domingo, 6 de diciembre de 2015

naturaldesevilla: Los gozos

naturaldesevilla: Los gozos: Todo lo bueno y lo malo, arranca de la niñez que es el patio del colegio donde jugamos . Para bien o para mal, alguien muy querido o muy o...

miércoles, 2 de diciembre de 2015

naturaldesevilla: Navidad del cuento

naturaldesevilla: Navidad del cuento: El alcalde de ciudad Hermosa, estaba recibiendo este año cartas de ciudadanos muy desesperados; cartas llenas de amargura y dramatismo, ...

lunes, 30 de noviembre de 2015

La violencia, NO tiene género

Afortunadamente, la mujer de nuestro tiempo, no es esa sufrida madre, que educa a sus hijos en la fábrica doméstica que produce el “machismo”, la atmósfera de igualdad que respira la mujer de nuestro tiempo, la sitúa en un alto grado de inteligencia, conocimiento y voluntad, que trasciende a convencionalismo, comparaciones y tópicos...pero, no es menos cierto, que la lucha contra el “machismo” de la mujer de hoy, vuelve a chocar con esa atracción fatal de la imagen exterior, que rinde culto desenfrenado al cuerpo y hace de la cosmética, un arma de seducción masiva, en un mundo competitivo que presume de liberal en cuanto a la importantísima apariencia que se le concede al sexo.
Aunque parezca apología de “machismo”, hay una cierta evidencia entre el amor desmedido hacia un hijo, con respecto de una madre, -que por exceso o por defecto de cariño-, está fraguando en la personalidad de un hijo, ese arma arrojadiza que se podría volver en un futuro contra ella. He oído afirmar por algún medio, en palabras de la misma Presidenta de Andalucía, que la mujer por el hecho de ser mujer, es objeto de violencia de género, también puede ser no menos cierto, que el hombre, por el mero hecho de ser hombre -el macho- dominante, también puede ser el autor de esa violencia, de hecho, se presenta como el culpable en la mayoría de los casos criminales. Sin que ninguna de las anteriores consideraciones, se ajusten por sí solas a la razón, ni respondan a la verdad.
Todos los hombres criados como príncipes, no son “machistas”; así como todas las mujeres “educadas” como princesas, no son objeto de la violencia de género. Ya hay pocas mujeres resignadas al maltrato continuado y muy pocos hombres ejerciendo en la práctica como verdugos de la violencia de género (aunque haberlas y haberlos, hail@).
El porcentaje que existe, se reduce a unos mínimos enfermos, salvajes, terroristas, sentenciados al exterminio, que aprovechando el síndrome de Estocolmo que padecen sus respectivas parejas, por temor a represalias contra los más pequeños y otras cuestiones psicológicas, como el miedo,la dependencia y el bloqueo mental, llegan hasta el final de estas terribles historias de irreparables consecuencias.
Lo que ocurre es lo de siempre, que una manzana podrida, contagia a todo un cesto; que las ratas acorraladas son tan repugnantes como peligrosas y que la violencia aislada en comandos y viviendo en pisos francos, mientras no causen sospecha o llamen mucho la atención, pueden hacer volar por los aires, el día menos pensado, la estructura y el ordenamiento pacífico de todo una sociedad libre y democrática, cada vez que salta a la luz pública un nuevo caso de violencia de género.
La familia por regla general, ha dotado a la mujer de una sólida base en cuanto a cultura e inteligencia se refiere. La mujer que no ha tenido la oportunidad de estudiar en una facultad, se ha encargado, por méritos propios de labrarse su provenir a través del mundo laboral y cada vez se ha hecho más libre e independiente, se ha blindado de información y cuenta con las suficientes armas de prevención e inteligencia, como para no caer en la red de intimidación, persecución e instinto dominante que le puede tender su pareja, y si por cuestiones sentimentales, de pasión, amor y fiel entrega, llegara a caer, cuenta a su alrededor con los medios humanos y materiales suficientes, para salir airosa de dicha emboscada, siempre que mentalmente mantenga capacidad suficiente para discernir entre lo que es voluntario consentimiento y forzado abuso.
