viernes, 15 de noviembre de 2013

Las cosas turbias y el chocolate claro


Como viene siendo habitual en los últimos años, la elección del pregonero, suscita bastante polémica en el mundillo “morado”. Tiene que ser frustrante y descorazonador, para los que están colocados en la parrilla de posibles desde hace décadas, comprobar como a última hora, suplentes insospechados o sabia nueva de la cantera, pasan por delante de los eternos nominados, dejando un tufillo cadavérico. No sabemos, por parte del Consejo, a quien se quiere agradar concretamente, pero sentimos el peso de Palacio a plomo, inclinar la balanza hacia su despensa. Se hizo de rogar la elección de este año, amenazada por las filtraciones del manoseado “androi-smart-fhone-wats-up” en connivencia con los medios de comunicación y la aplastante inmediatez de corresponsales de webs cofrades que juegan al pseudoperiodismo de la confusión. Parece que el Consejo, tomo buena nota de los escándalos pasados y se blindó en San Gregorio, apelando al sentido común de apagar los cedulares de sus miembros. Parece ser que se jugaba a caballo ganador, insistiendo en el hombre de iglesia, después de la negativa del Cardenal Amigo, volviendo a tocar las puertas, esta vez del templo de San Lorenzo. Pero un año más, la curia-conociendo el percal- y la incontinencia crítica y mal intencionada de este mundillo cofrade, no quiso mojarse. Imagino la indecisión y la falta de criterio del órgano rector al romper la baraja. El hermetismo de adentro, hizo que la impaciencia que se respiraba fuera, moviera ficha al alimón y sonó la flauta: Juan Miguel Vega, fue durante algo así como una hora, Pregonero de la Semana Santa de Sevilla. El rumor, corrió por las redes entre plácemes y desmentidos. Algún día, sabremos la verdad de lo que se cuece o se cocía en aquellos momentos decisivos, dentro del Consejo, de momento hemos de conformarnos con las declaraciones de su máximo responsable, don Carlos, en los términos que nuestra imaginación alcance a comprender: Dicen que surgió entonces el nombre de Quico Berjano, como por ensalmo; del mismo modo que pudo surgir el nombre de Javier Criado, el hno. Mayor saliente del Santo Entierro, el Valle o la Soledad. ¿Aleatoriamente o queriendo satisfacer a Palacio? Parece ser que fue esto último, porque poco faltó a Don Manuel Soria, para abordar al pregonero electo, ante el temor de una nueva negativa: “Sí, es que hemos pensado en tí, porque queremos darle al pregón este año un perfil...”. Elucubraciones a parte, la elección del pregonero, como casi siempre, me deja un sabor agridulce. Don Francisco Berjano, magistrado-juez, hermano mayor de la Vera Cruz, costalero fundador de la cuadrilla de la Paz, me parece una persona muy digna y entrañable, indudablemente capacitada y experta para la misión tan altamente representativa que se le ha encomendado. Al conocer la esperada nueva, el mismo ha dado muestras de sus virtudes, reconociendo con humildad seráfica estar conmocionado, tanto por la inesperada sorpresa, como por el compromiso que supone para un cristiano-cofrade, pregonar la Semana Santa más importante del universo o al menos la más relevante o mediática. Francisco Berjano, ha reconocido públicamente carecer de las tablas de un pregonero al uso sevillano, es decir, esos que figuran en las quinielas todos los años, por méritos de las glorias o por deméritos de pertenecer al rol del “llamador”; “abc”; “Pasión de Sevilla” o la tertulia del único programa que nos transmite y retransmite la Semana Santa durante la mayor parte del año en la tv local. Pero es verdad que choca, esta elección tan arbitraria, es verdad que no hay nada más que ver la cara desorbitada del bueno del pregonero electo. La magnitud del compromiso en el que se ha puesto a una persona tranquila, entregado a su trabajo y comprometido con su hermandad. Todo eso de la parafernalia y el halo que rodea al pregonero en su camino de rosas y nube hasta el atril del maestranza, está muy bien, pero Quico Berjano, lo ha dejado claro con contumaz determinación: “Naturalmente que tengo miedo, donde pongo mi responsabilidad, por hacer dignamente el trabajo encomendado, no hay otro interés”. Y estas palabras le honran, como ponen bajo sospecha a un Consejo, con tanta falta de criterio propio que, por agradar a todos, no agrada a nadie. Un Consejo anestesiado e indolente, cuya falta de transparencia, deja en entredicho su gestión administrativa sobre las Sillas de la Carrera Oficial; la seguridad de la calle Sierpes (un año más corriendo el riesgo del milagro de Dios); o la sanción muda al “panaderazo” del pasado Miércoles Santo”. En fín, continuemos mirando para otro lado o haciendo -como decía la abuela- lo mismo que la “gata de María Ramos”: cerrar los ojos para no ver los ratones. Menos mal que Dios escribe recto con renglones torcidos y estoy seguro que el del año próximo, será un gran Pregón. Enhorabuena a don Francisco Berjano y que el espíritu santo lo alumbre el domingo de nuestra pasión.


