jueves, 26 de mayo de 2016

LA INSOPORTABLE MAGNITUD DEL SER

EL CORPUS


La Procesión Principal de las Procesiones. La Función Principal de los Desfiles Procesionales en la calle, la más Solemne y Antigua manifestación de Fe popular; la que sigue siendo Jueves que reluce más que el sol de los únicos tres jueves que restan en el almanaque devocional de las Españas. Se cuestiona en la ciudad de las posturas contrastadas, por su insufrible tiempo de paso -desde los carráncanos hasta la Custodia (más de tres horas). Circunstancia real que ha propiciado el notable descenso de espectadores en los últimos años, sobre todo a las primeras horas del recorrido, frente al incremento de público que se produce, según avanza la mañana, alrededor del altar que preside el Señor de la Sagrada Cena, dispuesto en las andas procesionales del cotitular Cristo de la Humildad y Paciencia. La elegante mañana con sabor a menta, romero y juncia, en la que Dios se presenta en la calle para devolvernos la Adoración perpetua de los adoradores, ha perdido en su nivel de convocatoria, lo que ha ganado en la masiva participación de acompañantes en el cortejo, en representación de sus respectivos cofrades de Hermandades Sacramentales, de Penitencia y de Gloria. ¿Algo pasa?, cuando se relaja de manera ostensible la participación de público; el número de altares y escaparates, para concentrar el interés en el traslado de vuelta del Señor de la Cena, con todos los avíos de procesión de Semana Santa y el atractivo de la Banda de Música de la popular Cigarreras. Muchos de los comercios tradicionales de los Placentines, Francos Chapineros, han cerrado, cediendo el paso a las franquicias desarraigadas; las Hermandades están cansadas de invertir en tiempo y dinero, montando sus tradicionales altares, ante la indolencia y falta de colaboración del Cabildo (Catedral yMunicipal), la gente -cada vez más cómoda, opta por contemplar plácidamente la Procesión, desde sus hogares y sofás, evitando molestias de sol y calor de justicia; los jartibles de las redes sociales, se conforman con pasar fotografías desde su móvil o sentados frente al portátil, llenando las páginas de contenido cofrade, del directo y la inmediatez vertiginosa. Todo se sabe de antemano, todo se comparte desde las nuevas tecnologías, todo se anticipa, por vía “feibu-tuiter-wuasap”; todo se adelanta y comenta, antes del tiempo real y el espacio adecuado. “Ahora, te veo por tv; levanta la mano, sonríe, saluda con el pulgar. Todas estas circunstancias propias de nuestros tiempos, relativizan la presencia de los fieles a la Magna Procesión y subrayan la presencia multitudinaria de las representaciones de Hermandades y Cofradías, que son las que realmente han de manifestar públicamente su fe católica. Y sin embargo, se habla incluso de reducir, el nutrido cortejo de algunas Hermandades que acompañan al Santísimo con luz, debido al buen número de cofrades que participan. ¿Que pasaría, si dichas representaciones, se sumaran al escaso público que contempla la Solemne Procesión del Corpus por algunas calles, restando el número de sus hermanos (númerus clausus)? Pese a todos los condicionantes y excusas de carácter religioso, político y social, que queramos aducir con arreglo a la probable decadencia de la Procesión de las Procesiones, no obstante el posible fideismo que muestra esta ciudad, más interesada por la salida de vuelta del paso del Señor de la Cena aderezado por el atractivo de la banda: lo esencial es que DIOS está en la calle, entronizado en la primorosa custodia del ínclito Arfe, rodeado de toda la elegancia y el esplendor, religioso, político y militar -aunque esto último sea lo más incongruente que se le pueda rendir al honor de los honores: las armas. Y La incuestionable ciudad del postureo y la protestación de Fe popular, se echa a las calles perfumadas de romero, para ALABARLO, Adorarlo y darle Gracias. Por esta mañana preclara, - más que símbolica, presencial- en sus cinco siglos de tradición e historia, no hay nada más que merezca la pena y la gloria -Cielos y Tierra- que, Bendecir al Señor, -Dios está aquí- en el jubileo de las veinticinco campanas de la Torre fortísima, en comunión con todos los alminares y espadañas de la urbe. ¡Venid, adoradores, adoremos! .Hoy es DIOS, por las calles de Sevilla, el Sacramento de nuestra Fe. Más tarde, volverá a ser el Jesús Sacramentado, reservado, íntimo, esencial, que se muestra en el silencio de los Sagrarios, clausuras y Conventos, para su perpetua Adoración.

lunes, 23 de mayo de 2016

Donde está el buen samaritano...

