foto blog naturaldesevilla: Cada vez que te miro...ERES más bella: Feliz Procesión de MARIA AUXILIADORA CORONADA, 2016
el blog de Antonio Sierra Escobar -Mayo 2006- Mi espacio para el verso y la prosa, la crítica y la imaginación desmedida y por descubrir.
domingo, 29 de mayo de 2016
jueves, 26 de mayo de 2016
LA INSOPORTABLE MAGNITUD DEL SER
EL CORPUS
La
Procesión Principal de las Procesiones. La Función Principal de los
Desfiles Procesionales en la calle, la más Solemne y Antigua
manifestación de Fe popular; la que sigue siendo Jueves que reluce
más que el sol de los únicos tres jueves que restan en el almanaque
devocional de las Españas. Se cuestiona en la ciudad de las posturas
contrastadas, por su insufrible tiempo de paso -desde los carráncanos
hasta la Custodia (más de tres horas). Circunstancia real que ha
propiciado el notable descenso de espectadores en los últimos años,
sobre todo a las primeras horas del recorrido, frente al incremento
de público que se produce, según avanza la mañana, alrededor del
altar que preside el Señor de la Sagrada Cena, dispuesto en las
andas procesionales del cotitular Cristo de la Humildad y Paciencia.
La elegante mañana con sabor a menta, romero y juncia, en la que
Dios se presenta en la calle para devolvernos la Adoración perpetua
de los adoradores, ha perdido en su nivel de convocatoria, lo que ha
ganado en la masiva participación de acompañantes en el cortejo, en
representación de sus respectivos cofrades de Hermandades
Sacramentales, de Penitencia y de Gloria. ¿Algo pasa?, cuando se
relaja de manera ostensible la participación de público; el número
de altares y escaparates, para concentrar el interés en el traslado
de vuelta del Señor de la Cena, con todos los avíos de procesión
de Semana Santa y el atractivo de la Banda de Música de la popular
Cigarreras. Muchos de los comercios tradicionales de los Placentines,
Francos Chapineros, han cerrado, cediendo el paso a las franquicias
desarraigadas; las Hermandades están cansadas de invertir en tiempo
y dinero, montando sus tradicionales altares, ante la indolencia y
falta de colaboración del Cabildo (Catedral yMunicipal), la gente
-cada vez más cómoda, opta por contemplar plácidamente la
Procesión, desde sus hogares y sofás, evitando molestias de sol y
calor de justicia; los jartibles de las redes sociales, se conforman
con pasar fotografías desde su móvil o sentados frente al portátil,
llenando las páginas de contenido cofrade, del directo y la
inmediatez vertiginosa. Todo se sabe de antemano, todo se comparte
desde las nuevas tecnologías, todo se anticipa, por vía
“feibu-tuiter-wuasap”; todo se adelanta y comenta, antes del
tiempo real y el espacio adecuado. “Ahora, te veo por tv; levanta
la mano, sonríe, saluda con el pulgar. Todas estas circunstancias
propias de nuestros tiempos, relativizan la presencia de los fieles a
la Magna Procesión y subrayan la presencia multitudinaria de las
representaciones de Hermandades y Cofradías, que son las que
realmente han de manifestar públicamente su fe católica. Y sin
embargo, se habla incluso de reducir, el nutrido cortejo de algunas
Hermandades que acompañan al Santísimo con luz, debido al buen
número de cofrades que participan. ¿Que pasaría, si dichas
representaciones, se sumaran al escaso público que contempla la
Solemne Procesión del Corpus por algunas calles, restando el número
de sus hermanos (númerus clausus)? Pese a todos los condicionantes y
excusas de carácter religioso, político y social, que queramos
aducir con arreglo a la probable decadencia de la Procesión de las
Procesiones, no obstante el posible fideismo que muestra esta ciudad,
más interesada por la salida de vuelta del paso del Señor de la
Cena aderezado por el atractivo de la banda: lo esencial es que DIOS
está en la calle, entronizado en la primorosa custodia del ínclito
Arfe, rodeado de toda la elegancia y el esplendor, religioso,
político y militar -aunque esto último sea lo más incongruente que
se le pueda rendir al honor de los honores: las armas. Y La
incuestionable ciudad del postureo y la protestación de Fe popular,
se echa a las calles perfumadas de romero, para ALABARLO, Adorarlo y
darle Gracias. Por esta mañana preclara, - más que símbolica,
presencial- en sus cinco siglos de tradición e historia, no hay nada
más que merezca la pena y la gloria -Cielos y Tierra- que, Bendecir al Señor, -Dios está aquí- en el jubileo de las veinticinco
campanas de la Torre fortísima, en comunión con todos los alminares
y espadañas de la urbe. ¡Venid, adoradores, adoremos! .Hoy es DIOS,
por las calles de Sevilla, el Sacramento de nuestra Fe. Más tarde, volverá a ser el Jesús Sacramentado, reservado, íntimo, esencial,
que se muestra en el silencio de los Sagrarios, clausuras y
Conventos, para su perpetua Adoración.