lunes, 11 de noviembre de 2013

Lo lamento, Sr. García

http://www.youtube.com/watch?v=qAI6sJUHRAA&feature=share


A las cosas hay que darles la importancia que merecen; lo siento mucho, D. Manuel García, pero en uno de los días más importantes y felices de su vida, cuando todo son aplausos y felicitaciones, -entre ellas la de este humilde opinador-, lamento el bochornoso espectáculo que han dado los miembros electos de su Junta de Gobierno, en el momento en que se hizo público el resultado del cabildo de elecciones. Desconozco el nombre del hermano macareno que procedió a la lectura del acta, desde el atril de la Basílica, admiro y comparto la ovación merecida que recibió el reelegido Hermano Mayor, cuyo rostro sereno, reflejaba la mezcla de tensión, emoción y visible satisfacción por el respaldo obtenido, como también censuro el gesto impertérrito de mal perdedor, del hermano en la oposición, D. Agustín Conde, quien lejos de la fraternidad exigida en buena lid, permaneció ajeno a los aplausos que aclamaban a D. Manuel García. Después todo fue una sarta de despropósitos que derivó en lamentable marabunda populista y descabellada, dentro de un recinto sagrado, donde sólo cabe la autoridad y el respeto. Lamentable la alineación de los miembros electos de la junta, vociferada a modo de “sparrin futbolero” desde tan egregio atril y la reacción entre vítores e irreverentes muestras de cariño con las que se acogió a cada miembro por parte de los mismos candidatos y afectos. Lo considero una falta de respeto descomunal, tanto en el lugar, como en las formas, que espero no traiga otras consecuencias más graves en el futuro, que la sensación de haber dado muestras públicamente de una Hermandad, dividida y quebrada, en detrimento de la candidatura derrotada, que tuvo que aguantar estoicamente semejante humillación a causa de tan escaso margen de diferencia en los votos. Ya se que en una hermandad, no debe haber vencedores ni vencidos, lo acredita la añeja cita del “todos remamos en la misma dirección”, pero en una hermandad de la categoría, historia y trascendencia, como la Macarena, que estos hechos se produzcan dentro de la propia sede de tan universal devoción, no solo deja mucho que desear, sino que da una imagen bochornosa del espejo incólume donde se miran tantos creyentes en la fe. Me pregunto, ¿Que celebraban vdes., señor García, con semejantes muestras de frenético entusiasmo?...¿Se puede exteriorizar el gozo y la alegría, llevándolo a tan esperpénticos extremos? Naturalmente que se puede exteriorizar el gozo y la alegría, como la satisfacción del deber cumplido, puestos en pié aplaudiendo al unísono a todos los hermanos macarenos, como se aplaude al pregonero de los “armaos”. Pero parece ser -y a las pruebas me remito de los que estuvieron presentes en el acto, como de los que hemos observado los hechos por el vídeo que circula en las redes- que no, que vdes., celebraran la derrota de unos hermanos que se atrevieron a seguir la continuidad por la senda de la oposición; parece ser que vdes., celebraban la victoria en “champión” de las viejas glorias macarenas y se os ha visto el plumero de la cohorte de Pilatos, sin reparar en que el mundo es un pañuelo de oportunismo e inmediatez que da la vuelta al globo en cuestión de minutos. No digo que vuestro exceso de cariño, haya sido con mala intención, pero nos habéis hecho pasar vergüenza ajena convirtiendo el templo en cueva de ladinos, bajo la augusta presencia del Señor de la Sentencia y la Virgen de la Esperanza. No es el fondo, lo que cuenta en estos tiempos de crisis existencial y socio-económica, es la forma de celebrar un cargo en Junta, como los jugadores de élite, sin tener en cuenta que en una hermandad, por encima del cargo, la vara o el sitio de privilegio, lo único que se celebra es el triunfo del culto, la formación y la asistencia social o Caridad, cosa que sus hermanos, Sr. D. Manuel García, han dejado en entredicho con su actitud desmesurada en un sitio, donde sólo tiene cabida la compostura, el respeto y la Esperanza. Lo siento mucho, hermanos macarenos, pero a las cosas hay que darles la importancia que merecen.