El principal peligro que corre el hombre, en este sentido comparativo, es que los nuevos tiempos de igualdad de oportunidades, le han hecho caer de la peana donde estaba anclado como icono del sexo fuerte, dominante, trabajador que lleva el sueldo y casa y cabeza de familia venerable. La otra gran mujer de su vida -su madre bendita y admirable- lo observa desde la decadencia de su vejez y no le cuadra aquello de lo paritario; el reparto de tarea, la imagen del hombre implicado, que cambia pañales, pone lavadoras, tiende, plancha y comparte al 50% las obligaciones y deberes domésticos. Todavía, la antigua mujer, en su vieja fábrica de “machistas”, contempla estupefacta, la caía del hombre moderno, desde su sillón de orejas, hasta las labores que tradicionalmente, correspondían a la mujer de su casa. Este perfil ha evolucionado; el hombre ha perdido su trabajo, su dignidad como persona y en algunos casos, muchos casos, no ha recobrado esa otra dignidad de servir en casa a partes iguales, desarrollando el trabajo ingrato de las tareas domésticas; no se ha resignado a ello, como la mujer, tampoco se ha resignado ser la esclava, que además de llevar el sueldo a la casa, se encontraba con el hombre abatido, pesimista y distante, en nada dispuesto a perder su etiqueta de cabeza de familia.
Todos estos ejemplos y nuevas situaciones, han ido mermando la estabilidad de las parejas que no estaban suficientemente cimentadas y han servido de caldo de cultivo, para influir negativamente en las parejas acostumbradas a capear todo tipo de adversidades. La mujer, como era lógico, se ha revelado, ha dicho basta -somos legión- de feminismo y el hombre con sus defectos de fábrica, ha contraatacado haciendo valer su fuerza y violencia de género.
Naturalmente, en la realidad, la mayoría de los hombres y mujeres que forman pareja, saben que ambos son igualmente necesarios; saben que sin respeto no hay amor que valga; están suficientemente mentalizados y preparados, desde el primer momento, desde el minuto uno, que el que te quiere bien, no te hará llorar; que el que te quiere bien, no levantará su mano sobre tí; no señalará tu cuerpo; no vivirá para ello, puesto que no hay perdón ni suficiente lástima, por mucho que medie la indefensa presencia de los hijos:
Mujer, pide ayuda desde el minuto uno, ¡grita y abre de par en par las ventanas, para que te oigan! No consientas al maltratador, aunque lo quieras con esa locura, que puede ser causa de tu muerte. Imagínate, si lo quisiste tanto, como puedes llegar a querer a alguien, que te respete, ame y te devuelva al sitio que te merece.
Un apunte final, antes de sembrar el odio infundado, que puede salpicar a todos los hombres en general, tachándolos de “machismo”, sepan las “feministas”, que existen muchos hombres, víctimas de la misma o más grave violencia de género, y que por miedo, temor al ridículo o vergüenza generacional, no se atreven a denunciar. Es una violencia sorda, que sin llegar o incluso llegando a lesionar la integridad física, atenta contra la autoestima y dignidad del hombre. Está fundada en la mujer que se crece por el éxito de su trabajo, la sensualidad y el físico atractivo de su imagen, que no tiene recelo en contraatacar, haciendo valer el lugar privilegiado que ocupa en orden a su profesión y marcada independencia económica, y arremete contra su pareja -en este caso el hombre- acusándolo de vago, inseguro, incompetente, inepto, inútil, etc.,etc, haciendo leña de ese otro árbol injustamente caído por la mansedunbre, en una sociedad , pesimista, acomodada y claramente sumida en la decadencia.
Luchemos, codo con codo, porque la víctima, cualquiera que sea el sexo, no acabe actuando en un futuro, como maltratador.