lunes, 23 de mayo de 2016
Donde está el buen samaritano...
Hablábamos de la Trinidad, intentando describir el
misterio más inabarcable de nuestra fe cristiana. Citábamos a San
Agustín, uno de los padres de la iglesía que más ha profundizado
sobre este misterio: “El Padre engendra al Hijo por el conocimiento
y el Amor; fruto de este Amor de ambos, proviene el Espíritu Santo”.
Atendíamos a los escritos de -teología para nuestro tiempo-, del
Dr. Jose Antonio Sayés: “Solo cuando sabemos que provenimos del
Amor y que volvemos al Amor, superando el sufrimiento y la muerte, es
cuando podemos dar lo mejor de nosotros, con desinterés y alegría”.
Intentamos en clase de catecismo para adultos, desarrollar la
virtudes teologales, como dinamismo operativo de la gracia recibida
por Dios; la Fe, fruto de la entrega y confianza; la Esperanza;
consecuencia de esa entrega y confianza en Dios y la Caridad -el
Amor- fruto jugoso e indispensable respuesta de maduración en la
entrega a Dios. También entendidas estas virtudes, como un diálogo
intertrinitario. Del que después bordó en su panegírico, el
presbítero que oficio la Santa Misa, destacando la unidad y
diversidad de la iglesia, iluminada en todo momento, por la presencia
del misterio Trinitario. El Santo Padre, Francisco nos exhortaba en
la meditación del Angelus con acertadas palabras sobre la
solemnidad de la Trinidad: “
Nuestro
ser creados a imagen y semejanza de Dios-comunión nos llama a
comprendernos a nosotros mismo como ser-en-relación y a vivir las
relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor mutuo.
Tales relaciones se juegan, sobre todo, en el ámbito de nuestras
comunidades eclesiales, para que se cada vez más evidente la imagen
de la Iglesia icono de la Trinidad. Pero se juegan en cada relación
social, de la familia a las amistades y al ambiente de trabajo, todo:
son ocasiones concretas que se nos ofrecen para construir relaciones
cada vez más ricas humanamente, capaces de respeto recíproco y de
amor desinteresado.
-y
añadía el Pontífice: -
“
La
fiesta de la Santísima Trinidad nos invita a comprometernos en los
acontecimientos cotidianos para ser levadura de comunión, de
consolación y de misericordia. En esta misión somos sostenidos por
la fuerza que el Espíritu Santo nos dona: cuida la carne de la
humanidad herida por la injusticia, la opresión, el odio y la
avaricia. La Virgen María, en su humildad, ha acogido la voluntad
del Padre y ha concebido al Hijo por obra del Espíritu Santo. Nos
ayude Ella, espejo de la Trinidad, a reforzar nuestra fe en el
Misterio trinitario y a encarnarla con elecciones y actitudes de amor
y de unidad.