                                   





Hablábamos de la Trinidad, intentando describir el misterio más inabarcable de nuestra fe cristiana. Citábamos a San Agustín, uno de los padres de la iglesía que más ha profundizado sobre este misterio: “El Padre engendra al Hijo por el conocimiento y el Amor; fruto de este Amor de ambos, proviene el Espíritu Santo”. Atendíamos a los escritos de -teología para nuestro tiempo-, del Dr. Jose Antonio Sayés: “Solo cuando sabemos que provenimos del Amor y que volvemos al Amor, superando el sufrimiento y la muerte, es cuando podemos dar lo mejor de nosotros, con desinterés y alegría”. Intentamos en clase de catecismo para adultos, desarrollar la virtudes teologales, como dinamismo operativo de la gracia recibida por Dios; la Fe, fruto de la entrega y confianza; la Esperanza; consecuencia de esa entrega y confianza en Dios y la Caridad -el Amor- fruto jugoso e indispensable respuesta de maduración en la entrega a Dios. También entendidas estas virtudes, como un diálogo intertrinitario. Del que después bordó en su panegírico, el presbítero que oficio la Santa Misa, destacando la unidad y diversidad de la iglesia, iluminada en todo momento, por la presencia del misterio Trinitario. El Santo Padre, Francisco nos exhortaba en la meditación del Angelus con acertadas palabras sobre la solemnidad de la Trinidad: “
                       Nuestro ser creados a imagen y semejanza de Dios-comunión nos llama a comprendernos a nosotros mismo como ser-en-relación y a vivir las relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor mutuo. Tales relaciones se juegan, sobre todo, en el ámbito de nuestras comunidades eclesiales, para que se cada vez más evidente la imagen de la Iglesia icono de la Trinidad. Pero se juegan en cada relación social, de la familia a las amistades y al ambiente de trabajo, todo: son ocasiones concretas que se nos ofrecen para construir relaciones cada vez más ricas humanamente, capaces de respeto recíproco y de amor desinteresado.

-y añadía el Pontífice: -
“  La fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de consolación y de misericordia. En esta misión somos sostenidos por la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: cuida la carne de la humanidad herida por la injusticia, la opresión, el odio y la avaricia. La Virgen María, en su humildad, ha acogido la voluntad del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo. Nos ayude Ella, espejo de la Trinidad, a reforzar nuestra fe en el Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor y de unidad.