 

lunes, 4 de noviembre de 2013

"Más pesao que el Carlos"


¿Conoces a algún Carlos que no sea “pesao” - “jartible”- como se dice ahora. Yo te lo voy a relatar. El Carlos era leyenda viva del barrio; el soltero de oro de la casa de vecinos. El Carlos era apuesto, simpático, galán, brillante seductor. El Carlos era la alegría de las bodas y bautizos; canturreaba bien los boleros, tocaba la guitarra y la bandurria y se arrancaba por sevillanas al estilo de los Toronjos. El Carlos era Tuno de la escuela de comercio, representaba sainetes de los Alvarez Quintero en el salón de actos del Colegio Socorro. La primera “lambreta” que entró en el patio de vecinos, era la flamante Lambreta de el Carlo con cachas celeste cielo. A su grupa, me llevó a ver al Señor Cautivo por la Plaza de España y al Soberano Poder, por el vergel de San Gonzalo. El primer “seiscientos” de fábrica que aparcó en la plaza, no podía ser de otro, que el de Carlos. Un seiscientos D, matrícula SE-134. ???, verde manzana, cuyo olor a nuevo, aún conservo en las calderas de mi pituitaria. Sabe Dios, con la ilusión que esperaba cada día, la una de la tarde, hora en la que me llevaba -el Carlos- a recoger a su padre al taller en el glorioso seat. Entonces se podía circular por la Alhóndiga y adentrarse hasta las mismas entrañas de Abades para desembocar en la estrechez de Placentines. El paseo era tan evocador como distinguido; los transeúntes se apartaban al rechinar de los neumáticos, asombrados por el brillo y la prestancia del utilitario soñado. Yo me sentía un privilegiado, cuando el Carlos aporreaba mi puerta y musitaba: “canijo, vamos a dar un paseito” y allá que me llevaba a ponerle el radio al coche, un niquelado “De Val” de los 60, cuya instalación, requería taladrar la guantera de chapa del vehículo, como se hacía antiguamente. Ibamos mucho a la Venta el Pino y a la “Hacienda la Red” por cartones de huevos que vendía la hermana del Carlos. Cuando nos adentrábamos en carretera, el Carlos profería su célebre frase: “cerrad las ventanillas” que lo voy a poner a 80. A mi me daba vuelcos el corazón. Otra de las leyendas del Carlos, era su novia: todo el mundo y parte del extranjero, hablaba de la “novia del Carlos”: que si rubia tirando a castaña, que si morena con los ojos claros, que si un monumento de mujer...pero la verdad del cuento ¡ay señores, que tormento!...nadie conocía o había visto al Carlos con su legendaria novia. ¿Que porque el Carlos, era tan pesado? Se estarán vdes preguntando a estas alturas del relato. No era pesado, más bien como un disco rayado. Cuando el Carlos cogía una cantinela, la exprimía hasta la extenuación, pero lo malo no era eso, es que tenía la escogida virtud de sorprenderte y atraparte deliberadamente, aprovechando