Lo
cierto fue, que fortalecidos por la palabra y presencia del Señor en
dicha Eucaristía, fuimos testigos a la salida de la Iglesia de un
incidente, -que sin perjuicio de una ulterior reflexión y análisis
profundo- tergiversaba y echaba por tierra toda la misión salvadora
y misericordiosa, en la practica, anunciada tanto en las lecturas sagradas, como en la palabra
recibida por iluminación del espíritu Santo, correspondiente a tan
sagrada Festividad. Dos jóvenes, uno de ellos de color, se
encontraban desde antes de empezar la misa, ocupando un banco de
primera fila. Como quiera que los citados jóvenes (extanjeros) eran
también desconocidos para la general feligresía, al terminar la
misa observando por los habituales fieles, que se mantenían en sus
respectivos sitios, una vez evacuado el templo por los asistentes;
llamaron la atención, despertando la normal sospecha de los responsables del templo. Circunstancia por la
cual, se hizo necesaria la presencia del Presbitero, a fin de tomar
las medidas oportunas y recabar información sobre la postura de
inmovilidad que mantenía los extraños jóvenes. El sacerdote pudo
comunicarse perfectamente con ellos, ya que el joven de color,
hablaba en italiano, lengua comprensible dentro del magisterio que
había desarrollado anteriormente el ministro de Dios. Por lo visto,
los jóvenes pedían asilo y hospitalidad en la Iglesia. El
Sacerdote, les hizo ver, que tal cosa era imposible y se ofreció a
darles todo tipo de información, sobre otras instituciones de
carácter municipal o social, habilitadas para esos propósitos. Ante
la insistencia de los jóvenes, el presbítero, llegó incluso a
preguntar al personal que nos hallábamos en las inmediaciones, si
contábamos con alguna casa o habitaciones para acogerlos. Todos
callamos, unos tragando saliva, otros agachando la cerviz (el miedo, la desconfianza frente a los que no conocemos, la duda, el perjuicio, razones tan bastante como humanas) y cambiando
automáticamente de tema. … Ahí lo dejo, para su reflexión,
intentándo ponerme en el lugar del Cura en función de la enorme
responsabilidad de su magisterio, al frente de una parroquia,
atendiendo a razones de seguridad, guardia , custodia y probables
cuentas que demanden sus fieles. Ahí lo dejo, antes de juzgar a mi
prójimo, pero evidentemente, afligido, porque parecía como el Señor
me hablaba, pidiéndome ese más, que aún resonaba en mis adentros,
fruto de las lecturas, palabras, exhortaciones del mismo Papa, Lo
cierto es que en nuestra debilidad, en toda nuestra fragilidad, de
nuevo lo volvemos a cargar todo en manos del Señor en su infinita
misericordia...Oremos.
lunes, 16 de mayo de 2016
Como sufre la Virgen...
Que les voy a decir, que no hayan visto ya....desde su cómodo sofá -a Correotv, pongo por testigo- o desde cualquier punto de la abarrotada Aldea, en el Glorioso Lunes de Pentecostés Rociero. La Madre, esa Blanca Paloma, orgullo de la Fe de Andalucía, otro año más por los suelos, en constantes y repetidas caídas -sí caídas con duros impactos sobre la arena-, golpes tremendos en los que la Bendita Imagen, hacía temblar las estrellas de sus doce coronas, imperiales. ¡Como tiene que sufrir, la Madre, la Reina, la Virgen más vitoreada del mundo!. No lo digo yo...Almonteño...no lo digo yo, simplemente suscribo lo que veo: A mí que me importa si ese es vuestro Rocío; el heredado por vuestros padres, abuelos, antepasados ´los hombres del la Virgen- ¡que me importa que pongais toda la buena voluntad del mundo, un año entero para llevar a la Madre...tantas reuniones, tantos encuentros, como decis, para atender los consejos de vuestros mayores!. Lo que verdaderamente importa es lo obvio, el espelugnante golpe del blindado paso contra el suelo; ese aldabonazo que sentimos, cuando la Virgen se os cae a tierra por alarde de fuerza bruta; por defecto de Amor que raya en la esquizofrenia, en el delirio irreverente de la brusquedad a la que sin sentido, quereis anestesiar, con la cerrazón de vuestra inexcusable tradición. Ya sé, que esas son las leyes de vuestro pueblo y las escrituras de propiedad, que refrendan el Don del cielo recibido; ya conozco vuestra respuesta, que por vindicativa, se vuelve a estrellar en los últimos años contra el Paraiso de la Marisma; Pero no hay que callar, ante el abuso o los alardes de visto poderío iluso, porque somos legión, las voces que claman en silencio, con el corazón encogido, cada vez que la Virgen se hunde, dando de bruces contra vuestro mismo precipicio. Me parece muy bien, que lucheis