                                Lo cierto fue, que fortalecidos por la palabra y presencia del Señor en dicha Eucaristía, fuimos testigos a la salida de la Iglesia de un incidente, -que sin perjuicio de una ulterior reflexión y análisis profundo- tergiversaba y echaba por tierra toda la misión salvadora y misericordiosa, en la practica, anunciada  tanto en las lecturas sagradas, como en la palabra recibida por iluminación del espíritu Santo, correspondiente a tan sagrada Festividad. Dos jóvenes, uno de ellos de color, se encontraban desde antes de empezar la misa, ocupando un banco de primera fila. Como quiera que los citados jóvenes (extanjeros) eran también desconocidos para la general feligresía, al terminar la misa  observando por  los habituales fieles, que se mantenían en sus respectivos sitios, una vez evacuado el templo por los asistentes; llamaron la atención, despertando la normal sospecha de los responsables del templo. Circunstancia por la cual, se hizo necesaria la presencia del Presbitero, a fin de tomar las medidas oportunas y recabar información sobre la postura de inmovilidad que mantenía los extraños jóvenes.  El sacerdote pudo comunicarse perfectamente con ellos, ya que el joven de color, hablaba en italiano, lengua comprensible dentro del magisterio que había desarrollado anteriormente el ministro de Dios. Por lo visto, los jóvenes pedían asilo y hospitalidad en la Iglesia. El Sacerdote, les hizo ver, que tal cosa era imposible y se ofreció a darles todo tipo de información, sobre otras instituciones de carácter municipal o social, habilitadas para esos propósitos. Ante la insistencia de los jóvenes, el presbítero, llegó incluso a preguntar al personal que nos hallábamos en las inmediaciones, si contábamos con alguna casa o habitaciones para acogerlos. Todos callamos, unos tragando saliva, otros agachando la cerviz (el miedo, la desconfianza frente a los que no conocemos, la duda, el perjuicio, razones tan bastante como humanas) y cambiando automáticamente de tema. … Ahí lo dejo, para su reflexión, intentándo ponerme en el lugar del Cura en función de la enorme responsabilidad de su magisterio, al frente de una parroquia, atendiendo a razones de seguridad, guardia , custodia y probables cuentas que demanden sus fieles. Ahí lo dejo, antes de juzgar a mi prójimo, pero evidentemente, afligido, porque parecía como el Señor me hablaba, pidiéndome ese más, que aún resonaba en mis adentros, fruto de las lecturas, palabras, exhortaciones del mismo Papa, Lo cierto es que en nuestra debilidad, en toda nuestra fragilidad, de nuevo lo volvemos a cargar todo en manos del Señor en su infinita misericordia...Oremos.
 

lunes, 16 de mayo de 2016

Como sufre la Virgen...





       


Que les voy a decir, que no hayan visto ya....desde su cómodo sofá -a Correotv, pongo por testigo- o desde cualquier punto de la abarrotada Aldea, en el Glorioso Lunes de Pentecostés Rociero. La Madre, esa Blanca Paloma, orgullo de la Fe de Andalucía, otro año más por los suelos, en constantes y repetidas caídas -sí caídas con duros impactos sobre la arena-, golpes tremendos en los que la Bendita Imagen, hacía temblar las estrellas de sus doce coronas, imperiales. ¡Como tiene que sufrir, la Madre, la Reina, la Virgen más vitoreada del mundo!. No lo digo