lunes, 23 de noviembre de 2015

Madre Cigarrera

La Plaza Mayor de un pueblo, no la escogen políticos ni gobernantes, la hace suya la ciudad, buscando el sol de las mañanas antiguas, de esos días azules cuando el otoño se convierte en fría primavera y la primavera en lumbre de hogar reconfortante. Las controvertidas “setas de Sevilla”, cobran el esplendor que los críticos le tenían vetado, respondiendo al absurdo de negar la evidencia; progreso y funcionalidad, frente a los perfiles recatados de torres, cúpulas y linternas clásicas. Pero no contaban con la estrofa del pregonero que más sutilmente cantó la Semana Santa de Sevilla, sin nombrar a ninguna cofradía, el bueno de Barbeito: “dicen que aunque no lo ensaya, dicen que se prueba un cielo y siempre es el de su talla”. El día de Santa Cecilia, celestial patrona de la música y de los músicos, se celebró ayer en Sevilla, como viene haciendo habitual de la mano de una Cofradía señera que ha plantado un vergel de acordes musicales, que el tiempo ha convertido en clásicos de sus distintas secciones de bandas consagradas. Bajo el entrañable título de Madre Cigarrera, se desarrolló el Certamen de Bandas de música, por causas ajenas, fuera de su marco habitual -el parque de los príncipes. Y fueron las tan discutibles “Setas”, el escenario que acogió al citado certamen, con un éxito de convocatoria y público indiscutible. Mira tu, que los sevillanos convertimos a Sevilla en la dama principal de nuestra mejor compañía; en la pareja más solicitada para el baile al son que nosotros mismos marcamos y Ella siempre responde. Que hasta resultaba inmejorable ese teatro al aire libre, Parsaol, de bóvedas aladas, que fijaban un dignísimo escenario en su natural decorado extravagante. Lucía, como hemos tenido ocasión de verlo ya en los días más santos, esta Plaza Mayor de Sevilla, tomada por los sevillanos, con ese mismo esplendor que no es susceptible a las formas y trazos de las bellas artes, sino al público que lo llena y hace de sus gradas y anfiteatro, escogido foro y núcleo habitual de concentración. El documento gráfico, queda ahí, para perpetuar la memoria e inmortalizar un enclave monumental, tan discutido como popular. Enhorabuena a las bandas de música, tambores y cornetas, agrupaciones, baterías, gastadores, y músicos en general, que nos hicieron sentir orgullosos del orgullo que supone para ellos, desfilar por el centro de Sevilla, y actuar en su Plaza Mayor. Enhorabuena a las bandas que saborean las mieles del éxito, rodeada de su impero “friki” y afición acérrima, por hacer las delicias de sus incondicionales que apuran hasta el final. Y por supuesto, enhorabuena a la organización y Hermandad, anfitriona del Acto, por continuar extendiendo el lenguaje universal de la música procesional en la cuna de la Semana Santa más perseguida.




domingo, 15 de noviembre de 2015

¿Que puede prometer el Paraíso?