contra esa presión que vosotros mismos habeis producido; me parece de escándalo que os aferreis a sus varales como aguerridos guerreros, en la batalla campal que vosotros mismos os habeis declarado. Es fantástico, para el personal que gusta del espectáculo, de la turbamulta, del miedo infundado que habeis fundado entre vosotros, será todo lo digno, devoto, humano, fervoroso, sentido, emotivo, sincero, único, inenarrable, asombroso, incomparable e impactante del mundo...la fe del Rocío en la más universal de las Romerías, no se cuestiona. Pero hasta las bestias, obedecen a la voz de los boyeros, para bajar los escalones del otro cielo de las presentaciones, Y la Virgen sufre...sufre, sí, porque recoge en su misericordiosa mirada, los gritos de dolor de todos los hijos que la ven caerse, más por vuestro exceso que por el propio peso de sus andas; la Virgen sufre y ya os avisó una vez. -Bendita sea- en su milagroso y resistente candelero, Gracias a Ella, siempre, Madre Prudente y Amorosa que sufre en silencio tanto golpe de pecho incapaz de mantenerla en vertical apenas cinco minutos desde su brillo de noche, hasta las luces del Alba. Pero que les voy a decir yo, que ya no sepan, mejor dicho, que no vean, aunque no quieran verlo. Solo bastaría la genial idea de abrirle un círculo a los hombres que la portan, en vez de cerrarle el círculo a los que la quieren simplemente rozar. Pero se la respuesta; ¡ese es el Rocío...eso es lo que hay...ya sabe lo que tiene que hacer, el que no comparta esto!...ojo, suspirarán rocieros sexagenarios- ¡hubo un tiempo, en el que la Virgen, no cayó al suelo, con tanta insistencia, manteniendo a duras penas su verticalidad en los hombros de los Almonteños, aquellos que rechinaban sus dientes, masticando tallos de claveles...cuando aquel Rocío épico del millón en la Aldea. La Virgen puntualmente se posaba en las arenas, pero ¡donde va a parar!...nada que ver con estas dolorosas caídas, con estos golpes estrepitosos contra el suelo...¡nada que ver!
jueves, 12 de mayo de 2016
Botas de agua por botos
En este
camino de ida que ha sustituido los botos camperos, por las botas de
agua. En este camino del diluvio, que ha tapado el colorido de los
trajes de flamenca y los cortos, por el el capote verde y el
impermeable. En este camino duro e inclemente, como no se recuerda,
que ha anegado los caminos históricos de barro y lodo, haciendo
impracticable los surcos de las carretas, las ruedas de los tractores
y toda clase de vehículos que componen la flota de una Hermandad. En
este camino de agua bendita que está calando hasta los huesos a
carreteros, peregrinos, caminantes, romeros y personal al servicio de
la Romería; nos hemos planteado, más que nunca la cuestión sobre
que significa realmente, el Rocío y las causas que mueve semejante
peregrinación, que continua sin dejar indiferente a nadie. Frente a
las circunstancias desfavorables, de la meteorología, el Rociero de
Fe, cuya principal idea es el encuentro con la Madre- la respuesta es
inmediata: “llueva o ventee, caiga chuzos de punta, haga calor y
haga frío, ¡siempre para adelante!”. El camino para los Rocieros
de Fe, es un camino glorioso, que se realiza con todas sus
consecuencias. Que ningún Rociero se queje de la tremenda dureza del
camino, que es un camino que se hace voluntariamente, con mucho gusto
y esperanzas puestas. Nada que ver con ninguna travesía del
desierto, con cualquier tipo de éxodo o huída de la muerte a
consecuencia de la guerra y sobre todo comparable con el drama de los
Refugiados” que todos llevamos en mente. A más de uno de los que
se quedan, viendo partir a los Rocieros, se nos ha quedado otra cara
bastante lejos de la envidia y la soberbia, de la crítica resentida
y despiadada, al contemplarlos bajo la inmisericorde lluvia, tan
necesaria como nunca del gusto de todos. Hasta los más aviesos
detractores -en el fondo- han sentido cierto estímulo confundido con
la solidaridad, tildándolos simplemente de locos. Porque aquello de
los tópicos, de que el Rocío siempre es juerga y tambor; que el
Rocío es mentira y vanidad;que el Rocío es puro postureo y hasta
botellona a discreción, se ha visto cubierto por el plástico que
tapaba la carreta del Simpecao pingueando; se ha visto cubierto por
un caparazón multicolor de paraguas, que ha formado una piña
encharcada de fervor, para hacer verdadera hermandad alrededor de la
Carreta de Plata. Obligando a los romeros y peregrinos a tomar rutas
alternativos que no se recordaban en la Historia del camino rociero.