yo...Almonteño...no lo digo yo, simplemente suscribo lo que veo: A mí que me importa si ese es vuestro Rocío; el heredado por vuestros padres, abuelos, antepasados ´los hombres del la Virgen- ¡que me importa que pongais toda la buena voluntad del mundo, un año entero para llevar a la Madre...tantas reuniones, tantos encuentros, como decis, para atender los consejos de vuestros mayores!. Lo que verdaderamente importa es lo obvio, el espelugnante golpe del blindado paso contra el suelo; ese aldabonazo que sentimos, cuando la Virgen se os cae a tierra por alarde de fuerza bruta; por defecto de Amor que raya en la esquizofrenia, en el delirio irreverente de la brusquedad a la que sin sentido, quereis anestesiar, con la cerrazón de vuestra inexcusable tradición. Ya sé, que esas son las leyes de vuestro pueblo y las escrituras de propiedad, que refrendan el Don del cielo recibido; ya conozco vuestra respuesta, que por vindicativa, se vuelve a estrellar en los últimos años contra el Paraiso de la Marisma;  Pero no hay que callar, ante el abuso o los alardes de visto poderío iluso, porque somos legión,  las voces que claman en silencio, con el corazón encogido, cada vez que la Virgen se hunde, dando de bruces contra vuestro mismo precipicio. Me parece muy bien, que lucheis contra esa presión que vosotros mismos habeis producido; me parece de escándalo que os aferreis a sus varales como aguerridos guerreros, en la batalla campal que vosotros mismos os habeis declarado. Es fantástico, para el personal que gusta del espectáculo, de la turbamulta, del miedo infundado que habeis fundado entre vosotros, será todo lo digno, devoto, humano, fervoroso, sentido, emotivo, sincero, único, inenarrable, asombroso, incomparable e impactante del mundo...la fe del Rocío en la más universal de las Romerías, no se cuestiona. Pero hasta las bestias, obedecen a la voz de los boyeros, para bajar los escalones del otro cielo de las presentaciones, Y la Virgen sufre...sufre, sí, porque recoge en su misericordiosa mirada, los gritos de dolor de todos los hijos que la ven caerse, más por vuestro exceso que por el propio peso de sus andas; la Virgen sufre y ya os avisó una vez. -Bendita sea- en su milagroso y resistente candelero, Gracias a Ella, siempre, Madre Prudente y Amorosa que sufre en silencio tanto golpe de pecho incapaz de mantenerla en vertical apenas cinco minutos desde su brillo de noche,  hasta las luces del Alba. Pero que les voy a decir yo, que ya no sepan, mejor dicho, que no vean, aunque no quieran verlo. Solo bastaría la genial idea de abrirle un círculo a los hombres que la portan, en vez de cerrarle el círculo a los que la quieren simplemente rozar. Pero se la respuesta; ¡ese es el Rocío...eso es lo que hay...ya sabe lo que tiene que hacer, el que no comparta esto!...ojo, suspirarán rocieros sexagenarios- ¡hubo un tiempo, en el que la Virgen, no cayó al suelo, con tanta insistencia, manteniendo a duras penas su verticalidad en los hombros de los Almonteños, aquellos que rechinaban sus dientes, masticando tallos de claveles...cuando aquel Rocío épico del millón en la Aldea. La Virgen puntualmente se posaba en las arenas, pero ¡donde va a parar!...nada que ver con estas dolorosas caídas, con estos golpes estrepitosos contra el suelo...¡nada que ver!  

