vida
presidiendo el Altar mayor, para que pongamos toda nuestra confianza
en el Señor de Sevilla. Y a sus plantas, en derredor, una Basílica
repleta de fieles y peregrinos llegados desde la vecina Alcalá de
los panaderos, para ganar el jubileo más jubiloso de la vida
cristiana, en el año consagrado a la Divina Misericordia. El
beneficio de la Humildad, toda la fuerza de la piedad, humana y
Divina que derrocha el verbo encarnado en el cedro de su precioso
imagen, el Gran Poder que en sus manos derrama todo el poder y la
Gloria, para olvidar nuestros pecados, esas faltas que ha purificado
en el fondo del mar que ha dado su vida por nosotros, que te ha amado
hasta tal punto, que ya no existe punto de partida, que no sea el de
su infinita Misericordia. Que sí, Dios mío, que si no somos dignos
de que entres en nuestra casa, tu si eres Digno de sabernos amados
como el niño pequeño que acude a tus brazos. Con esa Paz que
recibimos, aun más dichosa que la que impartimos a nuestros
hermanos, con esa Paz del Gran Poder Resucitado entre sus discípulos;
con esa Paz que supone en medio de nuestra incredulidad, ofrecerse a
que introduzcamos nuestra mano en las llagas, en el costado abierto,
para que creamos de una vez por todas y no tengamos por menos que
arrojarnos a sus plantas clamando: Señor mío y Dios mío. Con la
misma Paz con que volvemos por nuestros propios pasos, después de
haber recibido gratis tanta gracia a sabiendas que tenemos que
perdonar, porque EL ha sido y será el que nos perdona a nosotros
antes. Quiero dar a conocer, Tu Misericordia, Señor, por medio de
las obras de misericordia corporales y espirituales, consolando y
asistiendo, a los más afligidos y enfermos de mis hermanos, pues
todo lo temo en mi debilidad, pero todo lo espero de Tu Misericordia.
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