Carreteras olvidadas, senderos inhospitos, sesteos imposibles y
paradas forzosas donde dormir, fuera del charco y la humedad del
terreno. Sí, claro aún así y una vez “acomodados”, volverían
a encender los motores, las cocinas, a preparar el festín de turno
con toda clase de mariscos, chacinas serranas y exquisitas viandas,
dispuestas sobre una mesa al resguardo del relente y correrían “los
arroyos del vino, donde como cantan las sevillanas, se disculpan y se
lavan los tropiezos del camino ¡ay si los pinos hablaran!”. Pero
no es menos cierto, que frente a esa empalagosa necesidad de
convivir, está el momento recogimiento; el rezo del Santo Rosario
entre la luciernaga de las bengalas; los Rocieros de Fe que no
pierden el sentido, por más sueño y cansancio, de arremolinarse con
sus ponchos y mantas, delante del Bendito Simpecao, para orar y dar
salves de Gracia a la Blanca Paloma, con los ¡VIVAS! Más sentidos.
El Rocío, por muy al alba que se levante, es hacer un camino de
Esperanza, al encuentro de la Madre; cada uno es cada cual y lo hace
según tradición heredada por sus antepasados o curiosidad y ganas
de sentir o vivir la experiencia única del contacto con la
naturaleza. Unos irán siempre al lado o detrás del Simpecado: “mi
camino es caminar al lado del Simpecado”, por promesa o intención;
por alguna necesidad de salud o simplemente para adorar a la Virgen y
darle gracias en todo momento. Otros lo harán de igual manera, pero
por motivos de profesión, o responsabilidad de los cargos que ocupan
en la Hermandad. Otros irán dominando la belleza de los parajes, .a
caballo., contemplando olores y sabores, respirando el aroma de las
flores silvestre, amapolas sobre trigos, lirios marismeños,
arrancando el romero fragante de las matas. Muchos, peregrinos de
mochila y tienda de campaña, ilegales de cara a una hermandad que
exige, porque se lo exigen a ellos, pagar el terrero vallado, las
lindes donde pernoctar ¡ay alcalde de carreta! Que tienes que beber
el trago amargo de darle espaldas a la caridad y la misericordia con
tu prójimo. Pero si queremos mirar para otro lado, veremos el Rocio
de las jardineras, del buen gusto por la incomodidad, la alegría y
el poderío de un camino que con pan y vino, se hace más cómodo. Si
queremos mirar, la otra cara de la medalla, veremos bastantes
contradicciones, niveles que van desde el servir de los contratados,
hasta el ser servidos de los que lo costean; no es cuestión de
posibles, aunque se note el despilfarro, el esplendor, la fiesta
continua dentro de las casas del Rocío, sigue siendo el espejismo de
una Romería inconfundible pero aún confusa, para los que la ven
desde las afueras. Hay muchas cuestiones y las apariencias engañan
más que nunca en el Rocío. Hay que hacer el camino para poder
opinar y sea cual fuere tu opinión, habrás de llevar contigo -como
mínimo- el don de la Fe. Porque por mucho que veas, no llegarás a
creer más que una sola cosa y eso si crees sólo esto: El Rocío es
el encuentro con la Madre, un camino con todas sus luces y sombras
que debe empezar desde tu interior y solo desde tu interior verás,
que ese camino termina agarrao a las rejas de su Ermitan, postrado a
sus plantas, ese es su final y así debe ser la finalidad de su
sentido: “Al final la Paz, al final su perdón, arrodillado a sus
plantas y gritará tu garganta, Rocío danos tu Amor” Si no es así,
quédate en casa rumiando las imágenes de quienes gozan la belleza
de un camino, que va más allá de cruzar el Quema, presentarse ante
Villamanrique, salvar la interminable Raya Real, y cruzar el Ajolí;
quédate en casa, mirando la dicha y el tronío de los caballistas;
la belleza única de las mujeres vestidas de flamencas; el poderío
de los carreteros y la extrema emoción de las plegarias, salves,
cantos, Vivas y lágrimas de los romeros...y si aguantas impasible,
llegar al culmen de ese lunes de Pentecostés, cuando la Madre
provoca la marejada ciclónica y esperpéntica de los Almonteños.