jueves, 12 de mayo de 2016

Botas de agua por botos

En este camino de ida que ha sustituido los botos camperos, por las botas de agua. En este camino del diluvio, que ha tapado el colorido de los trajes de flamenca y los cortos, por el el capote verde y el impermeable. En este camino duro e inclemente, como no se recuerda, que ha anegado los caminos históricos de barro y lodo, haciendo impracticable los surcos de las carretas, las ruedas de los tractores y toda clase de vehículos que componen la flota de una Hermandad. En este camino de agua bendita que está calando hasta los huesos a carreteros, peregrinos, caminantes, romeros y personal al servicio de la Romería; nos hemos planteado, más que nunca la cuestión sobre que significa realmente, el Rocío y las causas que mueve semejante peregrinación, que continua sin dejar indiferente a nadie. Frente a las circunstancias desfavorables, de la meteorología, el Rociero de Fe, cuya principal idea es el encuentro con la Madre- la respuesta es inmediata: “llueva o ventee, caiga chuzos de punta, haga calor y haga frío, ¡siempre para adelante!”. El camino para los Rocieros de Fe, es un camino glorioso, que se realiza con todas sus consecuencias. Que ningún Rociero se queje de la tremenda dureza del camino, que es un camino que se hace voluntariamente, con mucho gusto y esperanzas puestas. Nada que ver con ninguna travesía del desierto, con cualquier tipo de éxodo o huída de la muerte a consecuencia de la guerra y sobre todo comparable con el drama de los Refugiados” que todos llevamos en mente. A más de uno de los que se quedan, viendo partir a los Rocieros, se nos ha quedado otra cara bastante lejos de la envidia y la soberbia, de la crítica resentida y despiadada, al contemplarlos bajo la inmisericorde lluvia, tan necesaria como nunca del gusto de todos. Hasta los más aviesos detractores -en el fondo- han sentido cierto estímulo confundido con la solidaridad, tildándolos simplemente de locos. Porque aquello de los tópicos, de que el Rocío siempre es juerga y tambor; que el Rocío es mentira y vanidad;que el Rocío es puro postureo y hasta botellona a discreción, se ha visto cubierto por el plástico que tapaba la carreta del Simpecao pingueando; se ha visto cubierto por un caparazón multicolor de paraguas, que ha formado una piña encharcada de fervor, para hacer verdadera hermandad alrededor de la Carreta de Plata. Obligando a los romeros y peregrinos a tomar rutas alternativos que no se recordaban en la Historia del camino rociero. Carreteras olvidadas, senderos inhospitos, sesteos imposibles y paradas forzosas donde dormir, fuera del charco y la humedad del terreno. Sí, claro aún así y una vez “acomodados”, volverían a encender los motores, las cocinas, a preparar el festín de turno con toda clase de mariscos, chacinas serranas y exquisitas viandas, dispuestas sobre una mesa al resguardo del relente y correrían “los arroyos del vino, donde como cantan las sevillanas, se disculpan y se lavan los tropiezos del camino ¡ay si los pinos hablaran!”. Pero no es menos cierto, que frente a esa empalagosa necesidad de convivir, está el momento recogimiento; el rezo del Santo Rosario entre la luciernaga de las bengalas; los Rocieros de Fe que no pierden el sentido, por más sueño y cansancio, de arremolinarse con sus ponchos y mantas, delante del Bendito Simpecao, para orar y dar salves de Gracia a la Blanca Paloma, con los ¡VIVAS! Más sentidos. El Rocío, por muy al alba que se levante, es hacer un camino de Esperanza, al encuentro de la Madre; cada uno es cada cual y lo hace según tradición heredada por sus antepasados o curiosidad y ganas de sentir o vivir la experiencia única del contacto con la naturaleza. Unos irán siempre al lado o detrás del Simpecado: “mi camino es caminar al lado del Simpecado”, por promesa o intención; por alguna necesidad de salud o simplemente para adorar a la Virgen y darle gracias en todo momento. Otros lo harán de igual manera, pero por motivos de profesión, o responsabilidad de los cargos que ocupan en la Hermandad. Otros irán dominando la belleza de los parajes, .a caballo., contemplando olores y sabores, respirando el aroma de las flores silvestre, amapolas sobre trigos, lirios marismeños, arrancando el romero fragante de las matas. Muchos, peregrinos de mochila y tienda de campaña, ilegales de cara a una hermandad que exige, porque se lo exigen a ellos, pagar el terrero vallado, las lindes donde pernoctar ¡ay alcalde de carreta! Que tienes que beber el trago amargo de darle espaldas a la caridad y la misericordia con tu prójimo. Pero si queremos mirar para otro lado, veremos el Rocio de las jardineras, del buen gusto por la incomodidad, la alegría y el poderío de un camino que con pan y vino, se hace más cómodo. Si queremos mirar, la otra cara de la medalla, veremos bastantes contradicciones, niveles que van desde el servir de los contratados, hasta el ser servidos de los que lo costean; no es cuestión de posibles, aunque se note el despilfarro, el esplendor, la fiesta continua dentro de las casas del Rocío, sigue siendo el espejismo de una Romería inconfundible pero aún confusa, para los que la ven desde las afueras. Hay muchas cuestiones y las apariencias engañan más que nunca en el Rocío. Hay que hacer el camino para poder opinar y sea cual fuere tu opinión, habrás de llevar contigo -como mínimo- el don de la Fe. Porque por mucho que veas, no llegarás a creer más que una sola cosa y eso si crees sólo esto: El Rocío es el encuentro con la Madre, un camino con todas sus luces y sombras que debe empezar desde tu interior y solo desde tu interior verás, que ese camino termina agarrao a las rejas de su Ermitan, postrado a sus plantas, ese es su final y así debe ser la finalidad de su sentido: “Al final la Paz, al final su perdón, arrodillado a sus plantas y gritará tu garganta, Rocío danos tu Amor” Si no es así, quédate en casa rumiando las imágenes de quienes gozan la belleza de un camino, que va más allá de cruzar el Quema, presentarse ante Villamanrique, salvar la interminable Raya Real, y cruzar el Ajolí; quédate en casa, mirando la dicha y el tronío de los caballistas; la belleza única de las mujeres vestidas de flamencas; el poderío de los carreteros y la extrema emoción de las plegarias, salves, cantos, Vivas y lágrimas de los romeros...y si aguantas impasible, llegar al culmen de ese lunes de Pentecostés, cuando la Madre provoca la marejada ciclónica y esperpéntica de los Almonteños. Pero “no preguntes el porque, ni motivo, ni razón, que las cosas del Rocío, no tienen explicación” ¡querer es poder. vivelo si puedes!