el menor descuido de la mente, para hacerte caer en la red de sus retahílas: “Canijo (¿que? contestaba un servidor atentamente) “¡que pena que se ha acabado la Semana Santa”! (confesaba el Carlos con voz lastimera, no exenta de sorna) (-Sí que es verdad- replicaba el que suscribe)... “Menos mal que ahora viene María Auxiliadora” (anunciaba el pedante con fingido júbilo) y así sucesivamente, con premeditación, alevosía y nocturnidad, hasta que por fín estrenaba otra de sus “geniales” ocurrencias. Testigo de excepción de la empalagosa tortura china del Carlos, fue Joaquín, amigo y compañero de clase en mi colegio. A la sazón nos habían mandado un trabajo de manuales, consistente en la construcción de un barco de velas con material de cartulina. El Carlos pasaba por mi puerta y nos veía, al amigo Joaquín y a mí, enfrascados en dicha labor que se nos resistía al debido acabado. Lejos de echarnos una mano, por edad y conocimientos, el Carlos -fiel a su cruzada de acabar con la paciencia del Santo Job- nos zahería con la lija de su reiterada perolata: “Todavía no habéis terminado el barco”. Al principio, tanto Joaquín ni yo, le dimos importancia a tan fastidioso estribillo, conociendo a Carlos y su clásico repertorio; pero con el tiempo, la afanada costumbre del protagonista de esta verídica historia, se convirtió en una insoportable letanía, que Carlos repetía sorpresiva y deliberadamente en cada encuentro con mi amigo Joaquín: “escucha, Joaquín ¿has hecho el barco?”...en la puerta de la calle: “Joaquín ¿has hecho el barco?”...por el zaguán: Joaquín ¿has hecho el barco?”...por el patio: “escucha, que te iba a decir, Joaquín ¿has hecho el barco?”...por los pasillos: “Joaquín, ¿has hecho el barco?...hasta en la azotea: “Oye, Joaquín, ¿hiciste el barco?”. Tal fue la frecuencia, el radio y la insistencia con que el Carlos practicó su tortura al bueno de mi amigo Joaquín, que éste terminó huyendo, aburrido y exhausto de la presencia de Carlos. Yo no digo que todos los Carlos sean pesados y fastidiosos, lo que digo que este Carlos lo era hasta la extenuación y su conducta en ese sentido, terminó convirtiéndose en leyenda urbana, que corrió de boca en boca transmitida de padres a hijos, tanto es así que en casa, mis vástagos refieren el dicho memorial cuando alguien atenta contra la paciencia de su semejante: “Eres más pesao que el Carlos. Hoy en la festividad de San Carlos Borromeo, que creído conveniente relatar esta historia verídica, sin perjuicio de las bondades que acreditan a todas las personas que llevan tan significativo nombre.

sábado, 2 de noviembre de 2013

DE FOTO-PROFUNDIS


Los suspiros son aire, y van al aire; las lágrimas son agua y van al mar...¿sabes tu los millones de fotos que se tiran...a donde van?”