Pero “no preguntes el porque, ni motivo, ni razón, que las cosas
del Rocío, no tienen explicación” ¡querer es poder. vivelo si
puedes!
martes, 3 de mayo de 2016
"Rezaré" con flores a MARIA
En una
Parroquia de Sevilla, el coro parroquial, canta, en la Mísa de
vísperas del sábado y Domingo (ambas a las 20h), el “Rezaré”
de Silvio Rodriguez. Es una versión a la sevillana manera de el
conocido “swin” italo-hispalense, que el mítico cantante de rock
compuso a la Santísima Virgen María, inspirado en sus dolorosas
advocaciones de Semana Santa. Acompañados por la guitarra española,
acariciada por las manos hacendosas de Mercedes, su directora, el
coro Parroquial, compuesto por jóvenes de todas las edades -entre
los 8 y 80 años-, entona esta versión del “Rezaré” de
Silvio, como canto final de las citadas Misas vespertinas, y en honor a la verdad,
está constituyendo, -poquito a poco-, todo un éxito de crítica y
fieles, que cada fin de semana y en mayor número, espera hasta el
final de la canción, para mostrar sus plácemeas y dar la
enhorabuena a la directora del coro.
Como componente de ese humilde coro, y autor
de esta idea (modestia a parte), siento un real orgullo y
satisfacción, por los muchos motivos y circunstancias gratificantes
que nos ha llevado a este “éxito” entre comillas. Quisiera
destacar la Acogida fraterna que los feligreses practicantes de esta
Parroquia, dispensan a los nuevos fieles que a la comunidad se
acercan. Realmente se palpa el espíritu de la Caridad de Cristo,
testimoniado entre los hermanos en la sana alegría de recibir a
los nuevos sin distinción de edad, sexo, condición ni raza.
El Alma mater de tan
dichosa acogida, se encuentra personificada en la piedad hospitalaria
de D. Jesús, Presbítero de la Parroquia, el gesto de admirable
ternura de D. Francisco -Arcipreste- y el abrazo directo al corazón
de Antonio, el Diácono, que nos abrieron las puertas de misericordia
cristiana, desde el primer día, apostando sin ningún tipo de
prejuicios, por cualquier forma de Alabar la grandeza del misterio
pascual de Cristo y las glorias del magníficat a su Bienaventurada
Madre, la Virgen Maria, siempre que los cantos expresen con respeto y
fervor, esta declaración de Amor, que es la alegría de nuestra Fe.
Volviendo al
la versión del “Rezaré” de Silvio, es impresionante los frutos
espirituales que cosecha su interpretación, pese a las humanas
carencias de nuestras voces, -que muchas veces acusan la falta de
preparación musical y la escasés de ensayos necesarios- pero que
llega directamente al corazón de los oyentes, por la fuerza
centrífuga de su profunda letra y el tono de menos a más que
inyecta en estos legos cantores el plasma de venirnos arriba en la
emoción de sus estrofas finales, vibrando y haciendo vibrar a toda
la concurrencia. También es impresionante, más bien prodigioso, el
efecto recíproco que produce este “Rezaré” de Silvio, una
canción que cuando se escucha con atención, no deja indiferente a
nadie y así, no dejamos de sorprendernos a nosotros mismos, los
miembros de este sencillo coro, cuando desde los niños de primera
comunión, hasta los ancianos más añejos, se acercan hasta nuestro
sitio, para mostrar su emoción y gratitud, ante tan encantadora
salve a María Santísima.
No deja de sorprendernos que gente de
todas las edades, pregunten por el autor de este “Rezaré” que
atrapa el corazón con tanta devoción como entusiasmo. Desde luego
que el bueno de Silvio Rodriguez, -como mítico autor y genial
poeta-, a la diestra del cielo que va a todas partes; con el vaso
de tuvo en la mano y el estado de gracia de su profundo coma
creativo, saltará de pasión, exclamando su ¡VIVA ESPAÑA!...y
¡VIVA ROMA!...como capataz de “esa izquierda atrás” que marcan
los viejos rockeros que nunca mueren.
Porque su “Rezaré” que es
el nuestro y de todos los que sentimos las sevillanas maneras de
querer a la Virgen María, continúa sonando y haciendo las delicias
de todos los niños, todos los jóvenes todos los puretas y
nostálgicos e incluso de los ancianos que nunca imaginaron
reconocer, en la canción de “Rezaré” la exquisita ortodoxia de
tan delicado magisterio en honor y Gloria de la Bienaventura siempre
Virgen María. Todo ello compuesto de puño y letra por el genio
disparatado de un mito convertido en leyenda: Silvio Rodriguez:
Así
que ya lo saben, no digan que no se lo advertí; en una Parroquia de
Sevilla, se canta el “Rezaré” o si quieren, se reza cantando,
esa Salve que Silvio compuso para prendernos a todos en el Amor a
María. Acérquense y escuchen con sus propios oídos, merece la
pena.