Ninguna tierra prometida, debe provocar esta emoción; ¿Que estado de inconsciencia o delirio, puede empujar a un hombre  asesinar a sangre fría en el nombre de Dios? ¡que cinturón de odio o fanatismos es capaz de ceñir la cintura de un alma, para inmolarse matando a sus semejantes!. ¡que plato frío, es capaz de servir semejante venganza! ¡Que contrariado amor, puede morir matando! ¡Que amarga historia, puede sembrar tanto daño! ¡Hasta que punto puede endurecerse el corazón, para perder la noción de sus latidos! ¿Cuantas lágrimas hacen falta para anegar este pantano de putrefacción? ¡Cuantos inocentes  habrán de entregar su vida, para que otros dejen de sentirse culpables! La historia de la civilización, ha engendrado células de esclavitud; la esclavitud, ha engendrado células de odio; el odio ha engendrado células de barbarie; la barbarie ha engendrado la masacre; la masacre ha sembrado el miedo; el miedo ha generado en terror y así sucesivamente desde la noche de los tiempos, de las propias cenizas de esta destrucción del hombre por el hombre, ha surgido el ave fénix de la libertad. La libertad, madre de todos los derechos y obligaciones, le ha costado al hombre, sangre, sudor y lágrimas, el precio ha sido tan alto, como la miseria provocada por su afán de poder y control. La doctrina siempre es idéntica, un Jefe, un caudillo, un líder que al alcanzar el crédito, la confianza depositada y los votos necesarios, productos de un engranaje de propaganda espectacular basada en el más romántico sensacionalismo que, deslumbra a las masas y las hace ligeramente moldeables, desde el torno donde se cuece el famélico holocausto. La retórica de los históricos dictadores, nunca se la llevó el viento, al contrario, provocaron las peores tormentas, los más voraces tsunamis,  las más horrendas consecuencias. Repite la sagrada cita, como una profecía: Quien no conoce la historia, está condenado a repetirla. Pero el hombre por el hombre, no ha cesado a lo largo de la historia de repetir el curso que nunca aprobó. No hay distancia bastante para separarnos a los unos de los otros. Los ricos y poderosos, creen que la burbuja del dinero y el poner los aísla de la realidad, esa realidad tan sencilla, como el reparto equitativo de los productos, la energía, la abundancia y los frutos que genera, la tierra que pisamos bajo el mismo cielo.Pero esa realidad tan sencilla, se camufla en la práctica, se disfraza en el tiempo, estableciendo barreras; la tierra se linda, se divide en parcelas, se adjudica al mayor postor. El hombre se hace propietario, por la fuerza y a  fuerza de su ambición. El propietario puede ser inteligente y hacer justicia de su inteligencia, permitiendo a sus semejantes, compartir los frutos de su riqueza, pero esta inteligencia genera intereses, a cambio del trabajo: Ganarás el pan con el sudor de tu frente. Mientras hay trabajo, no falta pan; mientras hay pan, no falta casa, el hogar hace la comunidad, la comunidad vela por la educación de nuestros hijos; los hijos ven felices a sus padres y atienden a sus enseñanzas y ejemplos...hasta que las condiciones de vida se recrudecen, producto de la ambición de los propietarios o por causas fortuitas o ajenas, como una pertinaz sequía o el advenimiento de cualquier siniestro imprevisto. Vuelve el miedo que habita en las entrañas del hombre, ante lo imprevisto, se encomienda al Dios de los elementos, la religión ha sido el recurso que ha tenido más a mano, la ceremonia, el rito, la liturgia y la invocación a las fuerzas implacables de la naturaleza, a los fenómenos que no explica, ningún tipo de ciencia y ahí es donde empezado a creer ciegamente, en el miedo, la condena, la fortuna e incluso la suerte. Con la fuerza de una fe que mueve montañas, luchamos ciegamente contra los que consideramos nuestros enemigos, contra los que señalamos culpables de nuestros infortunios. Volvemos a incivilizarnos, a la arenga de héroes o villanos, inventamos las armas de destrucción, pulimos los filos de la navaja y conquistamos la tierra que alguien nos prometió, después de habérsela arrebatado por la fuerza a sus propios dueños. Bien, esta es la asignatura de historia, que nunca hemos aprobado, el curso de la vida que repetimos constantemente, cada ciclo de 50 años, más o menos. Desestimando el santo evangelio de los profetas que predicaron un reino de vida, de justicia, de paz y de amor. ¿Es posible anunciar este reino utópico en nuestros días?...sí, pero empezando de cero; desde la cuna mecida por el amor que los padres llevamos dentro, para nuestros hijos. Desde las escuelas que no atienden a doctrinas ni sectarismos radicales. Desde la reconciliación, purificada por el perdón y dispuesta para el olvido. Empezar de cero, deponiendo las armas -malditas armas de destrucción, escondidas bajo el negocio que más fuentes de ingreso genera en el mundo- mientras un hombre empuñe un arma, toda la clase política y las políticas de toda clase, habrán fracasado. Mientras que los jefes de gobierno declaren la guerra, por más nobles y justos que sean sus motivos de defensa social y económica, habremos fracasado. Porque igual que se recurre a la frase tópica de "que la mejor defensa es el ataque"; la guerra nunca consigue la Paz gratuitamente, sino a un alto precio; revive el odio, aviva el miedo y de sus cenizas, resurge el Terror de los que claman venganza y están dispuestos a tomarla por cualquier mano que les ofrezca el Paraíso. Ningún paraíso se alcanza por medio de una guerra santa. Ya lo dijo el poeta: "Asesinar en el nombre de Dios, es llamar a Dios asesino". Se que hay que estar muy desesperado; que la vida es tremenda en la tierra prometida; que es dificil olvidar, cuando nuestros padres y antepasados han sido masacrados delante de nuestros propios ojos ¿o acaso no puedo llegar ni a imaginármelo?...pero los ojos de todos los hombres, son iguales en la pena, cuando están llenos de lágrimas, como están los de todos los hombres limpios de corazón; files o infieles de todas las condiciones y razas, cuando lloramos la barbarie de los que han caídos víctimas del terror. Que nuestros hijos no sean testigos ni un segundo más de esta lucha infructuosa, porque no hay Paraíso digno, para provocar este tipo de emoción. 