Se fotografía todo; el “smart-fone” se ha convertido en la fotocopia, que tenemos que adjuntar para presentar nuestra fe de vida. El “show de Thruman” que estamos protagonizando en las redes sociales, nos ha hecho llevar la nueva pistola, que como en el lejano oeste, lucimos en nuestro correaje enfundado, para disparar súbitamente a diestro y siniestro en el directo de nuestro paso por la vida. Se fotografía todo: el bostezo matutino; los musculitos frente al espejo; los abdominales recien lubricados; los morritos barnizados por el lápiz de labios y el fondo de armario repleto sin saber que ponerte...no existe lugar por remoto, calle, plaza, monumento o espectáculo gratuito en la rue, que no ocupe el fondo de la pantalla táctil, ni reunión, terraza, velador y copita, que no se inmortalice con el brindis al sol y a la luna en compañía de nuestros amigos, luciendo la misma sonrisa ensayada para el mejor perfil. Pero nada de esta tendencia a lucir el palmito en directo, tendría sentido sino “compartimos” nuestro “look” y envidiable estado con los corresponsales en “wash-up; facebú; tuiter; gmail, etc., etc”, porque como decía el diestro Dominguín: “de que te sirve una aventura si no la comentas con alguien”. Efectivamente, los comentarios del círculo de enganches al smart-fone, no se hacen esperar: lluvia de “me gusta” y baño de multitud de halagos, más falsos que el cigarro electrónico que venden los chinos: “Mira esta, si parece una fulana...vaya la faldita de fursia que luce...onde vá con esos tacones y los cinco kilos de pintura...y este no es pesao con las fotos de pasos y vírgenes...míralo, la cerveza por delante, luego dice que no tiene un duro, que está en el paro...¡como se lo monta!...todo eso lo hace por despecho, para que lo vea su pareja”. El pasado verano, a pesar de la “tiesura” -gracias al smart-fone- todo el mundo presumió de piscina, “shilao”, sombrillas caribeñas; balones de “cai-piriña”, mojito, gin-tonic, sobre el cesped mullido de la urbe o en las celestes playas onubenses y gaditanas, luciendo calva, abdominales, barriga cervecera, pareo o túnica ibicenca, palabra de honor. Yo me acuerdo que antes, no quería nadie salir en las fotos: “ay que salgo muy fea...ay estos pelos...no que estoy mala con el período...calla, que no me he maquillado...hoy hay verdadera fiebre de posados, trincados, pillados y lista de espera, para salir en el facebú, gritando a los cuatro vientos: “antes muerta que sin nada que subir a mi muro. Naturalmente hay excepciones, pero -sálvese quien pueda- no confirman la regla.

Yo que soy capillita de nacimiento y me muevo en ese mundo de las cofradía y procesiones, alucino con los smart-fone y la cantidad de cámaras fotográficas ¿analógicas?, digitales, reflex, etc., etc., con sus correspondientes zancos, trípodes telescópicos, peldaños y mochilas, con los que van o vamos pertrechados, la vorágine de pseudofotógrafos, aficionados o profesionales del gremio. De verdad, ¿alguien gana dinero con esto?...dinero no, Antonio: -quizás unos cuantos, los más- reconocimiento, admiración, carburante para el ego y apósitos desinfectantes para curar las ansias de vanidad. Todo esta labor altruista, es muy bella y gratificante, cuando se lleva la indudable estética de nuestras cofradías a los hogares de enfermos o impedidos, tal a los que padecen el forzado exilio, por cuestiones de trabajo y necesidad. El problema es cuando estos actos y cultos -como ocurre en la actualidad-, se vuelven verdaderas ruedas de prensa, en la que un abigarrado ejército de pseudoperiodistas pertrechados con sus cachivaches, se sitúan deliberadamente delante de los pasos e imágenes, faltándole el respeto a los fieles y devotos que han tomado debida posición en tiempo y forma para contemplar a las imágenes expuestas o en procesión. Ya se, ya se, que alguno de los que nos damos por aludidos en estas cuestiones, replicaremos con energía e indignación, que yo soy de los que piden cita para hacer el reportaje en la hermandad ó, solicito mi correspondiente acreditación para estar delante de los pasos; entrar en la catedral o acceder al atrio...pero lo cierto es, que cuando llega la hora de la ansiedad y la bulla, nos buscamos la vida sorteando obstáculos y -sálvese quien pueda-, para captar ese momento y ganar la indulgencia de la foto más perseguida y anhelada. La inmediatez supina, por subir a la red, la noticia hecha foto o la foto noticia, ha hecho que caigamos en la mediocridad más tendenciosa. Todos somos corresponsales de unos medios de comunicación hechos a nuestra medida, que confunden o llegan a confundir a profesionales con aficionados. ¿Donde está la diferencia entonces?...pues afortunadamente en el mismo arte que supone la fotografía. La fotografía que es una diosa antojadiza , está por encima de la perfección que nos vende un trípode, un gran angular, una máquina de marca garantizada. La fotografía está por encima de lo que todos tenemos por delante de nuestra vista, es un ojo que ve más allá de nuestro enfoque y enfoca a pulso, lo que el ojo incluso no ve. Ahí está la diferencia, es un arte imperfecto en busca del movimiento de la luz y a veces consigue la perfección de captar la luz en movimiento. Cuando lo consigue, el fotógrafo alcanza una dimensión que ni siquiera los profesionales aprenden con la técnica, no es nada más, ni nada menos que la soledad, esa soledad del genio, que como un maravilloso amanecer, muy pocos se levantan a contemplar y todos compartimos.