Te amo te
amo tanto
Madre de
lo Universal:
¡sevillano,
siento tanto
Amor por
tí!
https://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-ghttps://www.youtube.com/watch?v=WOMBLlifr-g
viernes, 29 de abril de 2016
EL AMOR, estrena MADRE
a Reyes
El rostro de
Dios, nadie lo ha visto. El Dios necesario, trascendente e infinito,
no lo conoce el hombre. Solo el Amor de Dios Padre, logró ponerle
rostro y sustancia a la Segunda Persona, presente en el Santísimo
Sacramento del altar. Es el Dios encarnado, cuya definición
indefinible, revela el Apostol San Pablo con lengua de Angeles en la
sublime carta a los Corintios, inspirada sin duda por el Espíritu
Santo. El AMOR único a la altura humana solo es
posible en la tierra, de la mano de una Madre. La Virgen Santísima,
madre del Dios encarnado, es la imagen viva y eterna del Amor de
Dios, el Amor imposible fuera del diálogo interTrinitario que se
establece en la unción materno filial entre María y Jesús.
La
Bienaventurada María, presenta ante el mundo, la mirada del Dios
viviente, el Amor en pañales, el Amor recién nacido, que al
adorarlo se hace idéntico al ser humano, amándonos como el primero, De El, la madre del hijo de
sus entrañas, la madre que amamanta, la Madre que da sentido al
Amor, al único y verdadero Amor de Dios trascendente. Nadie ha visto
ni verá tanto amor fuera de una Madre. Nadie conocerá el Amor como
el de una Madre con el hijo en sus brazos. Nosotros sentimos ese Amor
filial que se hace capacidad, para que seamos torrente, al ser creado
por la providencia de Dios. Por eso no hay palabras para definir el
asombro de este Amor único, que recibe en su regazo la obra cumbre
de la creación, el ser más perfecto y a la vez más indefenso, el
más necesario y a la par más necesitado de Amor.
El día de la
Madre, es el día del Amor de Dios, de ese Amor trascendente e
infinito, que solo el Padre Eterno a puesto a disposición de la
nueva Eva. Contemplad la foto de una parturienta al punto de dar a
luz; contemplad que en sus gritos desgarrados, que en el apretado
dolor de forzar sus entrañas, que en el estertor caótico de su
descomunal empuje, está la mas grande de las alegrías. Las lágrimas
purifican sus temores y al punto se tornan en llanto emocionado que
celebra el gozo. La luz en estado de nueva Esperanza lo inunda todo.
Ante la contemplación de una Madre, se cumple el milagro de la vida
y cobra sentido el misterio que toda religión encierra, tanto en el
aspecto material como en la carga espiritual que supone dar a luz,
concebir el ser imagen y semejanza de todo un Dios verdadero, que nos
regala en el don maternal, el AMOR, que espera, que fía, que no
pide, que no tiene envidia, que no se engría.
No hay mas que ver en el
rostro de una Madre para creer, en ella para siempre. La ternura de
su mirada es un acto de fe en sí misma. El brillo de sus ojos
deslumbra las palabras; su torva faz cuando intenta reprenderte, te
provoca sonrisa. ¿A quien acudiremos cuando estemos tristes, cuando
el dolor o la enfermedad nos cercan; cuando los problemas parecen no
tener otra salida? Es prodigiosa la respuesta de una madre ante
nuestras dudas; lo que sabe de nosotros; lo que entiende sin
necesidad de aprender más, que de su instinto creador-maternal. Si
alguna vez que otra nos resulta implacable su afán de protección,
más grande se hace con el paso del tiempo, la herencia que atesora
su vida en duermevela, siempre al atisbo, siempre dispuesta, en
alerta del horizonte, por si nos ve llegar, correr a recibirnos como
el Padre misericordioso, que se adelanta, para reducir el más leve
gesto de humillación y ofrecernos el lecho siempre cálido y la leña
perenne y encendida del hogar. Porque el Amor de Madre es el mismo
Amor de Dios, infinito y trascendente, que posee entre sus muchos
dones, el vernos siempre como niños.
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