martes, 3 de mayo de 2016

"Rezaré" con flores a MARIA


En una Parroquia de Sevilla, el coro parroquial, canta, en la Mísa de vísperas del sábado y Domingo (ambas a las 20h), el “Rezaré” de Silvio Rodriguez. Es una versión a la sevillana manera de el conocido “swin” italo-hispalense, que el mítico cantante de rock compuso a la Santísima Virgen María, inspirado en sus dolorosas advocaciones de Semana Santa. Acompañados por la guitarra española, acariciada por las manos hacendosas de Mercedes, su directora, el coro Parroquial, compuesto por jóvenes de todas las edades -entre los 8 y 80 años-,  entona esta versión del “Rezaré” de Silvio, como canto final de las citadas Misas vespertinas, y en honor a la verdad, está constituyendo, -poquito a poco-, todo un éxito de crítica y fieles, que cada fin de semana y en mayor número, espera hasta el final de la canción, para mostrar sus plácemeas y dar la enhorabuena a la directora del coro. 
Como componente de ese humilde coro, y autor de esta idea (modestia a parte), siento un real orgullo y satisfacción, por los muchos motivos y circunstancias gratificantes que nos ha llevado a este “éxito” entre comillas. Quisiera destacar la Acogida fraterna que los feligreses practicantes de esta Parroquia, dispensan a los nuevos fieles que a la comunidad se acercan. Realmente se palpa el espíritu de la Caridad de Cristo, testimoniado entre los hermanos en la sana alegría de recibir a los nuevos sin distinción de edad, sexo, condición ni raza. 
El Alma mater de tan dichosa acogida, se encuentra personificada en la piedad hospitalaria de D. Jesús, Presbítero de la Parroquia, el gesto de admirable ternura de D. Francisco -Arcipreste- y el abrazo directo al corazón de Antonio, el Diácono, que nos abrieron las puertas de misericordia cristiana, desde el primer día, apostando sin ningún tipo de prejuicios, por cualquier forma de Alabar la grandeza del misterio pascual de Cristo y las glorias del magníficat a su Bienaventurada Madre, la Virgen Maria, siempre que los cantos expresen con respeto y fervor, esta declaración de Amor, que es la alegría de nuestra Fe.
Volviendo al la versión del “Rezaré” de Silvio, es impresionante los frutos espirituales que cosecha su interpretación, pese a las humanas carencias de nuestras voces, -que muchas veces acusan la falta de preparación musical y la escasés de ensayos necesarios- pero que llega directamente al corazón de los oyentes, por la fuerza centrífuga de su profunda letra y el tono de menos a más que inyecta en estos legos cantores el plasma de venirnos arriba en la emoción de sus estrofas finales, vibrando y haciendo vibrar a toda la concurrencia. También es impresionante, más bien prodigioso, el efecto recíproco que produce este “Rezaré” de Silvio, una canción que cuando se escucha con atención, no deja indiferente a nadie y así, no dejamos de sorprendernos a nosotros mismos, los miembros de este sencillo coro, cuando desde los niños de primera comunión, hasta los ancianos más añejos, se acercan hasta nuestro sitio, para mostrar su emoción y gratitud, ante tan encantadora salve a María Santísima.
 No deja de sorprendernos que gente de todas las edades, pregunten por el autor de este “Rezaré” que atrapa el corazón con tanta devoción como entusiasmo. Desde luego que el bueno de Silvio Rodriguez, -como mítico autor y genial poeta-, a la diestra del cielo que va a todas partes; con el vaso de tuvo en la mano y el estado de gracia de su profundo coma creativo, saltará de pasión, exclamando su ¡VIVA ESPAÑA!...y ¡VIVA ROMA!...como capataz de “esa izquierda atrás” que marcan los viejos rockeros que nunca mueren.
 Porque su “Rezaré” que es el nuestro y de todos los que sentimos las sevillanas maneras de querer a la Virgen María, continúa sonando y haciendo las delicias de todos los niños, todos los jóvenes todos los puretas y nostálgicos e incluso de los ancianos que nunca imaginaron reconocer, en la canción de “Rezaré” la exquisita ortodoxia de tan delicado magisterio en honor y Gloria de la Bienaventura siempre Virgen María. Todo ello compuesto de puño y letra por el genio disparatado de un mito convertido en leyenda: Silvio Rodriguez:

Así que ya lo saben, no digan que no se lo advertí; en una Parroquia de Sevilla, se canta el “Rezaré” o si quieren, se reza cantando, esa Salve que Silvio compuso para prendernos a todos en el Amor a María. Acérquense y escuchen con sus propios oídos, merece la pena.