sábado, 26 de octubre de 2013

¡AL CIELO CON LAS ANGUSTIAS!




Había una vez una Virgen que convertía a los capataces en poeta; a los querubines en churumbeles y a los payos en gitano de pura cepa. No más tocar su llamador de plata de ley, el poeta musitaba aquello de: “¡Madre mía, que majestad traes!” y aquellas palabras de martinete, se te clavaban en el alma embelesada, porque eran parte de lo que tantas veces había repetido tu madre, rezando en voz baja. El maestro sabía más, por viejo que por poeta, que una vez clavado los ojos en la Reina Gitana, se podía mandar, sin restar atención a la flor de la canela y el clavo, porque sus primos costaleros eran tan obedientes, que en cada levantá -al grito espelugnante de: “¡Al cielo con las Angustías!” el palio se elevaba en un sincronizado movimiento sísmico, que hacía levantar las tapaderas del sentío. Y había mucho más en esa Virgen, la rodeaba un halo de sabor histórico; una huella de persecuciones y obligados exilios que acercaban aires de triana, el pópulo y San Nicolás, hasta llegar a San Román, donde la sinrazón la dejó sin nada que echarse a la boca para rezarle a sus benditos titulares. Más pobre que una chinche, como decían sus ilustres gitanos, esa Virgen de la carita inclinada, resurgió como “ave fenix” de las manos de Fernández Andes, para hacer olvidar y lo que es más difícil, perdonar el fratricidio. Y mira que lo tenía complicado, dada la calidad de sus antecesores, provenientes del círculo de Montes de O´ca. Pero la humildad que no pobreza y lo noble de su causa, haría que se levantase como los vecinos de los corrales de su barrio, pidiendo prestado los enseres, para poder hacer su estación de penitencia por esta vida. Diecinueve años tenía la Rosa, cuando este vecino la conoció para quererla desde el primer día más que a la misma madre que me parió. Hoy a los setenta y seis años de eterna mocita, sigue despertando y conservando intactos e idénticos sentimientos como parte fundamental de presencia en nuestros días. Y sabe tanto de nosotros esta Virgen, como mujer y madre de Dios, que nos “rejunta” bajo su manto, sin diferencias ni distinciones de raza, conociendo y suavizando nuestras debilidades humanas. Sí, sabe perfectamente que tiramos la piedra y escondemos la mano; sabe que ciertos hermanos no nos hablamos por cuestiones de ambición, celos e intereses; conoce a fondo nuestras miserias y el color de las rencillas. Por eso se llama Angustias y sufre en silencio el lacerante trauma de la ruptura y la separación, porque para Ella sus lágrimas son el remedio, que tarde o temprano nos llevará por el cauce de una solución adecuada. A veces, por despecho, fingimos no quererla, cuando nos peleamos contra el mundo, cegados por la soberbia, renegamos de una fe denostada por las circunstancias adversas de la vida. Pero Ella sigue siendo nuestro clavo ardiente, la canela que perfuma la noche en duermevela, el aguita fresca que lava nuestras conciencias y calma la sed