miércoles, 11 de noviembre de 2015

#Montando La MISERICORDIA



Era una palabra olvidada, borrada de la pizarra, de las clases de la antigua historia sagrada. Te sonaba a catequesis de primera comunión. Vagamente la recuerdas, haciendo un esfuerzo mental: La Misericordia, -si-, se que tiene que ver con las Bienaventuranzas, con aquello de los Misericordiosos. Tiene que estar relacionada estrechamente con la “miseria”, con la práctica del bien hacia los más menesterosos. Pero no se lleva, esa palabra tan larga, está olvidada en alguno de nuestros muchos bolsillos con la calderilla de una simple limosna. Tal vez la leíste impresa, en alguna de las jaculatorias que llevamos en la cartera, tal vez -si somos cofrades-, nos recuerda al Cristo titular de nuestra cofradía. La Iglesia está presta a proclamar e inaugurar, el año, consagrado a esta Palabra, a esta definición propia, que establece el deber de auxiliar al prójimo o hermano más necesitado; para los cristianos practicantes, supondría algo más que un deber: una OBLIGACION. La Iglesia que tanto y tan bién habla de sus pobres, parece no convencer con su  ejemplo, repetirá hasta la saciedad, esta palabra mayor que ya se viene anunciando como el tiempo de adviento. MISERICORDIA. Entre las polvorientas obras de Misericordia, se encuentra el -enseñar al que no sabe- los sacerdotes y pastores, se aferran a la primera obra espiritual y continúan imprimiendo carácter con la segunda -Dar buen consejo al que lo necesita- y siguen evangelizando con las siguientes: -Corregir al que está en un error; -perdonar las injurias-; -consolar al triste-; -soportar con paciencia los defectos del prójimo-; Rogando finalmente por los vivos y difuntos. La comunión de los santos -la oración comunitaria de Conventos, Monasterios y Prioratos, desde sus clausuras- se une a estas obras espirituales, en el convencimiento de sus nobles intenciones: fortalecer las almas de las miserias humanas y llenar de paz los corazones necesitados. Pero en nuestro mundo globalizado, tal y como ha ocurrido a lo largo de las intrigas palaciegas y las ruinas entre las que se ha desarrollado la cultura de los pueblos a lo largo de la historia- no basta con la oración y el predicado, continúa siendo necesario la conjugación del verbo AMAR, en su gerundio AMANDO, practicando las obras de Misericordia o llevándolas a la práctica, como siempre han hecho, los píos homes de todas las confesiones y los santos en particular. En pleno siglo XXI, no podemos conformarnos con la MISERICORDIA de funciones principales, predicada en sagradas cátedras, bajo el nimbo del incienso y la solemnidad apostólica. La Misericordia, ha de salir a la calle en procesión extraordinaria, practicando durante su recorrido corporativo, las obras humanitarias, que siguiendo el precepto divino, ejecutamos en la intimidad de una caridad mal entendida, que no quiere que la mano derecha se entere de lo que hace la izquierda. Habremos fracasado, mientras la labor denodada e ímproba de Cáritas diocesana, continúe emitiendo tan lamentables informes sobre la pobreza, sobre la nueva exclusión social que padecen los niños malnutridos, producto de los importados brotes de pobreza energética y pobreza laboral y pérdida de la vivienda familiar, como consecuencia de una crisis globalizada, que ha hecho del trabajo un lujo para algunos y un vergonzante gueto de precariedad para el resto de víctimas que hay que lamentar cada día que pasa. Habremos fracasado si en el inminente año que se aproxima, la Misericordia, sea esa necesidad incardinada, que cada quien y cada cual practica, por su lado. El Santo Padre, Francisco que tiene en su boca, palabra de ángeles, ha de coordinar, admitir y reconocer en su justa medida, la labor de TODOS los llamados y comprometidos con los Servicios Sociales, sea cual fuere el color, la confesión, la clase o condición de los distintos grupos y plataformas que la practiquen. Desde la consagrada Cruz Roja, hasta la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, TODOS somos padres e hijos de esta noble causa. La Misericordia no ha color, como el llanto y la hambruna de un niño, no se para ni entretiene en el restañar de platillos, la denuncia, la recogida de firma, el llamamiento de médicos sin fronteras y toda clase de ONGs, que claman, ayuda humanitaria, a través del