Te amo te amo tanto
Madre de lo Universal:
¡sevillano, siento tanto

Amor por tí!


https://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-ghttps://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-g

viernes, 29 de abril de 2016

EL AMOR, estrena MADRE

a Reyes
El rostro de Dios, nadie lo ha visto. El Dios necesario, trascendente e infinito, no lo conoce el hombre. Solo el Amor de Dios Padre, logró ponerle rostro y sustancia a la Segunda Persona, presente en el Santísimo Sacramento del altar. Es el Dios encarnado, cuya definición indefinible, revela el Apostol San Pablo con lengua de Angeles en la sublime carta a los Corintios, inspirada sin duda por el Espíritu Santo.  El AMOR único a la altura humana solo es posible en la tierra, de la mano de una Madre. La Virgen Santísima, madre del Dios encarnado, es la imagen viva y eterna del Amor de Dios, el Amor imposible fuera del diálogo interTrinitario que se establece en la unción materno filial entre María y Jesús.
 La Bienaventurada María, presenta ante el mundo, la mirada del Dios viviente, el Amor en pañales, el Amor recién nacido, que al adorarlo se hace idéntico al ser humano, amándonos como el primero, De El, la madre del hijo de sus entrañas, la madre que amamanta, la Madre que da sentido al Amor, al único y verdadero Amor de Dios trascendente. Nadie ha visto ni verá tanto amor fuera de una Madre. Nadie conocerá el Amor como el de una Madre con el hijo en sus brazos. Nosotros sentimos ese Amor filial que se hace capacidad, para que seamos torrente, al ser creado por la providencia de Dios. Por eso no hay palabras para definir el asombro de este Amor único, que recibe en su regazo la obra cumbre de la creación, el ser más perfecto y a la vez más indefenso, el más necesario y a la par más necesitado de Amor.
 El día de la Madre, es el día del Amor de Dios, de ese Amor trascendente e infinito, que solo el Padre Eterno a puesto a disposición de la nueva Eva. Contemplad la foto de una parturienta al punto de dar a luz; contemplad que en sus gritos desgarrados, que en el apretado dolor de forzar sus entrañas, que en el estertor caótico de su descomunal empuje, está la mas grande de las alegrías. Las lágrimas purifican sus temores y al punto se tornan en llanto emocionado que celebra el gozo. La luz en estado de nueva Esperanza lo inunda todo. Ante la contemplación de una Madre, se cumple el milagro de la vida y cobra sentido el misterio que toda religión encierra, tanto en el aspecto material como en la carga espiritual que supone dar a luz, concebir el ser imagen y semejanza de todo un Dios verdadero, que nos regala en el don maternal, el AMOR, que espera, que fía, que no pide, que no tiene envidia, que no se engría.
 No hay mas que ver en el rostro de una Madre para creer, en ella para siempre. La ternura de su mirada es un acto de fe en sí misma. El brillo de sus ojos deslumbra las palabras; su torva faz cuando intenta reprenderte, te provoca sonrisa. ¿A quien acudiremos cuando estemos tristes, cuando el dolor o la enfermedad nos cercan; cuando los problemas parecen no tener otra salida? Es prodigiosa la respuesta de una madre ante nuestras dudas; lo que sabe de nosotros; lo que entiende sin necesidad de aprender más, que de su instinto creador-maternal. Si alguna vez que otra nos resulta implacable su afán de protección, más grande se hace con el paso del tiempo, la herencia que atesora su vida en duermevela, siempre al atisbo, siempre dispuesta, en alerta del horizonte, por si nos ve llegar, correr a recibirnos como el Padre misericordioso, que se adelanta, para reducir el más leve gesto de humillación y ofrecernos el lecho siempre cálido y la leña perenne y encendida del hogar. Porque el Amor de Madre es el mismo Amor de Dios, infinito y trascendente, que posee entre sus muchos dones, el vernos siempre como niños.



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