de justicia. “¡Tu eres la honra de todas las razas”!...la sigue piropeando el capataz poeta... “y resulta que ya no se puede andar mejor” porque la Virgen ha conseguido igualar nuestras imperfecciones, para que anduviéramos siempre de frente, elegante, con cadencia gitana, con empaque de ley, como se mueve su palio de armonía, una transparente maya, cuyas guirnaldas bordadas en oro a realce, dibujan buñuelos resplandecientes en el aceite puro de los peroles hirviendo del arte. En el recuerdo queda, aquella Virgen de los años mozos, que por su inefable natividad, se paseaba por la redonda de San Román, a hombros de nuestros mayores payos y gitanos. La Virgen que descubrió el perfil más bello del mundo, ataviada de blanca mantilla. La Virgen que hoy luce una apostura impecable, de la mano magistral del joven Antonio Bejarano, que hace verdaderos encajes de bolillo con la blonda y el raso en su pecherín de Reina. De ahí, que cuando Ella dice “aquí estoy yo” y eso que no ha hablado nunca por no ofender, más que por boca de nuestras oraciones, su barrio de San Román que es toda la Sevilla cofrade, sus miles de devotos, sus gitanos cabales de siempre, se arremolinan a sus plantas y lo celebran con el gozo de su adorable presencia, ya sea en la milagrosa madrugada nazarena del Viernes Santo, como en el XXV aniversario de su Coronación. Porque estos días de júbilo y gracia, nos acercan momentos que por soñados, no dejan de ser superados por la plenitud de verlos convertidos en realidad. Tras la lluvia inclemente, siempre sale el Sol para recibir a la Virgen que se encuentra con su pueblo, conjunción de aromas y sabores, recuerdos y emoción que se enciende en el cirio de Vida que alumbra su candelería, garante de los que saben que no hay que llevarse hasta el cielo, aquello que tanto necesitan en la tierra. Su cara de Rosa canela, es un poema inclinado hacia todas las Angustias que padecemos. Por eso vamos todos tras Ella, junto a Ella, delante de Ella, acompañándola a cara descubierta para que sea sólo Ella, la que reluzca en medio de nuestras imperfecciones. Vivimos hoy para morir mañana, por eso hoy me siento niño, hijo, esposo y padre, como el Seise dibujado en el cartel de su coronación, padrino eternamente junto a madre Angelita, la Santa favorita de todos los payos y gitanos; disfrutando del buen apetito sacramental de la Salud, abanderada por el Señor que lleva a cuesta la cruz de todos nuestros pecados. Pasarán más de cien años y volverá a sonar el llamador de plata de ley, golpeado por las manos de los discípulos del maestro Gallardo, capataces poeta, que llamarán a la gloria al grito de: “¡AL CIELO CON LAS ANGUSTIAS!” y todos responderemos al unísono: ¡AL CIELO!...por que tan solo en el cielo, la aman mejor.















Enlace Besamano Extraordinario, ver aquí:
http://fotoblognaturaldesevilla.blogspot.com.es/2013/11/ataviada-con-blanca-mantilla.html

martes, 22 de octubre de 2013

Soraya sin perdón


UN PAIS DE TWITS.