fenómeno global de las redes sociales. Gracias a la Providencia, la comunicación es inmediata, directa, desbordante. No podemos apartar la vista ni escondernos en el sectarismo y la impunidad, rayana en el fanatismo. La clave está escrita en la carta de San Pablo a los corintios, sí para el que no la recuerde, aquella que se lee en la ceremonia del matrimonio. La clave está en el ejemplo que practican las entidades sin ánimo de lucro, no ha color político ni religioso posible, la clave está en la acción: Dar de comer al hambriento; Dar de beber al sediento -sobre la marcha, de manera inmediata, salir a buscarlos, están en la calle y casa, de los que no se atreven a acercarse a los comedores- la pobreza vergonzante y deprimida, que padece la incomprendida enfermedad mental. Dar posada al peregrino y sobre todo, vivienda a los sin techo -sobre la marcha, de manera inmediata, está probado que un hogar les devuelve la dignidad- ahí están los “sanjuanes de dios”, víctimas y coordinadores de las plataformas de afectados por la hipoteca, que devuelven a sus acogidos, la ilusión y la esperanza de que ¡si se puede!, cambiando lágrimas de amargura, por risas de comprensión y solidaridad -bendita Misericordia- la del pecador Miguel de Mañara y tantos otros- que trasciende todas las creencias y confirma, al mismo tiempo las palabras del mismo Jesucristo: “todos los que practican lo que nosotros hacemos, están con nosotros y no en contra nuestra”. Habremos fracasado -en el año internacional de la Misericordia- por más que asistamos a sus cursos y actividades culturales y cultuales, sus mesas redondas, sus ponencias y cátedras, sus exposiciones y logros, si pasamos de largo, frente al hermano que ha tocado el fondo de un cartón y duerme en la calle, habiendo órdenes hospitalarias, recintos municipales e incluso palacios vacíos. Habremos fracasado -sobre todo- si somos incapaces de PERDONAR al que nos ha ofendido- antes de presentar nuestras ofrendas en un altar. Habremos fracasado, si no respetamos la decisión de los atormentados que rechazan techo, alimento y vestiduras dignas, y no le ofrecemos siquiera una taza de café o caldo caliente. Desgraciadamente la pobreza se ha convertido en un próspero negocio, que pone de manifiesto las miserias humanas. Podría erradicarse por completo, con la quimera de una renta per cápita, equilibrada por las grandes fortunas mundiales, si se pusieran de acuerdo. Podemos soñar lo imposible, los hombres y mujeres de fe, estamos en ello, haciendo lo posible, aquello que está en nuestras manos: El mejor banco que ha creado el hombre, el Banco de Alimentos; voluntarios no faltan, todo el mundo reacciona frente al dolor, cuando ha sentido en sus carnes el mismo dolor que no le es ajeno. #MontemosMisericordia, de una vez, aunque sepamos que no será de una vez por todas, se basa sencillamente en proporcionar a nuestros hermanos necesitados las tres cosas fundamentales que está obligado a promover cualquier gobierno civilizado que se precie, sea cual fuere su tendencia, color o credo: Trabajo, techo y educación.
Todo lo demás prosperará cumpliendo con estas sagradas premisas. En el Año de la Misericordia podría ser posible, lo imposible sería no intentarlo siquiera. 

sábado, 7 de noviembre de 2015

SEVILLA, CENTRO y a parte...

 todo listo, ya no falta nada...

 la otra "rampla" del Salvador
 caleidoscopio...
 las cuatro esquinitas de San José

 la de veces que hemos pasado
 montando la Misericordia...
 Salón Apeadero del Ayuntamiento

 No tiene edad...

"En la espero te esquina"...

   Tu eres la estrofa, que siempre remata mi verso. Siempre Ilustre por aquello de la luz y tus contrastes que son míos...siempre invicta, que que no dejas a nadie en paz, ni indiferente. Siempre sensacional porque nos llenas de sensaciones. Estos día azules de Machado y Cernuda, cuando el tiempo nos alcanza, tu eres el ansiolítico que calma la incertidumbre del exiliado, la fiesta sin guardar, que aplasta el tedio y la rutina, el esplendor efímero del incómodo e inconformista, La seda y el sedante que calma los pretines del aburrimiento....Sevilla, siempre lista, preparada, compuesta y mocita, para seducir en cualquier época del año.

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MACARENA UNIVERSAL.... "Ya viene, La Macarena"

 Serie: #Pararse,ahi Cap 04