El presidente del Gobierno dice que estamos saliendo de la crisis con la economía saneada. Cáritas informa que más de 3.000.000 de españoles viven en la pobreza. La Vicepresidente del Gobierno, Soraya “la chiquetita” con apellidos de golpista, criminaliza a los parados afirmando -con saña- que 500.000 cobran el subsidio de forma fraudulenta. Los responsables del INEM, desmiente dicho dato, aduciendo que se trata de los 500.000 desempleados a los que se les ha retenido el subsidio por falta de alguna documentación requerida. La “chiquetita”, no solo -no pide perdón por su infamia- sino que elude su presencia, cuando le piden explicaciones en el Congreso. La Ministra de trabajo, Fátima Llañez, contesta en nombre de Soraya, echándole en cara a los socialistas el escándalo de los “eres” de Andalucía. El ministro Montoro afirma a pié de escaño, que los salarios en España no están bajando, por el contrario “suben moderadamente” ante el asombro de propios y extraños. El presidente de los empresarios, no solamente desmiente al ministro, sino que propone que los trabajadores fijos, puedan ser despedidos desde el primer mes. El Vicepresidente de los Empresarios españoles, paga a sus trabajadores en dinero B; pero es más fácil criminalizar a los parados que promover una “caza de brujas” contra las vacas sagradas, teniendo en cuenta la lentitud de la justicia y el absentismo oficial a la hora de colaborar con jueces y fiscales. La Ministra de Sanidad afirma rotundamente que en España no se practica ningún tipo de co-pago. Al tiempo que se suspenden 30.000 citaciones para practicar la prueba de mamografía y se gravan los medicamentos para enfermos crónicos de hepatitis y cáncer. El recorte en Educación chorrea sangre por todo el territorio nacional, gracias al empecinamiento del ministro Wert a quien le brilla la calva por decir que sobran profesores y faltan buenos alumnos. Un estudio oriental le da la razón al ministro Wert, al publicar que los españoles son de los últimos en comprensión de texto y conocimiento de matemáticas. La marea verde crece de indignación como la espuma y anuncia huelga general. Antes de tocar los sueldos de políticos y banqueros, se recurre a los funcionarios y pensionistas; no sin antes defender a ultranza la mentira piadosa que dichos colectivos, no perderán poder adquisitivo. Lo cierto es que las pensiones comienzan a experimentar una reducción del 30% y los salarios de los funcionarios continúan amenazados y sin percibir las pagas extraordinarias. El escándalo de “las preferentes” es declarado oficialmente como fraude nacional por la justicia, sin que el gobierno lo reconozca ni pida perdón a sus víctimas. Mientras tantos los mayores timados, toman las sucursales de las caixas gallegas y catalanas, increpando a los “chorizos” que arruinaron sus ahorros, ante el descaro y la indolencia de Narcis Serra y Rodrigo Rato, que ponen rostro a dicho escándalo, gozando impunemente de privilegios y nuevos cargos. Nadie dimite; nadie pide perdón; nadie devuelve un euro de lo robado. Es más fácil criminalizar a los parados, cuyas partidas en concepto de subsidios, prestaciones y pagos, pasan por las manos de inspectores que perciben gratificaciones por detectar anomalías en el cobro y después pasa el dinero a los Bancos, no el día 10, cuando cobran los “beneficiarios”, sino el día uno, cuando los banqueros se endosan los beneficios e intereses de dicha partida. Señalan a los parados de indignos, por cobrar un salario mínimo y chapucear en B y los condenan como agravio comparativo, hacia las familias que no perciben nada y no sienten el menor atisbo de vergüenza (los ministros que criminalizan a los desempleados) al comparar la prestación o subsidio ridículo de 426€ mensuales con sus astronómicos sueldos: ¿Verdad, doña Soraya...que me dice, Sr. Montoro y la rociera ministra Llanez...¡cuanto ganan vdes. Señorías!... no obstante, podrían vivir en tan precarias condiciones...o es que no tienen vdes. nadie en sus respectivas familias, donde mirarse, para que se les caiga la carta de vergüenza?. Claro que la vergüenza la habeis perdido y no la re cobrareis hasta la próxima campaña electoral, donde os costará muy cara recuperarla. Creo que estas son causas mayores; asuntos que no caben en la frivolidad de 140 caracteres, mucho más serios y difíciles que criminalizar a los parados.


Entrada destacada

MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04